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sábado, 26 de julio de 2014
viernes, 25 de julio de 2014
CENTROS: LOS CENTROS DE FUERZA Y EL FUEGO SERPENTINO 2ª Parte (C.W. Leadbeater)
CENTROS:
LOS CENTROS DE FUERZA Y EL FUEGO SERPENTINO 2ª Parte (C.W. Leadbeater)
(Force-Centres and The Serpent-Fire,
1910)
EL
FUEGO SERPENTINO
YA
sabemos que esta ígnea serpiente, llamada en sánscrito kundalini, es la
manifestación física de una de las grandes fuerzas del universo, una de las
energías del Logos. También sabemos que la electricidad es otra energía del
Logos, en sus diversas modalidades de calor, luz y movimiento. Otra energía del
Logos es la vitalidad llamada prana que
no puede transmutarse en ninguna de las antes mencionadas modalidades
energéticas. Por lo tanto, cabe decir que la vitalidad y la electricidad son
los extremos inferiores de dos corrientes de energía del Logos.
La
serpiente ígnea o kundalini puede considerarse como el extremo también inferior
de otra corriente del Logos, como la manifestación en el plano físico de otro
de los múltiples aspectos de su poder.
Al igual que
el prana o vitalidad, el kundalini existe en todos los planos conocidos; pero
sólo trataremos de su expresión en la materia etérea. No puede transmutarse en
vitalidad ni en electricidad, y ni una ni otra de ambas parecen afectarla. Yo
he visto un cuerpo humano cargado nada menos que con 1.250.000 voltios, de
suerte que al extender el brazo hacia la pared brotaban llamas de sus dedos sin
molestia alguna, y a pesar de ser tan enorme el potencial eléctrico, no
produjo efecto alguno en la serpiente ígnea.
La Voz
del Silencio llama al kundalini "fuerza ígnea" y "madre del
mundo". Por extraños que parezcan estos nombres están justificados, porque
en verdad es como fuego líquido que fluye por el cuerpo en dirección espiral a
modo de movimiento serpentino. En cuanto al nombre de "madre del
mundo" se le da porque activa nuestros diversos vehículos, de suerte que
se nos abren uno tras otro los mundos
superiores.
En el
cuerpo del hombre, está localizada la serpiente ígnea en la base del espinazo,
según ya dijimos; pero en el hombre vulgar permanece latente y dormida durante
toda la existencia terrena; y en verdad vale más dejarla dormir hasta que la
moralidad del hombre llegue a suficiente nivel y su voluntad sea lo bastante
recia para gobernarla y sus pensamientos de sobra puros para arrostrar sin
peligro su actualización. Nadie ose jugar. Conviene advertir que por grande que
sea el potencial eléctrico no perjudica al cuerpo humano con tal que esté
absolutamente aislado; pero el más leve contacto con un objeto lo
electrocutaría al instante. N. del T. esta ígnea fuerza sin concretas
instrucciones de un maestro experto en su manejo, porque entraña gravísimos
peligros, algunos de ellos de índole física, y su desgobernada actuación
produce íntimos dolores, desgarra los tejidos y aun puede ocasionar la muerte.
Sin embargo, este es el menor mal resultante de su imprudente operación, pues
también puede estropear los vehículos superiores.
Uno de
los más frecuentes efectos de la prematura actualización de la serpiente ígnea
es que entonces fluye cuerpo abajo en vez de cuerpo arriba, excitando con ello
groserísimas pasiones, con tal intensidad que no le cabe al hombre resistirlas
porque se ha puesto en acción una fuerza contra la cual está tan perdido como
el nadador ante las fauces de un tiburón. Tales son los sátiros y monstruos de
depravación que se hallan entre las garras de una fuerza incomparablemente
superior a toda humana resistencia. Acaso adquieran algunos poderes
supernormales; pero les pondrán en contacto con un bajo orden de evolución
incompatible con la humana, y para emanciparse de tan horrible esclavitud
necesitarán más de una encarnación. En verdad que no exagero el horror de
semejante estado, como acaso hiciera quien de oídas lo contara sin testimonio
personal. Yo mismo he tratado a individuos sujetos a tan espantosa suerte, y
con mis propios ojos vi lo que les sucedía. Hay una escuela de magia negra que
adrede emplea siniestramente el kundalini con objeto de vivificar los bajos
centros dinámicos que jamás emplean los discípulos de la Buena Ley.
Aparte de
este peligro capital, entraña otros muchos de siniestra índole la prematura
actualización de la serpiente ígnea, porque intensifica en general la
naturaleza del hombre y estimula las malas y bajas cualidades mucho más
fácilmente que las buenas. Por ejemplo,
en el cuerpo mental se despierta luego la ambición y no tarda en hincharse
extraordinariamente. Cabe en lo posible que también despierte poderoso talento,
pero irá acompañado de un orgullo satánico como no se concibe en el hombre
vulgar. No presuma el hombre de poder habérselas con toda fuerza que en su
cuerpo se levante, porque la serpiente ígnea no es una fuerza ordinaria, sino
algo irresistible. Desde luego que ningún inexperto debe intentar siquiera
despertarla, y si por acaso la despertara algún accidente, ha de consultar
enseguida con un entendido en la cuestión.
Echará de
ver el lector que de propósito he omitido la explicación del modo de actualizar
la serpiente ígnea ni tampoco señalé el orden en que una vez actualizada pasa
por los diversos centros dinámicos, pues no puede intentarse en modo alguno sin
expreso mandato del Maestro, quien cuidará de su discípulo durante las diversas
etapas del experimento. Solemnemente prevengo a todos los estudiantes contra
cualquier conato en el sentido de despertar esta tremendísima fuerza sin
adecuada tutela, porque yo mismo he presenciado muchos casos de las terribles
consecuencias de una ignorante y mal aconsejada intromisión en estas gravísimas
materias. La fuerza ígnea es una tremenda realidad, uno de los fenómenos
capitales de la naturaleza, y no es cosa de juego ni que se pueda manejar a la
ligera, sino tan peligrosa en manos inexpertas como en las de un niño la
dinamita.
Verdaderamente
se ha dicho de ella: "Libera, a los yoguis y esclaviza a los
insensatos."
En
cuestiones como ésta, se figuran algunos estudiantes que habrá para ellos
particular excepción de las leyes naturales o que la especial intervención de
la Providencia les librará de los efectos de su locura. Seguramente que no
sucederá nada de esto, y quien insensatamente provoque una explosión es muy
fácil que resulte su primera víctima. Muchas tribulaciones y desengaños se
ahorrarían los estudiantes si comprendieran que en todo cuanto con el ocultismo
se relaciona significamos exacta y literalmente lo que decimos, y que es
aplicable a todos los casos sin excepción. Las leyes capitales del universo no
conocen el favoritismo.
Muchos
desean ensayar el mayor número posible de experimentos porque se creen aptos
para recibir las más elevadas enseñanzas y adelantar cuanto quiera en su
desarrollo; pero pocos se resignan a ir mejorando pacientemente su carácter, a
dedicar tiempo y trabajo a una labor útil a la Sociedad, y esperar a que un
Maestro le advierta que ya está en disposición de recibir cuanto otros anhelan.
No pierde su perpetua oportunidad el viejo aforismo: "Buscad primero el
reino de Dios y su justicia, y lo demás se os dará por añadidura."
Hay
casos, en que el fuego brota espontáneamente y se nota un pesado ardor; y otros
casos, aunque raros, en que se actualiza por sí mismo. En este último caso
arriesga ocasionar mucho dolor porque los centros dinámicos no están dispuestos
a su paso y habría de abrírselo quemando gran parte de tegumento etéreo con el
consiguiente dolor.
Cuando la
serpiente ígnea despierta de por sí o accidentalmente, suele precipitarse por
el interior de la columna vertebral en vez de seguir la dirección serpentina en
que el ocultista está acostumbrado a guiarla. Si es posible, ha de ponerse en
obra la voluntad para detener el flujo ígneo; pero si no es posible, como suele
ocurrir, tampoco hay que alarmarse, porque probablemente se escapará por la
cabeza difundiéndose en el ambiente sin producir otro daño que una ligera
debilidad. Lo peor que puede ocurrir es una temporánea pérdida de conciencia.
El verdadero y más terrible peligro no está en que el fuego se precipite hacia
arriba, sino que fluya hacia abajo e interiormente.
Respecto
al desarrollo oculto, la principal función de la serpiente ígnea es que al
pasar por los centros dinámicos, según dijimos, los vivifica y constituye en
puerta de tránsito entre los cuerpos
físico y astral. Dice La Voz del Silencio que cuando la serpiente ígnea llega
al centro dinámico de entre cejas y del todo lo vivifica, confiere al hombre la
facultad de oír la voz del Maestro, que en este caso significa la voz del ego o
Yo superior. El motivo de esta afirmación es que el cuerpo pituitario, en
ordenada actividad, forma un perfecto enlace con el vehículo astral, de modo
que por él puede recibirse toda comunicación interna.
No es
esto sólo. Todos los centros dinámicos superiores se han de despertar de suerte
que respondan a cualesquiera influencias de los subplanos astrales; pero este
desarrollo lo adquirirá cada individuo a su debido tiempo, aunque no en la
presente encarnación si es la primera vez que estudia atentamente el asunto.
Algunos hindúes podrán lograrIo porque sus cuerpos son más adaptables por
herencia que otros; pero la mayoría habrán de esperar toda otra ronda.
El
dominio de la serpiente de fuego se ha de intentar repetidamente en cada
encarnación, puesto que se renuevan los vehículos; pero lograda enteramente una
vez, no cuesta gran cosa la reiteración del intento.
Conviene
recordar que la serpiente ígnea actúa de distinto modo según el tipo del
individuo, y así algunos verán al ego sin oír su voz. Además, la relación con
el ego abarca varios grados, pues para la personalidad significa la influencia
del ego y para el ego significa el poder de la mónada, mientras que para la
mónada significa la consciente expresión del Logos.
No caerá
fuera de propósito que exponga aquí mi experiencia individual en el asunto.
Hace veinticinco años, la primera vez que residí en la India, no me esforcé en
despertar el fuego ni en verdad sabía mucho acerca de él, pues opinaba que para
ello era necesario haber nacido con un cuerpo físico especial que yo no poseía.
Pero cierto día me insinuó un Maestro determinada clase de meditación para
evocar la fuerza ígnea. Desde luego obedecí la insinuación y al cabo de tiempo
obtuve éxito. Sin embargo, no me cabe duda de que el Maestro vigiló el
experimento y me hubiera auxiliado en caso de peligro. Me han dicho que algunos
ascetas hindúes enseñan esta práctica a sus discípulos manteniéndolos sin cesar
bajo su cuidadosa vigilancia. Pero yo no conozco personalmente a ninguno ni
debo tener confianza en ellos mientras no me los recomiende alguien de cuyo
verdadero conocimiento esté yo convencido.
Me
preguntan muchos lo que deben hacer para despertar esta fuerza Les aconsejo que hagan lo que yo hice. Les
recomiendo que se entreguen a la obra teosófica y esperen a recibir expreso
mandato del Maestro, que se encargará de su desarrollo psíquico, prosiguiendo
entretanto los acostumbrados ejercicios de meditación. No han de preocuparse en
lo más mínimo de si lograrán dicho desarrollo en la presente o en la próxima encarnación,
sino que deben considerar la materia desde el punto de vista del ego y no de la
personalidad, con la absoluta certeza de que los Maestros están siempre a la
mira de a quien pueden ayudar, de modo que es de todo punto imposible que nadie
escape a su observación, y que indudablemente darán sus instrucciones cuando
las consideren oportunas.
Nunca he
oído decir que la edad del individuo ponga límite a su desarrollo psíquico
mientras goce de perfecta salud, porque esta condición es necesaria a fin de
que el cuerpo pueda soportar el esfuerzo, que es mucho más violento de cuanto
les cupiera imaginar a quienes nunca lo intentaron.
Una vez
levantada la fuerza debe gobernarse rigurosamente y pasar por los centros
dinámicos en sucesión distinta para cada tipo de individuos. También es preciso
que si la fuerza ha de tener eficacia se mueva de cierto modo que el Maestro
explicará oportunamente.
El
Velo que separa los Planos
Ya
dijimos que los centros etéreos y astrales están en muy íntima correspondencia;
pero entre ellos e interpenetrándolos de suerte no fácilmente descriptible hay
una tupida tela compuesta de una capa de átomos físicos muy comprimidos y
empapados en una peculiar modalidad de la fuerza vital. La vida divina que
desciende normalmente del plano astral al físico está tonalizada de modo que
pasa sin dificultad a través de esta tela, que no obstante opone infranqueable
obstáculo al paso de cuantas fuerzas no pueden servirse de la materia atómica
de los planos físico y astral. Esta tela es la protección proporcionada por la
naturaleza para impedir la prematura comunicación entre los planos dichos, que
sería seguramente perjudicial.
Esta tela
o membrana no consiente que en condiciones normales recordemos con toda
claridad lo que nos ha sucedido durante el sueño y también ocasiona la
momentánea inconsciencia que siempre acompaña a la muerte. Sin esta
misericordiosa protección, el hombre vulgar que nada sabe de la fuerza ígnea y
está desprevenido para habérselas con ella, podría ser víctima de alguna
entidad astral que en cualquier momento le pusiera frente a fuerzas superiores
a la suya, y estaría expuesto a su constante obsesión si tratara dicha entidad
de apoderarse de sus vehículos.
Desde
luego se comprende que todo daño sufrido por esta membrana es realmente
desastroso. De varios modos puede sobrevenir el daño, lo que nos induce a
prevenirlo por cuantos medios dispongamos. Puede sobrevenir el daño por
accidente o por continuada torpeza en la práctica. Una violenta conmoción en el
plano astral, como, por ejemplo, un repentino y terrible espanto, puede
desgarrar este delicado organismo y producir la locura.
Por
supuesto que hay otros casos en que también el miedo puede ocasionar la locura.
El mismo
efecto causará un violentísimo acceso de cólera, así como toda intensa emoción
de índole siniestra que determine una especie de estallido en el cuerpo astral.
Los
nocivos hábitos que mayor daño hacen a esta membrana protectora son: el
alcohol, los narcóticos y el deliberado empeño en abrir por medio de
comunicaciones espiritistas las puertas que la naturaleza mantiene cerradas.
Algunos alcaloides y bebidas, sobre todo el alcohol y todos los narcóticos,
incluso el tabaco, contienen ciertas materias volátiles que se transfieren del
plano físico al astral.
Estas
volatilizadas substancias atraviesan en contradirección los centros dinámicos y
si mucho se repite este paso dañan gravemente y acaban por destruir la delicada
membrana. Esta destrucción puede efectuarse de dos diferentes modos según el
tipo del individuo y la proporción de los constituyentes de sus cuerpos etéreo
y astral. En primer lugar, el roce de las substancias volatilizadas endurecen
los átomos de la membrana de suerte que estropean grandemente su pulsación y
los incapacitan para seguir vitalizados por la modalidad de energía que los
cohesiona en la membrana, resultando de ello que ésta se osifica e impide la
transmisión entre ambos planos físico y astral.
En los
beodos habituales se observan los efectos de ambos modos de deterioro. Los
afectados por el roce abrasador de las substancias volatilizadas caen en el
delirium tremens, en la obsesión o en la locura. Sin embargo, son casos
relativamente raros. Más frecuente es el segundo modo de deterioro cuyos
resultados son la debilitación general de las facultades, que se sumen en el
grosero materialismo y la brutalidad, con pérdida de todo noble sentimiento y
del propio dominio. El hombre así degradado carece de dignidad, olvida todos
sus deberes, no tiene concepto de sus responsabilidades, hasta el punto de que
si cuando sobrio amaba a su esposa e hijos, una vez beodo no reparará en
disipar en la satisfacción de su apetito el dinero que debiera invertir en el
sostén de su familia. El afecto y la dignidad se desvanecieron por completo.
La
segunda clase de efectos se echan de ver en los esclavos del tabaco, quienes
persisten en el vicio aunque saben perfectamente bien que molesta y repugna a
sus convivientes. El deterioro de la membrana se nota asimismo en que es el
único hábito vicioso de que un caballero no se abstiene, aunque comprenda que
ofende a los demás, demostrando con ello grave mella en la delicadeza de
sentimientos.
Según
dijimos, todas las impresiones que pasan del plano astral al físico o viceversa
se transfieren directamente por los subplanos atómicos; pero cuando el alcohol
o los narcóticos debilitan o deterioran la membrana, no sólo inficionan todas
las materias atómicas sino también la materia astral de los segundo y tercero
subplanos, inutilizándolas como medio transmisor, de suerte que la única
comunicación remanente entre el astral y el físico es la producida por alguna
fuerza del séptimo subplano astral cuya violenta vibración halla respuesta en
el físico. Y sabido es que en el séptimo subplano astral sólo hay repulsivas y
malignas influencias.
Pero
aunque la naturaleza tome tales precauciones para proteger los centros
dinámicos, no pretende en modo alguno que siempre estén vigorosamente cerrados.
Hay un medio a propósito para abrirlos. Acaso fuera más exacto decir que la
intención de la naturaleza no es que las puertas se abran más de lo que están
en su actual posición, sino que el hombre debe perfeccionarse hasta el punto de
aumentar el flujo que pasa por la puerta según ya está.
También
el té y el café contienen estas materias, aunque en cantidad tan infinitesimal
que es necesario abusar mucho para sentir sus
efectos.
Sin
embargo, la conciencia del hombre ordinario no puede utilizar materia atómica
pura en el cuerpo físico ni el astral; y por lo tanto, en condiciones normales
es incapaz de establecer a voluntad comunicación consciente entre ambos planos.
El procedimiento adecuado para lograrlo es purificar los vehículos astral y
físico hasta que se vivifique por completo su materia atómica, de modo que
sirvan de medio transmisor a las comunicaciones entre ambos. Entonces la
membrana mantiene en el más alto grado su posición y actividad, y ya no es un
obstáculo para la perfecta comunicación, al propio tiempo que continúa
impidiendo el contacto entre los subplanos inferiores que darían paso a todo
linaje de siniestras influencias.
Por estas
razones aconsejamos siempre al estudiante que no provoque sino que espere el
desarrollo de las facultades psíquicas hasta que en el natural curso de los
acontecimientos las reciba en consecuencia del desarrollo de su carácter, como
seguramente las recibirá según se infiere del estudio de los centros de fuerza.
Esta es
la evolución natural; este es el único medio positivamente seguro para obtener
todos los beneficios y evitar todos los peligros. Este es el Sendero que
nuestros Maestros hollaron en el pasado, y por lo tanto es hoy nuestro sendero.
miércoles, 23 de julio de 2014
LA GRAN INVOCACIÓN: LA ESPADA DE DIOS
LA GRAN INVOCACIÓN
Desde el punto de luz en la mente de Dios
Que afluya luz a las mentes de los hombres
Que la luz descienda a la tierra.
Desde el punto de Amor en el corazón de Dios
Que afluya Amor a los corazones de los hombres
Que Cristo retorne a la tierra.
Desde el centro donde la voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres
El propósito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza de los hombres
Que se realice el Plan de Amor y de Luz y selle la puerta donde se halla el mal
Que la luz, el Amor y el Poder, restablezcan el Plan en la tierra.
LA GRAN INVOCACIÓN, LA ESPADA DE DIOS
Engañosamente, la Gran Invocación en su presentación inmediata es una composición de palabras sencillas y suaves; sin embargo, detrás de las palabras está la fuerza conductora de una potencia inmensa de efectos mágicos e impresionantes llevados a cabo en las alas del pensamiento y palabras.
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Wendy Boyd
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EL MAESTRO JESÚS DIJO: “No vine a traer la paz sino una espada.” Esto es una forma de llamar la atención y, al mismo tiempo, una afirmación desafiante, aunque el sentido de expectativa asociada con Su reaparición descansa principalmente sobre la idea de que definitivamente la paz es lo que Él traerá. De hecho, muchos asumen que es Su tarea divina traer la paz, poner fin a los problemas mundiales y que, por esto, la humanidad está exenta de toda responsabilidad. Igualmente existe una tendencia a imaginar que en Su reaparición se manifestará en la misma forma que Él tomó antes como Jesús de Nazaret. Aunque la apariencia que tomará es aún desconocida, parece razonable que la primera señal de este evento será un despertar en la consciencia humana –esto es, primero Él estará presente en la consciencia misma. Conforme el corazón y la mente humana descubren, experimentan y expresan cada vez más el principio Crístico a través de la correcta acción y las correctas relaciones humanas, Él reaparecerá. Una forma en la cual se puede ver que esto está sucediendo es a través de los miles que han pasado por la primera iniciación, El “nacimiento de Cristo en la caverna del corazón”. Por lo tanto, la espada que Él trae es digna de examen, porque tiene diversas implicaciones tanto como símbolo y como energía.
Que Él solo y sin ayuda traerá la paz y solucionará los problemas de la humanidad no es solamente una ilusión peligrosa, que refuerza la apatía y la dependencia, sino que también fomenta el espejismo de ver a Cristo en una forma estrictamente astral, altamente cargada con fervor aspiracional o emocional. Entonces existe una parte importante que la espada está desarrollando, cortando y desenraizando primero las ilusiones y espejismos que rodean las formas mentales distorsionadas con relación a Cristo. La Gran Invocación, como espada de la verdad, le señala a la consciencia directamente la realidad –el centro donde la mente, el corazón y la voluntad de Dios son conocidos y experimentados. La invocación unida por Su retorno a la Tierra, en la segunda estrofa, trata sobre la liberación de una energía esencial, la energía de amor, más que por la aparición de una forma divina, no importa cuan excelsa sea. Para esto, la Jerarquía ha usado palabras como una fórmula que instantáneamente eleva el corazón y la mente sobre las formas astrales en torno de Cristo, y con ello ubica la consciencia en un estado impersonal, un estado de la mente y del ser de consciencia realmente grupal.
Engañosamente, la Gran Invocación, en su presentación inmediata, es una composición de palabras suaves y sencillas; sin embargo, detrás de las palabras está la fuerza conductora de una potencia inmensa y de efectos totalmente mágicos e impresionantes, llevados a cabo en las alas del pensamiento y de la palabra. Una de las lecciones más rudimentarias que el discípulo debe aprender es el control de la palabra, especialmente porque el uso nocivo del lenguaje puede abrir la puerta a los elementos más perjudiciales de las fuerzas astrales. En este contexto estamos considerando el poder de las palabras, símbolos e imágenes y cómo pueden ser usadas para invocar energías espirituales y crear determinados efectos. Al decir la Gran Invocación tenemos claro, ya sea que estemos solos o en grupo, que son las fuerzas más elevadas de luz, amor y poder las que deseamos invocar. En cierto sentido, es poesía intuitiva, desde la que la forma y la estructura usada promueve las cuatro cualidades de la intuición, iluminación, comprensión y amor. Como se ha dicho, precipita el efecto y expone la causa –invocando la realidad a través de la intuición como lo opuesto a la ilusión.
La Palabra como la Espada
Es interesante darse cuenta que “ espada” ( sword, en inglés) se convierte en palabra ( word, en inglés) cuando la letra “s” es eliminada y se puede decir que a través de la Gran Invocación estamos manejando Su palabra en el nombre de Cristo como el Representante Divino de la Voluntad de Dios.
La forma que toma la Gran Invocación se basa en una serie de palabras que sirven como el vehículo activador a través del cual el mensaje encapsulado del Plan Divino puede ser cumplido. Por lo tanto, se puede decir que todo individuo o grupo que usa la Gran invocación toma la espada/palabra y ayuda en la “creación-destrucción” de los obstáculos que impiden el sendero de Su retorno: por una parte, destruyendo las barreras, y por otra, penetrando la materia etérica a través del poder de la correcta palabra para crear la forma y construir el sendero que se debe tomar –un sendero esculpido con verdad, amor y la intención unida. La Gran Invocación está entrenando el corazón y la mente en el diestro arte del manejo de la espada/palabra en el combate espiritual para que las fuerzas de la luz, el amor y el poder puedan surgir triunfantes en la Tierra.
Sin embargo, la espada, como Excalibur, aún tiene que ser extraída de la piedra, de la piedra concreta de la mente inferior. La Gran Invocación se puede ver como el Excalibur que es liberado de la piedra y surge a la vida para todos aquellos que aplican la voluntad-al-bien para usarla –la espada en la piedra está esperando ser empuñada y cumplir su destino, la promesa del paraíso recuperado. Aunque la leyenda de Arturo está más allá del ámbito de este trabajo, hay algunos paralelos interesantes entre los símbolos clave de Excalibur/Arturo y la Gran Invocación/Reaparición de Cristo. Por ejemplo, un tema –la creencia de que Arturo no está muerto y retornará- permanece enraizada en la mente popular a través de los siglos. Las primeras referencias provienen desde las áreas celtas en un poema Galés, el cual advierte crípticamente, “La tumba de Arturo es un misterio hasta el día del juicio”; se menciona un combatiente que escapó a Bodwin (Cornualles) en 1113, porque un francés se burló de un hombre de esa localidad, por asegurar que Arturo estaba vivo; son alusiones a una creencia obstinada entre las personas de que él retornaría. Adicionalmente, Arturo se convirtió en la encarnación del ideal del caballero cristiano recibiendo su herida mortal a manos de su sobrino Mordred, un caballero falso y traidor, el Judas de Camelot, quien abrió la puerta al mal. En el tema de las palabras, símbolos y sus implicaciones es interesante darse cuenta que la palabra mal ( evil, en inglés) es vida ( live, en inglés) escrita al revés.
Arturo puede ser comparado, al compartir una función similar, con el principio Crístico en cuanto que su presencia o aparición es la clave para liberar la espada de la roca. En este contexto es representativa de la transición desde la “adherencia” de la mente concreta inferior, a la velocidad más rápida y superior de la intuición, dando a la Gran Invocación un efecto transformador en el plano mental.
La leyenda dice que solamente Arturo, de corazón muy puro, podía sacar la espada de la roca, y esto corresponde al requerimiento de un centro cardiaco desarrollado y purificado como una base esencial para el uso del aspecto voluntad con relación al trabajo esotérico. Similarmente, la Gran Invocación, como Excalibur/Arturo, trabaja más efectivamente cuando es manejada con un corazón y motivo puro.
La Espada de Mercurio
Otro ejemplo del uso de la espada, y su correspondencia simbólica del trabajo preparatorio, se encuentra en la historia de Hércules como el discípulo mundial. Antes de que Hércules empezara sus doce trabajos, los dioses le dieron ciertos dones. Se nos ha dicho que “Con lenguaje agraciado y brillante ingenio llegó Mercurio, llevando una espada de raro diseño, que él ofreció a Hércules en un estuche de plata. Él la ató en el muslo de Hércules, pidiéndole que la mantuviera afilada y brillante. “Debe dividir y cortar,” dijo Mercurio, “y debe moverse con precisión y adquirida destreza.” 1
También se nos ha dicho que “el don de una espada que vino de Mercurio, el mensajero de los dioses, es de profunda importancia, porque la espada es el símbolo de la mente que divide, separa y corta. A través de su uso, Mercurio añadió a los demás dones concedidos a Hércules el análisis mental y la discriminación. * 2. A Mercurio también se le llama el mensajero alado y está asociado con la comunicación; en esencia él es el “mensajero del cielo” o, en este contexto, el mensajero de la Jerarquía, resumiendo el poder de la palabra hablada en conjunción con la técnica de la invocación. La versión Griega de Mercurio es Hermes, que significa “interprete o mediador”; ciertamente, parecería ser una interrelación de estas habilidades requeridas si la humanidad, como el discípulo mundial, va a actuar como embajador de la Jerarquía al presentar la Gran Invocación a los demás.
Los alquimistas equipararon a Mercurio con los conceptos relacionados de fluidez y transmutación y, a causa de su fluidez (como en el caso de todos los líquidos), el uso de la Gran Invocación es uno de los procesos más alquímicos que ocurren cuando transmuta la materia en espíritu, elevándola desde lo inferior a los superior y desde lo transitorio a lo estable. Se nos ha dicho que Mercurio es “supremamente mental,” siendo el principal agente del tercer aspecto de inteligencia activa y al mismo tiempo encarnando el segundo aspecto de amor-sabiduría, en particular el aspecto sabiduría. Se refiere a él como una energía dual, en la medida que expresa tanto la mente concreta como la mente abstracta de Dios. Otro punto de interés es que la mente concreta inferior fue desarrollada en el primer sistema solar y la mente abstracta superior o intuitiva, la razón pura, se está desarrollando en este sistema. Por lo tanto, al decir la Gran Invocación y distribuyéndola y llevándola a la atención del público estamos ayudando en este proceso en una escala Cósmica. La energía de Mercurio es de naturaleza sintetizadora, reuniendo mente-sabiduría expresándose a través del alma humana. Adicionalmente, Mercurio rige el puente o antakarana.
Las implicaciones de Mercurio son muchas, incluso el sistema nervioso está controlado por esta energía, porque los nervios son los mensajeros en el plano biológico. También, como un punto de interés, el famoso médico herbario y astrólogo Nicolás Culpeper (1616-1654) asignó hierbas, raíces, flores y semillas a sus planetas regentes, percibiendo que éstas contenían las virtudes del planeta para propósitos medicinales y de sanación. En su libro él cita "Dios está en todo, Su imagen está impresa en cada hierba.” Aquellas hierbas regidas por Mercurio eran particularmente benéficas para las “enfermedades del cerebro" como la calaminta o menta de montaña; igualmente dijo que el eneldo “fortalece el cerebro.”
Otros símbolos
La espada, en esencia, está compuesta de una hoja y una guarnición; es por lo tanto un símbolo de “conjunción,” especialmente como en la edad media, cuando toma la forma de una cruz. En términos astrológicos, una conjunción es la cercanía o proximidad de dos cuerpos celestes, encontrándose o pasando, o la presencia en la misma parte de los cielos de dos cuerpos celestes. Podría decirse que una correspondencia similar está ocurriendo conforme Piscis se aleja de su larga influencia y es reemplazada por la energía entrante de Acuario, causando un sentido de dos energías cruzándose, incluso chocando, hasta que la transición desde un ciclo de sexto rayo a un ciclo de séptimo rayo sea plenamente establecido.
En términos de la espada y en relación con los romanos, ellos creían que el hierro a causa de su asociación con Marte podía proteger contra los espíritus malignos. Su significado simbólico principal, sin embargo, es de una herida y el poder para herir y, no obstante, es el motivo detrás de la herida lo que la hace buena o mala. Por ejemplo, un doctor puede infligir dolor para tratar una herida o un soldado toma una vida para poder salvar cientos de vidas. Ya que quienes dicen la Gran Invocación no están manejando la espada para herir sino para sanar, la espada entonces es la aliada del discípulo en la lucha para liberar a los “prisioneros del planeta”. Para este efecto, la espada de la invocación puede penetrar y perforar el mundo material dentro de lo espiritual y descargar la evocación esperada de las fuerzas redentoras. Sobre este tema, las armas de guerra pueden ser símbolos positivos y la espada permanece como símbolo de la justicia y de la autoridad superior. Mientras la daga representa el falo y la masculinidad en general en la cultura megalítica, la espada es la contraparte de la rueca, la cual es el símbolo femenino de la continuidad de la vida. La espada y la rueca simbolizan, respectivamente, la muerte y la fertilidad, los dos opuestos que constituyen el simbolismo básico de la montaña, y la montaña tiene la forma semejante a un triángulo, la firma sagrada de Dios.
Esto relaciona el propósito de la invocación, el cual es crear puntos de tensión similares a la espada en los picos de la montaña de energía triangular, a través de los cuales la demanda expresada puede aumentar y subir a los cielos. A su vez, las cuatro estrofas que compilan la Gran Invocación están situadas como cuatro montañas sólidas dentro del terreno de la mente grupal. En la filosofía china las montañas permanecen juntas dando la imagen de quietud; el éxito de la Invocación y la evocación resultante están vinculadas a la habilidad para fusionarse con el “punto inmóvil en el centro” prioritario a la liberación de la “conjunta intención” grupal. De esta forma la mente, como una gran montaña bañada en la luz del sol, se mantiene firme en la luz del alma y alineada al esfuerzo e intención Jerárquica. A este respecto estamos alineando el esfuerzo grupal con la “constancia, exactitud y poder” que el Cristo y la Jerarquía Espiritual adoptan cuando dicen la Gran Invocación y como una fuerza unida toman las espadas y por lo tanto la(s) palabra(s) de Dios.
___________________________
Artículo extraído de Lucis Trust.
martes, 22 de julio de 2014
INICIACIÓN: LA CUARTA Y QUINTA INCIACIÓN - Renunciación y Revelación Por Aart Jurriaansen
INICIACIÓN: LA CUARTA Y QUINTA
INCIACIÓN - Renunciación y
Revelación
Por Aart Jurriaansen
Después de que el alma ha asumido toda la responsabilidad de la "personalidad transfigurada", viene un periodo de entrenamiento intensivo y una
cantidad increíble de conocimiento es absorbido y acumulado rápidamente. El
iniciado debe aprender ahora a comprender a fondo las leyes de los tres planos
inferiores, y cómo manejarlas inteligentemente para fomentar el esquema
jerárquico de evolución. Debe estar versado en los tecnicismos esotéricos, y
tiene que desarrollar una cuarta visión dimensional. Él no está sólo trabajando
constantemente en expandir su naturaleza espiritual, sino que simultáneamente
está aprendiendo a dirigir las actividades de los devas constructores.
Con la Cuarta Iniciación el iniciado se enfrenta por fin cara a
cara con su propia Mónada, su "Padre en Cielo", que hasta ahora sólo
había sido conocida como la Entidad espiritual que inspiraba el alma. Como
resultado de este contacto directo entre la Mónada y la personalidad infundida
de alma, las funciones de ese vago concepto, el Alma, que durante eones ha
servido como intermediario entre la Mónada y su instrumento de manifestación en
los tres mundos inferiores, se vuelve ahora redundante. El alma es por
consiguiente absorbida por la Mónada y desaparece como entidad separada, y en
su lugar no hay nada excepto la energía de Amor-Sabiduría, y la Voluntad Divina
dinámica dirigida por la Mónada.
El Iniciado de Cuarto Grado por consiguiente es controlado
directamente por su Mónada, por medio del 'Puente de Luz' (el Antahkarana).
Todo el tiempo que el iniciado tiene que funcionar o aparecer en los tres mundos
de los hombres, hace uso de una 'personalidad' que para el hombre corriente
tendrá una apariencia absolutamente normal. El aspecto forma de la existencia
no es ya, sin embargo, necesario como medio para adquirir experiencia; de ahora
en adelante sólo servirá como una máscara exterior a través de la cual el
iniciado o el Maestro puede trabajar discretamente entre los hombres para
realizar su propósito espiritual. Esta personalidad o cuerpo de expresión no
será por lo tanto el producto de la procreación física, sino que será
auto-creado por la Voluntad y el Propósito enfocados de la Mónada, y no estará
así sujeto a las leyes normales de la naturaleza.
Este cuerpo de manifestación no limitará al iniciado de forma
alguna o lo mantendrá prisionero; por medio de la Voluntad aplicada puede en
cualquier momento y según lo requieran las circunstancias 'disolverse' o hacer
que se desvanezca ante la visión humana; puede radicalmente cambiarse su
apariencia exterior, o puede trasladarse en el acto de una parte a otra del
mundo.
Con la Gran Renunciación todo lo que solía encadenar al
discípulo al mundo material es abandonado para que las energías y poderes que
el iniciado controla puedan aplicarse en beneficio del conjunto de la
humanidad. Él está ahora dominado por la energía de la voluntad-al-bien.
Todavía es consciente de las experiencias obtenidas de sus numerosas
encarnaciones físicas, pero ha desechado todo lo que es insignificante,
reteniendo sólo la esencia que se ha transmutado en sabiduría. Como destilación
purificada del pasado, su destino ahora se enfrenta a nuevos reinos de
experiencia y aventuras espirituales, que lo llevarán de la evolución humana a
la Evolución Espiritual y finalmente a la elección de uno de los Siete Senderos
Cósmicos.
Iniciación de Revelación
Según las normas humanas, el hombre ha alcanzado la perfección
cuando está preparado para la Quinta Iniciación. Esto también marca el momento
cuando el iniciado ha adquirido suficiente sabiduría, amor y espiritualidad
para ser admitido en las filas reconocidas de los Maestros de Sabiduría.
La Iniciación de la Revelación pondrá en manos del iniciado el
poder para manejar la Luz como el portador de Vida para todo en los tres
mundos; será también revelado a su visión el próximo paso a dar en el Camino de
la Evolución Superior. El Camino es entonces revelado a él con una luz
totalmente nueva, y significa por consiguiente la verdadera salida del iniciado
de la tumba de la oscuridad del ser material, y la entrada al mundo de la
Realidad y del Ser Espiritual que está más allá de todo lo que el hombre hasta
ahora ha sentido o conocido.
Éstos son por supuesto reinos del pensamiento y del ser que
están todavía más allá de la concepción y comprensión humanas, y estas
representaciones sólo se expresan brevemente para perfeccionar la descripción
que se ha esbozado hasta ahora. Se comprende que para el hombre de la calle
estos pensamientos del Tibetano sólo serán tonterías absurdas, o el más
comprensivo podría considerarlos como ¡fantasías caprichosas de un soñador
extravagante!
Los Siete Senderos Cósmicos
Como se ha señalado antes, el Sendero de Evolución es
interminable. Cuando desde el punto de vista humano se ha alcanzado la
liberación después de la Quinta Iniciación, se revelarán al iniciado nuevos
reinos de expansión. Los reinos a ser hollados incluirán finalmente toda la
esfera cósmica, y son divididos en Siete Senderos Cósmicos de Evolución, cada
Sendero es determinado por uno de los Siete Rayos Cósmicos de Energía.
Cada iniciado tiene la libre decisión para seguir cualquier
Sendero que elija, pero la probabilidad es que, como resultado de la Ley de
Atracción, la elección del iniciado estará fuertemente influenciada por su
vibración, inducida por su Rayo Monádico. Algunos de estos Senderos pueden
mantener al iniciado vinculado a la Jerarquía y al servicio en la Tierra por
muchos eones en el futuro, aunque otros pueden conducir a mayores actividades
planetarias dentro de nuestro sistema solar, o incluso a actividades
extra-planetarias o cósmicas. La última decisión acerca del Sendero a seguir
debe hacerse a la consumación de la Sexta Iniciación – la Iniciación de la
Decisión. Después de esta decisión no habrá ninguna vuelta atrás.
domingo, 20 de julio de 2014
INICIACIÓN.- SEGUNDA Y TERCERA INICIACIÓN:“EL BAUTISMO Y LA TRANSFIGURACIÓN” por Aart Jurriaanse
INICIACIÓN.- SEGUNDA Y TERCERA INICIACIÓN:“EL BAUTISMO Y LA TRANSFIGURACIÓN” por Aart Jurriaanse
La segunda Iniciación (el bautismo) y la tercera
(Transfiguración), son Iniciaciones en las que los discípulos demuestran el
control del cuerpo astral y mental, respectivamente.
La mayor parte de los numerosos aspirantes y discípulos hoy
caminan por la faz de la Tierra, representada por los hombres y mujeres de toda
raza, nación y país, que funcionan en todas las religiones y en todas las fases
de la vida social y política, que ya hayan alcanzado la Primera Iniciación. Los
que ya alcanzaron un control razonable sobre sus cuerpos emocionales, pueden
ser considerados como iniciados de segundo grado, se producen en cantidades
mucho más pequeñas, mientras que sólo un porcentaje muy pequeño de discípulos
han llegado a la etapa de la Tercera Iniciación.
Después los aspirantes han entrado en el Sendero de Retorno a
demostrar la conciencia del Cristo interior, comienzan a trabajar, por lo
general inconscientemente, para librar sus personalidades de esa calidad represiva,
común a todos en esa etapa - el deseo egoísta. Esta característica censurable
que todavía está presente, hasta cierto punto en cada discípulo individual,
pueden expresarse de muchas formas e intensidades diferentes, y abarcan muchos
defectos a los que las fuerzas oscuras se acogen para conducir al hombre al
mal. El producto de esta vida de deseo se expresa a su vez en el cuerpo astral,
y ahora es la tarea de cada alma individual para ganar el dominio sobre todos
estos aspectos de la vida de los deseos, y así, finalmente, controlar las aguas
aún turbulentas de las emociones.
Otro preludio de la Segunda Iniciación, y resultado directo de
la sumersión en las emociones, es que el iniciado se encuentra en gran parte
libre de glamour - esos espejismos que hasta este momento han demostrado ser un
handicap para el progreso y han causado tanto innecesario sufrimiento. El
agente más eficaz para este propósito es la energía de la mente, que
constantemente debe ir dirigida a las turbulentas aguas y las brumas del cuerpo
astral. A través de la luz del alma, la
mente puede ser iluminada, sirviendo para disipar los espejismos astrales.
Durante las últimas etapas de la Primera Iniciación, el
discípulo a menudo sufre las angustias emocionales más agudas de toda su
existencia. Esto quizás puede ser visto como los últimos esfuerzos desesperados
del cuerpo astral para retener su control, y se demuestra por la agitación
interna y la incertidumbre, la auto-discriminación, un profundo descontento
subjetivo, y un intenso anhelo de liberarse de las limitaciones emocionales.
Como premio a la perseverancia a través de todas estas pruebas y
ensayos, estas experiencias astrales tormentosas finalmente serán resistidas y
conducirán al discípulo a un mundo de
relativa calma, libre de emociones perturbadoras, aprendiendo el significado
del amor espiritual real por toda la creación.
Por ello, la Segunda Iniciación debe ser considerada como un
hito importante en el camino, y una vez que este obstáculo se ha despejado, el
progreso, aun siendo difícil y laborioso, y exigiendo todavía mucho al
iniciado, debe, en términos relativos,
tomar mucho menos tiempo.
Con el control del astral, el cuerpo emocional debe convertirse
en puro y límpido, perdiendo la naturaleza inferior su influencia. Se adquiere un
nuevo impulso de aspiración y un deseo de servir, amar y demostrar buena
voluntad para todos, y esta expresión inevitablemente debe dar lugar a un
rápido despliegue. Es por esto que muchas veces se pueden producir esta
iniciación y la tercera en la misma vida.
El dominio sobre las fuerzas emocionales indica la liberación
del alma de su prisión astral. A partir de ahora el alma será capaz de utilizar
el cuerpo astral por el deseo de ajustarse al propósito espiritual. Con la
ruptura de la prisión del cuerpo astral, en contrapartida, la intuición y la aspiración, comienzan a jugar un papel activo en las futuras
decisiones del discípulo y su conducta ante
la vida.
Debido a las muchas facetas a través de las cuales el deseo se
manifiesta y que debe estar bajo control, entre la primera y la segunda
iniciaciones, transcurren varias vidas, un
largo período de lucha y esfuerzo para superar los deseos y las emociones del
cuerpo astral. Una vez que se alcanza la segunda iniciación, el progreso hacia la tercera debe ser
relativamente rápido, posiblemente en la misma vida.
La Transfiguración:
Con el sometimiento de la voluntad y la vida emocional que llevó
a la Segunda Iniciación, de donde brota el espíritu de altruismo, y el impulso
al sacrificio, para dar y compartir, la oportunidad de servir se dará a conocer
al candidato. A él se le concederá una visión de la necesidad del mundo y del
Plan, donde puede contribuir participando con las capacidades de que dispone y
en las circunstancias en que se encuentra. Si esta oportunidad se reconoce y
fielmente reaccionó a este trabajo, se podrá establecer que el control mental
que todavía no ha existido en la vida del discípulo, lo prepare para la Tercera
Iniciación.
El control mental significa que la capacidad ha sido adquirida
para controlar el pensamiento-materia, que incluye las leyes de creatividad del
pensamiento. Para la Tercera Iniciación, el discípulo también debe tener un
profundo conocimiento teórico y práctico de la naturaleza de los mundos
materiales, así como de las leyes que gobiernan su propia naturaleza inferior.
El período transcurrido entre la Segunda y la Tercera Iniciación,
por lo general se caracteriza por un intenso sufrimiento, provocado por
factores del espejismo y la ilusión que todavía no han sido completamente
eliminados y que implicará al discípulo en situaciones de desconcierto.
Mientras tanto, el candidato frustrado, se esfuerza correctamente y con determinación espiritual, para avanzar persistentemente, pero todavía se
siente, en gran parte de su camino, en la oscuridad; pero con la ventaja de
disponer de una mente lógica y comprensiva, de forma intermitente y que le
permite inspiración espiritual. Sus esfuerzos incesantes y los crecientes
poderes de la mente, le llevan al éxito, teniendo las emociones
cada vez más eficazmente bajo control.
Al principio, el alma sólo se hace presente periódicamente, pero
esta influencia progresivamente aumentará en enfocar la luz del alma en el
camino del discípulo. Esta frecuencia, con el tiempo, va a proporcionar el control necesario para
efectuar la liberación del alma. Es esta liberación la que abre las puertas a
la Tercera Iniciación.
Para la Jerarquía, las dos primeras iniciaciones reconocidas por
los esotéricos para describir el desarrollo espiritual del hombre, son
simplemente etapas preliminares o preparatorias. El hombre conoce la Tercera Iniciación, que es considerada como
la primera iniciación mayor, porque es en esta etapa en la que el discípulo se
convierte realmente en 'transfigurado' y entra conscientemente en el reino
espiritual. Esto marca la etapa en que el alma tiene el control sobre el
vehículo mental, junto con los cuerpos
físico y emocional de la "personalidad". Esto significa que por
primera vez el alma controla totalmente
la personalidad, y que la personalidad y el alma se funden en una sola unidad.
El alma y la personalidad se fusionan en un único hombre espiritual. Para el
hombre esto es la consumación de su vida, y para el alma significa liberación.
Para el alma esta liberación significa que en adelante ya no
responderá a las vibraciones inferiores de los tres mundos, que en el pasado
fueron transmitidas por la personalidad. El alma llega al reconocimiento de que
en el futuro se limita a servir como un enlace, un centro invocador y evocador
que vibra entre la Jerarquía y la humanidad - hasta que, con la Cuarta
Iniciación, en última instancia se absorbe en la Tríada espiritual.
Con la transfiguración de toda la personalidad fusionada con el
alma se inunda de luz, que ahora, por primera vez le llega directamente de la
mónada, que ahora puede verter sus energías divinas en este canal recién
preparado. La transfiguración de la personalidad libera de las atracciones de
fascinación de los tres mundos inferiores, y se convierte en exclusiva un
agente del alma. El iniciado entra ahora en forma irrevocable en el Reino de
Dios, y por lo tanto sirve a la Jerarquía como otro punto de anclaje en la
tierra, proporcionando otro canal para la transmisión de las energías divinas
en los tres mundos del esfuerzo humano.
El vehículo físico se convierte en una consistencia y calidad
totalmente diferente, y todos sus aspectos ahora sirven exclusivamente a los
propósitos del alma; ya no está sujeto a las leyes de la salud que se aplican a
los cuerpos inferiores del ser humano promedio. Lo que solía ser la
"personalidad" ahora se convierte en un mero instrumento práctico
para servir a los propósitos del alma, sin deseos personales, sin ambición, ni
poderes de pensamiento. Es sólo una envoltura física vitalizada por el alma, pero perfectamente adaptada a las
circunstancias y el papel que debe desempeñar para la prestación de las
actividades de servicio entre los hombres tal y como está previsto por el alma.
Al llegar a esta etapa, la conciencia del discípulo es también
completamente liberada y puede funcionar de forma libre, ya sea dentro o fuera
de la forma, de acuerdo con los requisitos del Plan. El iniciado puede ahora a
pasar con plena consciencia a los mundos superiores, dejando a los mundos
inferiores muy atrás. El material y espiritual se han fusionado y se encuentran
en “uno”, abriendo el camino a una unión aún más alta, con la Mónada, lo que
conducirá a la emancipación completa de los tres mundos. La 'vía de escape'
ahora se convierte en la "forma de vida diaria ', y todo el dolor se
trasciende de manera constante, con el resultado de que ni el placer ni el
dolor conserva ningún control sobre el discípulo.
Hablando esotéricamente la 'transfiguración' también indica la
'encrucijada' final entre los magos blancos y negros. Para sus propósitos
egoístas y ambiciosos del "hermano de la oscuridad 'puede simular en gran
medida los requisitos de control físico y emocional necesarios para las dos
primeras iniciaciones, pero su mala intención no puede tolerar y sobrevivir el
ambiente verdaderamente espiritual que se engendró en el momento de la
Transfiguración por la amorosa Voluntad de Dios, que emana de la mónada. El
'hermano negro' por lo tanto, nunca será capaz de penetrar en el recinto de la
Tercera Iniciación.
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