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sábado, 17 de mayo de 2014

IMPERSONALIDAD (D.K. "EL TIBETANO")



IMPERSONALIDAD (D.K.)



La impersonalidad es una cualidad peculiarmente difícil de alcanzar, especialmente por las personas que llegaron a una integración de alto grado. Existe una estrecha interrelación entre impersonalidad y desapego. Estudien esto. Muchas ideas muy estimadas, cualidades difícilmente adquiridas, virtudes cuidadosamente nutridas y creencias poderosamente formuladas, militan contra la impersonalidad. Es difícil para el discípulo, al principio de su entrenamiento, mantener firmes sus ideales, perseguir incansablemente su propia integración espiritual y orientarse impersonalmente hacia otras personas. Desea que sus luchas y realizaciones sean reconocidas; anhela que la luz que ha contribuido a intensificar produzca una reacción en otros; quiere ser conocido como discípulo; ansía demostrar el poder adquirido y su naturaleza amorosa muy desarrollada, para despertar admiración o por lo menos oposición. Pero nada de esto ocurre. No se lo considera mejor que sus hermanos, en consecuencia, la vida no le resulta satisfactoria.

Estas verdades surgen del autoanálisis, y pocas veces  se las formu­lan y encaran; por lo tanto, debido a que trate de ayudarlos, las formulo y los enfrento con ellas. Le resulta difícil al hombre o mujer inteligente ver a quienes están estrechamente asociados con ellos, ocuparse de la vida y sus problemas, desde un punto de vista propio y totalmente distinto al suyo, manejados (desde el punto de vista del discípulo) en forma débil y tonta y cometiendo aparentemente serios errores de juicio o técnicos. Sin embargo, hermanos míos, ¿por qué se sienten tan seguros de que están en lo cierto y que su punto de vista es lógicamente correcto? Posiblemente su perspectiva de la vida y su interpretación de la situación, necesitan reajustarse y sus móviles y actitudes elevarse y purificarse. Y aunque para ustedes fuera lo mejor y más elevado que pueden alcanzar en determinado momento, sigan su camino y dejen que su hermano siga el suyo.

Esta actitud de no intervenir y de abstenerse de criticar, de ninguna manera impide ayudarse mutuamente ni establecer relaciones grupales cons­tructivas. O también vea con claridad cuál es la debilidad grupal y quién es el que impide que el grupo emprenda una actividad más sutil. Todo esto está bien y es bueno, siempre que cada miembro continúe amando, sirviendo y absteniéndose de criticar. Es una actitud errónea tratar de enderezar asídua­mente los pasos del hermano, increpándolo y tratando de imponerle su voluntad u otro punto de vista, aunque siempre pueden exponerse ideas y hacer sugerencias. Que cada uno continúe con su propia disciplina del alma y deje a sus hermanos continuar con la suya.

El portal se cierra detrás del iniciado, quien ahora es un miembro aceptado de su grupo y, como reza en El Antiguo Comentario, "el sonido producido al cerrarse, anuncia al mundo observador que el iniciado ha entrado en el lugar secreto y que, para Negar hasta él, en su real sentido, el grupo debe también atravesar ese portal". Esto imparte la idea de autoiniciación individual, a la cual todos deben someterse, indicando también la soledad del iniciado, cuando sigue adelante. Aún no llega a comprender totalmente lo que el grupo capta; tampoco lo comprenden a él quienes están al otro lado del portal. Ha presentido durante un tiempo al grupo con el cual está ahora afiliado y es cada vez más consciente de su impersonalidad espiritual, lo cual parece una especie de distanciamiento que de ningún modo nutre en él los elementos pertenecientes a la naturaleza de la personalidad, por lo tanto, sufre. Los que han quedado atrás, como parte de su antigua vida, no pueden comprender su básica (aunque no desarrollada) impersonalidad. Esta actitud de parte de ellos evoca en él, cuando la siente, un resentimiento y crítica que le parecen incorrectos, siendo en dicha etapa imposible evitarlo, y aquellos a quienes criticó, tratan de destruirlo o (por lo menos) despreciarlo, e incomodarlo.

En las primeras etapas se defiende de quienes han quedado atrás, retrotrayéndose en sí mismo, en un silencio innecesario y casi inoportuno. Aprende a penetrar en la conciencia de su nuevo grupo, realizando un arduo esfuerzo para desarrollar en sí mismo la capacidad del grupo de ser espiritualmente imperso­nal. Sabe que es algo que debe lograr y ‑a medida que lo logra‑ descubre que esa impersonalidad no está basada en la indiferencia o en la preocupación, como había creído, sino en la profunda comprensión, en el enfoque dinámico sobre el servicio mundial, en un sentido de proporción y en el desapego, que hace posible prestar la verdadera ayuda. De esta manera el portal y el pasado quedan atrás. San Pablo expresó esta idea cuando dijo: "Olvidando las cosas que quedan atrás, sigue adelante hacia la recompensa de tu elevado llamamiento en Cristo". Quisiera que observen la palabra "llamamiento".

Quizás se pregunten si existe un único modo o método, por el cual el discípulo puede acercarse a esta meta aparentemente imposible. Responde­ré: sí, por la práctica constante de la impersonalidad con su subsidiaria actitud de indiferencia, en lo que a deseos, contacto y metas personales se refiere. Tal impersonalidad es muy poco comprendida; y aunque la desarrollen los aspirantes bien intencionados tiene una base egoísta. Reflexionen sobre esto y procuren lograr la impersonalidad, olvidándose de sí mismo y apartando el foco de la conciencia de la personalidad (donde comúnmente está centrada) y llevándolo al alma viviente y amorosa.

El Maestro espera que el discípulo se esfuerce en ser impersonal en su relación con El y sus condiscípulos. Impersonalidad es el primer paso en el camino hacia el amor espiritual y la comprensión. El esfuerzo de la mayoría de los discípulos sinceros, generalmente se concentra en amarse los unos a los otros, y al hacerlo (empleando un viejo símil) ponen "el carro delante del caballo". El esfuerzo es lograr ante todo impersonalidad en su trato, porque, una vez lograda, desaparece la crítica y puede afluir el amor.





jueves, 15 de mayo de 2014

1er MEDITACIÓN DE WESAK MIÉRCOLES 14 DE MAYO DE 2014 TRANSMISIÓN EN VIVO



LA LEY DEL KARMA
Por F. Redondo


Ante todo, es necesario que entendamos lo que significa la palabra "KARMA". No está de más aseverar que tal palabra en sí misma significa LEY DE ACCIÓN Y CONSECUENCIA. Obviamente, no existe CAUSA sin EFECTO, ni EFECTO sin CAUSA. Cualquier acto de nuestra vida, bueno o malo, tiene necesariamente sus CONSECUENCIAS.

Poco a poco y a medida que vamos creciendo en conocimientos, vemos que el hombre vive en un mundo de Leyes. Cada Ley de la naturaleza que se descubre hace más libre la voluntad del hombre, aunque parezca a primera vista que circunscribe nuestras acciones y, puesto que las acciones no son otra cosa que la resultante diagonal de una serie de FUERZAS del Pensar y Sentir en un mundo interno, la suprema necesidad del hombre es COMPRENDER que éste su mundo interno es un mundo de ley y de orden. La idea de que todo el Universo es una EXPRESIÓN DE ENERGÍA es ya familiar a nuestra ciencia moderna. El electrón es un depósito de energía, y las estrellas también lo son aunque en una escala mayor. Esta energía está sometida a un cambio continuo: el movimiento se transforma en calor o electricidad; ésta, en magnetismo, y así sucesivamente. El hombre mismo es un depósito de energía: la ingiere en su alimento y la transforma en movimiento de su cuerpo.  La energía del hombre utilizada en una BUENA ACCIÓN es beneficiosa, y a este uso lo llamamos BUENO, y cuando se la emplea en PERJUICIO del prójimo lo calificamos de MALO. El hombre durante toda su vida es un transformador. La energía Universal entra en él para transformarse en SERVICIO o en PERJUICIO.


La Ley del Karma es la relación de CAUSA y EFECTO establecida a medida que el hombre transforma la energía, y tiene su efecto en los tres planos de la manifestación: en el físico, astral y mental. Esta Ley actúa aún más en los planos invisibles que como cabría imaginar en el mundo físico. La palabra KARMA es una palabra Sánscrita (oriental muy antigua), y en su sentido más profundo hace referencia a la BALANZA DE LA JUSTICIA UNIVERSAL, que afecta la evolución de todo lo creado, haciéndola progresar adecuadamente. La JUSTICIA y la MISERICORDIA Divina son las dos COLUMNAS torales de esta Ley universal. La Justicia sin Misericordia es tiranía; la Misericordia sin Justicia es complacencia, dejadez. Las dos se complementan mutuamente y forman el verdadero y sagrado Templo de la “Justicia Divina”, la cual iguala a todos sin excepción. Desde el momento en que el hombre actúa, desencadena inevitablemente ciertas fuerzas que producen determinados resultados. Esta idea que relaciona la CAUSA con el EFECTO está contenida originalmente en la palabra "KARMA".
El karma es una medicina que se nos aplica para nuestro propio bien; desgraciadamente las gentes en lugar de inclinarse reverentes ante sus propios errores, protestan, blasfeman, se justifican a sí mismos, se disculpan neciamente y se lavan las manos. Con tales protestas no se modifica el karma, al contrario, se torna más duro y severo. Es necesario que entendamos que el karma, cuando produce dolor, es un maestro que nos avisa que algo estamos haciendo mal; es como cuando comemos desmesuradamente, nuestro estómago nos riñe produciéndonos dolor de estomago. No es que el estómago nos esté castigando, sino que nos está avisando de que nos hemos excedido y, que para la próxima vez tengamos más cordura o SENTIDO COMÚN. Esta es la ley de causa y efecto. Cuál fue la causa del dolor de estómago, nuestra GULA; y cuál fue el efecto en nuestro organismo, el DOLOR, el sufrimiento. La Ley del Karma es pues, una medicina, un maestro de la vida que nos enseña el justo EQUILIBRIO, y no sólo en nuestro organismo, sino en todas las áreas de nuestra vida. Diremos: "¡Entonces, ya que actuando cometemos necesariamente errores y que debemos sufrir para repararlos, vale más no hacer nada! No es así, hay que actuar. Evidentemente sufriremos, pero con ello aprenderemos, evolucionaremos... y un día ya no sufriremos más. Cada movimiento, cada sentimiento, cada pensamiento, cada palabra, desencadenan ciertas FUERZAS que traen consigo consecuencias, naturalmente, pero supongamos que estos "gestos internos" y estas palabras estén inspirados en la BONDADla PUREZA y el DESINTERÉS, entonces atraeremos inevitablemente consecuencias benéficas.

El Karma es independiente a lo malo o a lo bueno. Por lo tanto no puede haber Karma bueno o Karma malo. Por lo general muchos han adoptado la palabra Karma para designar a los efectos que producen dolor, y han designado DHARMA a las consecuencias que nos producen alegrías, satisfacción, etc. Pero independientemente, la verdadera raíz de la palabra KARMA no es ni efectos malos ni buenos, sino simplemente, consecuencia de una acción. El Karma "bueno", Dharma, es la consecuencia de una actividad ordenada, armoniosa, benéfica. La palabra “Drama” es el camino espiritual, el deber moral del alma. El ser que sea capaz de emprender tal actividad escapará a la Ley de la fatalidad, situándose bajo la Ley de la Providencia. No hacer nada para evitar las preocupaciones y los sufrimientos no es la solución correcta; debemos ser activos, dinámicos, estar llenos de iniciativas sin que por ello el móvil de nuestras actividades sean ni el EGOÍSMO ni el interés personal. Es la única forma de escapar al desastre. Evadir las CONSECUENCIAS es imposible: siempre habrá causas y efectos, sea cual fuere nuestra actividad; simplemente si conseguimos actuar de manera desinteresada, no se producirán efectos dolorosos, sino alegres, beneficiosos.

                No hay que tener miedo a la acción, ¿cómo podríamos evolucionar si no nos equivocamos? Hay que seguir adelante, con fe y conocimiento. Los “masones” (recordemos que la palabra masón es albañil en francés) necesariamente deben ensuciarse en la obra de construcción del templo, luego cuando terminan se lavan y se cambian de ropa y ya está, pero al menos han construido el templo. De igual modo hay que actuar, el templo interno ha de construirse adecuadamente, y eso sólo puede suceder si trabajamos, nos ensuciamos, y nos comprometemos en el servicio de construcción.

Es imposible escapar a la Ley de CAUSA y EFECTO. La cuestión consiste simplemente en saber qué fuerza estamos activando. “RECOGEREMOS LO QUE HAYAMOS SEMBRADO”. Si estudiamos detalladamente esta Ley Fundamental, si aplicamos su significado, se transforma en un sistema rico y profundo, ya que cada verdad esencial tiene aplicaciones en todos los PLANOS. Explicada en detalle, esta Ley genera todo un sistema Filosófico; he ahí por qué la Religión, es ahora tan rica en normas y preceptos. Pero en el fondo, encontramos que el origen de todas esas reglas es una sola ley: “recogemos únicamente lo que hemos sembrado”. A continuación de esta Ley añadimos otra igualmente verídica de aplicación en el plano Filosófico, por ejemplo las palabras de JESÚS cuando dijo"NO HAGAMOS A LOS DEMÁS LO QUE NO QUEREMOS QUE NOS HAGAN", no es más que la prolongación de esta Ley.


Todo agravio realizado es una fuerza lanzada al universo, que obra en detrimento de otro, perturbando el equilibrio entre éste y aquél, y que deberá restablecerse a costa del perturbador o sea del sujeto que produjo el daño. Su karma por daño es sufrimiento, la fuerza productora, que se descarga por la víctima como punto de apoyo, restableciéndose así el equilibrio original. Lo mismo ocurre con una buena acción. Su karma o reacción es una fuerza que combina circunstancias materiales de modo que produzcan comodidad. Además, en este regulado universo, cada tipo de fuerza obra en su propio mundo: puede uno dar limosna a un mendigo por compasión y simpatía y otro por librarse de la molestia que le causa, y ambas realizan una buena acción y para ambos el karma de la acción en el mundo físico será un bienestar; pero el primero tendrá además un karma adicional en el mundo astral por su piedad y simpatía y que le producirá una emoción de dicha, mientras que el otro no recibirá este beneficio.


En la actualidad observamos lamentablemente que hay mucha gente que no cree en Dios. Alegan que, si Dios existe y es justo, ¿por qué hay tanta injusticia en el mundo?, ¿por qué un niño nace en cuna rica y otro en la más absoluta pobreza?, ¿por qué unos son muy atractivos o inteligentes y otros feos y cortos de inteligencia?, ¿por qué un hombre ha de nacer ciego o mutilado?, ¿por qué, por qué de toda esta aparente sinrazón...?.


 Ciertamente si pensamos que Dios existe y es Justo, todas las preguntas anteriores quedan un poco en suspense. Ante estas preguntas podemos adoptar tres posturas bien definidas:

1ª)   o Dios no existe, por lo tanto nada importa y todo sucede por  azar.

2ª)   o nuestro Creador, es un Dios cruel, injusto y caprichoso, que juega con las vidas inocentes de los hombres, bendiciendo a unos y maldiciendo a otros sin ningún sentido.

3ª)   o, que no entendemos todavía la forma en que nuestro Creador ha dispuesto las Leyes Divinas, siendo un Dios Justo y Misericordioso, y repartiendo a cada cual según sus propios merecimientos.


 Nosotros, evidentemente, nos inclinamos por la tercera opción. Es importante que comprendamos que el hombre antes y después de nacer no es totalmente inocente. Nuestras vidas anteriores cuentan en sumo grado las desdichas o suertes que habremos de pagar o cobrar en ésta. Por lo que no hay Ley más Justa que la Ley del Karma, resolviendo en armonía todo destino que libremente decidimos con nuestros actos y pensamientos.

Aunque no creamos en Dios, no podemos dejar de reconocer la existencia de un orden en la naturaleza, lo cual implica la existencia necesaria de una inteligencia creadora de este orden. Pensemos por un instante las cantidades de leyes naturales que han tenido que haber y hay para poder crear nuestro Universo, nuestro planeta, o nuestro cuerpo tan sumamente complicado e inteligente. La Inteligencia del hombre, primariamente, es un producto de las Leyes Inteligentes de la naturaleza. Y ¿quién programa esas Leyes  para que ejecuten su sabia labor evolutiva, de crecimiento y adaptación incesante? Evidentemente habría de ser un Ser aún más inteligente que dichas Leyes, ¿no?, un Ser o Seres Superiores capaces de programar. Por lo cual se deduce que hay un PROPÓSITO un ORDEN y un PLAN para los hombres y para todas las criaturas de la creación, desde un simple átomo hasta el más excelso ángel, todo sigue un ARQUETIPO CÓSMICO a alcanzar, y las Leyes Cósmicas son sus herramientas de trabajo.

Nosotros entramos en esta vida tras el nacimiento con un largo pasado de muchas encarnaciones; somos las mismas almas que habitaron los cuerpos primitivos de la Raza Lemur, también evolucionamos en los cuerpos Atlantes, y hemos pasado, gradualmente, a medida que íbamos avanzando, a nuevos cuerpos con más capacidad y con un mejor equipo de expresión. Nada se pierde después de cada muerte. Todo es almacenado en la memoria del alma, a través de sus átomos permanentes, y este conocimiento y esta experiencia, CAPACITA al hombre en cada nueva encarnación para que pueda desenvolverse mejor en los tres mundos. La Ley del Karma regula este CRECER incesante vida tras vida, no dejando nada en el olvido. El desarrollo físico, astral o mental que alcanzamos en cada existencia sirve para la próxima; Si en una vida cultivamos la salud, en la próxima, naceremos sanos; si cultivamos nuestras emociones superiores, naceremos, sensibles a la belleza; si cultivamos nuestra mente, nuestros pensamientos, renaceremos inteligentes, creativos, geniales. Si cultivamos el Espíritu, naceremos, sabios, justos, con poder, magníficos y gloriosos... Vemos pues, que todo sigue una CONTINUIDAD, y lo que alcanzamos en una vida nos sirve fielmente para toda la eternidad.

Esta es la Ley del Karma, y esta es la Ley más Justa
que trata a todos POR IGUAL... Ni la Suerte ni el Azar
tienen cabida en nuestro Universo.

La expresión frecuentemente utilizada "has tenido suerte" o "que casualidad" y otras parecidas, son expresadas por aquellos individuos que obviamente desconocen las Leyes de la Vida. NO EXISTE LA SUERTE, porque donde hay suerte o azar no hay Ley ni orden, hay caos, y por lo tanto no puede coexistir con un Creador, un Plan, o una Inteligencia divina. Y puesto que nuestro sistema solar es un sistema ordenado, y todo ocurre de acuerdo a las leyes que las regulan, no podemos en ningún caso aceptar la palabra SUERTE o CASUALIDADMahatma Gandhi dijo que: "ni una sola hoja caía al suelo, sin que la Ley lo dispusiera".

Otro ejemplo que podemos dar para ver como funciona la Ley del Karma, lo tenemos representado en un estanque de agua. Imaginemos que el Universo es como un estanque tranquilo y en armonía. Echemos ahora una piedra en el centro del estanque. ¿Que sucede? que desde ese mismo centro empieza a salir una honda circular, que se extiende y llega hasta la orilla, luego rebota y vuelve al mismo centro donde se produjo la acción. Así también, en el universo, en la vida, lanzamos continuamente piedras que crean causas y que, después las recibimos nosotros mismos como efectos de nuestra acción. Cada piedra que cae o impresiona la vida, pueden ser de tres tipos: a través de nuestras acciones físicas, de nuestras emociones o sentimientos, o de nuestros pensamientos. Un sabio dijo: "hasta un simple parpadeo repercute de alguna manera en el orden de todo el Universo". Cada acción repercute en el TODO, por lo tanto el mundo entero responde a nuestras acciones. En ningún caso estamos separados del resto de la humanidad, sino que participamos continuamente en su desarrollo o perjuicio, tal es nuestra responsabilidad.

El Karma también repercute como un todo en los pueblos, en las razas humanas, en las religiones, etc. Puesto que cada CONJUNTO en su totalidad o en su parcialidad es responsable de las acciones que realizan, y por consiguiente, también serán responsables de los EFECTOS que produzcan, en cualquier campo de actividad humana que afecten. Cualquier individuo que esté asociado de alguna manera a un GRUPO o ASOCIACIÓN, y participe en su gestión en algún nivel; ya sea económico, legislativo, o de base, está participando -según la Ley del Karma- de las repercusiones que pueda tener en la sociedad. Y por tal razón él será también responsable, tanto para bien como para mal, de cualquier efecto que produzca dichASOCIACIÓN. Este comentario se puede extender a cualquier actividad que conlleve la ACCIÓN CONJUNTA de más de un individuo. También es verdad que hay que decir, que la responsabilidad de cada uno depende de su cooperación e intencionalidad.

De lo anteriormente expuesto cabe mencionar, aunque sea básicamente, que existen CINCO GRUPOS o tipos de Karma, estos son:

                                               1º)          El Karma Del Mundo, o Mundial y Planetario.
                               2º)          El Karma De Raza, o Racial.
                               3º)          El Karma Nacional, de cada Nación.
                               4º)          El Karma De Grupo, o Asociativo.
                               5º)          El Karma Individual, de cada Uno.

Reencarnación y Karma en las Sagradas Escrituras

Hasta el siglo cuarto los cristianos creían en la reencarnación, al igual que los judíos, los egipcios, los hindúes, los tibetanos, etc. Pero los Padres de la Iglesia decidieron que esta creencia no haría más que retrasar y alargar las cosas, que los hombres no tendrían prisa en mejorarse, y entonces creyeron que suprimiendo la reencarnación empujarían a la gente a perfeccionarse en una sola vida. Obviamente se equivocaron y con su eliminación de la creencia a la reencarnación ahogaron más al hombre en su ignorancia. Vamos a mostrar una serie de versículos que demuestran definitivamente la EXISTENCIA Real y profunda, que sobre el Karma y la Reencarnación forman parte intrínseca de las Sagradas Escrituras. Un verdadero estudio sobre la Biblia nos muestra un sin fin de ellas.

Veamos pues algunos ejemplos:

En el Antiguo Testamento en un versículo de Jeremías (I, 4 y 5,) dice: “Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: «Antes que te formara en el vientre, te conocí, y antes que nacieras, te santifiqué, te di por profeta a las naciones». Es sólo un ejemplo al que aluden varios Padres de la Iglesia como relacionado con la PREEXISTENCIA del Alma antes del nacimiento. Tanto Orígenes como Jerónimo claramente se refieren a la afirmación de que antes de que Jeremías naciera fue santificado como Profeta. Orígenes señala especialmente la circunstancia de que la Justicia Divina no podría serlo a menos que un hombre, santificado como profeta, o nacido para hacer un gran servicio al mundo, hubiera merecido aquella preeminencia por una anterior vida de rectitud, o hubiera escalado esa bendita elevación como resultado de meritorias acciones de su pasado. Luego tenemos la bien definida afirmación en Malaquías, (IV, 5) de que "Elías regresaría". Hay otro interesante pasaje en el Libro de la "Sabiduría de Salomón" en el cual dice éste: Yo fui un niño de aguda viveza y tuve un Espíritu bueno. En verdad, por ser bueno, vine a un cuerpo inmaculado...” (IX, 5). He aquí la  afirmación explícita de que, puesto que Salomón ya era un espíritu bueno, vino a un cuerpo sin lacras.
 Cristo dijo: Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto”. ¿Qué podemos pensar de esta frase?, o Cristo habla sin pensar al pedir a hombres tan imperfectos que se eleven en algunos años hasta la perfección del padre celestial, o en realidad esta frase también sobreentiende la reencarnación. Jesús no pensaba que el hombre fuese capaz de ser prefecto en una sola existencia, sino que sabía que a medida que anhelase esta perfección y trabajase para obtenerla, después de muchas encarnaciones, terminaría consiguiendo su objeto. Dice también el Cristo: “No es superior el discípulo a su maestro, pero cada uno, cuando llegue a la perfección, será como un Maestro” (Lucas VI, 40).
Sin lugar a dudas encontramos numerosos testimonios en los EVANGELIOS que nos muestran con toda seguridad la afirmación de esta Ley. Uno de esos ejemplos más notables lo tenemos en la historia de Juan Bautista, que como dijimos anteriormente era una reencarnación del Profeta Elías. He aquí el argumento: “Un día Jesús supo que Juan Bautista había sido encarcelado; y el texto dice simplemente: “Jesús al saber que Juan fue entregado, se retiró a Galilea”. Algún tiempo después Juan Bautista fue decapitado por orden de Herodes. Después de la TRANSFIGURACIÓN, en el Evangelio de San Mateo agrega: “(Mateo 17) 10Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: —¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? 11Respondiendo Jesús, les dijo: —A la verdad, Elías viene primero y restaurará todas las cosas. 12Pero os digo que Elías ya vino, y no lo conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del hombre padecerá a manos de ellos. 13Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista”. Entonces ahí está, Cristo lo dijo claro, Juan Bautista fue sin dudas la reencarnación de Elías. Pero además, ampliando el argumento, nuestra pregunta es, ¿por qué Juan Bautista tuvo la desgracia de ser decapitado? ¿Por qué Jesús no intervino de ninguna manera ante tan trágico suceso? Para responder a estas preguntas hay que conocer cuales fueron las verdaderas CAUSAS que originaron tal suceso, y para conocerlas debemos investigar la vida pasada de Juan Bautista, cuando era el profeta Elías, el cual aunque tremendamente espiritual tuvo sus momentos de ira, y en uno de esos arrebatos violentos  mando decapitar a muchos profetas del Dios Baal, luego incluso para él, la Ley del Karma puso a cada cual en su sitio merecido, aunque en este caso la Ley espero a la siguiente encarnación como Elías.
Sin embargo cuando Elías reencarno como Juan Bautista, él tampoco era consciente de ello, por tal razón en el evangelio de San Juan él niega que fuera Elías, incluso niega que fuera un profeta, pero eso no es de extrañar, ya que por lo general uno no suele recordar sus vidas pasadas, pero el Cristo sí que conocía el hecho y así lo testimonio.
También Cristo enunció, en el huerto de Getsemaní esta Ley capital cuando Pedro, precipitándose sobre el siervo de Caifás, le corto la oreja, Jesús le dijo: “Pedro; devuelve tu espada a su vaina, porque aquellos que tomen la espada, perecerán por ella“. El que a espada mata a hierro muere. Pero esto no siempre sucede en una misma existencia, sin embargo, la veracidad con que Jesús enunció esta Ley es demostrada con el tiempo. Esta Gran Ley universal también fue muy bien descrita en las palabras de Jesús cuando dijo: “El que siembra rayos cosechara tempestades”…

El karma se podría dividir en tres clases. Y sería conveniente, aunque sólo sea a modo de introducción, conocerlas. Estas son:

Karma "SANCHITA": (equivalente a "acumulado")
                Es el Karma que ha sido acumulado desde el comienzo de nuestra vida planetaria. Es el saco o libro de “debe-haber”. Es natural que en las primeras vidas generásemos más karma malo que bueno, ya que éramos poco más que salvajes, sin embargo dicho cúmulo debe ser sabiamente distribuido por los Agentes del Karma para no agobiar en exceso al ego en una determinada encarnación. SANCHITA es pues todo lo acumulado, sea el valor que sea, pero que naturalmente todo no está en proceso en una determinada encarnación.

Karma "PRARABDHA": (o maduro, equivalente a "comenzado")
Es aquel karma que antes de nacer hemos decidido agotar en la inmediata vida encarnante y que debe ser agotado en nuestra actual vida. Este Karma es seleccionado del SÁNCHITA (acumulado) por los Señores del Karma para ser agotado. Esto es lo que ordinariamente llamamos Hado, Suerte o Destino. Tal Karma puede ser interpretado o delineado por un iniciado competente a través del horóscopo.

Karma "KRIYAMANA": (que está en curso de formación)

El Kriyamana es el nuevo karma que formamos en nuestra actual vida y que servirá como Karma futuro, con lo cual, el Sánchita o Karma acumulado se irá engrosando en positivo o negativo, depende de nuestra actuación.





martes, 13 de mayo de 2014

LOS OCHO MÉTODOS DEL YOGA (Segunda Parte) (Los Aforismos de la Yoga de Patanjali)



LOS OCHO METODOS DEL YOGA  (Segunda Parte)
(Los Aforismos de la Yoga de Patanjali)


PRIMER METODO.  LOS MANDAMIENTOS

30.  Inofensividad; veracidad; no hurtar; continencia; no ser avaro, constituyen yama, o los cinco mandamientos.

Estos cinco mandamientos son sencillos y claros; no obstante, si se practican, harán que el hombre perfeccione sus relaciones con los demás, con los superhombres y con los reinos subhumnanos. El primer mandamiento, inofensividad, resume en realidad a los demás. Estos mandamientos son muy completos y abarcan la triple naturaleza. Al estudiar estos métodos veremos su relación con determinada parte de la triple manifestación del ego.

I.Naturaleza Física

1.Inofensividad. Comprende los actos físicos del hombre, respecto a todas las formas de la manifestación divina, y concierne específicamente a su naturaleza fuerza, o a la energía que el expresa por medio de sus actividades en el plano físico. No daña ni perjudica a nadie.

2. Veracidad. Concierne principalmente al uso de la palabra y de los órganos del sonido, y se refiere a la  “verdad”, en lo más profundo, de modo que sea posible su exteriorización. Este tema es muy amplio y se refiere a la formulación de las creencias del hombre respecto a Dios, a sus semejantes, a las cosas y a las formas, por medio de la lengua y de la voz. Esto lo trata  “Luz en el Sendero”  en el aforismo: “Antes de que la voz pueda hablar en presencia del Maestro, debe haber perdido el poder de herir”.

  3.  Contenerse de hurtar. El discípulo es justo y preciso en todas sus cosas y no se apropia de lo que no le pertenece. Ese amplio concepto abarca algo más que el mero hecho de apropiarse físicamente de las posesiones de otro.

II.  Naturaleza Astral

 4. Continencia. Es ausencia total de deseos, y rige la exteriorización de las tendencias hacia lo que no es el yo, cuyas expresión en el plano física es la relación entre los sexos. Sin embargo, se debe recordar que el estudiante esotérico considera esta expresión como la forma que adopta el impulso exteriorizado, lo cual vincula íntimamente al hombre con el reino animal. Todo impulso que concierne a las formas y al hombre real y tiende a vincularlo a una forma y al plano físico, es considerado como un tipo de incontinencia. Existe una incontinencia en el plano físico que el discípulo debe haber trascendido hace mucho tiempo. También hay muchas tendencias hacia la búsqueda del placer con la consiguiente satisfacción de la naturaleza del deseo y esto, el verdadero aspirante, también lo considera como incontinencia.                                                    
III. Naturaleza Mental

5. No ser avaro concierne al pecado de la codicia, que textualmente significa hurtar en el plano mental. El pecado de la avaricia puede conducir a diversos pecados en el plano físico, y es muy poderoso. Concierne a la fuerza mental, siendo un término genérico que abarca los fuertes anhelos, cuyo origen no sólo está en el cuerpo emocional o kármico  (deseo),  sino también en el cuerpo mental. Este mandamiento está comprendido en lo que San Pablo dice: “He aprendido a estar contento en cualquier estado en que me encuentre”. Se debe alcanzar ese estado para poder aquietar la mente, de tal manera que puedan entrar las cosas del alma.

 31.  Yama constituye el deber universal, sin tener en cuenta raza, lugar, tiempo o emergencia.

Este aforismo pone en claro la universalidad de ciertos requisitos, y el estudio de estos cinco mandamientos, que forman la base de lo que el budista llama  “recta conducta”, demostrará que forman la base de toda verdadera ley y que su infringimiento constituye ilegalidad. La palabra traducida por “deber” u  “obligación” podría muy bien expresarse por la comprensiva palabra dharma, en lo que a los demás respecta. Dharma significa textualmente, el adecuado cumplimiento de las propias obligaciones (o karma) en el lugar y medio ambiente que el destino le depara. Deben observarse ciertos factores que rigen la conducta, sin permitir laxitud alguna a este respecto, no importa cuál sea su nacionalidad, localidad, edad o emergencia que pueda surgir. Estas cinco leyes inmutables rigen la conducta humana, y cuando todos los hijos de los hombres las cumplan, se comprenderá el pleno significado de la expresión: “Paz a todos los seres”. 
                                   
SEGUNDO METODO.   LAS REGLAS

 32. Purificación interna y externa; gozo; ardiente aspiración; lectura espiritual y devoción a Ishvara, constituyen nijama  (o las cinco reglas).

Como se dijo anteriormente, las cinco reglas rigen la vida del ser inferior personal y constituyen los fundamentos del carácter. El verdadero gurú o instructor no le consiente al aspirante las prácticas de yoga, tan interesantes para el pensador o aspirante occidental, a quien le atraen por su aparente sencillez y por la valiosa recompensa, tal como el desarrollo psíquico, hasta que yama y nijama sean los factores que rigen la vida diaria del discípulo. Deben observarse primero los mandamientos y las reglas; una vez que la conducta externa del aspirante hacia sus semejantes, y la disciplina de la vida interna estén de acuerdo con tales requisitos, entonces, pero no antes, pueden proseguir sin peligro con las formas y rituales de la yoga práctica.

La falta de cumplimiento de este requisito es la causa de muchas dificultades entre los estudiantes occidentales de yoga. No hay fundamento mejor para la práctica del ocultismo oriental, que la sujeción estricta a los requerimientos formulados por el Maestro en El Sermón de la Montaña. El cristiano autodisciplinado, dedicado a una vida pura y al servicio altruista, puede emprender la práctica de la yoga con menos peligro que su mundano y egoísta, aunque intelectual, hermano. No correrá los mismos riesgos que su hermano sin preparación.

 Las palabras: purificación interna y externa se refieren a las tres envolturas que velan al yo, debiendo interpretarse en doble sentido. Cada envoltura tiene su forma densa y tangible, que debe mantenerse limpia; en un sentido los cuerpos mental y astral se pueden mantener limpios de impurezas, que provienen de su medio ambiente, de la misma manera que el físico debe mantenerse limpio de impurezas similares. También se ha de mantener limpia la materia más sutil de esos cuerpos. Esto constituye la base del estudio de la pureza magnética, que da lugar, en Oriente a tantas observaciones inexplicables para el occidental. Por ejemplo, la sombra de un extraño proyectada sobre el alimento, produce condiciones de impureza; esto se debe a la creencia de que ciertas emanaciones de fuerza producen condiciones impuras. Aunque los métodos de contrarrestarles tales condiciones tienen visos de ritual, la letra muerta, sin embargo, la idea detrás de la observancia es siempre verdad. Se sabe tan poco acerca de las emanaciones de fuerza del ser humano o de las que actúan sobre el mecanismo humano, que lo que podríamos llamar “purificación científica” está todavía en su infancia.

Gozo produce esas condiciones en que la mente está en reposo; se basa en el reconocimiento de las leyes que rigen la vida, principalmente la ley del karma. Origina ese estado mental en que todas las condiciones se consideran correctas y justas, bajo las cuales el aspirante puede resolver mejor sus problemas y alcanzar la meta específica en cualquier vida. Esto no implica el acomodo definitivo, ni la pasividad que trae inercia, sino el reconocimiento del acervo que se posee y el aprovechamiento de las oportunidades disponibles, convirtiéndolas en trasfondo y base de todo futuro progreso. Si esto se lleva a cabo debidamente, las restantes tres reglas se cumplirán más  fácilmente.

Ardiente aspiración. El anhelo de  “avanzar” hacia el ideal o de esforzarse por alcanzar el objetivo, debe ser tan profundo en el aspirante a la yoga, que ninguna dificultad lo hará retroceder. Únicamente cuando esta cualidad ha sido desarrollada y probada y cuando ningún problema, confusión ni el factor tiempo pueden entorpecer, se permite el aspirante ser discípulo de un Maestro. Ardiente esfuerzo, constante y persistente anhelo e inquebrantable lealtad al ideal presentido, son la condición  “sine qua non” del discipulado. Estas características deben existir en los tres cuerpos, y conducen a la constante disciplina del vehículo firme, a la firme orientación de la naturaleza emocional y a una actitud mental que permite al hombre  “considerar perdidas todas las cosas”, si quiere alcanzar su meta.

Lectura espiritual. Concierne al desenvolvimiento del sentido de las realidades subjetivas. Se fomenta mediante el estudio, según se lo entiende en sentido físico, y por el esfuerzo de llegar a comprender los pensamientos expresados en palabras. Se desarrolla mediante el detenido escrutinio de las causas subyacentes en todos los deseos, aspiraciones y sentimientos, relacionándose así con el plano astral o de deseo. Se refiere a la lectura de símbolos o formas geométricas que animan una idea o pensamiento, lo cual concierne al plano mental.

Devoción a Ishvara. Brevemente puede decirse que constituye la actitud del triple yo inferior, demostrada como servicio al ego, al regente interno, Dios o Cristo interno. Esta devoción será triple en su manifestación y llevará al yo personal inferior a una vida de obediencia al Maestro en el corazón, y con el tiempo guiará al aspirante al grupo de algún adepto o instructor espiritual, llevándolo también al devocional servicio a Ishvara, el Yo divino, que mora en el corazón de todos los hombres y subyace en todas las formas de la manifestación divina.



LA LUZ DE ALMA
Los Aforismos de la Yoga de Patanjali
Alice A. Bailey

Págs. 122 a 128.-


Nota: Es de gran importancia este estudio.

lunes, 12 de mayo de 2014

LOS OCHO METODOS DEL YOGA (Primera Parte) (Los Aforismos de la Yoga de Patanjali)



LOS OCHO METODOS DEL YOGA  (Primera Parte)
(Los Aforismos de la Yoga de Patanjali)




 29.  Los ocho métodos del yoga son: los mandamientos o yama; las reglas o nijama; la postura o asana; correcto control de la fuerza vital o pranayama; abstracción o pratyahara: atención o dharana: meditación o dhyana y contemplación o samadhi.

Se observará que estos métodos a prácticas son aparentemente simples, pero se tendrá muy en cuenta que no se refieren a algo que debe realizarse en cualquier plano, en determinado cuerpo, sino a la actividad y práctica simultánea de estos métodos en los tres cuerpos a la vez; de modo que el entero triple hombre inferior practica los métodos cuando se refieren a los vehículos físico, astral y mental. Esto frecuentemente se olvida. Por lo tanto, al estudiar los diversos métodos de yoga o unión, debemos considerar que se aplican al hombre físico, luego al hombre emocional y después alfombre mental. Por ejemplo, el yogui debe comprender el significado de la respiración correcta o de la postura, pues se relaciona con el triple hombre inferior, alineado y coordinado, teniendo presente que sólo cuando el hombre inferior constituye un instrumento coherente y rítmico, el ego puede esclarecerlo e iluminarlo. La práctica de ejercicios de respiración, por ejemplo, con frecuencia ha conducido al aspirante a concentrarse en el mecanismo físico de respiración, excluyendo la práctica análoga del control rítmico de la vida emocional.
                                                                                                                                           
Primer Método

Los Mandamientos. Yama. Autocontrol o clemencia. Restricción. Abstención de actos erróneos. Estos son cinco y se refieren a la relación del discípulo con sus semejantes y con el mundo externo.

Segundo Método

Las Reglas. Nijama o correcta observancia. Estas son también cinco y se las denomina con frecuencia “observancias religiosas”, porque se refieren a la vida interna del discípulo y a ese vínculo, el sutratma o eslabón que lo relaciona con Dios o Padre en el Cielo. Ambos, los cinco Mandamientos y las cinco Reglas, son la analogía hindú de los diez Mandamientos de la Biblia y abarcan la vida diaria del aspirante, según afecten a quienes lo rodean y a sus propias relaciones internas.
                                                                                                                                              
Tercer Método

Postura. Asana. Correcto aplomo. Correcta actitud. Posición. Este tercer método concierne a la actitud física del discípulo durante la meditación, a la actitud emocional que adopta en el medio ambiente o grupo, y a la actitud mental respecto a las ideas, corrientes de pensamiento y conceptos abstractos. Finalmente, la práctica de este método coordina y perfecciona al triple hombre inferior, de modo que las tres envolturas lleguen a formar un canal perfecto para la expresión y manifestación de la vida del espíritu.                                                                                                                                                                           
                                                        

Cuarto Método

Correcto control de la fuerza vital. Pranayama. Supresión del aliento. Regulación del aliento. Esto se refiere al control, a la regularización y supresión de los aires vitales, al aliento y a las fuerzas o shaktis del cuerpo. En realidad, conduce a la organización del cuerpo vital o etérico, de modo que las corrientes o fuerzas de vida, que emanan del ego u hombre espiritual, en su propio plano, sean transmitidas correctamente al hombre físico, en manifestación objetiva.  

Quinto Método

Abstracción. Pratyahara. Restricción. Unión. Retraimiento de los sentidos. Con este método nos ubicamos detrás de los cuerpos físico y etérico, en el cuerpo emocional, asiento de los deseos, de la percepción sensoria y del sentimiento. Aquí se puede observar el método ordenado que se sigue al practicar la yoda o unión. La atención se dirige a las vidas interna y externa del plano físico, se cultiva la correcta actitud hacia la triple manifestación de la vida; se organiza y controla el cuerpo  etérico y se reorienta el cuerpo astral, porque la naturaleza de deseos es subyugada y el hombre real va retirándose gradualmente de los contactos de los sentidos. Los dos métodos siguientes se relacionan con el cuerpo mental, y el último con el hombre real o pensador.
                                                                                                                                                  
Sexto Método

 Atención. Dharana. Concentración. Fijación de la mente. Con este método se controla el instrumento del pensador, el hombre real. El sexto sentido es coordinado, comprendido,enfocado, y utilizado.                                                                                                                                              
Séptimo Método

 Meditación. Dyana. La capacidad del pensador para emplear la mente como desee y transmitir al cerebro pensamientos elevados, ideas abstractas y conceptos idealistas. Este método concierne a la mente superior y a la inferior.
                                                                                                                                                  
Octavo Método

 Contemplación. Samadhi. Se refiere al ego u hombre real y concierne al reino del alma. El hombre espiritual contempla, estudia y medita  sobre el mundo de las causas y las “cosas de Dios”. Luego utiliza un instrumento controlado, la mente (controlada por la práctica de la concentración y meditación) transmite al cerebro físico, por conducto del sutratma o hilo, que atraviesa las tres envolturas y lleva al cerebro, lo que el alma sabe, ve y entiende. Esto produce plena iluminación.

LA LUZ DE ALMA
Los Aforismos de la Yoga de Patanjali
Alice A. Bailey

Nota: Estos estudios son de importancia para el estudiante ocultista.


(Se publicará la segunda parte)

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