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sábado, 14 de junio de 2014

CHAKRAS: CRECIMIENTO Y DESARROLLO DE LOS CENTROS Recopilado de los libros de Alice A. Bailey Y El MAESTRO TIBETANO, D.K.

CRECIMIENTO Y DESARROLLO DE LOS CENTROS
Recopilado de los libros de Alice A. Bailey Y El MAESTRO TIBETANO, D.K.


Crecimiento y desarrollo de los centros.

Nuevamente enumeraré los centros, considerando esta vez sus correspondencias síquicas, e indicaré los colores y la cantidad de pétalos.

1. Centro en la base de la columna vertebral. Cuatro pétalos. Están dispuestos en forma de cruz, irradiando fuego de color anaranjado.

2. Centro plexo solar. Diez pétalos. Color rosado con mezcla de verde.

3. Centro cardíaco. Doce pétalos. Color oro resplandeciente.

4. Centro laríngeo. Dieciséis pétalos. Color azul plateado, predominando el azul.

5. Los centros de la cabeza son dos:

a. Entre las cejas. Noventa y seis pétalos. La mitad del loto de color rosa y amarillo; la otra mitad, azul y púrpura.

b. En la cima de la cabeza. Doce pétalos principales, de color blanco y oro, y 960 pétalos secundarios, dispuestos alrededor de los doce pétalos centrales. Esto hace un total de 1068 pétalos, en los dos centros de la cabeza, o sea 356 triplicidades. Estas cifras tienen un  significado oculto.

Esta descripción se ha tomado del libro "La Vida Interna". Se refiere a los centros etéricos, los cuales son la manifestación, en el plano físico, de los correspondientes vórtices en el plano emocional, a través de los cuales actúa la vitalidad emocional. Tienen su contraparte mental, y al despertarlos, como ya mencioné, mediante el crecimiento y desarrollo de los mismos, viene la final vivificación y la resultante liberación.

La conexión entre los centros, el cuerpo causal y la meditación, está oculta en la siguiente indicación: la desintegración del cuerpo causal se efectúa mediante la rápida rotación e interacción de estos centros y la intensificación de su fuerza por medio de la meditación -la meditación ocultista ordenada. Cuando el fuego interno circula por cada centro y el kundalini asciende en espiral,  exacta y geométricamente, de un vórtice a otro, la intensificación interactúa en tres direcciones:

a.Enfoca la luz o conciencia del Yo superior en los tres vehículos inferiores, haciéndola descender para expresarse plenamente y ampliar su contacto en los tres planos de los tres mundos.

b. Hace descender, del triple espíritu, cada vez más fuego, realizando para el cuerpo causal lo que el Ego hace para los tres vehículos inferiores.

c. Obliga a la unificación de lo superior con lo inferior, y atrae la vida espiritual. Cuando se ha realizado esto, cuando cada vida consecutiva percibe una acrecentada vitalización de los centros y cuando el kundalini, en su séptuple capacidad, hace contacto con cada centro, entonces, hasta el cuerpo causal resulta inadecuado para la afluencia de vida que desciende de lo alto. Los dos fuegos se unen, si puedo expresarme así, y con el tiempo el cuerpo egoico desaparece; el fuego consume el Templo de Salomón, se destruyen   los átomos permanentes y todo queda reabsorbido en la Tríada. La esencia de la personalidad, las facultades desarrolladas, el conocimiento adquirido y el recuerdo de lo que ha   ocurrido, forman parte del bagaje del Espíritu y, con el tiempo, llega al Espíritu o Mónada en su propio plano.

Ahora permítanme enumerar aquello sobre lo cual no es posible dar mayor información, porque implica demasiado peligro:

1. El método para despertar el Fuego Sagrado.

2. El orden de su progresión.

3. Las formas geométricas que adquiere al elevarse.

4. El orden en que se desenvuelven los centros, de acuerdo al rayo del Espíritu. La complejidad es excesiva.

Se habrán dado cuenta que cuanto más se estudia el tema, más abstruso se hace. Se complica por la actuación de los rayos, por el lugar que el individuo ocupa en la escala de evolución, por el despertar desigual de los diferentes centros, en relación al tipo de vida que lleva el hombre; su complejidad aumenta por la triple naturaleza de los mismos (etérica, emocional y mental), por el hecho de que algunas personas tienen un centro emocional completamente despierto, el cual se  manifiesta etéricamente, aunque la contraparte mental esté aún pasiva; otros tienen sus centros mentales despiertos, no el emocional, que etéricamente se halla pasivo. Esto pone de manifiesto, en consecuencia, cuán grande es la necesidad de instructores conscientes y clarividentes, capaces de trabajar inteligentemente con los estudiantes, estimulando los centros dormidos o perezosos, por medio   del   conocimiento   y   los   métodos   científicos,   alineándolos   de   manera   que   la   corriente   afluya alternativamente entre los vórtices externos y el centro interno. Más adelante el instructor podrá entrenar al estudiante para que despierte sin peligro el fuego interno, lo cultive y trasmita científicamente, instruyéndolo sobre el orden requerido para su circulación por el sendero de triángulos, hasta llegar a los centros de la cabeza. Una vez que el kundalini haya recorrido esas líneas geométricas, el hombre es perfecto, la personalidad ha servido su objetivo y se ha alcanzado la meta. Por eso todos los centros tienen un número de pétalos múltiplo de cuatro, porque el cuatro es el número del yo inferior, el cuaternario. La cantidad total de pétalos en los centros (sieliminamos el bazo, que tiene un fin determinado, y los tres órganos inferiores de la procreación) es de mil ciento diez, número total que representa la perfección del microcosmos -diez el número de la personalidad perfecta, cien el número de la perfección causal y mil el número de la realización espiritual. Cuando cada pétalo vibra en todas las dimensiones, se alcanza la meta para este manvantara. Entonces el loto inferior e halla en todo su esplendor y refleja al superior con precisión.

Efectos de la meditación ocultista sobre los centros.

Estudiaremos hoy los efectos de la meditación ocultista sobre los centros y su consiguiente vivificación, presentando una meditación iniciada siempre con el empleo de la Palabra Sagrada, pronunciada de acuerdo con la regla.

Nos referiremos también a la meditación practicada bajo la dirección de un Instructor. Por lo tanto, el individuo meditará en forma correcta o lo más correcto que pueda; por eso hoy consideraremos el factor tiempo en relación con los centros, porque la tarea es lenta y necesariamente gradual. Haré aquí una pausa, para insistir que es necesario recordar que en todo trabajo realmente ocultista, los efectos esperados llegan siempre muy lentamente. En el caso de que un individuo, en una encarnación dada, progrese en forma espectacular, se debe a que está poniendo de manifiesto algo adquirido anteriormente (la manifestación de las facultades innatas, adquiridas en pasadas encarnaciones) y se está preparando para un nuevo periodo de esfuerzo lento, cuidadoso y minucioso.

Las siguientes razones ponen de manifiesto porqué el sendero es tan difícil de hollar y el  proceso de ascender la escala se hace (a medida que se alcanzan los escalones más altos) más complicado y difícil. Se debe:

1. Disciplinar a cada cuerpo por separado, a fin de ser purificados.

2. Reajustar y alinear.

3. Repolarizar.

4. Reconstruir prácticamente.

5. Dominar cada subplano, del cuarto en adelante, pues en el cuarto se inicia la vida del aspirante.

6. Despertar gradual, cuidadosa y científicamente cada centro; intensificar la rotación y electrificar la radiación (sí se me permite utilizar este término y aplicarlo a los centros), y manifestar su fuerza a través de la dimensión superior.

7. Vincular magnéticamente cada centro etérico plenamente alineado con los centros correspondientes de los cuerpos mental y emocional, de modo que no se entorpezca la afluencia de fuerza.

8. Despertar nuevamente cada centro mediante el Fuego Sagrado, hasta que las radiaciones, la velocidad y los colores, se hayan armonizado con la nota egoica. Esto es parte del trabajo de Iniciación.

Debido a que todo cambio se hace gradualmente, responde a la misma ley que rige el crecimiento cíclico del macrocosmos:

1. Primeramente se produce el choque entre el ritmo viejo y el nuevo.

2. A esto le sigue un período en que gradualmente domina el nuevo, eliminando al viejo y estabilizando la nueva vibración.

3. Finalmente se produce la desaparición, y luego la repetición del proceso.

Esta tarea se realiza en los cuerpos y en los centros por la meditación y el empleo de la Palabra Sagrada, lo que contribuye a reajustar la materia, a vitalizaría por el fuego, permitiendo al aspirante trabajar de acuerdo a la ley. Este desarrollo de los centros es un proceso gradual, paralelo al trabajo realizado sobre los cuerpos, al refinamiento de los vehículos y al lento desenvolvimiento de la conciencia causal.

Observaciones finales.

Al meditar sobre el centro cardíaco, imaginarlo como un loto dorado y cerrado. Al enunciar la Palabra Sagrada, imaginen este loto expandiéndose lentamente, hasta ver el centro o vértice interno como un radiante remolino de luz eléctrica, más azul que dorada. Formar allí la imagen del Maestro, en materia etérica, emocional y mental. Esto implica retraer más internamente la conciencia. Una vez que la imagen esté completamente formada, emítase otra vez suavemente la Palabra y, mediante un esfuerzo de la voluntad, retraerse aún más internamente y vincularse con el centro de doce pétalos de la cabeza, el centro de la Conciencia causal. Hacer esto lenta y gradualmente, manteniendo una actitud de paz y calma perfectas. Existe una relación directa entre los dos centros de doce pétalos y la meditación ocultista; la acción del fuego kundalínico revelará más adelante su significado. Esta visualización lleva a la síntesis, al desenvolvimiento y a la expansión causal y, con el tiempo, conduce al hombre a la presencia del Maestro.

El plexo solar es el asiento de las emociones, y no hay que concentrarse en él durante la meditación. Es la base de la curación física, y más adelante será mucho mejor comprendido. Es el centro de la actividad -actividad que más tarde será intuitiva, el centro laríngeo actúa radiantemente cuando es transferida la polarización del átomo físico al átomo mental permanente, como ya se  ha explicado. Entonces el átomo mental permanente se convierte en el centro de la razón pura o pensamiento abstracto. Luego llega un momento en el desenvolvimiento de la conciencia, en que la fuerza emocional, que rige a la generalidad, es trascendida y reemplazada por la fuerza del intelecto superior. A menudo marca un período en que el individuo es guiado puramente por la razón, y sus emociones ya no lo gobiernan. Esto se puede manifestar en el plano físico como inflexibilidad intelectual. Más tarde, el átomo emocional permanente cede su lugar al intuitivo, y la intuición pura y la comprensión perfecta, por medio del amor, constituyen el poder motivador, además de la facultad de razonar. Entonces el plexo solar se caracteriza por la preponderancia del color verde de la actividad, porque el cuerpo emocional es el agente activo de lo superior, y engendra muy poco el color rosa del deseo humano. 

En la rotación de la fuerza, a través del vórtice (rotación que forma los pétalos del loto), se observará que ciertos pétalos resaltan sobre los demás, y cada centro manifiesta una cruz de modalidad peculiar, excepto en los dos centros de la cabeza, síntesis de las cruces inferiores. La cruz de cuatro brazos del tercer Logos se halla en la base de la columna vertebral, y la cruz de la cuarta Jerarquía humana en el corazón.

Cuando el aspirante medio entona la Palabra Sagrada, lleva la fuerza al etérico a través de todos los centros internos, y causa un definido estímulo en los pétalos de cada centro. Si el loto está abierto parcialmente, sólo algunos pétalos reciben el estímulo. Esto da origen a una vibración (especialmente en el centro sobre el cual el individuo medita -el coronario o el cardíaco), lo cual da origen a una acción refleja en la columna vertebral, hasta su base. Esto, por sí mismo, no es suficiente para despertar el fuego; sólo se puede hacer en forma correcta, en la clave adecuada y sujeto a ciertas reglas.

Cuando la meditación se hace en el corazón, mediante la entonación correcta de la Palabra Sagrada, y de acuerdo a las leyes ocultas, la fuerza llega a través de los centros emocionales, desde los niveles intuitivos. Cuando se realiza en la cabeza, la fuerza llega por los centros mentales desde los niveles manásicos abstractos y, más tarde, desde el átmico. Uno imparte intuición espiritual y el otro, conciencia causal.

Hombre avanzado es aquel que une los dos centros mayores -coronario y cardíaco- en un instrumento sintético, y cuyo centro laríngeo vibra al mismo ritmo. Entonces tiene la voluntad y el amor fusionados en servicio armónico, y la actividad del físico inferior es trasmutada en idealismo y altruismo. Al llegar a esta etapa el hombre está preparado para despertar el fuego interno. Sus cuerpos están suficientemente refinados para resistir la presión y la precipitación; nada contienen que sea perjudicial para su progreso; los centros son objeto de una sintonización suficientemente elevada, como para recibir el nuevo estímulo. Cuando esto se ha realizado llega el momento de la iniciación, en que el servidor, en cierne, de la humanidad, llega ante su Señor con el deseo purificada, el intelecto consagrado y un cuerpo físico que es su servidor y no su amo. 

Hasta que ustedes no tengan un sabio Instructor en cuerpo físico, que pueda reunir a su alrededor a Sus estudiantes para protegerlos con Su aura y vibración estimuladoras, y hasta que las condiciones mundiales permitan un período de relajamiento de la tensión e incertidumbre actuales, no será posible enseñar fórmulas, invocaciones o mántram de carácter específico ni despertar los centros, más allá de lo necesario para la evolución, excepto en algunos casos individuales de ciertos discípulos que (quizás sin que ellos se den cuenta) están sometidos a determinados procesos, cuyo resultado será un gran acrecentamiento del grado de vibración. Esto sólo se hace con algunos aspirantes en cada país, y bajo la vigilancia directa de un Maestro, enfocado por medio de H. P. B. 

El verdadero estudiante procura desviar la conciencia de sus cuerpos físico y emocional y dirigirla a las regiones del pensamiento o al cuerpo mental inferior. Alcanzado esto, procura trascender su mente inferior y polarizarse en el cuerpo causal, utilizando el antakarana como canal de comunicación entre la mente inferior y la superior, siendo entonces el cerebro físico,   simplemente, el receptor pasivo de lo que trasmite el Ego o Yo superior y, más tarde, del triple Espíritu, la Tríada. El trabajo a realizar consiste en actuar de la periferia al centro y en la  consiguiente centralización. Cuando se ha alcanzado tal centralización y enfocado en este centro estable -con el plexo solar y el corazón aquietados- un punto dentro de la cabeza, uno de los tres centros principales en ella, se convierte en el centro de la conciencia, y el rayo del Ego del hombre decide cuál será ese centro. Este método es para la mayoría. Habiendo llegado a este punto, el hombre sigue la meditación de su rayo, tal como anteriormente se ha indicado en términos generales, en estas cartas. En cada caso el cuerpo mental se convierte en centro de conciencia, y más tarde, con la práctica, dicho centro llega a ser el punto de partida para la trasferencia de la polarización en un cuerpo más elevado, primero el causal y más tarde, la Tríada. 

"Vigila y ora", dijo el Señor cuando estuvo en la tierra, expresándose en términos ocultistas, que aún no han sido bien interpretados.

¿Por lo tanto, que debe ser vigilado?

1. La actitud del cuerpo ovoide emocional y su control positivo-negativo.

2. La estabilidad de la materia emocional y su receptividad consciente.

3. El alineamiento del cuerpo ovoide emocional con los cuerpos mental y causal. Si el alineamiento es imperfecto (como sucede frecuentemente), no permite recibir con exactitud lo proveniente de los planos superiores, distorsionándose las verdades que descienden vía el Ego y produciendo una peligrosa trasferencia de fuerza a centros indeseables. Esta falta de alineamiento es la causa de que las personas de tendencias aparentemente espirituales se aparten de la pureza sexual. Ellas pueden establecer algún contacto con los niveles intuitivos, y el Ego puede trasmitir parcialmente el poder desde lo alto; pero como el alineamiento es imperfecto, la fuerza de estos niveles más elevados se desvía, sobreestimulando los centros indeseables, dando como resultado un desastre. 

Cada ser humano entra en la vida equipado con un cuerpo físico y un cuerpo etérico de ciertos componentes, producto de una encarnación anterior, los cuales reproducen virtualmente con toda exactitud el cuerpo que el hombre abandonó cuando la muerte lo separó de la existencia en el plano físico. La tarea de cada uno consiste en tomar ese cuerpo, conocer sus defectos y necesidades y luego, deliberadamente, construir un nuevo cuerpo más adecuado para satisfacer la necesidad del espíritu interno. Ésta es una tarea de grandes proporciones, y demanda tiempo, rígida disciplina, abnegación y criterio.

El hombre que emprende la práctica de la meditación ocultista, textualmente, "juega con fuego". Quisiera que tengan muy en cuenta esta afirmación, porque encierra una verdad que muy pocos comprenden. "Jugar con fuego" es un dicho vulgar muy antiguo, que ha perdido su significado debido a su constante repetición, no obstante, es absoluta y completamente exacto, no una enseñanza simbólica, sino la afirmación de un hecho. El fuego constituye la base de todo -el Yo es fuego, el intelecto es una fase del fuego, y latente en los vehículos físicos microcósmicos se halla oculto un fuego verdadero, que tanto puede ser una fuerza destructora, consumiendo los tejidos del cuerpo y estimulando los centros de  carácter indeseable, como un factor vivificador, que actúa como agente estimulador y activante. Cuando ha sido encauzado hacia ciertos canales preparados, actúan como purificador y como gran vinculador entre el yo inferior y el Yo superior.


Durante la meditación, el estudiante trata de establecer contacto con la llama divina, su Yo superior, y se pone  en  armonía  con  el  fuego  del  plano  mental.  Cuando  la  meditación  es  forzada  o  practicada  muy violentamente, sin efectuar antes el alineamiento entre los cuerpos superior e inferior, vía el emocional, este fuego puede actuar sobre el fuego latente en la base de la columna vertebral {denominado kundalini), y hacerlo circular prematuramente.   Esto causaría la desorganización y destrucción en vez de la vivificación y el estímulo de los centros superiores. Hay un camino geométrico espiroidal apropiado, que este fuego debe seguir, y depende del rayo a que pertenece el estudiante y del tipo de vibración de sus centros superiores. Sólo ha de permitirse que este fuego circule bajo la instrucción directa del Maestro y sea distribuido conscientemente por el estudiante mismo, siguiendo las instrucciones verbales específicas del instructor. A veces el fuego puede ser despertado y ascender correctamente en espiral sin que el estudiante sepa lo que está ocurriendo en el plano físico, pero en los planos internos lo sabe, sólo que no ha hecho descender ese conocimiento a la conciencia del plano físico.  

miércoles, 11 de junio de 2014

KUNDALINI: EL CENTRO EN LA BASE DE LA COLUMNA VERTEBRAL D.K. “El Tibetano”

EL CENTRO EN LA BASE DE LA COLUMNA VERTEBRAL
D.K. “El Tibetano”


Este centro, ante todo está controlado y regido por la Ley del Ser, ya men­cionada, y rige cuando el espíritu y la materia se unen, y la materia, la Virgen María -bajo la influencia del Espíritu San­to, la energía del vehículo etérico-, es trasladada “al Cielo”, donde (tal como lo expresa la fraseología cristiana) “se sen­tará al lado de su Hijo en el hogar del Padre”.

Este centro está ubicado en la base misma de la columna ver­tebral y sostiene a los demás centros. En la época actual se halla relativamente pasivo, porque sólo entra en plena actividad, por un acto de la voluntad, dirigida y controlada, del iniciado. Responde únicamente al aspecto voluntad y, durante la encarnación, la voluntad de ser constituye el factor que en la actualidad controla su vida y produce sus efectos cuando nutre y dirige el principio vida de la materia y la forma. De la misma manera en que el prin­cipio vida está “situado en el corazón”, también la voluntad de ser está situada en la base de la columna. Se han dicho muchas y peligrosas cosas vanas acerca de este centro, y todo el tema del “fuego kundalínico” ha demostrado ser una fábula fantástica y atrayente para los pseudocultistas del mundo. El verdadero ocultista en entrenamiento nada tiene que hacer con el fuego kundalínico, como comúnmente  se lo entiende. Sólo puedo aclarar ciertos hechos y al mismo tiempo debo abstenerme de indicar modos y métodos para despertar la actividad de dicho centro, debido al extremo peligro que involucra cualquier trabajo prematuro sobre este cen­tro básico. Lo único que puedo hacer es exponer una serie de observaciones que las comprenderán correctamente aquellos que conocen (y son muy pocos y raros), lo cual ayudará a pensar a quienes están en entrenamiento, y les dará un cuadro más com­pleto que protegerá del desastre al ignorante. Haré estas observa­ciones lo más clara y brevemente posible, pero prácticamente no daré explicación alguna al margen.

Este centro básico, es el punto donde, de acuerdo a la ley evo­lutiva, se unen el espíritu y la materia, y la vida se relaciona con la forma.

1.Es el centro donde el dualismo esencial de la divinidad ma­nifestada -el hombre o Logos planetario- se une y produce la forma.

2.La naturaleza de esta divinidad es solamente revelada cuando el segundo aspecto ha completado su trabajo por medio del tercer aspecto, pero bajo la voluntad rectora del primer aspecto.

3.Es el centro donde la “serpiente de Dios” experimenta dos transformaciones:

a.La serpiente de la materia permanece arrollada.
b.Dicha serpiente es trasformada en la serpiente de la sa­biduría.
c.La serpiente de sabiduría es trasladada y se convierte en el “dragón de luz viviente”.

5.Estas tres etapas están nutridas por la vida y la energía que afluye y desciende a través de toda la columna  vertebral, por intermedio de la analogía etérica del cordón vertical, y -en tiempo y espacio- este descenso (además de la simultánea elevación de la vida) produce:

a.El despertar gradual y ordenado de los centros, de acuer­do al tipo de rayo.
b. La reversión de los centros a fin de que la conciencia del hombre que mora internamente sea adecuada a su medio ambiente.
c.La síntesis de las energías de la vida de todos los centros y su adecuación a las demandas del iniciado y al servicio de la Jerarquía y de la Humanidad.

1.La columna vertebral (desde el ángulo de las ciencias esoté­ricas) alberga un triple hilo. Es la exteriorización del anta­karana, compuesto por el propio antakarana, el sutratma o hilo de vida y el hilo creador. Este triple hilo dentro de la columna vertebral está compuesto por lo tanto de tres hilos de energía, los cuales han abierto para sí, en la sustancia den­tro de la columna, un “triple camino de entrada y de salida”. A éstos se los denomina en terminología hindú: los senderos de ida, pingala y sushumna, y juntos constituyen el sendero de vida para el hombre individual, entrando en actividad en for­ma secuencial y de acuerdo al tipo de rayo y etapa de evolu­ción. El sendero de sushumna sólo es empleado en forma co­rrecta y sin peligro, cuando se ha construido el antakarana y la Mónada y la Personalidad se relacionan, aunque sólo sea  mediante un hilo muy tenue. Por lo tanto la Mónada, el Padre, el aspecto voluntad, puede llegar a la personalidad en forma directa y despertar el centro básico, y con ello fusionar, unificar y elevar los tres fuegos. 

2.Por uno de estos senderos afluye la energía que nutre a la materia. Otro está relacionado con el sendero de la conciencia y al desarrollo síquico sensorio. El tercero es el sendero del espíritu puro. Así en cada forma viviente se lleva a cabo el trabajo del Padre, de la Madre y del Hijo. Vida-conciencia-forma y vida-cualidad-apariencia se fusionan, y el mecanismo de respuesta del hombre divino es perfecto, permitiéndole al hombre hacer contacto y reconocer eventualmente los aspectos divinos mayores en los reinos de la naturaleza, en el planeta y en el sistema solar.


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No se engañen y sitúen estas esferas entrelazadas de energía viviente a la derecha o a la izquierda de la columna vertebral, pues siempre tiene lugar un constante movimiento, interacción y reversión. Sólo puedo representar un símbolo que indica el sendero especial de las tres energías de la divina Trinidad. No indico un lugar o ubicación real porque la materialización y la ubicación de este concepto principal ha producido situacio­nes peligrosas. El estudiante iniciado trata de captar la relación de las tres energías básicas, los tres senderos del fuego viviente, su relación e interrelación y polarización secuencial. No trata de ajustar la enseñanza a puntos, líneas y lugar, hasta el  momento en que estos términos signifiquen poco para él y posea más conocimiento.

1.Estos tres senderos de vida son los canales para el fuego eléc­trico, fuego solar y fuego por fricción, y debido a su utilización están relacionados con las tres etapas del sendero de evolu­ción: el sendero de evolución que corresponde a las primeras etapas materiales; el Sendero de Probación, las primeras eta­pas del Sendero del Discipulado hasta la tercera iniciación, y el Sendero de Iniciación.  

2.El fuego kundalini, sobre el cual tanto se ha enseñado y escrito en Oriente y cada vez más en Occidente, en realidad es la unión de los tres fuegos, enfocados en el centro básico, por un acto de la voluntad iluminada, impulsada por el amor. Estos fuegos unificados son elevados mediante el empleo de la Pa­labra de Poder (emitida por la voluntad de la Mónada), y llega a integrarse y vivificarse por la autoridad conjunta del alma y la personalidad. Por lo tanto, cuando el ser humano llega a hacer esto con plena conciencia, es un iniciado que ha pasado la tercera iniciación. Sólo él puede sin peligro elevar este tri­ple fuego desde la base de la columna vertebral al centro coronario.

3.De acuerdo a la interpretación común de los esoteristas igno­rantes en los diversos grupos ocultistas, el fuego kundalini es algo que debe ser “elevado”, y cuando se logra, entonces todos los centros entran en actividad funcionante y los canales, hacia arriba y hacia abajo de la columna vertebral, quedarán libres de toda obstrucción. Esta es una peligrosa generaliza­ción y lo contrario de la realidad. El fuego kundalini podrá ser elevado y ascendido hacia el cielo cuando todos los cen­tros hayan despertado y los canales de la columna vertebral no estén obstruidos. La remoción de las obstrucciones es el resultado de la vivencia de los centros individuales que, de­bido a la potencia de su vida, son por sí mismos eficaces para destruir todo impedimento y obstrucción. También pueden “quemar” todo lo que impide su radiación. Lo que general­mente sucede en esos casos accidentales (que producen tanto daño) es que el aspirante, debido a su curiosidad ignorante y por un esfuerzo de la mente (no de la voluntad espiritual, sino estrictamente como una expresión de la voluntad de la personalidad), logra despertar el inferior de los tres fuegos, el fuego de la materia, el fuego por fricción, lo cual quema y destruye prematuramente la red etérica del cuerpo etérico. Esos discos o redes circulares se hallan entre cada par de centros a lo largo de la columna vertebral y también en la cabeza. Generalmente son disipados por la pureza de vida, la disciplina de las emociones y el desarrollo de la voluntad espiritual.

Existen cuatro redes. Cuando la cuádruple personalidad está altamente desarrollada y el centro ajna va despertando, en­tonces estas redes desaparecen lenta y gradualmente, normal y automáticamente. Las redes de la cabeza son de calidad su­perior y biseccionan el cráneo, horizontal y verticalmente. De esta manera simbolizan la Cruz sobre la cual es crucificado el Hijo de Dios.



domingo, 8 de junio de 2014

LA MEDITACIÓN, CONSEJOS PARA LA MISMA. por John Hempstead (Segnda Parte) (de Rays from the Rose Cross de octubre de 1980)


LA MEDITACIÓN, CONSEJOS PARA LA MISMA. por John Hempstead (Segnda Parte)
(de Rays from the Rose Cross de octubre de 1980)



(Parte 6)
MEDITACIÓN

La meditación puede ser un medio para acelerar el desarrollo de la conciencia pictórica jupiteriana. Siguiendo el sendero astrológico expuesto, la meditación corresponde a los signos de Piscis y Acuario.

Como se ha dicho, Aries representa la primera fuerza del plano cósmico actual y Piscis representa la última del plano cósmico inmediatamente superior. Del mismo modo, la visualización de Aries representa el último nivel o nivel básico para contactar el siguiente nivel de conciencia mediante la meditación.

Piscis, un signo jupiteriano, representa en la meditación, la recepción de la conciencia pictórica jupiteriana, tal como lo describe Max Heindel. La conciencia meditativa pictórica requiere el empleo de todas las habilidades adquiridas mediante la concentración:

1.- Una memoria potente y precisa.

2.- Un cuerpo de deseos libre de tensiones y desligado de deseos naturales; y una mente consciente relajada pero alerta y receptiva.

3.- Fuerza para enviar y recibir con claridad instrucciones internas.

4.- Capacidad de concentración sobre y de visualizar claramente imágenes dinámicas.
En otras palabras, se necesita la capacidad de ver, oír, sentir, comprender y recordar nuestras experiencias sensoriales internas.

Mediante la dinámica interacción entre nuestras percepciones visuales, auditivas y/u otras, pensamientos forma y conciencia de las sensaciones, nos armonizamos más con nuestro Yo espiritual. Si ponemos en práctica las visiones de nuestras experiencias meditativas, viviremos nuestras vidas, día tras día, inconmovibles a las llamadas inferiores de nuestro cuerpo de deseos y cada vez más armonizados con el propósito divino de nuestro Yo Superior. Quizá el mejor modo de estudiar la meditación consista en desarrollar un ejemplo.

LA MEDITACIÓN, CONSEJOS PARA LA MISMA. por John Hempstead
(de Rays from the Rose Cross de octubre de 1980)
(Parte 7)

Un ejemplo de meditación.

Como ejemplo de meditación pisceana, visualícese un cuerpo humano inmenso, superpuesto al Tabernáculo del Desierto. Yace boca arriba, con sus pies hacia el Este, a la entrada del Tabernáculo. La Sala Este del Tabernáculo incluye la garganta, hombros, brazos y manos. La cabeza está orientada hacia el Oeste y se halla totalmente en la Sala Oeste del Tabernáculo. El resto del cuerpo está en el patio, pero dentro del recinto que forman las paredes exteriores.

Tras relajarnos y acallar los sentidos mediante la concentración, imaginémonos a nosotros mismos acercándonos al Tabernáculo. Cuando las puertas se abren, somos conscientes de que penetramos en los pies del tabernáculo humano. Los pies, regidos por Piscis, representan la puerta de comunicación del contacto básico con el siguiente nivel de conciencia: La conciencia pictórica jupiteriana. Entramos en el Tabernáculo y nos dirigimos al Altar de los Sacrificios, situado en los órganos reproductores del cuerpo humano.

Los órganos reproductores simbolizan esas pasiones materialistas que impulsan nuestra conciencia hacia abajo y nos retienen atrapados en los lazos de la existencia terrena. Esto se refiere, no sólo a la actividad procreadora sexual, sino también a cualquier actividad desarrollada con fines egoístas. Si bien la actividad sexual es generalmente nuestro mayor escollo, a veces los que se abstienen, dirigen esta energía hacia otras expresiones negativas que son igualmente perjudiciales. Cuando el celibato es, tanto espiritual como físico, la energía sexual se transmuta en más actividad espiritual mediante servicio inegoísta a otros.

Hay que estar alerta a cualesquiera imágenes simbólicas espontáneas que hallemos en nuestros viajes meditativos. Por ejemplo: Un meditador vio una amenazadora cobra en el altar del órgano reproductor. Tras larga vacilación, llegó a la conclusión de que se trataba de una fuerza suya interior que debió haber superado, y se aproximó al altar. La cobra serpenteó amenazadora en torno suyo cuando él se sentó sobre el altar. Durante varios días el meditador volvió a enfrentarse con esta situación y quedó atascado en ese estadio de meditación. Finalmente, el significado simbólico de la imagen de la cobra se hizo claro cuando pensó que debía haber aceptado la cobra como una fuerza suya interna. Cuando llegó a tal conclusión, la cobra se fundió con su cuerpo y se hizo una con él: El cuerpo de la serpiente se confundió con su espina dorsal y la  cabeza hinchada y los colmillos se convirtieron en el cerebro y las glándulas cerebrales. Ante esta mezcla simbólica, el meditador dedujo intuitivamente que tenía que transmutar su energía sexual en un servicio específico de alivio que implicaba el aprender y enseñar los significados ocultos de la vida.

Cada vez que uno insista en meditar sobre una misma imagen, ganará visión interna acerca de uno o varios aspectos de su carácter que pueden ser desarrollados.

Estas visiones se pueden obtener mediante las imágenes simbólicas, como queda descrito, o mediante intercambios verbales o sensibles. A veces el meditador ve a una persona que, de algún modo, quiere transmitirle determinadas palabras, que son soluciones a problemas o instrucciones que debe seguir. En cualquier caso, durante la meditación, debemos estar abiertos a mensajes provenientes de los tres canales mayores de la vista, el oído y el tacto.

Cuando el meditador averigua la parte de su naturaleza que necesita cambiar, enciende el fuego rojo sobre el altar y quema en él la característica inconveniente.

Para que la transmutación sea completa, el meditador necesita visiones específicas de una aplicación positiva, mediante servicio, de las antiguas expresiones negativas de energía. Entonces el meditador desciende del altar y continúa hacia la pila de bronce, localizada en el corazón.

El corazón debe imaginarse como situado en el centro del cuerpo, un poco a la derecha de su actual posición. Así, desde su posición central, dirige la sangre vital de nuestras energías, desde los deseos egoístas inferiores hacia los órganos que proporcionan visión sobre los elevados propósitos de la vida.

Cuando uno llega a la pileta/corazón de purificación, examina las doce representaciones simbólicas de los signos del zodiaco alrededor del corazón/sol central. Luego trepa a la pileta y baña en ella toda su naturaleza interna. Se desprende del hollín de los pecados reconocidos, de los que se ha arrepentido y ha quemado sobre el Altar de los Sacrificios. En cada lavado debe dirigirse nuestro esfuerzo hacia una específica expresión positiva de energía, antes malgastada en pecados de acción y de omisión. Finalmente, se sale de la pileta y se permite uno solearse a la radiación dorada de una pura y fructífera energía crística que surge de dentro y busca una expresión en el servicio.

Nos aproximamos ahora a la puerta de la Sala Este del Tabernáculo. Cuando se penetra en ella hay que percibir las manos y la garganta, importantes instrumentos de servicio en la existencia material. La mano de la izquierda entrando corresponde al candelabro de siete brazos y representa el conocimiento adquirido mediante los siete mensajeros planetarios de nuestro sistema solar. Se puede obtener mucha visión interna en esta etapa, contemplando la naturaleza de cada planeta, por turno, y planteándose uno mismo la pregunta: "¿Cómo puede esta divina energía encontrar a mi través su mejor expresión en el servicio?".

LA MEDITACIÓN, CONSEJOS PARA LA MISMA. por John Hempstead
(de Rays from the Rose Cross de octubre de 1980)
(Parte 7-a )
Un ejemplo de meditación.

La mano del lado derecho, mirando al oeste, corresponde al Altar de los Panes de la Proposición y representa las oportunidades de servicio que se nos ofrecen a través de las doce casas del horóscopo. La contemplación de la naturaleza de cada casa proporcionará visión interna al plantearse uno la pregunta: "¿Cómo puedo expresar, del mejor modo posible, mi propia energía en este departamento de la vida?".

La garganta corresponde al Altar del Incienso y representa la fragancia que desprendemos como consecuencia del servicio realizado. Si servimos como un canal, cada vez más eficiente, de la energía divina, colaborando para el progreso de la evolución humana, nuestra voz se hará más "fragante" y nuestras palabras más agradables a los otros y a nosotros mismos. Usaremos espontáneamente palabras menos ofensivas, ya que la naturaleza ofensiva habrá sido quemada en el Altar de los Sacrificios. Pronunciaremos palabras más en armonía con la palabra divina, procedente de los oscuros mundos internos representados por la cabeza y la Sala Oeste del Tabernáculo.

Cuando estemos en meditación ante la Sala Oeste, imaginemos en su interior el Arca de la Alianza, que corresponde al cráneo. El Arca contiene tres símbolos que representan el producto de nuestros esfuerzos en las tres salas del Tabernáculo. El cráneo contiene tres órganos o centros de energía espiritual que se despiertan mediante esfuerzos espirituales eficientes.

Imaginemos al corazón del cuerpo/Tabernáculo sirviendo como músculo voluntario en el bombeo de la sangre (energía de deseos) hacia el punto que se encuentra en la raíz de la nariz. Nos armonizaremos con ese punto si vivimos sincronizados con el plan divino. Ese punto corresponde a las Tablas de la Ley en el interior del Arca, símbolo de la vida a tenor de la ley interna.

Luego el corazón purificado bombea la esencia del servicio al Vaso de Oro del Maná, cuyo órgano correspondiente en el cráneo es el cuerpo pituitario. Recuérdese que éste activa los cambio sexuales en la pubertad, enviando señales hormonales a las gónadas. Lógicamente, de esto se sigue que, canalizando la energía a la inversa, desde las gónadas a la pituitaria, podemos estimular el comienzo de un despertar más elevado: El de las fuerzas espirituales.

La glándula pineal corresponde a la Vara de Aarón, que floreció. Cuando la pituitaria estimulada, estimula, a su vez, y despierta a la pineal, la vibración armónica de ambos órganos produce la apertura de los doce nervios craneales y el despertar de la visión espiritual voluntaria, simbolizada por el signo de Acuario.

En suma, el nivel básico de meditación consiste en enfocar todo lo relativo a los sentidos, a la memoria, a las emociones y a las facultades mentales, desarrolladas durante la concentración, para dar lugar a una dinámica interacción de imágenes visuales, instrucciones auditivas, conciencia mental y sensitiva y símbolos recordados, para estimular visiones espontáneas que ayudan al crecimiento espiritual.

Este trabajo sobre la meditación termina con un examen de Acuario, el andrógino portador de agua. Comparando este símbolo con la Vara de Aarón que floreció (los doce nervios craneales abiertos), observaremos que la figura de Acuario es un símbolo adecuado de los resultados de nuestros esfuerzos en el Tabernáculo. El andrógino acuariano posee una fuerza sexual totalmente transmutada. El cuerpo es completamente armónico con la naturaleza espiritual, que no es ni masculina ni femenina. El andrógino sostiene una vasija de la que mana agua y que simboliza la sabiduría cósmica que fluye incesantemente a través de los nervios craneales abiertos.

A pesar de que Max Heindel dice que no pueden darse instrucciones para la meditación, que conduzcan específicamente a tal despertar espiritual, el símbolo de Acuario puede proporcionarnos claves que nos ayuden en tal sentido. Acuario y Urano, su regente, dícese que están fuertemente asociados a los éteres. En el cuerpo físico, éstos se hallan asociados a la linfa. En un estado relajado de meditación la linfa fluye libremente entre las sinopsis de las células nerviosas del cuerpo.. La linfa es la parte de la sangre que primero recibe los éteres que penetran en el cuerpo. Como los éteres conservan una imagen de la memoria de la naturaleza o registro akásico, el acceso de la linfa a las sinopsis de las células nerviosas puede ser la avenida de la clarividencia y la visión espiritual consciente.

Repasando las sugerencias de Max Heindel vemos que nos dice que debemos acallar la mente y los sentidos, así como las demandas de la personalidad: Mentales, emocionales y físicas; luego, liberar las creaciones del yo consciente, incluyendo la meditación que hemos creado; abandonar todas las imágenes y permitir a la sabiduría y la experiencia cósmicas fluir en nuestras vidas y en nuestro yo consciente.

El proceso aquí descrito es un método progresivo para ir orientando nuestra conciencia hacia los mundos superiores internos y que da por resultado el despertar de las fuerzas intuitivas e inspiradoras. Aunque éste es uno solamente de los muchos métodos de concentración y meditación posibles, está basado en el simbolismo astrológico, en las enseñanzas de la Sabiduría Occidental y en la Filosofía Rosacruz, y puede ser por ello muy útil para el aspirante rosacruz.


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