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viernes, 25 de julio de 2014

CENTROS: LOS CENTROS DE FUERZA Y EL FUEGO SERPENTINO 2ª Parte (C.W. Leadbeater)


CENTROS: LOS CENTROS DE FUERZA Y EL FUEGO SERPENTINO 2ª Parte (C.W. Leadbeater)
(Force-Centres and The Serpent-Fire, 1910)

EL FUEGO SERPENTINO



YA sabemos que esta ígnea serpiente, llamada en sánscrito kundalini, es la manifestación física de una de las grandes fuerzas del universo, una de las energías del Logos. También sabemos que la electricidad es otra energía del Logos, en sus diversas modalidades de calor, luz y movimiento. Otra energía del Logos es la vitalidad llamada prana  que no puede transmutarse en ninguna de las antes mencionadas modalidades energéticas. Por lo tanto, cabe decir que la vitalidad y la electricidad son los extremos inferiores de dos corrientes de energía del Logos.

La serpiente ígnea o kundalini puede considerarse como el extremo también inferior de otra corriente del Logos, como la manifestación en el plano físico de otro de los múltiples aspectos de su poder.

Al igual que el prana o vitalidad, el kundalini existe en todos los planos conocidos; pero sólo trataremos de su expresión en la materia etérea. No puede transmutarse en vitalidad ni en electricidad, y ni una ni otra de ambas parecen afectarla. Yo he visto un cuerpo humano cargado nada menos que con 1.250.000 voltios, de suerte que al extender el brazo hacia la pared brotaban llamas de sus dedos sin molestia alguna, y a pesar de ser tan enorme el potencial eléctrico, no produjo efecto alguno en la serpiente ígnea.

La Voz del Silencio llama al kundalini "fuerza ígnea" y "madre del mundo". Por extraños que parezcan estos nombres están justificados, porque en verdad es como fuego líquido que fluye por el cuerpo en dirección espiral a modo de movimiento serpentino. En cuanto al nombre de "madre del mundo" se le da porque activa nuestros diversos vehículos, de suerte que se nos  abren uno tras otro los mundos superiores.

En el cuerpo del hombre, está localizada la serpiente ígnea en la base del espinazo, según ya dijimos; pero en el hombre vulgar permanece latente y dormida durante toda la existencia terrena; y en verdad vale más dejarla dormir hasta que la moralidad del hombre llegue a suficiente nivel y su voluntad sea lo bastante recia para gobernarla y sus pensamientos de sobra puros para arrostrar sin peligro su actualización. Nadie ose jugar. Conviene advertir que por grande que sea el potencial eléctrico no perjudica al cuerpo humano con tal que esté absolutamente aislado; pero el más leve contacto con un objeto lo electrocutaría al instante. N. del T. esta ígnea fuerza sin concretas instrucciones de un maestro experto en su manejo, porque entraña gravísimos peligros, algunos de ellos de índole física, y su desgobernada actuación produce íntimos dolores, desgarra los tejidos y aun puede ocasionar la muerte. Sin embargo, este es el menor mal resultante de su imprudente operación, pues también puede estropear los vehículos superiores.

Uno de los más frecuentes efectos de la prematura actualización de la serpiente ígnea es que entonces fluye cuerpo abajo en vez de cuerpo arriba, excitando con ello groserísimas pasiones, con tal intensidad que no le cabe al hombre resistirlas porque se ha puesto en acción una fuerza contra la cual está tan perdido como el nadador ante las fauces de un tiburón. Tales son los sátiros y monstruos de depravación que se hallan entre las garras de una fuerza incomparablemente superior a toda humana resistencia. Acaso adquieran algunos poderes supernormales; pero les pondrán en contacto con un bajo orden de evolución incompatible con la humana, y para emanciparse de tan horrible esclavitud necesitarán más de una encarnación. En verdad que no exagero el horror de semejante estado, como acaso hiciera quien de oídas lo contara sin testimonio personal. Yo mismo he tratado a individuos sujetos a tan espantosa suerte, y con mis propios ojos vi lo que les sucedía. Hay una escuela de magia negra que adrede emplea siniestramente el kundalini con objeto de vivificar los bajos centros dinámicos que jamás emplean los discípulos de la Buena Ley.

Aparte de este peligro capital, entraña otros muchos de siniestra índole la prematura actualización de la serpiente ígnea, porque intensifica en general la naturaleza del hombre y estimula las malas y bajas cualidades mucho más fácilmente que las buenas.  Por ejemplo, en el cuerpo mental se despierta luego la ambición y no tarda en hincharse extraordinariamente. Cabe en lo posible que también despierte poderoso talento, pero irá acompañado de un orgullo satánico como no se concibe en el hombre vulgar. No presuma el hombre de poder habérselas con toda fuerza que en su cuerpo se levante, porque la serpiente ígnea no es una fuerza ordinaria, sino algo irresistible. Desde luego que ningún inexperto debe intentar siquiera despertarla, y si por acaso la despertara algún accidente, ha de consultar enseguida con un entendido en la cuestión.

Echará de ver el lector que de propósito he omitido la explicación del modo de actualizar la serpiente ígnea ni tampoco señalé el orden en que una vez actualizada pasa por los diversos centros dinámicos, pues no puede intentarse en modo alguno sin expreso mandato del Maestro, quien cuidará de su discípulo durante las diversas etapas del experimento. Solemnemente prevengo a todos los estudiantes contra cualquier conato en el sentido de despertar esta tremendísima fuerza sin adecuada tutela, porque yo mismo he presenciado muchos casos de las terribles consecuencias de una ignorante y mal aconsejada intromisión en estas gravísimas materias. La fuerza ígnea es una tremenda realidad, uno de los fenómenos capitales de la naturaleza, y no es cosa de juego ni que se pueda manejar a la ligera, sino tan peligrosa en manos inexpertas como en las de un niño la dinamita.

Verdaderamente se ha dicho de ella: "Libera, a los yoguis y esclaviza a los insensatos."

En cuestiones como ésta, se figuran algunos estudiantes que habrá para ellos particular excepción de las leyes naturales o que la especial intervención de la Providencia les librará de los efectos de su locura. Seguramente que no sucederá nada de esto, y quien insensatamente provoque una explosión es muy fácil que resulte su primera víctima. Muchas tribulaciones y desengaños se ahorrarían los estudiantes si comprendieran que en todo cuanto con el ocultismo se relaciona significamos exacta y literalmente lo que decimos, y que es aplicable a todos los casos sin excepción. Las leyes capitales del universo no conocen el favoritismo.

Muchos desean ensayar el mayor número posible de experimentos porque se creen aptos para recibir las más elevadas enseñanzas y adelantar cuanto quiera en su desarrollo; pero pocos se resignan a ir mejorando pacientemente su carácter, a dedicar tiempo y trabajo a una labor útil a la Sociedad, y esperar a que un Maestro le advierta que ya está en disposición de recibir cuanto otros anhelan. No pierde su perpetua oportunidad el viejo aforismo: "Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y lo demás se os dará por añadidura."

Hay casos, en que el fuego brota espontáneamente y se nota un pesado ardor; y otros casos, aunque raros, en que se actualiza por sí mismo. En este último caso arriesga ocasionar mucho dolor porque los centros dinámicos no están dispuestos a su paso y habría de abrírselo quemando gran parte de tegumento etéreo con el consiguiente dolor.

Cuando la serpiente ígnea despierta de por sí o accidentalmente, suele precipitarse por el interior de la columna vertebral en vez de seguir la dirección serpentina en que el ocultista está acostumbrado a guiarla. Si es posible, ha de ponerse en obra la voluntad para detener el flujo ígneo; pero si no es posible, como suele ocurrir, tampoco hay que alarmarse, porque probablemente se escapará por la cabeza difundiéndose en el ambiente sin producir otro daño que una ligera debilidad. Lo peor que puede ocurrir es una temporánea pérdida de conciencia. El verdadero y más terrible peligro no está en que el fuego se precipite hacia arriba, sino que fluya hacia abajo e interiormente.

Respecto al desarrollo oculto, la principal función de la serpiente ígnea es que al pasar por los centros dinámicos, según dijimos, los vivifica y constituye en puerta  de tránsito entre los cuerpos físico y astral. Dice La Voz del Silencio que cuando la serpiente ígnea llega al centro dinámico de entre cejas y del todo lo vivifica, confiere al hombre la facultad de oír la voz del Maestro, que en este caso significa la voz del ego o Yo superior. El motivo de esta afirmación es que el cuerpo pituitario, en ordenada actividad, forma un perfecto enlace con el vehículo astral, de modo que por él puede recibirse toda comunicación interna.

No es esto sólo. Todos los centros dinámicos superiores se han de despertar de suerte que respondan a cualesquiera influencias de los subplanos astrales; pero este desarrollo lo adquirirá cada individuo a su debido tiempo, aunque no en la presente encarnación si es la primera vez que estudia atentamente el asunto. Algunos hindúes podrán lograrIo porque sus cuerpos son más adaptables por herencia que otros; pero la mayoría habrán de esperar toda otra ronda.

El dominio de la serpiente de fuego se ha de intentar repetidamente en cada encarnación, puesto que se renuevan los vehículos; pero lograda enteramente una vez, no cuesta gran cosa la reiteración del intento.

Conviene recordar que la serpiente ígnea actúa de distinto modo según el tipo del individuo, y así algunos verán al ego sin oír su voz. Además, la relación con el ego abarca varios grados, pues para la personalidad significa la influencia del ego y para el ego significa el poder de la mónada, mientras que para la mónada significa la consciente expresión del Logos.

No caerá fuera de propósito que exponga aquí mi experiencia individual en el asunto. Hace veinticinco años, la primera vez que residí en la India, no me esforcé en despertar el fuego ni en verdad sabía mucho acerca de él, pues opinaba que para ello era necesario haber nacido con un cuerpo físico especial que yo no poseía. Pero cierto día me insinuó un Maestro determinada clase de meditación para evocar la fuerza ígnea. Desde luego obedecí la insinuación y al cabo de tiempo obtuve éxito. Sin embargo, no me cabe duda de que el Maestro vigiló el experimento y me hubiera auxiliado en caso de peligro. Me han dicho que algunos ascetas hindúes enseñan esta práctica a sus discípulos manteniéndolos sin cesar bajo su cuidadosa vigilancia. Pero yo no conozco personalmente a ninguno ni debo tener confianza en ellos mientras no me los recomiende alguien de cuyo verdadero conocimiento esté yo convencido.

Me preguntan muchos lo que deben hacer para despertar esta fuerza  Les aconsejo que hagan lo que yo hice. Les recomiendo que se entreguen a la obra teosófica y esperen a recibir expreso mandato del Maestro, que se encargará de su desarrollo psíquico, prosiguiendo entretanto los acostumbrados ejercicios de meditación. No han de preocuparse en lo más mínimo de si lograrán dicho desarrollo en la presente o en la próxima encarnación, sino que deben considerar la materia desde el punto de vista del ego y no de la personalidad, con la absoluta certeza de que los Maestros están siempre a la mira de a quien pueden ayudar, de modo que es de todo punto imposible que nadie escape a su observación, y que indudablemente darán sus instrucciones cuando las consideren oportunas.

Nunca he oído decir que la edad del individuo ponga límite a su desarrollo psíquico mientras goce de perfecta salud, porque esta condición es necesaria a fin de que el cuerpo pueda soportar el esfuerzo, que es mucho más violento de cuanto les cupiera imaginar a quienes nunca lo intentaron.
Una vez levantada la fuerza debe gobernarse rigurosamente y pasar por los centros dinámicos en sucesión distinta para cada tipo de individuos. También es preciso que si la fuerza ha de tener eficacia se mueva de cierto modo que el Maestro explicará oportunamente.

El Velo que separa los Planos

Ya dijimos que los centros etéreos y astrales están en muy íntima correspondencia; pero entre ellos e interpenetrándolos de suerte no fácilmente descriptible hay una tupida tela compuesta de una capa de átomos físicos muy comprimidos y empapados en una peculiar modalidad de la fuerza vital. La vida divina que desciende normalmente del plano astral al físico está tonalizada de modo que pasa sin dificultad a través de esta tela, que no obstante opone infranqueable obstáculo al paso de cuantas fuerzas no pueden servirse de la materia atómica de los planos físico y astral. Esta tela es la protección proporcionada por la naturaleza para impedir la prematura comunicación entre los planos dichos, que sería seguramente perjudicial.

Esta tela o membrana no consiente que en condiciones normales recordemos con toda claridad lo que nos ha sucedido durante el sueño y también ocasiona la momentánea inconsciencia que siempre acompaña a la muerte. Sin esta misericordiosa protección, el hombre vulgar que nada sabe de la fuerza ígnea y está desprevenido para habérselas con ella, podría ser víctima de alguna entidad astral que en cualquier momento le pusiera frente a fuerzas superiores a la suya, y estaría expuesto a su constante obsesión si tratara dicha entidad de apoderarse de sus vehículos.

Desde luego se comprende que todo daño sufrido por esta membrana es realmente desastroso. De varios modos puede sobrevenir el daño, lo que nos induce a prevenirlo por cuantos medios dispongamos. Puede sobrevenir el daño por accidente o por continuada torpeza en la práctica. Una violenta conmoción en el plano astral, como, por ejemplo, un repentino y terrible espanto, puede desgarrar este delicado organismo y producir la locura.

Por supuesto que hay otros casos en que también el miedo puede ocasionar la locura.

El mismo efecto causará un violentísimo acceso de cólera, así como toda intensa emoción de índole siniestra que determine una especie de estallido en el cuerpo astral.

Los nocivos hábitos que mayor daño hacen a esta membrana protectora son: el alcohol, los narcóticos y el deliberado empeño en abrir por medio de comunicaciones espiritistas las puertas que la naturaleza mantiene cerradas. Algunos alcaloides y bebidas, sobre todo el alcohol y todos los narcóticos, incluso el tabaco, contienen ciertas materias volátiles que se transfieren del plano físico al astral.

Estas volatilizadas substancias atraviesan en contradirección los centros dinámicos y si mucho se repite este paso dañan gravemente y acaban por destruir la delicada membrana. Esta destrucción puede efectuarse de dos diferentes modos según el tipo del individuo y la proporción de los constituyentes de sus cuerpos etéreo y astral. En primer lugar, el roce de las substancias volatilizadas endurecen los átomos de la membrana de suerte que estropean grandemente su pulsación y los incapacitan para seguir vitalizados por la modalidad de energía que los cohesiona en la membrana, resultando de ello que ésta se osifica e impide la transmisión entre ambos planos físico y astral.

En los beodos habituales se observan los efectos de ambos modos de deterioro. Los afectados por el roce abrasador de las substancias volatilizadas caen en el delirium tremens, en la obsesión o en la locura. Sin embargo, son casos relativamente raros. Más frecuente es el segundo modo de deterioro cuyos resultados son la debilitación general de las facultades, que se sumen en el grosero materialismo y la brutalidad, con pérdida de todo noble sentimiento y del propio dominio. El hombre así degradado carece de dignidad, olvida todos sus deberes, no tiene concepto de sus responsabilidades, hasta el punto de que si cuando sobrio amaba a su esposa e hijos, una vez beodo no reparará en disipar en la satisfacción de su apetito el dinero que debiera invertir en el sostén de su familia. El afecto y la dignidad se desvanecieron por completo.

La segunda clase de efectos se echan de ver en los esclavos del tabaco, quienes persisten en el vicio aunque saben perfectamente bien que molesta y repugna a sus convivientes. El deterioro de la membrana se nota asimismo en que es el único hábito vicioso de que un caballero no se abstiene, aunque comprenda que ofende a los demás, demostrando con ello grave mella en la delicadeza de sentimientos.

Según dijimos, todas las impresiones que pasan del plano astral al físico o viceversa se transfieren directamente por los subplanos atómicos; pero cuando el alcohol o los narcóticos debilitan o deterioran la membrana, no sólo inficionan todas las materias atómicas sino también la materia astral de los segundo y tercero subplanos, inutilizándolas como medio transmisor, de suerte que la única comunicación remanente entre el astral y el físico es la producida por alguna fuerza del séptimo subplano astral cuya violenta vibración halla respuesta en el físico. Y sabido es que en el séptimo subplano astral sólo hay repulsivas y malignas influencias.

Pero aunque la naturaleza tome tales precauciones para proteger los centros dinámicos, no pretende en modo alguno que siempre estén vigorosamente cerrados. Hay un medio a propósito para abrirlos. Acaso fuera más exacto decir que la intención de la naturaleza no es que las puertas se abran más de lo que están en su actual posición, sino que el hombre debe perfeccionarse hasta el punto de aumentar el flujo que pasa por la puerta según ya está.

También el té y el café contienen estas materias, aunque en cantidad tan infinitesimal que es necesario abusar mucho para sentir sus  efectos.

Sin embargo, la conciencia del hombre ordinario no puede utilizar materia atómica pura en el cuerpo físico ni el astral; y por lo tanto, en condiciones normales es incapaz de establecer a voluntad comunicación consciente entre ambos planos. El procedimiento adecuado para lograrlo es purificar los vehículos astral y físico hasta que se vivifique por completo su materia atómica, de modo que sirvan de medio transmisor a las comunicaciones entre ambos. Entonces la membrana mantiene en el más alto grado su posición y actividad, y ya no es un obstáculo para la perfecta comunicación, al propio tiempo que continúa impidiendo el contacto entre los subplanos inferiores que darían paso a todo linaje de siniestras influencias.

Por estas razones aconsejamos siempre al estudiante que no provoque sino que espere el desarrollo de las facultades psíquicas hasta que en el natural curso de los acontecimientos las reciba en consecuencia del desarrollo de su carácter, como seguramente las recibirá según se infiere del estudio de los centros de fuerza.


Esta es la evolución natural; este es el único medio positivamente seguro para obtener todos los beneficios y evitar todos los peligros. Este es el Sendero que nuestros Maestros hollaron en el pasado, y por lo tanto es hoy nuestro sendero.

miércoles, 23 de julio de 2014

LA GRAN INVOCACIÓN: LA ESPADA DE DIOS

LA GRAN INVOCACIÓN



Desde el punto de luz en la mente de Dios
Que afluya luz a las mentes de los hombres
Que la luz descienda a la tierra.

Desde el punto de Amor en el corazón de Dios
Que afluya Amor a los corazones de los hombres
Que Cristo retorne a la tierra.

Desde el centro donde la voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres
El propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres
Que se realice el Plan de Amor y de Luz y selle la puerta donde se halla el mal
Que la luz, el Amor y el Poder, restablezcan el Plan en la tierra.


LA GRAN INVOCACIÓN, LA ESPADA DE DIOS

Engañosamente, la Gran Invocación en su presentación inmediata es una composición de palabras sencillas y suaves; sin embargo, detrás de las palabras está la fuerza conductora de una potencia inmensa de efectos mágicos e impresionantes llevados a cabo en las alas del pensamiento y palabras.
Wendy Boyd 

EL MAESTRO JESÚS DIJO: “No vine a traer la paz sino una espada.” Esto es una forma de llamar la atención y, al mismo tiempo, una afirmación desafiante, aunque el sentido de expectativa asociada con Su reaparición descansa principalmente sobre la idea de que definitivamente la paz es lo que Él traerá. De hecho, muchos asumen que es Su tarea divina traer la paz, poner fin a los problemas mundiales y que, por esto, la humanidad está exenta de toda responsabilidad. Igualmente existe una tendencia a imaginar que en Su reaparición se manifestará en la misma forma que Él tomó antes como Jesús de Nazaret. Aunque la apariencia que tomará es aún desconocida, parece razonable que la primera señal de este evento será un despertar en la consciencia humana –esto es, primero Él estará presente en la consciencia misma. Conforme el corazón y la mente humana descubren, experimentan y expresan cada vez más el principio Crístico a través de la correcta acción y las correctas relaciones humanas, Él reaparecerá. Una forma en la cual se puede ver que esto está sucediendo es a través de los miles que han pasado por la primera iniciación, El “nacimiento de Cristo en la caverna del corazón”. Por lo tanto, la espada que Él trae es digna de examen, porque tiene diversas implicaciones tanto como símbolo y como energía.

Que Él solo y sin ayuda traerá la paz y solucionará los problemas de la humanidad no es solamente una ilusión peligrosa, que refuerza la apatía y la dependencia, sino que también fomenta el espejismo de ver a Cristo en una forma estrictamente astral, altamente cargada con fervor aspiracional o emocional. Entonces existe una parte importante que la espada está desarrollando, cortando y desenraizando primero las ilusiones y espejismos que rodean las formas mentales distorsionadas con relación a Cristo. La Gran Invocación, como espada de la verdad, le señala a la consciencia directamente la realidad –el centro donde la mente, el corazón y la voluntad de Dios son conocidos y experimentados. La invocación unida por Su retorno a la Tierra, en la segunda estrofa, trata sobre la liberación de una energía esencial, la energía de amor, más que por la aparición de una forma divina, no importa cuan excelsa sea. Para esto, la Jerarquía ha usado palabras como una fórmula que instantáneamente eleva el corazón y la mente sobre las formas astrales en torno de Cristo, y con ello ubica la consciencia en un estado impersonal, un estado de la mente y del ser de consciencia realmente grupal.

Engañosamente, la Gran Invocación, en su presentación inmediata, es una composición de palabras suaves y sencillas; sin embargo, detrás de las palabras está la fuerza conductora de una potencia inmensa y de efectos totalmente mágicos e impresionantes, llevados a cabo en las alas del pensamiento y de la palabra. Una de las lecciones más rudimentarias que el discípulo debe aprender es el control de la palabra, especialmente porque el uso nocivo del lenguaje puede abrir la puerta a los elementos más perjudiciales de las fuerzas astrales. En este contexto estamos considerando el poder de las palabras, símbolos e imágenes y cómo pueden ser usadas para invocar energías espirituales y crear determinados efectos. Al decir la Gran Invocación tenemos claro, ya sea que estemos solos o en grupo, que son las fuerzas más elevadas de luz, amor y poder las que deseamos invocar. En cierto sentido, es poesía intuitiva, desde la que la forma y la estructura usada promueve las cuatro cualidades de la intuición, iluminación, comprensión y amor. Como se ha dicho, precipita el efecto y expone la causa –invocando la realidad a través de la intuición como lo opuesto a la ilusión.

La Palabra como la Espada

Es interesante darse cuenta que “ espada” ( sword, en inglés) se convierte en palabra word, en inglés) cuando la letra “s” es eliminada y se puede decir que a través de la Gran Invocación estamos manejando Su palabra en el nombre de Cristo como el Representante Divino de la Voluntad de Dios.

La forma que toma la Gran Invocación se basa en una serie de palabras que sirven como el vehículo activador a través del cual el mensaje encapsulado del Plan Divino puede ser cumplido. Por lo tanto, se puede decir que todo individuo o grupo que usa la Gran invocación toma la espada/palabra y ayuda en la “creación-destrucción” de los obstáculos que impiden el sendero de Su retorno: por una parte, destruyendo las barreras, y por otra, penetrando la materia etérica a través del poder de la correcta palabra para crear la forma y construir el sendero que se debe tomar –un sendero esculpido con verdad, amor y la intención unida. La Gran Invocación está entrenando el corazón y la mente en el diestro arte del manejo de la espada/palabra en el combate espiritual para que las fuerzas de la luz, el amor y el poder puedan surgir triunfantes en la Tierra.

Sin embargo, la espada, como Excalibur, aún tiene que ser extraída de la piedra, de la piedra concreta de la mente inferior. La Gran Invocación se puede ver como el Excalibur que es liberado de la piedra y surge a la vida para todos aquellos que aplican la voluntad-al-bien para usarla –la espada en la piedra está esperando ser empuñada y cumplir su destino, la promesa del paraíso recuperado. Aunque la leyenda de Arturo está más allá del ámbito de este trabajo, hay algunos paralelos interesantes entre los símbolos clave de Excalibur/Arturo y la Gran Invocación/Reaparición de Cristo. Por ejemplo, un tema –la creencia de que Arturo no está muerto y retornará- permanece enraizada en la mente popular a través de los siglos. Las primeras referencias provienen desde las áreas celtas en un poema Galés, el cual advierte crípticamente, “La tumba de Arturo es un misterio hasta el día del juicio”; se menciona un combatiente que escapó a Bodwin (Cornualles) en 1113, porque un francés se burló de un hombre de esa localidad, por asegurar que Arturo estaba vivo; son alusiones a una creencia obstinada entre las personas de que él retornaría. Adicionalmente, Arturo se convirtió en la encarnación del ideal del caballero cristiano recibiendo su herida mortal a manos de su sobrino Mordred, un caballero falso y traidor, el Judas de Camelot, quien abrió la puerta al mal. En el tema de las palabras, símbolos y sus implicaciones es interesante darse cuenta que la palabra mal evil, en inglés) es vida live, en inglés) escrita al revés.

Arturo puede ser comparado, al compartir una función similar, con el principio Crístico en cuanto que su presencia o aparición es la clave para liberar la espada de la roca. En este contexto es representativa de la transición desde la “adherencia” de la mente concreta inferior, a la velocidad más rápida y superior de la intuición, dando a la Gran Invocación un efecto transformador en el plano mental.

La leyenda dice que solamente Arturo, de corazón muy puro, podía sacar la espada de la roca, y esto corresponde al requerimiento de un centro cardiaco desarrollado y purificado como una base esencial para el uso del aspecto voluntad con relación al trabajo esotérico. Similarmente, la Gran Invocación, como Excalibur/Arturo, trabaja más efectivamente cuando es manejada con un corazón y motivo puro.

La Espada de Mercurio

Otro ejemplo del uso de la espada, y su correspondencia simbólica del trabajo preparatorio, se encuentra en la historia de Hércules como el discípulo mundial. Antes de que Hércules empezara sus doce trabajos, los dioses le dieron ciertos dones. Se nos ha dicho que “Con lenguaje agraciado y brillante ingenio llegó Mercurio, llevando una espada de raro diseño, que él ofreció a Hércules en un estuche de plata. Él la ató en el muslo de Hércules, pidiéndole que la mantuviera afilada y brillante. “Debe dividir y cortar,” dijo Mercurio, “y debe moverse con precisión y adquirida destreza.” 1

También se nos ha dicho que “el don de una espada que vino de Mercurio, el mensajero de los dioses, es de profunda importancia, porque la espada es el símbolo de la mente que divide, separa y corta. A través de su uso, Mercurio añadió a los demás dones concedidos a Hércules el análisis mental y la discriminación. * 2. A Mercurio también se le llama el mensajero alado y está asociado con la comunicación; en esencia él es el “mensajero del cielo” o, en este contexto, el mensajero de la Jerarquía, resumiendo el poder de la palabra hablada en conjunción con la técnica de la invocación. La versión Griega de Mercurio es Hermes, que significa “interprete o mediador”; ciertamente, parecería ser una interrelación de estas habilidades requeridas si la humanidad, como el discípulo mundial, va a actuar como embajador de la Jerarquía al presentar la Gran Invocación a los demás.

Los alquimistas equipararon a Mercurio con los conceptos relacionados de fluidez y transmutación y, a causa de su fluidez (como en el caso de todos los líquidos), el uso de la Gran Invocación es uno de los procesos más alquímicos que ocurren cuando transmuta la materia en espíritu, elevándola desde lo inferior a los superior y desde lo transitorio a lo estable. Se nos ha dicho que Mercurio es “supremamente mental,” siendo el principal agente del tercer aspecto de inteligencia activa y al mismo tiempo encarnando el segundo aspecto de amor-sabiduría, en particular el aspecto sabiduría. Se refiere a él como una energía dual, en la medida que expresa tanto la mente concreta como la mente abstracta de Dios. Otro punto de interés es que la mente concreta inferior fue desarrollada en el primer sistema solar y la mente abstracta superior o intuitiva, la razón pura, se está desarrollando en este sistema. Por lo tanto, al decir la Gran Invocación y distribuyéndola y llevándola a la atención del público estamos ayudando en este proceso en una escala Cósmica. La energía de Mercurio es de naturaleza sintetizadora, reuniendo mente-sabiduría expresándose a través del alma humana. Adicionalmente, Mercurio rige el puente o antakarana.

Las implicaciones de Mercurio son muchas, incluso el sistema nervioso está controlado por esta energía, porque los nervios son los mensajeros en el plano biológico. También, como un punto de interés, el famoso médico herbario y astrólogo Nicolás Culpeper (1616-1654) asignó hierbas, raíces, flores y semillas a sus planetas regentes, percibiendo que éstas contenían las virtudes del planeta para propósitos medicinales y de sanación. En su libro él cita "Dios está en todo, Su imagen está impresa en cada hierba.” Aquellas hierbas regidas por Mercurio eran particularmente benéficas para las “enfermedades del cerebro" como la calaminta o menta de montaña; igualmente dijo que el eneldo “fortalece el cerebro.”

Otros símbolos

La espada, en esencia, está compuesta de una hoja y una guarnición; es por lo tanto un símbolo de “conjunción,” especialmente como en la edad media, cuando toma la forma de una cruz. En términos astrológicos, una conjunción es la cercanía o proximidad de dos cuerpos celestes, encontrándose o pasando, o la presencia en la misma parte de los cielos de dos cuerpos celestes. Podría decirse que una correspondencia similar está ocurriendo conforme Piscis se aleja de su larga influencia y es reemplazada por la energía entrante de Acuario, causando un sentido de dos energías cruzándose, incluso chocando, hasta que la transición desde un ciclo de sexto rayo a un ciclo de séptimo rayo sea plenamente establecido.

En términos de la espada y en relación con los romanos, ellos creían que el hierro a causa de su asociación con Marte podía proteger contra los espíritus malignos. Su significado simbólico principal, sin embargo, es de una herida y el poder para herir y, no obstante, es el motivo detrás de la herida lo que la hace buena o mala. Por ejemplo, un doctor puede infligir dolor para tratar una herida o un soldado toma una vida para poder salvar cientos de vidas. Ya que quienes dicen la Gran Invocación no están manejando la espada para herir sino para sanar, la espada entonces es la aliada del discípulo en la lucha para liberar a los “prisioneros del planeta”. Para este efecto, la espada de la invocación puede penetrar y perforar el mundo material dentro de lo espiritual y descargar la evocación esperada de las fuerzas redentoras. Sobre este tema, las armas de guerra pueden ser símbolos positivos y la espada permanece como símbolo de la justicia y de la autoridad superior. Mientras la daga representa el falo y la masculinidad en general en la cultura megalítica, la espada es la contraparte de la rueca, la cual es el símbolo femenino de la continuidad de la vida. La espada y la rueca simbolizan, respectivamente, la muerte y la fertilidad, los dos opuestos que constituyen el simbolismo básico de la montaña, y la montaña tiene la forma semejante a un triángulo, la firma sagrada de Dios.

Esto relaciona el propósito de la invocación, el cual es crear puntos de tensión similares a la espada en los picos de la montaña de energía triangular, a través de los cuales la demanda expresada puede aumentar y subir a los cielos. A su vez, las cuatro estrofas que compilan la Gran Invocación están situadas como cuatro montañas sólidas dentro del terreno de la mente grupal. En la filosofía china las montañas permanecen juntas dando la imagen de quietud; el éxito de la Invocación y la evocación resultante están vinculadas a la habilidad para fusionarse con el “punto inmóvil en el centro” prioritario a la liberación de la “conjunta intención” grupal. De esta forma la mente, como una gran montaña bañada en la luz del sol, se mantiene firme en la luz del alma y alineada al esfuerzo e intención Jerárquica. A este respecto estamos alineando el esfuerzo grupal con la “constancia, exactitud y poder” que el Cristo y la Jerarquía Espiritual adoptan cuando dicen la Gran Invocación y como una fuerza unida toman las espadas y por lo tanto la(s) palabra(s) de Dios.
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Artículo extraído de Lucis Trust.

martes, 22 de julio de 2014

INICIACIÓN: LA CUARTA Y QUINTA INCIACIÓN - Renunciación y Revelación Por Aart Jurriaansen


INICIACIÓN: LA CUARTA Y QUINTA  INCIACIÓN  - Renunciación y Revelación
Por Aart Jurriaansen


Después de que el alma ha asumido toda la responsabilidad de la "personalidad transfigurada", viene un periodo de entrenamiento intensivo y una cantidad increíble de conocimiento es absorbido y acumulado rápidamente. El iniciado debe aprender ahora a comprender a fondo las leyes de los tres planos inferiores, y cómo manejarlas inteligentemente para fomentar el esquema jerárquico de evolución. Debe estar versado en los tecnicismos esotéricos, y tiene que desarrollar una cuarta visión dimensional. Él no está sólo trabajando constantemente en expandir su naturaleza espiritual, sino que simultáneamente está aprendiendo a dirigir las actividades de los devas constructores. 
Con la Cuarta Iniciación el iniciado se enfrenta por fin cara a cara con su propia Mónada, su "Padre en Cielo", que hasta ahora sólo había sido conocida como la Entidad espiritual que inspiraba el alma. Como resultado de este contacto directo entre la Mónada y la personalidad infundida de alma, las funciones de ese vago concepto, el Alma, que durante eones ha servido como intermediario entre la Mónada y su instrumento de manifestación en los tres mundos inferiores, se vuelve ahora redundante. El alma es por consiguiente absorbida por la Mónada y desaparece como entidad separada, y en su lugar no hay nada excepto la energía de Amor-Sabiduría, y la Voluntad Divina dinámica dirigida por la Mónada. 
El Iniciado de Cuarto Grado por consiguiente es controlado directamente por su Mónada, por medio del 'Puente de Luz' (el Antahkarana). Todo el tiempo que el iniciado tiene que funcionar o aparecer en los tres mundos de los hombres, hace uso de una 'personalidad' que para el hombre corriente tendrá una apariencia absolutamente normal. El aspecto forma de la existencia no es ya, sin embargo, necesario como medio para adquirir experiencia; de ahora en adelante sólo servirá como una máscara exterior a través de la cual el iniciado o el Maestro puede trabajar discretamente entre los hombres para realizar su propósito espiritual. Esta personalidad o cuerpo de expresión no será por lo tanto el producto de la procreación física, sino que será auto-creado por la Voluntad y el Propósito enfocados de la Mónada, y no estará así sujeto a las leyes normales de la naturaleza. 
Este cuerpo de manifestación no limitará al iniciado de forma alguna o lo mantendrá prisionero; por medio de la Voluntad aplicada puede en cualquier momento y según lo requieran las circunstancias 'disolverse' o hacer que se desvanezca ante la visión humana; puede radicalmente cambiarse su apariencia exterior, o puede trasladarse en el acto de una parte a otra del mundo. 
Con la Gran Renunciación todo lo que solía encadenar al discípulo al mundo material es abandonado para que las energías y poderes que el iniciado controla puedan aplicarse en beneficio del conjunto de la humanidad. Él está ahora dominado por la energía de la voluntad-al-bien. Todavía es consciente de las experiencias obtenidas de sus numerosas encarnaciones físicas, pero ha desechado todo lo que es insignificante, reteniendo sólo la esencia que se ha transmutado en sabiduría. Como destilación purificada del pasado, su destino ahora se enfrenta a nuevos reinos de experiencia y aventuras espirituales, que lo llevarán de la evolución humana a la Evolución Espiritual y finalmente a la elección de uno de los Siete Senderos Cósmicos.

 Iniciación de Revelación 
Según las normas humanas, el hombre ha alcanzado la perfección cuando está preparado para la Quinta Iniciación. Esto también marca el momento cuando el iniciado ha adquirido suficiente sabiduría, amor y espiritualidad para ser admitido en las filas reconocidas de los Maestros de Sabiduría. 
La Iniciación de la Revelación pondrá en manos del iniciado el poder para manejar la Luz como el portador de Vida para todo en los tres mundos; será también revelado a su visión el próximo paso a dar en el Camino de la Evolución Superior. El Camino es entonces revelado a él con una luz totalmente nueva, y significa por consiguiente la verdadera salida del iniciado de la tumba de la oscuridad del ser material, y la entrada al mundo de la Realidad y del Ser Espiritual que está más allá de todo lo que el hombre hasta ahora ha sentido o conocido. 
Éstos son por supuesto reinos del pensamiento y del ser que están todavía más allá de la concepción y comprensión humanas, y estas representaciones sólo se expresan brevemente para perfeccionar la descripción que se ha esbozado hasta ahora. Se comprende que para el hombre de la calle estos pensamientos del Tibetano sólo serán tonterías absurdas, o el más comprensivo podría considerarlos como ¡fantasías caprichosas de un soñador extravagante! 

Los Siete Senderos Cósmicos 
Como se ha señalado antes, el Sendero de Evolución es interminable. Cuando desde el punto de vista humano se ha alcanzado la liberación después de la Quinta Iniciación, se revelarán al iniciado nuevos reinos de expansión. Los reinos a ser hollados incluirán finalmente toda la esfera cósmica, y son divididos en Siete Senderos Cósmicos de Evolución, cada Sendero es determinado por uno de los Siete Rayos Cósmicos de Energía. 

Cada iniciado tiene la libre decisión para seguir cualquier Sendero que elija, pero la probabilidad es que, como resultado de la Ley de Atracción, la elección del iniciado estará fuertemente influenciada por su vibración, inducida por su Rayo Monádico. Algunos de estos Senderos pueden mantener al iniciado vinculado a la Jerarquía y al servicio en la Tierra por muchos eones en el futuro, aunque otros pueden conducir a mayores actividades planetarias dentro de nuestro sistema solar, o incluso a actividades extra-planetarias o cósmicas. La última decisión acerca del Sendero a seguir debe hacerse a la consumación de la Sexta Iniciación – la Iniciación de la Decisión. Después de esta decisión no habrá ninguna vuelta atrás.

domingo, 20 de julio de 2014

INICIACIÓN.- SEGUNDA Y TERCERA INICIACIÓN:“EL BAUTISMO Y LA TRANSFIGURACIÓN” por Aart Jurriaanse


INICIACIÓN.- SEGUNDA Y TERCERA INICIACIÓN:“EL BAUTISMO Y LA TRANSFIGURACIÓN” por Aart Jurriaanse


La segunda Iniciación (el bautismo) y la tercera (Transfiguración), son Iniciaciones en las que los discípulos demuestran el control del cuerpo astral y mental, respectivamente. 
La mayor parte de los numerosos aspirantes y discípulos hoy caminan por la faz de la Tierra,  representada por los hombres y mujeres de toda raza, nación y país, que funcionan en todas las religiones y en todas las fases de la vida social y política, que ya hayan alcanzado la Primera Iniciación. Los que ya alcanzaron un control razonable sobre sus cuerpos emocionales, pueden ser considerados como iniciados de segundo grado, se producen en cantidades mucho más pequeñas, mientras que sólo un porcentaje muy pequeño de discípulos han llegado a la etapa de la Tercera Iniciación. 
Después los aspirantes han entrado en el Sendero de Retorno a demostrar la conciencia del Cristo interior, comienzan a trabajar, por lo general inconscientemente, para librar sus personalidades de esa calidad represiva, común a todos en esa etapa - el deseo egoísta. Esta característica censurable que todavía está presente, hasta cierto punto en cada discípulo individual, pueden expresarse de muchas formas e intensidades diferentes, y abarcan muchos defectos a los que las fuerzas oscuras se acogen para conducir al hombre al mal. El producto de esta vida de deseo se expresa a su vez en el cuerpo astral, y ahora es la tarea de cada alma individual para ganar el dominio sobre todos estos aspectos de la vida de los deseos, y así, finalmente, controlar las aguas aún turbulentas de las emociones. 
Otro preludio de la Segunda Iniciación, y resultado directo de la sumersión en las emociones, es que el iniciado se encuentra en gran parte libre de glamour - esos espejismos que hasta este momento han demostrado ser un handicap para el progreso y han causado tanto innecesario sufrimiento. El agente más eficaz para este propósito es la energía de la mente, que constantemente debe ir dirigida a las turbulentas aguas y las brumas del cuerpo astral. A través de la luz del alma,  la mente puede ser iluminada, sirviendo para disipar los espejismos astrales. 
Durante las últimas etapas de la Primera Iniciación, el discípulo a menudo sufre las angustias emocionales más agudas de toda su existencia. Esto quizás puede ser visto como los últimos esfuerzos desesperados del cuerpo astral para retener su control, y se demuestra por la agitación interna y la incertidumbre, la auto-discriminación, un profundo descontento subjetivo, y un intenso anhelo de liberarse de las limitaciones emocionales. 
Como premio a la perseverancia a través de todas estas pruebas y ensayos, estas experiencias astrales tormentosas finalmente serán resistidas y conducirán al discípulo a un  mundo de relativa calma, libre de emociones perturbadoras, aprendiendo el significado del amor espiritual real por toda la creación. 
Por ello, la Segunda Iniciación debe ser considerada como un hito importante en el camino, y una vez que este obstáculo se ha despejado, el progreso, aun siendo difícil y laborioso, y exigiendo todavía mucho al iniciado,  debe, en términos relativos, tomar mucho menos tiempo. 
Con el control del astral, el cuerpo emocional debe convertirse en puro y límpido, perdiendo la naturaleza inferior su influencia. Se adquiere un nuevo impulso de aspiración y un deseo de servir, amar y demostrar buena voluntad para todos, y esta expresión inevitablemente debe dar lugar a un rápido despliegue. Es por esto que muchas veces se pueden producir esta iniciación y la tercera en la misma vida. 
El dominio sobre las fuerzas emocionales indica la liberación del alma de su prisión astral. A partir de ahora el alma será capaz de utilizar el cuerpo astral por el deseo de ajustarse al propósito espiritual. Con la ruptura de la prisión del cuerpo astral, en contrapartida, la intuición y la    aspiración, comienzan  a jugar un papel activo en las futuras decisiones del discípulo y su  conducta ante la vida. 
Debido a las muchas facetas a través de las cuales el deseo se manifiesta y que debe estar bajo control, entre la primera y la segunda iniciaciones, transcurren varias vidas,  un largo período de lucha y esfuerzo para superar los deseos y las emociones del cuerpo astral. Una vez que se alcanza la segunda iniciación,  el progreso hacia la tercera debe ser relativamente rápido, posiblemente en la misma vida. 
La Transfiguración: 
Con el sometimiento de la voluntad y la vida emocional que llevó a la Segunda Iniciación, de donde brota el espíritu de altruismo, y el impulso al sacrificio, para dar y compartir, la oportunidad de servir se dará a conocer al candidato. A él se le concederá una visión de la necesidad del mundo y del Plan, donde puede contribuir participando con las capacidades de que dispone y en las circunstancias en que se encuentra. Si esta oportunidad se reconoce y fielmente reaccionó a este trabajo, se podrá establecer que el control mental que todavía no ha existido en la vida del discípulo, lo prepare para la Tercera Iniciación. 
El control mental significa que la capacidad ha sido adquirida para controlar el pensamiento-materia, que incluye las leyes de creatividad del pensamiento. Para la Tercera Iniciación, el discípulo también debe tener un profundo conocimiento teórico y práctico de la naturaleza de los mundos materiales, así como de las leyes que gobiernan su propia naturaleza inferior. 
El período transcurrido entre la Segunda y la Tercera Iniciación, por lo general se caracteriza por un intenso sufrimiento, provocado por factores del espejismo y la ilusión que todavía no han sido completamente eliminados y que implicará al discípulo en situaciones de desconcierto. Mientras tanto, el candidato frustrado, se esfuerza  correctamente y con determinación espiritual,  para avanzar persistentemente, pero todavía se siente, en gran parte de su camino, en la oscuridad; pero con la ventaja de disponer de una mente lógica y comprensiva, de forma intermitente y que le permite inspiración espiritual. Sus esfuerzos incesantes y los crecientes poderes de la mente,   le llevan al éxito, teniendo las emociones cada vez más eficazmente bajo control. 
Al principio, el alma sólo se hace presente periódicamente, pero esta influencia progresivamente aumentará en enfocar la luz del alma en el camino del discípulo. Esta frecuencia, con el tiempo,    va a proporcionar el control necesario para efectuar la liberación del alma. Es esta liberación la que abre las puertas a la Tercera Iniciación. 
Para la Jerarquía, las dos primeras iniciaciones reconocidas por los esotéricos para describir el desarrollo espiritual del hombre, son simplemente etapas preliminares o preparatorias. El hombre conoce  la Tercera Iniciación, que es considerada como la primera iniciación mayor, porque es en esta etapa en la que el discípulo se convierte realmente en 'transfigurado' y entra conscientemente en el reino espiritual. Esto marca la etapa en que el alma tiene el control sobre el vehículo mental,  junto con los cuerpos físico y emocional de la "personalidad". Esto significa que por primera vez  el alma controla totalmente la personalidad, y que la personalidad y el alma se funden en una sola unidad. El alma y la personalidad se fusionan en un único hombre espiritual. Para el hombre esto es la consumación de su vida, y para el alma significa liberación. 
Para el alma esta liberación significa que en adelante ya no responderá a las vibraciones inferiores de los tres mundos, que en el pasado fueron transmitidas por la personalidad. El alma llega al reconocimiento de que en el futuro se limita a servir como un enlace, un centro invocador y evocador que vibra entre la Jerarquía y la humanidad - hasta que, con la Cuarta Iniciación, en última instancia se absorbe en la Tríada espiritual. 
Con la transfiguración de toda la personalidad fusionada con el alma se inunda de luz, que ahora, por primera vez le llega directamente de la mónada, que ahora puede verter sus energías divinas en este canal recién preparado. La transfiguración de la personalidad libera de las atracciones de fascinación de los tres mundos inferiores, y se convierte en exclusiva un agente del alma. El iniciado entra ahora en forma irrevocable en el Reino de Dios, y por lo tanto sirve a la Jerarquía como otro punto de anclaje en la tierra, proporcionando otro canal para la transmisión de las energías divinas en los tres mundos del esfuerzo humano. 
El vehículo físico se convierte en una consistencia y calidad totalmente diferente, y todos sus aspectos ahora sirven exclusivamente a los propósitos del alma; ya no está sujeto a las leyes de la salud que se aplican a los cuerpos inferiores del ser humano promedio. Lo que solía ser la "personalidad" ahora se convierte en un mero instrumento práctico para servir a los propósitos del alma, sin deseos personales, sin ambición, ni poderes de pensamiento. Es sólo una envoltura física vitalizada  por el alma, pero perfectamente adaptada a las circunstancias y el papel que debe desempeñar para la prestación de las actividades de servicio entre los hombres tal y como está previsto por el alma. 
Al llegar a esta etapa, la conciencia del discípulo es también completamente liberada y puede funcionar de forma libre, ya sea dentro o fuera de la forma, de acuerdo con los requisitos del Plan. El iniciado puede ahora a pasar con plena consciencia a los mundos superiores, dejando a los mundos inferiores muy atrás. El material y espiritual se han fusionado y se encuentran en “uno”, abriendo el camino a una unión aún más alta, con la Mónada, lo que conducirá a la emancipación completa de los tres mundos. La 'vía de escape' ahora se convierte en la "forma de vida diaria ', y todo el dolor se trasciende de manera constante, con el resultado de que ni el placer ni el dolor conserva ningún control sobre el discípulo. 
Hablando esotéricamente la 'transfiguración' también indica la 'encrucijada' final entre los magos blancos y negros. Para sus propósitos egoístas y ambiciosos del "hermano de la oscuridad 'puede simular en gran medida los requisitos de control físico y emocional necesarios para las dos primeras iniciaciones, pero su mala intención no puede tolerar y sobrevivir el ambiente verdaderamente espiritual que se engendró en el momento de la Transfiguración por la amorosa Voluntad de Dios, que emana de la mónada. El 'hermano negro' por lo tanto, nunca será capaz de penetrar en el recinto de la Tercera Iniciación.


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