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sábado, 5 de abril de 2014

SIMBOLOGÍA (ACV)



SIMBOLOGÍA (ACV)



El que inquiere la verdad ha de dudar, una vez en su vida, acerca de todas las cosas, cuanto sea posible. Puesto que hemos nacido sin uso de la palabra y hemos hecho juicios diversos de las cosas sensibles antes que tuviésemos uso íntegro de nuestra razón, estamos apartados del conocimiento de la verdad por numerosos prejuicios de los que creemos no podernos librar de otro modo que empeñándonos, una vez en la vida, en dudar de todas aquellas cosas en las que hallemos una sospecha, aún mínima, de incertidumbre.” (R. Descartes, “Principia Philosophiae” – “Principios de la filosofía”, 1ra.parte, Art.I.)

Simbología

Vamos a intentar introducirnos en el significado simbológico de todo lo que somos y de todo lo que nos rodea, y para ello, y siempre buscando LA VERDAD, preguntémonos ¿qué es un símbolo?.  Yo diría que símbolo es lo aparente o la forma de todo cuanto existe, cuyo significado más profundo no se capta a simple vista. Símbolo es todo aquello que vemos, oímos, expresamos y que hasta que no adquirimos un conocimiento más o menos profundo, no llegamos a comprender su significado.

Hay símbolos en todos los planos, físico, emocional y mental. Las propias palabras y mejor aún las frases completas son símbolos que iremos descifrando en la medida que tengamos la intención y la búsqueda de encontrar su significado. Esto podemos aplicarlo a todo, pero con mucho más motivo al esoterismo que se ocupa del estudio del alma de todas las cosas.

El que no ha oído palabras como mesa, silla, cama, etc., etc., no entenderá de lo que hablamos si no le definimos cada una de esas palabras, y una vez llegados al conocimiento de las mismas podremos explicar la forma y el uso que se les puede dar a cada uno de esos elementos, luego la palabra en sí es un símbolo. Quien es capaz de llegar a conocer el significado de un símbolo quiere decir que ya ha adquirido como mínimo conocimiento. Sin embargo, podemos llegar mucho más lejos a través de la intuición y de la sabiduría, de manera que de inmediato y sin más esfuerzo captemos el significado, causa y fin de todo lo creado, pero claro, hablar de intuición y sabiduría es mucho más que hablar de conocimiento, hemos tenido que adquirir éste, haberlo llevado a nuestro vivir diario en su más auténtica realidad, y como consecuencia de ese trabajo, de ese vivir y compartir amorosamente, llegará la intuición y la sabiduría.

El hecho de que estemos hablando en estos términos ya quiere decir que vislumbramos cierta realidad y que lo que nos falta, a unos más y a otros menos es hollar el Sendero, coger nuestra mochila, quitarle todo el peso de piedras, malas hierbas, resentimientos, etc., etc., y cargarla de AMOR que es infinitamente más que lo que normalmente y humanamente damos. Dar sin pedir, sin juzgar, sin exigir, sin distinción de razas ni colores; eso de lo  que afortunadamente ya venimos hablando: “pensar con el corazón y amar con la mente”.

A partir de esta pequeña introducción, esbozaremos algo de la simbología propiamente dicha y sería bueno decir que los seres de la creación son la manifestación simbólica de una energía invisible que ellos mismos contienen en su interior. Si observamos atentamente podemos ver que la creación entera es  un código simbólico y armónico, con una realidad oculta y misteriosa, a la cual solamente  podemos llegar si traspasamos la apariencia formal y penetramos su profundo contenido. Se dice que "el hombre es lo que conoce", y que todo el conocimiento llega a él a través de símbolos. Las variadas formas de los minerales, las plantas y los animales; los colores, tamaños, sabores y sonidos de las cosas, así como el clima y las mareas, obedecen a leyes naturales dictadas por el Creador a la creación entera, a través de cuya armonía Él mismo se expresa a sus criaturas.

La Simbólica es la ciencia que enseña al hombre a investigar en los misterios del cosmos y la naturaleza,  expresados también en las creaciones de la cultura, donde se emplea el símbolo como vehículo de autoconocimiento. Para ello se emplea el arte de conocerse a sí mismo. Las tradiciones antiguas, que aún permanecen vivas gracias a las escuelas de iniciación que han transmitido y preservado sus enseñanzas ininterrumpidamente, consideran al símbolo como el vehículo más adecuado de expresión de las verdades de orden metafísico, y la Simbólica es la ciencia sagrada que conserva el significado profundo e interno (esotérico) de esos signos misteriosos del universo, de la naturaleza y del ser humano y su cultura. No se llegará a un conocimiento profundo con el único método analítico de la razón, sino apelando a la intuición superior y al intelecto puro.

El símbolo no constituye una finalidad en sí mismo, es solo un vehículo de expresión y de conocimiento,  y ver en él un fin sería caer en las tentaciones de la superstición y de la idolatría.

La  Palabra simboliza un  triple sentido: exotérico, esotérico y trascendente, lo que es igual a decir su significado vulgar o externo, el más profundo que contiene su razón de ser, y el más trascendente que constituye toda  expresión simbólica de LA VERDAD. Por consiguiente, en cualquier campo de la vida, tenemos  que progresar desde un primer conocimiento de lo concreto al reconocimiento de lo más hondo y subjetivo.

En el conocimiento de lo más hondo, de lo subjetivo, llegamos al reconocimiento individual de la Divinidad, bajo el aspecto de Padre o de Madre, que parece haber sido instintivo en cualquier religión que haya sido verdaderamente vivida.

La dualidad es otro símbolo que podemos apreciar en cualquier aspecto de la vida y representada comúnmente por los polos positivo y negativo y que nos hacen respectivamente activos y pasivos. El Bien y el Mal, la Belleza y la Fealdad, la Vida y la Muerte, la Verdad y el Error, el Vicio y la Virtud, la Fortuna y la Desgracia, y tantos pares de opuestos que dominan el mundo y que no existe uno sin el otro, y aquí es donde se nos plantea el eterno conflicto que al mismo tiempo es la esencia de la vida y nuestra manera de evolucionar. Todo par de elementos o principios opuestos y complementarios encuentran un tercer elemento, el intermediario equilibrador o Principio de Armonía, así cesa el conflicto entre los opuestos y la dualidad se hace fecunda y se resuelve en impulso evolutivo, constructivo y progresista. El Padre y la Madre engendran al Hijo, el Hombre, o sea la Criatura Perfecta, nace de la unión del Cielo con la Tierra, realizando la mística unión y la expresión de lo Superior con lo Inferior.

En el campo de las ideas, la Verdad se encuentra una vez examinada la tesis y la antítesis, el pro y el contra sobre un asunto determinado, que nos conduce a la solución del problema que nos ocupa, con la síntesis de los argumentos favorables y los contrarios.  Todo Ternario resulta de una Dualidad, a la cual se le agrega una nueva Unidad del mismo género, que puede considerarse como la resultante de la unión de los elementos constitutivos del Binario o Dualidad. Así, por ejemplo, toda vez que nos esforzamos en unir los dos lados o líneas divergentes del ángulo por medio de una nueva línea horizontal, obtenemos como resultado un triángulo, es decir, la primera y más sencilla de las figuras geométricas.

El triángulo, la figura geométrica resultante de la unión de tres puntos por medio de tres líneas rectas iguales, el triángulo equilátero o regular, cuyos tres ángulos también son iguales, ha sido siempre considerado como un símbolo de Perfección, Armonía y Sabiduría, y, por ende, de lo celestial. El TRIÁNGULO, representa la divinidad.

El estudio del número tres no sería completo sin tener en cuenta las diferentes trinidades y trilogías, de orden filosófico, religioso y moral, que se le relacionan. Encontramos trinidades y trilogías en todas las religiones y en todas las filosofías de  todos los pueblos, y bajo diferentes nombres se halla una misma realidad, un mismo reconocimiento diferentemente expresado.

Desde el triángulo, irradian en sus tres lados otros tantos grupos de rayos que simbolizan la fuerza expansiva del Ser, que desde un punto central infinitesimal se extiende y llena el espacio infinito. Cuando hablamos del CÍRCULO, estamos tratando del UNO, del Gran Hacedor que todo lo contiene.

El círculo es la idea sintética de la perfección.

El Número uno o mónada representa el principio activo,  es la verdadera esencia de todas las cosas, el principio y fundamento de cuanto existe. Es el símbolo del Dios único.

El CUADRADO,  es la principal forma geométrica que debe manipular todo, ya que está relacionado con las formas físicas de los elementos. El cuadrado representa la materia en su aspecto más denso. También el cuadrado o el cuaternario,  representa a la personalidad, expresando  el cuerpo etérico, el físico,  el emocional y el mental. 

Realicemos un breve resumen  con los principales elementos simbólicos que pueden develarse en torno a la Escalera de Jacob.

La escalera de Jacob, es el emblema de las virtudes y de las cualidades espirituales del alma. Los estados de la conciencia en el ser humano, se elevan hacia el cielo como aspiraciones y se manifiestan en nosotros como inspiraciones. Estos son los "ángeles y arcángeles de Dios", que bajan por la escalera.

La Escalera, ofrece un simbolismo que se identifica con un “puente” vertical que se eleva a través de todos los mundos hacia la divinidad. Tiene relación con los estados superiores de evolución y, además, a diferentes grados de iniciación, todo ello entendido en su sentido más profundo y más propiamente esotérico.

La escalera nos sugiere algunas observaciones,  sus dos travesaños verticales corresponden a la dualidad del “Árbol de la Ciencia”, o, en la Cábala hebrea, a las dos “columnas”, la de derecha y la de izquierda, del “árbol sefirótico.

Se ve que la escala ofrece así un simbolismo muy completo: es, podría decirse, como un “puente” vertical que se eleva a través de todos los mundos y permite recorrer toda su jerarquía, pasando de peldaño en peldaño; y, a la vez, los peldaños son los mundos mismos, es decir, los diferentes niveles o grados de la Existencia universal. La escala debe considerarse como apoyada en tierra por su parte inferior, lo cual significa que, para nosotros, nuestro mundo  es el “soporte” a partir del cual debe efectuarse el ascenso.

En otro orden de cosas,  los números son sinónimos de Ideas, y esas Ideas se refieren por ejemplo a la unidad, al binario, a la tríada, completamente distintos entre sí, pero que al mismo tiempo pueden designar la misma energía pero en diversos grados de expresión.

El simbolismo del Santo Grial va más allá de las apreciaciones de los diferentes dogmas y creencias.  Se trata de un icono que proyecta una conexión entre el ser humano y su olvidado origen divino. En concreto y refiriéndonos al ser humano el cáliz al completo estaría representando la personalidad que hay que purificarla, habilitarla, para ser el receptáculo del Verbo.  “El Santo Grial es la copa que contiene la preciosa Sangre de Cristo”, de ahí que el hombre debe hacer crecer a su Cristo interno para llegar a la realización.

El símbolo de la Cruz representa la manera como se llega a esta realización por la comunión perfecta de la totalidad de los estados del Ser en expansión integral en dos sentidos, vertical y horizontal que se cruzan en el centro, donde tiene lugar la comunión perfecta de todos los estados del Ser.

Hay infinidad de símbolos que cada cual irá descubriendo y voy a hacer una breve referencia al  FUEGO  que es un símbolo esotérico y místico muy antiguo y según se nos dice en todas las tradiciones, es el vehículo de la unión con la divinidad.  El fuego es el símbolo del alma en perpetua sed de reintegración, es la síntesis de las transformaciones de los otros tres elementos –tierra, agua y aire-.  El fuego se relaciona con el corazón, y también se identifica con el sol, el vehículo de la luz que es propiamente el símbolo del alma.

Finalmente vamos a hacer mención a la simbología de la PALABRA y nos vamos apoyar en las palabras de la Biblia. Cristo, como todos los grandes Maestros se expresaba con analogías, y sus grandes relatos son parábolas, o lo que es lo mismo, son símbolos que cada quién va a  descubrir su auténtico significado en la medida que su evolución se lo permita. Siempre digo en este sentido que la justicia de Dios es absoluta, cada uno va a entender según lo que se haya capacitado, según lo que haya trabajado y servido, y entonces es cuando se nos dará el ciento por uno, se irá despertando la Intuición y poco a poco la Sabiduría, fuentes directas que nos permiten ver LA VERDAD, sin dudas y sin velos.

Cristo utilizaba mucho la simbología y podemos recordar frases como:

 “No se puede servir a dos señores”. “No juzgad”, “Perdonad”, “No te he dado los talentos para que los entierres”, “Mi Reino no es de este mundo”, … . Sin embargo parece que frases tan sencillas y tan claras no las entendemos y en nuestra vida brillan por su ausencia. Sí que rebuscamos frases del más elevado nivel que quizás ni  entendamos, pero que nos hacen quedar como muy espirituales. ¿Cuánto practicamos de la verdad?.

Confundimos cultura con conocimientos espirituales, y este tipo de conocimientos con sabiduría, y no es lo mismo. Podemos tener cultura y ningún o poco conocimiento espiritual; igualmente podemos aprendernos de memoria  conocimientos espirituales y no haber alcanzado la sabiduría. Por eso es que no sería bueno que practicáramos el engaño, ni hacia los demás ni hacia a nosotros mismos.

El auténtico significado de los símbolos llegará a nosotros cuando estemos en posesión de la sabiduría y esta no se consigue con una varita mágica.

Vamos a seguir con frases o expresiones simbólicas de la Biblia:

 -          “Jesús echa a los mercaderes del Templo”. Difícilmente vemos pasajes del Maestro con formas violentas. Seguramente que en esta ocasión tampoco las utilizó, pero ¿qué se nos querrá dar a entender?.  Muy posiblemente que de vez en cuando tenemos que ser firmes en nuestros criterios y actitudes.

-          “lo que hagáis a uno de éstos a mí me lo hacéis”. Puede estar hablándonos de la fraternidad, del UNO que somos.

 -          “¿Quiénes son mi padre, mi madre y mis hermanos?, estos son mis hermanos, señalando a la multitud”. Creo que todavía no lo hemos entendido porque seguimos pensando que solamente son hermanos los de sangre.

 -          “Perdonad setenta veces siete”. Es igual a decir no juzgues y perdona siempre porque cada cual va por su punto evolutivo y nada sabemos del otro, “conócete a ti mismo”.

-   “No se puede servir a dos señores”.  Es incompatible el materialismo, el egoísmo, la      separación de razas, clases, y todo lo que son apegos a la materia, con la vida espiritual. 

-  “No todo el que dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos”.  El Reino de Dios no lo va a conseguir el que ore mucho y se de golpes de pecho, sino el que cumpla la voluntad del Padre.

-       “Por sus obras los conoceréis” Posiblemente nos está incitando a que nos desarrollemos espiritualmente y solamente nos dejemos guiar por el Maestro interior, aprendiendo a distinguir lo real de lo irreal.

-       “Vende lo que tienes y repártelo a los pobres”. ¿Nos estará diciendo que no podemos tener dinero? Pienso que muy posiblemente todas las riquezas que tengamos en cada etapa de nuestras vidas son para emplearlas bien y nunca manejarlas como el usurero.

-        “Es más difícil que un rico entre en el Reino de los Cielos que un camello por el ojo de una aguja”. Se enlaza esta frase con la  anterior y a mí me dice que verdaderamente es difícil administrar correctamente el dinero porque en el mundo es una gran arma de poder y podemos caer en el error de dejarnos engañar pensando que es nuestro y que podemos hacer lo que queramos con él.

Naturalmente que todas las respuestas que he dado a cada una de estas frases, pueden ser infinitamente mejores y quizás más acertadas, pero no se trata de saber más que el otro, más bien se trata de que profundicemos en la vida para ir descubriendo LA VERDAD.



Ana Castro Valle.



                                                                                                           

Sabiduría en la vida diaria

viernes, 4 de abril de 2014

ESPEJISMO, ILUSIÓN, MAYA Y EL MORADOR EN EL UMBRAL (D.K. "EL TIBETANO")



ESPEJISMO, ILUSIÓN, MAYA Y EL MORADOR EN EL UMBRAL
Enseñanzas del Maestro D. K. “El Tibetano”



Espejismo, Ilusión, Maya y la expresión el Morador en el Umbral, son palabras que durante mucho tiempo han sido empleadas superficialmente por los seudo ocultistas y esoteristas. Tienen la misma acepción o son una diferenciación de ese concepto. Hablando en forma general, aunque son interpretaciones parciales y casi distorsiones de la verdad real, debido a las limitaciones de la con­ciencia humana, han sido interpretadas de la manera siguiente:

El Espejismo es considerado a menudo como la curiosa tentativa de las denominadas "fuerzas negras" para engañar y embaucar a los aspirantes bien intencionados. Muchas excelentes personas se sienten halagadas cuando se enfrentan con algún aspecto del espe­jismo, creyendo que su disciplina ha sido tan buena que las fuerzas negras están suficientemente interesadas en obstaculizar el magní­fico trabajo que realizan, sumergiéndolos en nubes de espejismo. Nada podría estar más lejos de la verdad. Esa misma idea es parte del espejismo de la época actual y tiene sus raíces en el orgullo y la satisfacción humanos.
   
Maya es considerado frecuentemente de la misma manera que el concepto promulgado por la Christian Sciencie (Ciencia Cristia­na) de que no existe la materia. Se nos pide que consideremos todo el fenómeno mundial como maya, y que creamos que su existencia es simplemente un error de la mente mortal y una forma de auto­sugestión o autohipnotismo. Por medio de esta creencia inducida nos vemos obligados a adoptar un estado mental que reconoce lo tangible y objetivo sólo como fisión de la mente imaginativa del hombre. Esto a su vez es también tergiversación de la realidad.

 La Ilusión es considerada también del mismo modo, sólo que (cuando la definimos) ponemos el énfasis en lo finito de la mente humana. No se niega la existencia del mundo de fenómenos, pero consideramos que la mente lo interpreta mal y rehusa verlo como es en realidad; esta mala interpretación constituye la Gran Ilusión.
   
 El Morador en el Umbral se cree que representa generalmente la prueba final para demostrar el valor del hombre y que se trata de una gigantesca forma mental o un factor que debe ser destruído antes de recibir la iniciación. Muy pocas personas saben con exacti­tud qué es esta forma mental, pero su definición incluye la idea de una enorme forma elemental que cierra el camino hacia el sagrado portal, o también la idea de una forma construída algunas veces por el Maestro del discípulo para probar su sinceridad. Algunos lo ven como la suma total de las fallas del hombre, su naturaleza perversa, que le impiden reconocer que está capacitado para hollar el Sendero de Santidad. Sin embargo, ninguna de estas definiciones da una verdadera idea de la realidad.

Hablando en forma general haré notar aquí que estas cuatro expresiones son cuatro aspectos de una condición universal resul­tante de la actividad en tiempo y espacio de la mente humana. ¡La actividad de las MENTES! Reflexionen sobre esta frase porque proporciona la clave de la verdad.

El Problema de la Ilusión reside en que es una actividad del alma y el resultado del aspecto mental de todas las almas en ma­nifestación. El alma está sumergida en la ilusión y no puede ver con claridad hasta el momento en que aprende a verter su luz, haciéndola llegar a la mente y al cerebro.

El Problema del Espejismo se manifiesta cuando la ilusión men­tal es intensificada por el deseo. Lo que los teósofos llaman "kama­-manas”' produce espejismo. Constituye la ilusión en el plano astral.

 El Problema de Maya en realidad es similar al anterior, más la intensa actividad que produce el espejismo y la ilusión en los ni­veles etéricos. Es esa vital e irreflexiva CONFUSIÓN emotiva (tal es la palabra que deseo emplear) en que parecen vivir siempre la mayoría de los seres humanos.

El Morador en el Umbral es ilusiónespejismo-maya, tal como lo comprende el cerebro físico y reconoce como aquello que ha de ser superado. Es la forma mental que produce confusión; la enfrenta el discípulo cuando trata de penetrar a través del espejismo acu­mulado durante épocas, para hallar su verdadero hogar en la luz.

Lógicamente lo antedicho, sólo constituyen generalizaciones y el resultado de la actividad de la mente analítica, pero sirve para expresar parte del problema en palabras e impartir a las mentes una forma mental definida de lo que más adelante será dilucidado detalladamente.

En cuanto a las causas que han producido esta condición mun­dial, ¿qué puedo decirles que tenga significado para sus mentes? La causa subyace desde muy atrás, en la conciencia de los "Dioses Imperfectos". ¿Significa realmente algo esta frase? Temo que muy  poco. Debemos descender al terreno práctico y tratar el asunto sólo en lo que concierne a la humanidad. Más adelante nos ocupa­remos brevemente de la ilusión planetaria, pero el problema inme­diato, frente al hombre, y la contribución significativa del discípulo consiste en disipar gran parte del espejismo en el que la humanidad está sumergida y que, durante la futura era acuariana, desapare­cerá mayormente en conexión con la vida astral de la raza. Qui­siera llamarles la atención sobre el hecho de que los pensadores empezarán a liberar al mundo de la ilusión por la meditación y la técnica de controlar la mente. De aquí el acrecentado interés por la meditación, a medida que el peso del espejismo mundial se va percibiendo cada vez  más, y de allí la vital necesidad de compren­der correctamente la forma de controlar la mente.

Otro punto que debe señalarse es que, con la cristalización de esta era materialista, viene la gran oportunidad para asestar un golpe mortal al Morador en el Umbral planetario. La reacción actual, por la fuerza de las circunstancias, está trayendo una mayor comprensión espiritual y una reorganización de los valores huma­nos; esto es parte del proceso que disipará una parte vital del espejismo mundial si los hombres de buena voluntad, que se hallan dentro del aura mundial, se dedican a realizar la tarea asignada.
    
Cuando el Buda estuvo en la Tierra y logró la iluminación, "hizo descender" un haz de luz sobre el problema mundial, mediante la enunciación de las Cuatro Nobles Verdades. Su grupo de discípulos y Sus novecientos arhats hicieron de esas cuatro grandes ver­dades, la estructura dogmática y doctrinaria que -por el poder del pensamiento colectivo- ha ayudado grandemente a atacar la ilusión mundial. Cristo está llevando a cabo hoy la misma gran tarea y, en el significado espiritual de Su inminente venida (en lenguaje simbólico), Él y Sus nueve mil arhats asestarán un segundo golpe al espejismo mundial. Para esto nos preparamos. Sólo la intuición puede disipar la ilusión y, por ende, la necesidad de entrenar a intuitivos. De allí el servicio que pueden prestar a esta causa ge­neral, ofreciéndose para recibir este entrenamiento. Si pueden ven­cer el espejismo en sus propias vidas y, por lo tanto, comprender la naturaleza de la ilusión, podrán ayudar en:

a.   la destrucción del morador en el umbral,
b.   la desvitalización del maya general,
c.   la eliminación del espejismo,
d.   la disipación de la ilusión.

Esto deberán efectuarlo en sus propias vidas y en la relación grupal. Luego la contribución general ayudará a resolver los asun­tos humanos. También, la agudeza del intelecto y la iluminación de la mente, más el amor y la intención, contribuirán muchísimo. Reitero mi llamado para este servicio.

miércoles, 2 de abril de 2014

LAS CRÍTICAS A MADAME BLAVATSKY, POR DELIA STEINBERG GUZMÁN



LAS CRÍTICAS A MADAME BLAVATSKY, POR  DELIA STEINBERG GUZMÁN
- Una reivindicación necesaria- “Revista  Nueva Acrópolis”


En el mes de mayo se cumple un aniversario más de la muerte de Helena Petrovna Blavatsky, conocida como H.P.B. por sus discípulos y amigos, fundadora de la Sociedad Teosófica, figura enigmática dotada de extraordinarios poderes y entusiasta difusora del antiguo y tradicional espiritualismo en el Occidente materialista del siglo XIX.

Desaparecida en 1891, dejó tras de sí un rastro de misterio que en nada diluyen las biografías que sobre ella se han escrito, ni las que la elevan a la altura de sus grandes Maestros ni las que intentan hundirla en una espesa masa de críticas.

Desde las páginas de esta Revista le hemos dedicado numerosos artículos destacando su obra prodigiosa, su saber incomparable y la lealtad de una existencia dedicada al servicio de sus Maestros. De todos modos, siempre nos faltaría espacio y tiempo para elogiarla suficientemente y siempre habría un nuevo matiz que señalar para enriquecer aún más su personalidad.

Sin embargo, en esta oportunidad queremos detenernos en un aspecto de la vida de H.P.B. que, si se ha considerado, ha sido para repetir sin más las versiones «oficiales» al respecto. Nos referimos a las terribles críticas que tuvo que sufrir por parte de aquellos que no la comprendieron, que jamás tuvieron fe en ella o que -por qué no decirlo- sucumbieron a la envidia y a los celos.

Críticas, prensa «amarilla», denigración, descalificación e infundios parecen métodos modernos y propios de nuestras últimas décadas del siglo XX. Pero lo triste es que en nada somos novedosos, ni siquiera en estas fórmulas de destrucción moral y psicológica.

Un personaje como H.P.B., extraña e incomprensible como mujer, como filósofa, como mística, como escritora, en su conjunto total, desató las más encontradas reacciones a su paso: amores y fidelidad, envidias y traiciones, todo menos frialdad y desinterés.
Es difícil y complejo seguir la ruta de su vida desde que a los 17 años abandonó al marido de casi 70 que le impusiera su familia. Viajes y más viajes, idas y venidas, aparentes marchas y contramarchas marean al investigador que en muchas ocasiones pierde incluso las huellas hallándose ante un vacío de datos que aparecen como deliberadamente ocultos a los ojos de la vulgar curiosidad. Citando a uno de sus biógrafos, P.A. Sinnet, apuntamos: «Raramente descubriríamos motivos vulgares en sus actos, y frecuentemente ni ella misma era capaz de decir "por qué"^ se disponía a ir allá o acullá en determinado momento. El motivo inmediato de sus procederes serían las órdenes recibidas por ocultos conductos de percepción, y a pesar de cuan rebelde e indómita había sido en su mocedad, una "orden" de su "Maestro" bastaba para determinarla a emprender el más ingrato viaje, con paciente confianza en su buen resultado, y la seguridad de que cuanto quiera le fuese así ordenado tendría óptimas consecuencias.» Y continúa exponiendo Sinnet que no sólo llamaban la atención sus insólitos viajes, sino también algunos aspectos de su carácter, algunos errores derivados de un exceso de confianza hacia personas de poca calidad y detalles similares que en principio no encajaban con la condición espiritual de H.P.B. y la obra que le había sido asignada. Al decir de Sinnet, estas situaciones o actitudes inexplicables para el profano, respondían a razones no siempre comprensibles derivadas de la estrategia general de los Maestros que dirigieron tanto la tarea de divulgar los auténticos conocimientos esotéricos, como la evolución individual de H.P.B. en tanto que discípula.

A la luz del tiempo transcurrido el resultado de su vida puede interpretarse como un fracaso si se quiere: la Sociedad Teosófica nunca llegó a detentar la relevancia soñada por sus fundadores; la misma H.P.B. tuvo que fundar otros grupos de carácter más interno para lograr la correcta captación y vivencia de sus enseñanzas; la gente de su época no supo valorar sus esfuerzos y, al contrario, los relacionó con ocultas y malignas intenciones. Pero en verdad hubo una semilla fuertemente imbricada en la civilización de estos dos últimos siglos que deja entrever un desarrollo de insospechado esplendor en un futuro no muy lejano. Muchos conceptos olvidados para Occidente volvieron a adquirir actualidad, se dió cabida a múltiples investigaciones psicológicas y parapsicológicas, la vida y la muerte se enfocaron con una mirada mucho más filosófica y el hombre interno pudo recuperar su sitio como raíz de las manifestaciones externas.

Lo doloroso en el caso de H.P.B. y de otros muchos pioneros del saber, fueron las reacciones inmediatas, las batallas de críticas y juicios que desataron a su alrededor, sobre todo en los últimos años de su existencia, precisamente cuando tenía entre manos la gestación de su monumental Doctrina Secreta.

Ella, que fue duramente acusada de falsificar fenómenos mediumnímicos para atraer la atención de la gente o para su propio beneficio económico, escribía a su hermana en 1875: «Cuantos más médiums veo (pues los Estados Unidos son un verdadero plantel, el más prolífico semillero de médiums y sensitivos de toda clase, tanto auténticos como artificiosos), más claramente advierto el peligro que rodea a la humanidad.»

Bien es cierto que cuando H.P.B. tuvo que dar a conocer las finalidades espiritualistas de la Sociedad Teosófica, no tuvo más remedio que emplear sus propios poderes para emular el espiritismo que tan de moda estaba entonces en los Estados Unidos y tan relacionado con todo lo que se consideraba misticismo. Pero siempre dejó muy clara la diferencia entre un caso corriente de mediumnidad (en el que el médium es «objeto» inconsciente del «espíritu» que lo anima) y el poder de convocar y entenderse con los espíritus conscientemente, aunque la falta de preparación y conocimientos por parte del público no permitió establecer esa distinción con exactitud.

No obstante, la cantidad de relatos y testigos válidos sobre los poderes extraordinarios de H.P.B., indican que la capacidad de esta mujer excedía en mucho a la del mejor espiritista de su época. Y si hubiera querido preparar «montajes» espectaculares, le hubiera bastado con optar por los más sencillos y no por los más difíciles e inexplicables.

Otra de las duras críticas con que la asediaron fue la de haber «inventado» a los Maestros de Sabiduría que la dirigían para dar mayor peso y verosimilitud a la Sociedad Teosófica. Sin embargo, mucho antes de haber fundado esta Sociedad, H.P.B. ya habló de sus Maestros en general y de «su» Maestro en particular, al que reconoció en Londres el día en que cumplió sus veinte años... Al contrario, si hubieran sido obra de su fantasía, no hubiera desplegado tanta energía para hacer que sus mejores discípulos entraran en contacto con Ellos. Algunos lo consiguieron y otros no...

El Coronel Olcott, cofundador de la Sociedad Teosófica, hombre de gran valor militar y jurisconsulto de profesión, no tuvo reparos en admitir la realidad y el impulso civilizador que otorgaban estos Maestros, tanto como para decidirse a sumar fuerzas y ponerse al lado de H.P.B. Pero los débiles e ineptos, los que no fueron capaces de desprenderse del egoísmo personal en aras de un auténtico desarrollo espiritual, prefirieron negar la existencia de los Maestros antes que admitir su propia incapacidad y fracaso.

La forma de ser de Blavatsky, generosa y sincera, le atrajo asimismo poderosos enemigos. Y es que ni ahora ni entonces fueron bien vistas la verdad y la franqueza. La sociedad rechaza a quien muestra sus errores y fisuras, a quien deja de lado los convencionalismos absurdos y cristalizados y esgrime sin temor sus propias ideas. Nunca faltaron mártires por tales causas...

Sumemos a todo esto la libertad con que trató a los nativos una vez que se instaló en la India en 1878. Aunque partidaria del gobierno inglés para el estado socioeconómico en que se vivía en aquel país (y no por inclinaciones políticas sino humanitarias), no por eso dejó de defender y estar en contacto constante con los indios, apoyándolos cada vez que lo creía justo, y atrayéndose con ello la poca estima de todos los residentes ingleses. Esto le valió ser sometida a un espionaje policial que de nada sirvió, salvo para que H.P.B. ejercitara su sarcástico sentido del humor y la ironía irritante de sus expresiones despectivas hacia quienes buscaban culpas y delitos inexistentes.

Si bien es cierto que solía encolerizarse contra las injurias y las calumnias que se publicaban en la prensa o que a veces le llegaban directamente por cartas, también es verdad que su espíritu no quedaba mucho tiempo atrapado por estas circunstancias y en cambio volaba en pos de ideas elevadas, trabajos y conversaciones que reflejaban sin lugar a dudas su elevación interior. No se puede afirmar que gozara de un carácter dulce y apacible, sumiso a las exigencias de su época; al contrario, presionada por su itinerario discipular interno y secreto, y al mismo tiempo obligada a mantener un trato constante con su mundo circundante, caía en extremos de conducta que iban de la máxima comprensión a la máxima irascibilidad, extremos difíciles de entender para quienes sólo mantuvieron con ella un trato superficial.

Para ayudar a la Sociedad Teosófica en la India y a la vez ganar su propio sustento, comenzó a editar y escribir una revista mensual, El Teósofo, realizada con mínimos cargos por algunos miembros de la mencionada Sociedad. Esto bastó para que la prensa adjudicara a los fundadores de la Teosófica sustanciosas ganancias en base a la «explotación» de los «adictos». Parece que ni entonces ni ahora cabe en la mente de los mercenarios el trabajo voluntario y desinteresado por una causa que se concibe libremente justa y noble...

Cuesta admitir que fuera una persona sin escrúpulos y amante de las riquezas, por cuanto pasaba la mayor parte del día trabajando, escribiendo desde primeras horas de la mañana artículos y traducciones que enviaba a revistas rusas, cartas para las distintas secciones y personas de la Sociedad Teosófica y atendiendo a decenas de visitantes que acudían a ella por mil y un motivos. Lo suyo no era precisamente acostarse temprano ni levantarse tarde. Lo suyo no fue acumular fortuna ya que la muerte la sorprendió con apenas lo que llevaba puesto.

Durante los años 1882 y 1883 arreciaron los ataques e insultos de toda índole, fundados como siempre en estos casos no en las ideas o acciones de H.P.B., sino en sus supuestos fraudes económicos, desconociendo por conveniencia que había aportado todos sus bienes personales a la causa de la Teosofía. Artículos difamatorios y respuestas por su parte ocuparon desgraciadamente buena parte del tiempo de H.P.B. y de sus fieles amigos.

Hallándose muy enferma y casi convencida de que moriría muy pronto, escribió una carta al matrimonio Sinnet, antes de partir hacia los Himalayas por requerimiento de sus Maestros: «Adiós a todos, y si me muero antes de veros, no me creáis "impostora", porque juro que os dije la verdad, aunque mucho de ella os oculté. Espero que la señora X no se deshonrará evocándome con algún médium. Dadle la seguridad de que si alguien se aparece, no será nunca mi espíritu ni nada mío, ni siquiera mi cascarón, que murió hace ya mucho tiempo. Vuestra todavía en vida: H.P.B.»

Superó su enfermedad y abandonó la India. Desde 1883 empezó otra serie de viajes: Francia, Inglaterra, Alemania... Allí donde estaba, y a pesar de su disgusto por los fenómenos, se veía rodeada de situaciones extraordinarias que fueron presenciadas y corroboradas por muchas personas, algunas de las cuales no dudaron en retractarse luego de aquello que habían visto, atribuyéndolo a un simple (?) fenómeno de hipnosis colectiva.

Objeto de ingratitudes inimaginables, H.P.B. tuvo que soportar la traición de los esposos Coulomb, a los que en su momento había acogido en su casa de Bombay y luego en Madrás cuando carecían de todo medio de vida. Sin embargo, este matrimonio se dedicó a falsificar unas cartas y atribuirlas a H.P.B., enviándolas para su publicación a la revista Christian College Magazine. Allí se afirmaba la complicidad entre los tres -los Coulomb y H.P.B.- para montar fenómenos parapsicológicos fraudulentos que asombrasen al público y poder así obtener copiosos fondos. Por contra, el Sr. St. George Lane Fox publicó una carta en The Times, puntualizando la mala conducta del matrimonio Coulomb en la residencia de la Sociedad Teosófica en Adyar, de la que fueron despedidos como conserjes por sonsacar dinero reiteradamente a los socios.

La notoriedad de estas difamaciones motivó que la Sociedad de Investigaciones Psíquicas de Londres designara al Sr. Richard Hodgson para viajar a Madrás y averiguar sobre el terreno la veracidad de lo expuesto en las cartas de los Coulomb. Hodgson llegó a Madrás en noviembre de 1884 y se quedó allí hasta abril del año siguiente; de regreso a Londres ofreció un informe totalmente desfavorable hacia H.P.B. y la comisión designada para esta investigación dictaminó en una reunión celebrada el 24 de junio, que las cartas eran auténticas según los peritos y que, por lo tanto, era evidente la culpabilidad de H.P.B. como promotora de fenómenos fingidos para favorecer el mantenimiento de la Sociedad Teosófica.

De entonces datan muchas cartas de nuestra filósofa, quejándose de los métodos empleados en la investigación, del haber interrogado sólo a sus enemigos, de recortar párrafos extrapolados de cartas, de acusarla sin fundamentos de «espía rusa» confundiendo un manuscrito escrito en la antigua lengua «zenzar» con documentos en clave... «Es inútil todo intento de convencer con la palabra o con la pluma a gentes que me creen culpable. No cambiarían de opinión... Deben de ser muy famosos peritos los que dieron por auténticas las cartas de los Coulomb. El mundo entero podrá inclinarse ante su dictamen y sagacidad; pero al menos hay en este ancho mundo una persona a quien nunca convencerán de que escribió aquellas estúpidas cartas, y esta persona es H.P. Blavatsky.»
Durante los últimos meses de 1885, H.P.B. comenzó a dar forma a su Doctrina Secreta. Se hallaba inspirada y confiaba plenamente en la importancia de esta obra. Sin embargo, a finales de ese año le hicieron llegar una copia del «Informe Hodgson» publicado en las Actas de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas. Su reacción fue tremenda y el dolor y la indignación le impidieron continuar con su labor durante un buen tiempo. Ese Informe, publicado en diciembre de 1885, en doscientas páginas en letra pequeña, estaba lleno de adiciones y enmiendas al original, plagado de incriminaciones sin pruebas o de pruebas artificiosas que intentaban demostrar, entre tantas otras cosas, la falacia de las Cartas de los Maestros recibidas en la India durante algunos años.

H.P.B. tuvo que soportar un juicio sin antecedentes en el que en ningún momento se le concedió el derecho a la defensa, apoyándose en la teoría de que las afirmaciones del fiscal eran suficiente prueba. Ella, que había hecho de su vida un libro abierto de acercamiento a las verdades espirituales, se vio reducida, ante la opinión pública, a la medida de una impostora en cuanto a cartas y fenómenos, cuando no a una espía rusa que trataba de fomentar en la India la deslealtad hacia el gobierno británico. Nuevas cartas de protesta surgidas de su pluma vieron la luz: sus argumentos eran sin duda mucho más firmes que las acusaciones sostenidas contra ella, pero ni siquiera tuvo el dinero suficiente como para entablar una querella contra la comisión y contra el investigador que tan cruelmente la habían injuriado.

Sin embargo, la Historia tiene caminos insospechados y respuestas que, aunque tarde, arrojan luz sobre las injusticias. Lo lamentable es que haya que esperar mucho tiempo, a veces siglos, para reparar una falsa acusación cuando ya no existen acusados ni acusadores y cuando la incidencia en la opinión pública no tiene la misma dimensión que en el momento de ocurridos los hechos. Hoy podemos leer el perdón concedido a Galileo, pero nadie puede borrar el sufrimiento de Galileo en el momento en que tuvo que ceder ante sus detractores...

En una biografía titulada Helena P. Blavatsky o la respuesta de la esfinge del autor francés Noel Richard-Nafarre, encontramos una interesante y prácticamente desconocida noticia sobre la retractación del Informe Hodgson. Tras cien años, y a instancias mismas de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas, se ha revisado el Informe antes citado y se han refutado los procedimientos empleados así como las conclusiones obtenidas.

En el mes de abril de 1986 apareció en el periódico de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas la primera refutación del famoso Informe difamatorio de diciembre de 1885 publicado en el mismo órgano de difusión.

La revisión y refutación del Informe estuvo a cargo del Dr. Vernon Harrison, miembro también de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas, quien tomó a su cargo esta labor a fin de dejar en descubierto el conjunto de falsedades que tanto daño hicieron a la imagen de H.P.B. y que tanto material facilitaron a sus detractores.

V. Harrison presenta el trabajo de Hodgson con las siguientes palabras: «Durante años Hodgson ha sido considerado como el ejemplo de un perfecto investigador en el terreno psíquico, y su informe como un modelo de lo que debe ser un informe sobre la investigación psíquica. Yo mostraré, por el contrario, que el Informe Hodgson es un documento altamente partidario, al que no puede reconocerse ningún derecho de imparcialidad científica. Es la requisitoria de un comité de acusación que no duda en seleccionar las pruebas convenientes para su interés, ignorando y suprimiendo todo lo que tiende a contradecir su tesis. La palabra de la defensa jamás ha sido escuchada».

Esta nueva publicación de 1986 afirma: «En esta edición de nuestro periódico, que sale casi exactamente cien años después de la publicación del Informe Hodgson, nos sentimos felices -en interés de la verdad y para enmendar honorablemente cualquier ofensa de la que pudimos ser causa- de publicar asimismo el análisis de un experto en escritura. Su experiencia es particularmente pertinente en esta oportunidad, pues el Informe Hodgson se refiere al origen de ciertas cartas que declara haber sido falsificadas por la misma Mme. Blavatsky.» El redactor en jefe de este periódico confirma la competencia del autor: «El Dr. Vernon Harrison, antiguo presidente de la Real Sociedad de Fotografía, ha sido durante diez años director de investigaciones en Thomas De La Rue, impresor de billetes de banco, pasaportes y sellos, etc..., al punto de que probablemente no haya gran cosa que ignore respeto de la falsificación.»

El mismo Harrison clarifica su posición ya que no intenta pronunciarse sobre la inocencia o culpabilidad de H.P.B., ni tampoco hacerlo sobre el contenido de las Cartas de los Maestros; entiende que ésta sería una tarea apasionante aunque muy difícil dado el tiempo transcurrido desde entonces y la carencia actual de pruebas y testigos. En todo caso, llevado por su espíritu de justicia, denuncia la incorrección con que fue elaborado el Informe Hodgson y que, desde el punto de vista del derecho, las incriminaciones imputadas a H.P.B. no han sido probadas en ningún momento.

Harrison relaciona su refutación con el famoso caso Dreyfus y el «Yo acuso» que se lanzó en aquel momento. También viene a nuestra memoria aquella sentencia de Don Quijote no menos famosa y significativa: «Ladran Sancho, señal de que caminamos.» Y es que siempre ha habido distintos tipos de perros y, por consiguiente, de ladridos; está el noble animal que ladra de alegría en presencia de su amo o el que intenta protegerlo de todo mal anunciándolo a voces. Pero hay perros que no son tales y que sólo gritan ante los que avanzan: son como muñecos inválidos y sin vida que protestan por todo lo que es diferente de ellos.

Indudablemente es positivo y reconfortante que, aunque cien años después, se pueda restituir la memoria de un personaje de la talla de H.P.B. despojándola de las falsas injurias que en su tiempo le hicieron tanto daño. Pero sería mucho más positivo para la humanidad apreciar las cosas en el momento justo, libre de prejuicios y de estrechez mental. A veces la justicia fuera de lugar es igual a la injusticia, y la injusticia, dependiendo de quién viene, es lo mismo que un elogio.

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Sé que a H.P.B. Ie sobran argumentos proporcionados por su misma vida para que esta sencilla apología quite o agregue algo a su merecido valor. A ella no le hacen falta estas palabras, pero a nosotros sí. Por eso las escribimos en este mes de mayo en que, como nunca, más que su muerte, experimentamos la presencia siempre viva de sus enseñanzas.

lunes, 31 de marzo de 2014

ENSEÑANZA (D.K. “EL TIBETANO”)



ENSEÑANZA  (D.K. “EL TIBETANO”)



Los iniciados reciben directamente instrucciones de los Maestros o de algunos de los grandes devas o ángeles. Estas enseñanzas se imparten generalmente por la noche, en clases poco numerosas o, si la ocasión lo justifica, individualmente en el estudio particular del Maestro. Lo antedicho se aplica a los iniciados encarnados o a quienes están en los planos internos. Si están en los niveles causales reciben instrucción, en cualquier momento que se considere aconsejable, directamente del Maestro al ego (alma).

A los discípulos encarnados se los instruye en grupos, en el ashrama (grupo) del Maestro, o en clases, durante la noche. Aparte de estas reuniones regulares, y con el objeto de recibir enseñanza directa  por un motivo especial, el Maestro puede llamar a Su estudio a un discípulo para una entrevista privada, o cuando quiere ver a un discípulo para alentarlo, prevenirlo o decidir si su iniciación es conveniente. La mayor parte de la tutela de un discípulo está en manos de algún iniciado o discípulo avanzado, que vigila a su hermano menor y es responsable, ante el Maestro, de su progreso, informándolo regularmente. El karma es, en gran parte, el árbitro de esta relación.  

Todos los instructores que aceptan discípulos para ser entrenados y tratan de utilizarlos en el servicio mundial, emplean el mismo método: exponen un hecho (muchas veces velado en palabra u oculto en un símbolo) dejando luego que el discípulo haga sus deducciones. De esta manera se desarrolla la facultad de discriminar, método esencial que libera al Espíritu de las ligaduras de materia y le enseña a discernir entre la ilusión y lo que ella vela.  

Hay muchas cosas contra las cuales, deben luchar los instructores de los planos internos, debido a la lentitud de los procesos mentales de estudiantes en cuerpo físico. Quienes aspiran a este difícil trabajo deben observarse a sí mismos con mucho cuidado y mantener la paz y la serenidad internas y la elasticidad mental, que les permita ser de alguna utilidad para proteger y guiar a la humanidad.  

El desasosiego de la vida diaria pide a los instructores de los niveles egoicos llegar a ustedes. Procuren permanecer serenos durante el trascurso de la vida, y obtener la calma interna en el trabajo y en el esfuerzo, en los planes y en las aspiraciones. Retráiganse constantemente en el trabajo interno, cultivando la respuesta a los planos superiores. Los Maestros necesitan un perfecto y constante aplomo interno, de parte de quienes tratan de utilizar.

El grupo de instructores con quienes pueden estar en contacto los aspirantes comunes y los discípulos en probación, en el plano mental, son hombres de pasiones similares, pero con mayor experiencia en el sendero y un autocontrol más sabio de sí mismos. No trabajan con aspirantes por sentir afecto personal, sino porque la necesidad es tan grande que buscan a quienes puedan ser entrenados. La actitud mental requerida es rápida captación, habilidad de registrarlo y no dudar hasta tener mayor conocimiento. Luego se le urge al aspirante dudar de todo.  

Cuando ha dominado de esta manera una lección, preparada, y cuando el estudiante sabe una determinada serie de lecciones, se gradúa y recibe una iniciación. El grupo que él instruye se beneficia por el paso dado, porque cada discípulo lleva consigo, en forma peculiar e indefinida, a quienes instruye. El beneficio sobre una unidad repercute en el conjunto. En forma similar el Maestro lleva consigo a Sus discípulos hacia adelante y hacia arriba.  

A la luz de su propia intuición y mente iluminada (desarrollados y llevados a la utilidad por la meditación) traten de extraer para sí ese aspecto de la enseñanza apropiada y que puede ayudarlos, interpretándola a la luz de su propio progreso y necesidad.

Los días de contacto con la personalidad, atención de la personalidad y mensajes personales, hace tiempo que han terminado, excepto en el valle de la ilusión que está en el plano astral. Estas son palabras duras, pero ningún verdadero discípulo las interpretará mal. Por su propia y profunda experiencia y lucha,  sabe que es así. Lo importante es el grupo de Maestros, la Jerarquía como un todo y su interacción con la humanidad.  

Gran parte de ellas pregonarán su condición de escuelas esotéricas, pero nada impartirán de carácter realmente esotérico. Sólo atraerán a los incrédulos y tontos. Ya existen muchas que así se desempeñan. Otras que impartirán entrenamiento esotérico y ocultista se abstendrán de promulgar toda indicación al respecto, sin embargo, proporcionarán la enseñanza necesaria. La Ciencia de la Meditación y la construcción consciente del antakarana serán las dos etapas preliminares del programa esotérico. La verdadera enseñanza sobre la meditación y construcción del puente de luz entre la Tríada y la personalidad, es la enseñanza más avanzada impartida hasta ahora.

Sin embargo, la humanidad ya está preparada para un desarrollo extremadamente rápido, y esta preparación se irá demostrando crecientemente en el período de posguerra, debiendo prepararse para ello los discípulos del mundo. Los factores que lo harán factible son dos, siendo el primero el tremendo estímulo de la guerra, sus exigencias y consecuencias, ha proporcionado a la conciencia humana, y el segundo, la entrada de almas muy avanzadas desde el año 1925, las cuales estarán preparadas para dar el entrenamiento e instrucción necesarios cuando llegue el momento propicio; poseen el conocimiento cuando vienen a la encarnación y saben, en forma normal y lógica, lo que el moderno estudiante de esoterismo está luchando por captar y comprender.  

Todo entrenamiento esotérico o espiritual, debe ser auto-aplicado, y esto es tan cierto para el Cristo, como para el más humilde aspirante.  

El verdadero educador debe ser honesto y sincero con todos los buscadores. Su tiempo (hasta donde está limitado por la ecuación tiempo en el plano físico) es demasiado valioso para desperdiciarlo en cortesías sociales o en abstenerse de criticar cuando se persigue un buen propósito. Debe confiar totalmente en la sinceridad de aquellos a quienes enseña. Censurar y señalar las fallas y los errores no siempre resulta útil, porque puede servir no sólo para aumentar la responsabilidad, provocar el antagonismo o incredulidad, o causar depresión, tres de los resultados más indeseables de la crítica.

 Los que pertenecen al rayo de la enseñanza deben aprender a enseñar enseñando. No hay método más seguro, siempre que vaya acompañado de un profundo amor personal, aunque al mismo tiempo impersonal, hacia quienes deben ser instruidos. Sobre todo quisiera señalar que se ha de inculcar el espíritu grupal, primera expresión del verdadero amor.  

La información sobre la Jerarquía debería seguir las siguientes líneas:

1. Poner el énfasis sobre la evolución de la humanidad y particular atención a su meta, la perfección. No es la perfección idealista del místico visionario, sino el control del instrumento, el hombre en encarnación, por el alma interna e influyente. Debería acrecentarse más el conocimiento de la constitución del hombre.

2. Enseñar la relación del alma individual con todas las almas y al mismo tiempo reconocer que el tan esperado reino de Dios es simplemente la aparición en la Tierra de hombres controlados por el alma, que en la vida cotidiana pasan por sus diversas etapas.

3. Por el reconocimiento de esta relación puede deducirse la realidad de la Jerarquía espiritual y acentuarse la normalidad de Su existencia. Será evidente el hecho de que el reino siempre ha estado presente, pero no reconocido, debido a que relativamente pocas personas pueden expresar aún su cualidad.

4. Cuando este reconocimiento se haya generalizado, la idea (permanentemente presente en este momento en la conciencia humana en todas partes) y el buen sentido, testimoniarán la realidad de la Presencia de Quienes alcanzaron la meta; la demostración de Su divinidad será considerada normal, constituyendo un objetivo universal y es la garantía de la realización futura de la humanidad; entonces podrán ser demostrados los distintos grados de la divina expresión, abarcando desde el discípulo en probación, a través de los discípulos, hasta Quienes lograron la maestría y ascendieron hasta el Cristo, incluyéndolo.

5. Así, gradualmente, la idea o el concepto sobre la existencia corpórea de los Maestros, será inculcado y paulatinamente será aceptado; se desarrollará una nueva actitud hacia el Cristo que incluirá todo lo mejor que el pasado nos ha dado, pero que integrará a los hombres para que consideren en forma más sensata y aceptable todo el problema.

6. Llegará el momento en que se aceptará la presencia en la Tierra del Cristo como Guía de la Jerarquía y Regente del reino de Dios; los hombres comprenderán también la verdad de la actual afirmación revolucionaria de que en ningún momento Él la ha dejado.

7. Se pondrá también acrecentadamente el énfasis sobre el Plan en desarrollo, y los hombres tendrán que reconocerlo por el estudio de la evolución de la familia humana, la detenida consideración de los procesos históricos y el análisis comparativo de antiguas y modernas civilizaciones y culturas. El hilo del propósito será observado y seguido siglo tras siglo, integrando no sólo la historia de un solo y completo relato de la revelación de las cualidades divinas por intermedio de la humanidad, sino integrando con ella y en ella, todas las filosofías mundiales, el tema central de todo arte creador y el simbolismo de la arquitectura y de las conclusiones de la ciencia.  

En realidad, la humanidad nunca ha vivido de acuerdo a la enseñanza dada. La impresión espiritual impartida por el Cristo, el Buda o Krishna (transmitida a la masa por sus discípulos), no ha sido expresada como se esperaba. Los hombres no viven de acuerdo a lo que ya saben; tampoco utilizan en forma práctica la información que poseen; su luz está en cortocircuito; no se disciplinan; los controla el deseo codicioso y la ambición ilegal, y no el conocimiento interno.

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