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sábado, 11 de octubre de 2014
jueves, 9 de octubre de 2014
MAESTROS ASCENDIDOS: MAHATMAS VERSUS
MAESTROS ASCENDIDOS
Pablo D. Sender
(Este texto ya lo publicamos en su día, pero me parece tan importante, nos puede enseñar a saber distinguir lo que ES de lo que NO ES, que lo publicamos nuevamente)
H.P.Blavatsky fue la primera en
introducir en occidente el concepto de Mahatmas (también llamados adeptos o
Maestros). Al principio, hablaba de ellos en privado, pero después de unos
años, dos de dichos adeptos, conocidos por los pseudónimos de Kut-Humi (K.H.) y
Morya (M.), accedieron a mantener correspondencia con un par de teósofos
británicos, A.P. Sinnet y A.O. Hume. La correspondencia tuvo lugar entre 1880 y
1885 y durante esos años, los Mahatmas fueron cada vez más conocidos. Las
cartas originales están guardadas como valiosos documentos históricos en la
Biblioteca Británica en Londres.
Se han publicado con el título de Las
Cartas de los Mahatmas. Este libro es una fuente de información directa sobre
los Mahatmas y sus enseñanzas.
En 1930, cincuenta años después de que
empezara la correspondencia, un misterioso personaje sin cuerpo físico contactó
con Guy Ballard, antiguo estudiante de Teosofía, durante una excursión que hizo
por el monte Shasta en California.
Dicho personaje se identificó como uno
de los Mahatmas teosóficos, el ocultista del siglo XVIII conocido como el Conde
de Saint Germain. Encargó a Ballard que transmitiera las lecciones de “La Gran
Ley de la Vida” y así comenzó lo que fue el “movimiento YO SOY”. Ballard y su
mujer tuvieron pronto multitud de seguidores gracias a su versión de las
enseñanzas de Saint Germain y crearon la Fundación Saint Germain en 1932. El
movimiento YO SOY alcanzó su mayor actividad a finales de los años 30.
Pero ésta disminuyó debido a la muerte
de Guy Ballard en 1939, junto con otras complicaciones legales posteriores, que
incluían una denuncia por parte del gobierno federal por fraude postal.
Actualmente, la organización sigue existiendo, aunque discretamente
(Hanegraaff, 2:587).
El movimiento de Maestros Ascendidos
empezó otra etapa en 1958, cuando Mark Prophet, antiguo estudiante de la
Fundación Saint Germain, manifestó que el “Maestro Ascendido El Morya” le había
elegido para transmitir las enseñanzas de la Gran Fraternidad Blanca mediante
una organización llamada the Summit Lighthouse. Después de su muerte en 1973,
su esposa Elizabeth Clare Prophet asumió el liderazgo de la organización y
cambió el nombre de ésta por el de Iglesia Universal y Triunfante. En 1999,
Prophet se retiró de sus actividades de la iglesia y murió en 2009 (Hanegraaff,
2:1093-96).
En la actualidad, en gran parte como
consecuencia del movimiento YO SOY y de las actividades de los Prophet, la de
los Maestros Ascendidos es una idea común en el movimiento New Age. Dado que
los Ballard y los Prophet utilizaron los nombres y los retratos de los Mahatmas
Teosóficos para sus Maestros Ascendidos, muchos asumen que son los mismos. Sin
embargo, tal como vamos a ver en este artículo, difieren en algunos aspectos
muy importantes.
¿Ascendidos o Vivientes? Los Maestros
Ascendidos, tal como su nombre sugiere, son supuestamente Maestros que han
experimentado el milagro de la ascensión, igual que, según parece, hizo Jesús.
La enseñanza original, canalizada por Guy Ballard, era que un nuevo Maestro
Ascendido no moriría, sino que se llevaría con él su cuerpo. Esta enseñanza de
la ascensión es directamente contraria a las enseñanzas teosóficas.
En una de sus cartas a Sinnet, el
Mahatma K.H. habla de esa idea de manera desdeñosa: “Sólo había una mujer
histérica que presuntamente habría presenciado la pretendida ascensión, y...
ese fenómeno nunca ha sido confirmado con otra repetición” (Barker and Chin,
5). También H.P.B. rechaza el hecho de la ascensión, y lo califica de “alegoría
tan vieja como el mundo” (Blavatsky, Collected Writings 8:389; ver también
4:359-60).
Se suponía que Ballard había alcanzado
el nivel de la ascensión y, después de que falleciera de una esclerosis
arterial cardíaca sin llevarse su cuerpo, su esposa Edna afirmó que de hecho se
podía ascender después que el cuerpo muriera. De esta manera, la idea de la
ascensión cambió con el tiempo, y hoy en día se considera que los Maestros
Ascendidos son espíritus desencarnados que han trascendido sus cuerpos físicos.
Este concepto es también contrario a las
enseñanzas teosóficas sobre los Mahatmas. En los comienzos de la S.T., antes de
que nadie en occidente conociera nada acerca de los Maestros, Henry Steel
Olcott empezó a recibir cartas de algunos de ellos. En una primera carta, el
Maestro Serapis escribió: “Ha llegado la hora de que usted sepa quien soy. No
soy un espíritu desencarnado, hermano. Soy un hombre vivo” (Jinarajadasa
[2002], 2:23). HPB verificó que eran personas vivas porque vivió con algunos de
ellos cerca del Tibet durante varios años, mientras se sometía a entrenamiento
oculto. Más tarde, Olcott y otros teósofos también conocieron a algunos
Mahatmas en su cuerpo físico, en diferentes momentos y en distintas partes del
mundo.
El hecho de que los Mahatmas permanecen
en sus cuerpos es de gran importancia. Son yogis iluminados, parecidos en
ciertos aspectos a los que tradicionalmente se conocen en oriente. Pero hay una
diferencia. Un iluminado, después de haber realizado la Verdad, ha adquirido el
poder de fundirse con el Todo en un estado de absoluto éxtasis (llamado moksha
o nirvana).
Ello le impide estar en contacto con la
humanidad, puesto que debe abandonar los vehículos inferiores de conciencia.
Por el contrario, los Maestros Teosóficos, por compasión, deciden renunciar al
nirvana para poder seguir ayudándonos en nuestra lucha por realizar la Verdad:
El Maestro debe estar en un cuerpo humano, debe estar encarnado. Muchos de los
que alcanzan este nivel dejan de soportar el peso de la carne, usan solamente
el “cuerpo espiritual” dejando así de estar en contacto con este mundo y
habitan solamente los reinos más elevados de existencia. (Besant, 49)
En este aspecto, los Mahatmas son lo que
los budistas Mahayana llaman bodhisattvas. Eligen mantener el cuerpo, no debido
a ningún fallo en su crecimiento, sino como acto de sacrificio. El poseer un
cuerpo físico ata a los adeptos a determinadas limitaciones inevitables. Como
dijo Blavatsky, “son hombres vivos, nacidos de la misma manera que nosotros, y
condenados a morir como cualquier mortal” (Blavatsky [1987], 288).
Al ser yogis perfectos, han aprendido a
cuidar de su cuerpo para poder vivir mucho más que los seres humanos normales.
Aunque, con el tiempo, los cuerpos deben morir.
En las cartas de los Maestros hay varios
comentarios sobre las limitaciones intrínsecas que tiene el llevar una
existencia física. Por ejemplo, el Mahatma K.H. escribió: “estaba físicamente
extenuado por un viaje de 48 horas seguidas” (Barker and Chin, 398).
También dijo que se veía limitado a sus
sentidos físicos y a las funciones de su cerebro “cuando estoy sentado a la
mesa, o cuando me estoy vistiendo, leyendo o bien ocupado con otras cosas”
(Barker and Chin, 257).
Sin embargo, es en el cuerpo físico de
los Maestros donde su desarrollo evolutivo es menos aparente. Se dice que si
viéramos a un adepto en el plano físico, puede ser que percibiéramos
simplemente a un buen hombre sabio y que no le reconoceriamos. No obstante, en
los planos internos su naturaleza está mucho más allá de aquellos que todavía
están atrapados en la ilusión. En sus cartas, los Mahatmas distinguen entre el
“hombre interno” (el Yo espiritual del adepto que es relativamente omnisciente
y que está más allá de cualquier limitación) y el “hombre externo”, expresión
muy limitada del Yo. Cuanto más espiritual es el Adepto, menos interfiere en
las cuestiones mundanas y burdas y más se recluye para su trabajo espiritual
....... Por lo tanto, los Adeptos más elevados sí ayudan a la humanidad, pero
sólo espiritualmente: por constitución, no pueden interferir en los asuntos
mundanos. (Blavatsky, Collected Writings, 6:247)
Otra característica de las enseñanzas de
los Maestros Ascendidos es que principalmente se ocupan de la “forma y aspecto”
de los Maestros (su apariencia, sus nombres, su carácter, etc.). Cuando se
entiende bien el punto de vista teosófico, se ve que es muy diferente.
Blavatsky escribió: “Por lo tanto, el verdadero mahatma no es su cuerpo físico,
sino su Manas superior [la Mente espiritual] que está conectado
inseparablemente al Atma [el Yo verdadero] y a su vehículo [el Alma
espiritual]”. Y añade que quienquiera que desee “ver” a un Mahatma debe elevar
su percepción hasta los planos espirituales, porque “lo superior sólo puede
percibirse con un sentido perteneciente a lo superior.”
Los planos espirituales, donde se
desvanece la separación y prevalece la unidad están muy por encima del plano
psíquico, que es el que contactan los videntes naturales. Aquellos que pueden
alcanzar el elevado estado de conciencia que trasciende todo sentido de
separatividad “verán al mahatma dondequiera que esté, pues al estar fundidos
con el sexto y el séptimo principios, que son ubícuos y omnipresentes, se puede
afirmar que los mahatmas están en todas partes” (Blavatsky, Collected Writings,
6:239).
Por consiguiente, el verdadero Mahatma
se ve principalmente como un estado espiritual que está funcionando a través de
una personalidad psicológica. Por esta razón K.H. escribió: “No somos Mahatmas
infalibles ni predecimos a cada momento del día” (Barker and Chin, 450). Tal
como dijo, “Un adepto, del más elevado al menos elevado, lo es únicamente
mientras ejercita sus poderes ocultos” (Barker and Chin, 257).
Así pues, esos adeptos no son como los
Maestros Ascendidos del New Age, de los que se dice que se han convertido a
imagen de Dios, en seres todopoderosos más allá de la naturaleza. En sus
enseñanzas, los Mahatmas incluso negaron que existieran seres así. K.H. escribió:
“Si tuviéramos los poderes del Dios Personal imaginario, y las leyes
universales e inmutables sólo fueran meros juguetes, por supuesto que habríamos
creado las condiciones para que este mundo se convirtiera en la Arcadia de las
almas nobles” (Barker and Chin, 474).
En sus cartas, los Mahatmas hablan
constantemente de las “leyes inmutables” del universo, y de que pueden ayudar a
la humanidad sólo dentro de los límites de dichas leyes. No pueden producir por
arte de magia una Nueva Era; eso, nos guste o no, nos corresponde a nosotros.
Los partidarios de los Maestros
Ascendidos intentan justificar esas discrepancias alegando que cuando se fundó
la ST la mayoría de los Mahatmas Teosóficos aún eran “Maestros no ascendidos”.
De esta manera se pueden separar los Maestros Ascendidos de las limitaciones
que se dice tienen todos los Mahatmas, “los más elevados y los menos elevados”.
Pero según las enseñanzas teosóficas, cuanto más elevado es el adepto menos
posibilidades hay de oír hablar de él: espiritual de conciencia, y las formas
que asume su aspecto personal son simplemente sombras. Para estar seguros, se
pueden encontrar descripciones de la forma y aspecto de los Mahatmas en la
literatura teosófica, no porque este aspecto sea en sí importante, sino porque
proporciona algo para la comprensión de nuestras mentes limitadas. Este aspecto
personal debe trascenderse, y quienquiera que se conforme con ello está anclado
en el mundo de la ilusión.
El Trabajo de los Maestros por la Humanidad
Hoy en día hay miles de personas que aseguran
estar canalizando a los Maestros Ascendidos. Está claro que esos Maestros
Ascendidos tienen enfocada su atención en el plano físico, sin hacer mucho más que
comunicar con nosotros por medio de canales. Otra vez vemos que hay una
diferencia básica con las enseñanzas teosóficas. En Teosofía, al igual que en
la mayoría de tradiciones espirituales serias, este plano físico se considera
una ilusión.
El Maha Chohan, uno de los adeptos más
elevados, dijo: “enseñad a la gente que la vida en la tierra, incluso la más
dichosa, no es más que una carga y una
ilusión”(Jinaradasa [1988], 1:6-7). Este concepto está relacionado con la
enseñanza de Platón, cuando dijo que este mundo no es sino una sombra de la
Realidad. También se relaciona con la primera Noble Verdad que Buddha enseñó
después de su iluminación: Todo es dukkha (sufrimiento) en este mundo.”
Por consiguiente, tal como Annie Besant
dijo acerca de los Maestros, “una ínfima parte de su trabajo se hace aquí ”, refiriéndose
al plano físico (citado en Codd[1988], 45). Esta es una de las razones por las
que viven aislados, pues la mayor parte de su actividad tiene lugar en los
planos superiores. De hecho, se basa en un profundo conocimiento de la
estructura del cosmos: Cualquiera que observe la naturaleza de la dinámica
oculta verá fácilmente que toda energía empleada en el plano espiritual o en el
astral produce mayores resultados que la misma energía empleada en el plano
físico objetivo de existencia.(Blavatsky, Collected Writings, 5:338-39).
Y ¿cuál es el trabajo de los Maestros en
esos planos superiores? Este es un tema muy complejo que sobrepasa los límites
de este artículo. Cuando le preguntaban a Blavatsky sobre el tema, ella
respondía: “No podría entenderlo, a menos que usted mismo fuera un Adepto. Pero
Ellos mantienen viva la vida espiritual de la humanidad” (Blavatsky, Collected
Writings, 8:401).
Por el contrario, las comunicaciones de
los Maestros Ascendidos se ocupan profusamente de las vidas físicas y de los
deseos de sus seguidores. La literatura de los Maestros Ascendidos está llena
de promesas de milagros mágicos sobre salud, riqueza infinita y felicidad
perfecta y se dictan “decretos” para que la gente pueda “manifestar” dichas
cosas en sus vidas. Esta actitud es totalmente opuesta a la teosófica.
La Teosofía afirma que el ego
psicológico es falso, que la idea de que somos el cuerpo, las emociones y la
mente es un error de percepción y una fuente de dolor. Afirma que la verdadera
felicidad sólo aparece como efecto secundario no buscado al reducir, en lugar
de acrecentar, nuestro apego y nuestra identificación con lo personal. Por esta
razón Blavatsky dijo que “el Ocultismo no es la búsqueda de la felicidad tal
como el hombre la entiende; pues el primer paso es el sacrificio y el segundo
la renuncia” (Blavatsky, Collected Writings, 8:14). K.H. estaba de acuerdo con
eso cuando escribió: “Nosotros, los Hermanos criticados y malinterpretados,
intentamos que el hombre sacrifique su personalidad, que es un destello
transitorio, por el bien de la humanidad entera” (Barker and Chin, 222).
Los Mahatmas Teosóficos nunca harían
caso a los deseos personales. Durante los primeros tiempos de la Sociedad
Teosófica, algunos miembros que malinterpretaron completamente la naturaleza de
los Mahatmas hacían peticiones personales a HPB para que se las transmitiera.
Blavatsky explicó en una carta: Ni por un momento los Maestros se rebajarían a
prestar atención a cuestiones individuales o privadas que tuvieran que ver con
una ni con diez personas, con su bienestar, sus congojas o sus dichas en este
mundo de Maya [ilusión]; no la prestarían a nada que no fueran cuestiones de
importancia verdaderamente universal. Son ustedes los teósofos los que han
arrastrado hasta sus mentes los ideales de nuestros Maestros; son ustedes los
que inconscientemente y con la mejor de las intenciones y total sinceridad en
su buen propósito Les han profanado al pensar por un sólo instante que Ellos
iban a preocuparse por los negocios que ustedes tienen, los hijos que van a
tener, las hijas que van a casar, las casas que ustedes van a construir, etc.
etc. (Jinarajadasa [1923], iv; el subrayado está en el original).
Y sin embargo, ésta es la clase de cosas
de las que se ocupan los Maestros Ascendidos. Incluso enseñan supuestas maneras
de disolver karma desagradable, cosa a la que los Mahatmas teosóficos se
oponían rotundamente. K.H. escribió: “Tengan en cuenta que la mínima causa
producida, por inconsciente que sea, y por el motivo que sea, no puede deshacerse,
ni sus efectos pueden desaparecer de su trayectoria, aunque se juntaran
millones de dioses, demonios y hombres para ello” (Barker and Chin, 77-78)
Los Maestros Ascendidos se presentan
como padres cósmicos que cuidarán de los problemas de sus seguidores. Por el
contrario, el Mahatma M. Dijo: “Somos líderes, y no niñeros” (Eek, 605). Los adeptos
son fuerzas impersonales y universales y responden sólo a aquellos que se
desarrollan en dicha dirección: Aunque toda la humanidad está presente en la
visión mental de los mahatmas, no se puede esperar que se fijen en cada uno de
los seres humanos, a menos que alguno de ellos, por sus actos especiales,
atraiga su atención particular sobre sí.
Su ocupación especial es el interés de
la humanidad como un todo, pues están identificados con el Alma Universal que
está presente en la Humanidad y aquél que llame su atención lo debe hacer a
través de esa Alma que todo lo impregna. (Blavatsky, Collected Writings, 6:240)
Los Mahatmas no comunican
indistintamente con la gente que no es capaz de darse cuenta de la ilusión del
yo personal, o con los que se dejan dominar por deseos, miedos y ambiciones:
Trabajan en este plano a través de dos clases de agentes: los directos y los
indirectos. Cualquier persona sincera y altruista que trabaje en la línea del
trabajo del Maestro puede recibir su inspiración aún sin saberlo. Sus agentes
directos son sus discípulos aceptados, que trabajan de manera consciente con
los Maestros. (Codd, [2000], 9)
Su influencia siempre está a la disposición
de aquellos que actúan con altruismo y compasión, incluso sin ser conscientes
de ello. Tal como K.H. le escribió a Annie Besant: “en ocasiones favorables,
lanzamos influencias elevadas que alcanzan a varias personas de distintas
maneras” (Jinarajadasa [1988], 1…123-24). Por lo tanto, cualquier acto
filantrópico que realicemos puede que forme parte del trabajo del Maestro. Sin
embargo, sólo los discípulos aceptados tienen una relación consciente y
personal con ellos. Las cualidades morales y espirituales necesarias para ser
un discípulo aceptado son muy profundas y muy exigentes, y muy pocos humanos
tienen el nivel de madurez espiritual para conseguirlo. (Para una descripción
de dichas cualidades, ver A los pies del Maestro y Luz en el Sendero).
¿Quiénes son los Maestros Ascendidos?
Entonces, ¿quiénes son esos Maestros
Ascendidos que comunican con miles de canales en el mundo? No podemos estar
seguros. Pero para entenderlo es necesario darse cuenta de que los planos
internos están habitados por toda clase de entidades (elementales, formas de
pensamiento, personas fallecidas, personas vivas cuyos cuerpos están dormidos,
etc.). Muchas de esas entidades se divierten haciéndose pasar por Maestros,
santos u otras figuras históricas importantes. (Para leer más sobre este tema,
consultar El Plano Astral y el panfleto titulado Dificultades de la
clarividencia, ambos escritos por Charles W. Leadbeater).
Incluso a comienzos de la ST, médiums y
gente receptiva empezaron a canalizar mensajes de falsos Mahatmas. Por ejemplo,
después que una persona receptiva llamada Oxley declarara que K.H. le había
“visitado dos veces ‘en forma astral’ y... que había tenido una conversación
con el Sr. Oxley”, el Mahatma tuvo que pedirle a su discípulo Djual Kool que
escribiera al Sr. Sinnett diciéndole lo siguiente: “A quien vio el Sr. Oxley, y
con quien conversó en el momento mencionado no era Koot Hoomi” (Barker and
Chin, 253).
En otra ocasión, había un médium que
afirmaba estar en contacto con personajes como Jesús, Juan Bautista, Hermes y
Elías. En una carta que escribió al Sr. Sinnett hablando de esta clase de
comunicación psíquica, K.H. escribió: “Misterio, dirá usted, misterio.
Ignorancia es la respuesta; la creación de aquello en lo que creemos y queremos
ver” (Barker and Chin, 109).
Debemos tener en cuenta que ese “Mundo
Psíquico de percepciones suprasensoriales y de visiones engañosas, el mundo de
Mediums ... es el mundo de la Gran Ilusión” (Blavatsky, [1992], 75-76).
En ese reino, diferentes entidades
pueden asumir cualquier forma según lo que hallan en la mente del vidente. Se
necesitan profundos poderes de clarividencia, un entreno largo y una madurez
espiritual fuerte para que dichas entidades no nos engañen, porque El más leve
cumplimiento de un deseo ahí [en el plano psíquico] toma cuerpo y forma. Esa
forma de pensamiento puede ser animada por un espíritu de la Naturaleza... y
entonces aparecer como un ángel de luz que nos cuenta exactamente lo que
queremos oír. CWL [i.e., Leadbeater] siempre nos avisó para que estuviéramos
alerta de cualquier visión o de cualquier voz que pudieran halagarnos. (Codd,
[1988], 66)
Para corroborarlo, Blavatsky cuenta un
sugerente hecho histórico. En 1889, escribe: Hace catorce años, antes de que se
fundara la Sociedad Teosófica, todas las charlas [de médiums] trataban de “Espíritus”
... y a nadie se le ocurrió ni por casualidad hablar de “Adeptos”, “Mahatmas” o
“Maestros” vivientes. ... actualmente, todo esto ha cambiado.
Desafortunadamente, los teósofos fuimos los primeros en hablar sobre estos
temas..... y ahora el nombre es de uso común ...No hay casi ningún médium que
no haya afirmado haberlos visto. Cualquier Sociedad embaucadora y falaz hoy en
día asegura, con fines comerciales, que está guiada y dirigida por “Maestros”
que a menudo parecen estar mucho más elevados que los nuestros! (Blavatsky
[1987], 301-302).
A muchas personas con ideas espirituales
les cuesta creer en la idea de los Maestros Ascendidos, pues no ven en ellos
más que un resurgimiento de los dioses tribales de la antigüedad. Esperemos que
este artículo sirva para eliminar algunas falsas ideas. (Quest, verano 2011.)
Referencias
BARKER,
A. T., and Vicente HAO CHIN Jr., eds. The Mahatma Letters to A.P. Sinnett from
the Mahatmas M. and K.H. in Chronological Sequence. Adyar:
Theosophical
Publishing House,1998.
BESANT,
Annie. The Masters. Adyar. Theosophical Publishing House,1985.
BLAVATSKY,
H.P. Collected Writings, 15 vols. Wheaton: TheosophicalPublishing House,
1977-91.
----
. The Key to Theosophy, London: The Theosophical Publishing House, 1987.
----.
The Voice of the Silence. Wheaton: Theosophical Publishing House, 1992.
CODD,
Clara. The Way of the Disciple. Adyar: Theosophical Publishing
House,
1988.
----.
Theosophy as the Masters See It. Adyar. Theosophical Publishing
House,
2000.
EEK,
Sven, ed. Damodar and the Pioneers of the Theosophical Movement. Adyar:
Theosophical
Publishing House, 1965.
HANEGRAAFF,
Wouter J., et al. Dictionary of Gnosis and Western Esotericism.
2
vols. Leiden: Brill, 2005.
JINARAJADASA,
C. Early Teachings of the Masters, Chicago: Theosophical Press, 1923.
----.
Letters from the Masters of the Wisdom. 2 vols. Adyar: Theosophical Publishing
House, 1988, 2002.
lunes, 6 de octubre de 2014
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