SENSIBILIDAD A LA
IMPRESIÓN
(Del libro “El
Alma y su Mecanismo, A.B.)
1. El discípulo en
el plano físico y el instructor interno (sea uno de los Grandes Seres o el
“Maestro en el Corazón”) necesitan conocerse y acostumbrarse a sus propias
vibraciones. Hay muchas cosas contra las cuales deben luchar los instructores
en los planos internos, debido a la lentitud de los procesos mentales de los
estudiantes en cuerpo físico. Pero la confianza y la fe establecerán la
correcta vibración, lo cual finalmente producirá un trabajo exacto. La falta de
fe, de tranquilidad, de dedicación y la inquietud emocional, obstaculizarán.
Quienes actúan en el aspecto interno necesitan mucha paciencia para trabajar
con las personas, pues carecen de mejor material. Una imprudencia física puede
impedir al cuerpo físico ser receptivo; una preocupación o ansiedad puede
hacer vibrar al cuerpo astral a un ritmo que imposibilite la buena recepción
del propósito interno; el prejuicio, la crítica y el orgullo, pueden inutilizar
al cuerpo mental. Quienes aspiran a este difícil trabajo deben observarse a sí
mismos con mucho cuidado y mantener la paz y la serenidad internas, y la
elasticidad mental, que les permita ser de alguna utilidad para proteger y
guiar a la humanidad.
Por lo tanto, se
pueden dar las siguientes reglas:
-
Es esencial hacer un esfuerzo para llegar a una absoluta
pureza de móvil.
-
Poseer la capacidad de penetrar en el silencio de los
altos lugares. La quietud de la mente depende de la ley del ritmo. Si vibramos
en muchas direcciones y registramos los pensamientos que vienen de todas
partes, esta ley no nos afectará. Se debe restablecer la estabilidad y el
aplomo antes de lograr el equilibrio. La ley de vibración y el estudio de la
sustancia atómica están estrechamente entrelazados. Cuando se tenga un mayor
conocimiento sobre estos átomos y su acción, reacción e interacción, las
personas podrán controlar sus cuerpos científicamente, sincronizando las leyes
de la vibración y del ritmo. Son las mismas, aunque no iguales...
-
Recuerden siempre que el desasosiego de la vida diaria
impide a los instructores de los niveles egoicos llegar a ustedes. Procuren
permanecer serenos durante el transcurso de la vida, y mantener la calma
interna en el trabajo y en el esfuerzo, en los afanes y en las aspiraciones.
Retráiganse constantemente en el trabajo interno, cultivando la respuesta a los
planos superiores: Los Maestros necesitan un perfecto y constante aplomo
interno, de parte de quienes tratan de utilizar, aplomo que mantiene la visión,
mientras desempeña su trabajo externo en el plano físico, con la concentrada
atención del cerebro físico, sin ser desviada en manera alguna por la
receptividad interna. Esto involucra una doble actividad.
-
Aprendan a controlar el pensamiento. Es necesario
vigilar lo que se piensa. Éstos son días en que toda la raza está llegando a
ser sensible y telepática y a responder al intercambio mental. Se acerca el momento
en que los pensamientos serán de propiedad pública y se presentirá lo que los
demás piensan. Por lo tanto, el pensamiento debe ser cuidadosamente vigilado.
Quienes hacen contacto con las verdades superiores y son sensibles a la Mente
Universal, tienen que proteger algunos de sus conocimientos de la intromisión
de otras mentes. Los aspirantes deben aprender a inhibir ciertos pensamientos
y evitar que algunos conocimientos se filtren en la conciencia pública, cuando
están en contacto con sus semejantes.
2. La sensibilidad..., no significa que
ustedes son “almas sensibles” - esta acepción generalmente significa que son
susceptibles, autocentrados y están siempre a la defensiva. Me refiero más bien
a la capacidad que les permita expandir su conciencia hasta abarcar círculos
cada vez más amplios de contacto; me refiero a la habilidad de mantenerse
despiertos, alertas, agudos, para reconocer las relaciones y reaccionar
rápidamente a las necesidad; estar atentos a la vida mental, emocional y
físicamente; desarrollar con rapidez el poder de observar simultáneamente en
los tres planos de los tres mundos. No me interesan las relaciones personales
cuando conciernen a la errónea susceptibilidad de su personalidad hacia la
depresión, autoconmiseración, defensa, ni a la llamada susceptibilidad a los
desaires, a la incomprensión, al desagrado por las condiciones ambientales, al
orgullo herido y cosas por el estilo. Todas causan confusión y abren las
compuertas de la propia conmiseración. No necesitan que yo me ocupe de ellas,
porque son conscientes de las mismas y pueden manejarlas si desean. Tales defectos interesan sólo en la medida que afectan a
la vida del grupo; deben manejarlos con cuidado, percibir el peligro desde
lejos y tratar de evitarlo. La sensibilidad que deseo ver desarrollada es esa
viveza para el contacto con el alma, la impresionabilidad a la “voz del
Instructor”, la vivencia al impacto de las nuevas ideas y a la delicada
respuesta intuitiva. Tales .son las características del verdadero discípulo. Lo
que se debe cultivar es la sensibilidad espiritual, y esto será posible cuando
aprendan a trabajar por medio de los centros que están arriba del diafragma y a
trasmutar la actividad del plexo solar (que tanto predomina en el hombre común)
convirtiéndola en actividad del corazón y en servicio a sus semejantes.
3. El desarrollo
de la sensibilidad es difícil de comprender. Los miembros del grupo de un
Maestro y Su Ashrama tienen que llegar a ser más sensibles - sensibles al
Maestro y a Sus consagrados trabajadores. No se puede ser sensible ni llegar a
ser ordenado por un proceso o entrenamiento ordenado. Muchos hombres y mujeres son sensibles, pero lo ignoran, debido a
que se preocupan demasiado de las cosas externas y objetivas y de la vida de la
forma. Lo explicaré de otra manera. Lo que se dicen a sí mismos y a los demás -
mediante las palabras o los actos de su vida - es tan bullicioso que les
dificulta ser lo que son y reconocerse como seres espirituales. El Maestro
puede llegar a conocerlos a ustedes por los momentos tranquilos de aspiración,
por lo que demostraron durante años como su tendencia fija en la vida, y por la
forma en que reaccionan en momentos de crisis o tensión, lo cual Le sirve de
guía. La tarea del Maestro consiste en estimular al discípulo para que en todo
instante sea lo que el Maestro sabe que él es en sus momentos más elevados.
Quizás es una forma sencilla y casi infantil de explicarlo, pero da una idea
general de lo que deseo significar. El Maestro lo hace debido a la gran
necesidad mundial, especialmente en estos momentos, de trabajadores
descentralizados, progresistas, amorosos e inteligentes. Muchos alcanzarán. la
etapa en que pueden llegar a ser sensibles, si logran acallar las ruidosas
afirmaciones de la personalidad y permiten penetrar la luz del alma. Sólo así
se puede conocer y tomar contacto con el Maestro. Cuando lleguen a olvidarse de
sí mismos y de sus reacciones, interpretaciones y demandas personales, entonces
descubrirá cómo y en qué forma el Maestro trata de impresionar a los discípulos
y al grupo al que ustedes pueden estar afiliados. Entonces serán sensibles a
esa impresión y facilitarán, según se dice, la actividad del Maestro por medio
de un profundo y sincero interés en la vida esotérica, excluyendo la propia
individualidad y también la del Maestro. Muchos métodos podrán entonces ser
revelados, que ayudarán a establecer la interacción entre el discípulo y el
Maestro.
4. Gradualmente, a
medida que el discípulo adquiere verdadera libertad de pensamiento y el poder
de ser receptivo a la impresión de la mente abstracta, acopia para sí una
reserva de pensamientos que están a su disposición cuando necesita ayudar a
otras personas y para su creciente servicio mundial. Más adelante, se hace sensible
a la impresión de la Jerarquía. Al principio es puramente ashrámica, pero
luego, cuando el discípulo es un Maestro, se transforma en impresión
jerárquica; entonces el Plan es la
sustancia dinámica que suministra el contenido de la reserva del pensamiento de
la cual él puede abastecerse. Esta afirmación es de única y excepcional
importancia. Posteriormente, se sensibiliza a la impresión de Shamballa, y la
cualidad de la Voluntad que complementa el Propósito planetario, se suma al
contenido del conocimiento adquirido. Sin embargo, lo que trato de recalcar
aquí es la existencia de una creciente reserva de pensamiento que el discípulo
ha creado en respuesta a las distintas impresiones, a las cuales se hace cada
vez más sensible: las ideas, conceptos y objetivos espirituales, de los cuales
es cada vez más consciente, los va formulando constantemente en pensamientos
con sus correspondientes formas mentales, aprendiendo así a abastecerse de
ellos, a medida que trata de servir a sus semejantes. Así se encuentra en
posesión de una reserva de sustancia mental resultante de su propia actividad
mental y de su receptividad innata, lo cual le suministra material para la
enseñanza y es “fuente de conocimiento”, de la que puede extraer lo necesario
para ayudar a otros.
El punto esencial
que se ha de captar es que la sensibilidad a la impresión constituye un
desarrollo normal y natural, paralelo al desenvolvimiento espiritual. Les di
una clave de todo el proceso cuando dije que:
“Sensibilidad a la impresión significa engendrar
un aura magnética sobre la cual pueden actuar las impresiones más elevadas”.
Quisiera que
reflexionaran profundamente sobre estas palabras. Cuando el discípulo comienza
a demostrar la cualidad del alma y el segundo aspecto divino se posesiona de
él, controlando y matizando toda su vida, entonces se desarrolla
automáticamente la sensibilidad superior, convirtiéndose en un imán para las
ideas y conceptos espirituales; primero atrae a su campo de conciencia el
delineamiento y más tarde los detalles del Plan jerárquico; llega así
oportunamente a ser consciente del Propósito planetario cuyas impresiones no
ha de. Buscar ni aprender a distinguir laboriosamente; tampoco ha de captar ni
aferrarse a ellas. Se introducen en el campo de su conciencia porque él ha
creado un aura magnética que las invoca en su mente y las atrae. Esta aura
magnética comienza a formarse en cuanto se hace contacto con el alma; el aura
se ahonda y expande a medida que estos contactos son más frecuentes,
convirtiéndose finalmente en un estado habitual de conciencia; entonces se
halla siempre y a voluntad en relación con su alma, el segundo aspecto divino.
Esta aura
constituye en realidad la reserva de la sustancia mental, de la actual puede
depender espiritualmente. El punto de unión se encuentra en el plano mental.
Entonces el discípulo no está controlado por la naturaleza astral, sino que
trata de construir el Antakarana, por el cual pueden fluir las impresiones
superiores; aprende a no disipar esta afluencia sino a acumular, dentro de su
aura (aquello con lo que se ha circundado), el conocimiento y la sabiduría que
considera necesarios para servir a sus semejantes. Un discípulo es un centro
magnético de luz y conocimiento mientras mantiene su aura magnética en un
estado de receptividad. Entonces invoca constantemente, en los niveles
superiores, las impresiones que pueden ser evocadas y puestas en “actividad
distribuidora” mediante lo inferior y aquello que demanda ayuda. Por lo tanto,
a su debido tiempo, el discípulo se convierte en una diminuta analogía de la
Jerarquía, porque puede invocar a Shamballa y es fácilmente evocado por la
demanda humana.
5. El aura que
cada uno ha creado alrededor del núcleo central del “Yo o alma en encarnación”,
es un fragmento de la super alma una, que trae el ser a la manifestación.
Registro de
Impresiones.
1. La capacidad para interpretar las
impresiones registradas, se adquiere a medida que el aura mental se desarrolla
bajo la influencia de la “mente mantenida firme en la luz del alma”; el
discípulo aprende que toda verdad registrada es susceptible de innumerables
interpretaciones y que ellas se revelan, con más claridad, a medida que pasa
una iniciación tras otra y desarrolla la respuesta consciente. La capacidad para invocar se manifiesta
vida tras vida, e involucra la invocación de la respuesta consciente del ánima mundi o del alma subconsciente de todas las
cosas, como también de la conciencia humana y del contacto superconsciente del
mundo.
Esta capacidad se
desarrolla a medida que el estudiante recorre el Sendero del Discipulado,
hallando con frecuencia en las primeras etapas mucha confusión, siquismo astral
y falsas interpretaciones. No debe preocuparse demasiado, pues todo lo que se
requiere es experiencia, que se adquiere por medio del experimento y su
expresión en la vida diaria. En ningún caso, el conocido axioma de que se
aprende a través de un sistema de prueba y de error, ha sido tan aplicable como
en la vida y experiencia del discípulo en probación. Cuando llega a ser un
discípulo aceptado, disminuye el número de errores, aunque las pruebas (o sea,
el empleo experimental de las numerosas y distintas energías) sean muchas y
por lo tanto abarquen un campo más amplio de actividades.
El Proceso de Registro se fundamenta en
lo que podría denominarse: acercamiento invocador desde una extensa zona de
posibles contactos. El discípulo tiene que aprender a diferenciar entre los
numerosos impactos que llegan a su aura sensible. En las etapas iniciales la
mayoría de los impactos son registrados inconscientemente, aunque el registro
sea agudo y exacto; sin embargo, el objetivo consiste en registrar conscientemente; esto se efectúa
manteniendo con constancia y firmeza la actitud del Observador, que se
desarrolla obteniendo el desapego - el desapego del Observador de todos los
deseos y ansias que conciernen al yo separado.
2. Por lo general,
en las primeras etapas, el único deseo del discípulo es registrar impresiones
de la Jerarquía, prefiriéndolas a las impresiones de su propia alma o de los
factores humanos que lo rodean, sus semejantes, o el medio ambiente y las
circunstancias que éstos crean. Anhela lo que podríamos denominar la
“impresión vertical”. Este móvil, por ser en gran parte autocentrismo, hace que
el discípulo se introduzca introspectivamente en sí mismo, siendo ésta la etapa
en que muchos aspirantes se convierten en prisioneros, hablando en sentido
astral, porque registran en su aura magnética las múltiples formas mentales
motivadas astralmente por lo que ellos creen, esperan y suponen que les
impartirá la “impresión vertical”. Establecen fácilmente contacto con las
contrapartes astrales de los mundos superiores que están reflejados (por lo
tanto, distorsionados) en el plano astral; allí se registra un mundo de
espejismo formado por los deseos erróneos y egoístas y los pensamientos
ansiosos de los devotos bien intencionados. No es necesario que me extienda
sobre esto. Todos los discípulos - en alguna etapa de su entrenamiento - tienen
que abrirse camino a través de este aspecto del espejismo, y al hacerlo,
depuran e intensifican el aura magnética, clarificando simultáneamente el mundo
astral que los circunda, con el que están en contacto. También aprenden que el
anhelo de registrar impresiones jerárquicas debe
trocarse en el anhelo de poner a disposición de la humanidad su aura
magnética; entonces aprenden a registrar la necesidad humana y a comprender
dónde es posible ayudar y servir a sus semejantes. Mediante este registro
consciente de las demandas invocadoras que proceden del mundo de los contactos
horizontales, el aura magnética del discípulo se libera de las formas mentales
que lo obstaculizan y absorben, como también de los deseos, aspiraciones y anhelos
que hasta ahora le han impedido registrar correctamente. El discípulo deja de
crearlas, y las formas mentales creadas se desvanecen o atrofian por falta de
atención.
Posteriormente,
cuando el discípulo en probación se convierte en discípulo aceptado y se le
permite participar en actividades ashrámicas, entonces agrega a ello la
capacidad de registrar la impresión jerárquica; sin embargo, podrá hacerlo después que ha aprendido a registrar la
impresión que le llega de su propia alma (impresión vertical) y la del mundo
circundante de los hombres (impresión horizontal). Cuando ha obtenido ciertas
iniciaciones importantes, su aura magnética será capaz de registrar impresiones
provenientes de los reinos subhumanos de la naturaleza. Finalmente, cuando se convierte
en un Maestro de Sabiduría y, por lo tanto, en un miembro del quinto reino de
la naturaleza, su aura magnética recibirá la impresión horizontal del mundo de la vida y actividad jerárquicas; la
impresión vertical la recibirá en los
niveles superiores de la Tríada espiritual, y por último de Shamballa. Entonces
la humanidad será para él lo que los reinos subhumanos fueron para el cuarto
reino, el humano, cuando constituía el campo de su impresión horizontal
registrada.
Inspiración.
1. La inspiración
implica otro aspecto de desarrollo. La inspiración es análoga a la mediumnidad,
pero totalmente egoica. Utiliza la mente como medio para transmitir al cerebro
lo que el alma sabe. La mediumnidad describe generalmente el proceso cuando
está confinado totalmente en los niveles astrales. En el plano egoico esto
implica la inspiración. Reflexionen sobre esta definición porque explica mucho.
2. Fuentes de
inspiración:
Los que se
preparan para le iniciación deben inevitablemente
trabajar solos. Recuérdenlo. Como saben, hay tres fuentes de inspiración que
indican al discípulo - que lucha en el plano físico - su meta:
1. Su propia alma por
el contacto directo, como resultado del alineamiento.
2. El Maestro por
la impresión, como resultado de la sensibilidad.
3. El grupo ashrámico por
el servicio prestado, como resultado de la interacción.
Posteriormente, a
medida que progresa el discípulo-iniciado y construye el Antakarana, la energía
de la Vida una que emana de la mónada, despierta el cuarto tipo de inspiración.
A estas fuentes espirituales de inspiración debe agregarse otras menores, como
la impresión mental telepáticamente registrada, proveniente de la multitud de
pensadores y mentes.