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jueves, 2 de abril de 2015

DESCENSO Y SACRIFICIO (ÁNGELES CAÍDOS) II .- Artículo reimpreso de The Beacon, Septiembre-Octubre de 1989 Por Sarah McKechnie

  

DESCENSO Y SACRIFICIO   (ÁNGELES CAÍDOS) II

Siempre hay una elección entre dos senderos que es una elección, que para el ser humano, debe ser regida por el libre albedrío.
Artículo reimpreso de TheBeacon, Septiembre-Octubre de 1989
Por Sarah McKechnie



SE PUBLICA NUEVAMENTE ESTE ARTÍCULO JUNTO CON UN IMPORTANTE COMENTARIO DE OTRO COMPAÑERO DEL CAMINO, Y QUE LO VOY A COLOCAR COMO PRINCIPIO DE ESTE TEXTO:

Jo Mero ha comentado una publicación en Blogger.
Se ha compartido públicamente.  -  Ayer a la(s) 23:49

Concuerdo en lineas generales  con parte de lo escrito. Traduje  a HPB precisamente esta partecita de sus obras. Modestamente, me permito discrepar en la interpretación  sobre Lucifer y sus huestes en el sentido  de que estos ángeles  “cayeron” como un acto de elección y de sacrificio supremo en beneficio de la humanidad. Fue un acto electivo  de los Espíritus Luciferes por otras  consideraciones, nacidas éstas de su libre albedrío.

Más bien, me parece tener más sindérisis lo que leemos a continuación: Antes de que el hombre fuera iluminado por los Espíritus Luciferes,aquél no había conocido ni la enfermedad, ni el dolor, ni la muerte.Todas estas cosas fueron el resultado del empleo ignorante de lafacultad procreadora y su abuso para la gratificación de los sentidos.

Los animales en estado salvaje están generalmente libres de enfermedades y dolores, porque su propagación se efectúa bajo el cuidado y dirección de los sabios espíritus-grupo únicamente en esas épocas del año que son propicias para tal objeto. La función sexual tiene por único objeto la perpetuación de las especies, y bajo ningún concepto la gratificación de los deseos sexuales.

Si el hombre hubiera continuado siendo un autómata guiado por Dios,no habría conocido ni la enfermedad, ni el dolor, ni la muerte, hastahoy; pero tampoco habría obtenido la conciencia cerebral y laindependencia resultante de la iluminación por los Espíritus Luciferes,los "dadores de luz", quienes le abrieron el entendimiento y leenseñaron a emplear su entonces confusa visión para obtenerconocimientos del Mundo Físico, el cual estaba destinado a conquistar.

Desde ese entonces había dos fuerzas obrando en el hombre. Unafuerza es la de los Ángeles, quienes formaban nuevos seres en lamatriz por medio del Amor, que se dirigía hacia abajo para laprocreación; son, por lo tanto, los perpetuadores de la raza.

La otra fuerza es la de los Espíritus Luciferes, quienes son losinstigadores de todas las actividades mentales, por medio de la otraparte de la fuerza sexual, que se dirige hacia arriba para el trabajo
cerebral." Ref; C. R. del C. - M. Heindel.

Por otro lado y finalmente, el Cristo, no es Venus, bajo ninguna consideración. Su Luz está más allá de la consideración sideral o celestial planetaria  y trasciende los límites de lo denso o energético.  Jesús, el Hombre Perfecto, no Cristo, el Sublime Arcángel Solar, dice: ""Yo, Jesús, he enviado a Mi ángel a fin de darles a ustedes testimonio de estas cosas para las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David, el lucero resplandeciente de la mañana." Apocalipsis XX:16 y esto tiene otra connotación muy diferente. Cristo no tiene ascendencia  humana.


DESCENSO Y SACRIFICIO (ÁNGELES CAÍDOS)
http://espiritualidadenesencia.blogspot.com/2014/01/descenso-y-sacrificio-angeles-caidos.html
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Respuesta de: Ana Castro10:03

ME PARECE UN TEMA  DE GRAN IMPORTANCIA Y LO ÚNICO QUE TENEMOS QUE BUSCAR ES ELEMENTOS DE JUICIO QUE NOS ACERQUEN A LA VERDAD, QUE POR OTRA PARTE PUEDE SEGUIR TENIENDO SUS ERRORES, HASTA ESE MOMENTO EN QUE TENGAMOS ACCESO AL CONOCIMIENTO DIRECTO.  MIENTRAS TANTO, PRESTEMOS ATENCIÓN A TODO CON HUMILDAD Y LA LUZ LLEGARÁ.

VOY A PUBLICAR DE NUEVO EL ARTÍCULO CON TU COMENTARIO QUE SEGURAMENTE NOS AYUDARÁ.

GRACIAS.

HE AQUÍ EL ARTÍCULO MOTIVO DE ESTOS COMENTARIOS Y QUE ES DE INTERÉS ANALIZAR:

El descenso o la “caída” a la Tierra de los ángeles rebeldes, los ángeles solares o agnishvattas, es considerado como el misterio insinuado en la Escrituras y como el “secreto de las edades”     ((Psicología Esotérica T II, p. 83), No es de sorprender, entonces, que haya mucha confusión y malentendidos en lo relacionado a la “ángeles caídos” de los cuales Lucifer es el representante más conocido.

El secreto de los “ángeles caídos” es en esencia el misterio que subyace al mismo Plan de la evolución ya que la voluntad de los ángeles solares de “caer”, de sacrificarse a sí mismos con el objetivo de traer la luz del principio mental a lo que en aquel entonces fuera el hombre animal, ha marcado el punto en el cual ha entrado en acción la Ley de Dualidad, por medio de la cual la materia, la forma – negativa y pasiva – puede ser estimulada por el espíritu. Este acto de sacrificio en los albores de la historia humana es un hilo que se encuentra entretejido en todas las grandes escrituras y mitologías del mundo, incluyendo el mito de Prometeo que robó el fuego (la mente) para los hombres y la historia bíblica del Hijo Pródigo, quien abandonó el hogar del Padre para embarcarse en el sendero de la experiencia de la vida en la forma y los sentidos – el viaje “al país lejano”.

El rol de los ángeles solares y el de su sacrificio en beneficio de la humanidad está tratado extensamente en La Doctrina Secreta de H.P, Blavatsky. De hecho, en 1887 a la revista de la Sociedad Teosófica se le ha dado el nombre de “Lucifer” en un esfuerzo por arrojar claridad sobre aquello que es considerado, injustamente, como un ángel sacrificado maligno.

El nombre de “Lucifer” viene de las palabras latinas: Lux orLucis (luz) y ferre (portar, traer). De este modo, Lucifer literalmente significa “portador de luz”; está relacionado con el planeta Venus en Revelaciones XXII: 16 cuando Cristo dice “yo soy la brillante estrella matutina”, la cual es Venus, anunciando la emergencia plena de la luz del Sol – el Hijo, el Cristo. De una manera interesante el papel del “portador de luz” está relacionado a Mercurio, o Hermes – el mensajero divino de las mitologías griega y romana. En el cristianismo la función de Mercurio es realizada por Miguel, el “Ángel Guardián” del Cristo, según Santo Tomás. La relación esotérica de este Ángel Guardián y el Cristo es aun más clarificada por una declaración del Tibetano, con Quien Alice Bailey ha colaborado escribiendo una serie de libros sobre la Sabiduría Eterna, que dice que “Mercurio y el Sol son uno”.

Esotéricamente hablando, la función del Ángel Guardián se ha hecho posible gracias al sacrificio de los ángeles solares al preservar el principio de la mente, ocultamente el fuego, por medio de repetidas y persistentes encarnaciones en la forma hasta que el hombre animal llegara a ser un hombre pensador y, finalmente, comenzar el despertar a su herencia espiritual verdadera: el hombre humano/divino. De este modo los ángeles solares crean la forma para la manifestación del principio encarnante del alma – el cuerpo causal – y también retiran este cuerpo, en la cuarta iniciación, cuando el vínculo entre el la forma y el espíritu se ha establecido de forma permanente, fusionándolos. Entonces el cuerpo causal es destruido.

El concepto del “ángel rebelde” parece remontarse al poeta John Milton que en su Paraíso perdido aparentemente ha anclado en la conciencia humana la idea del descenso de los ángeles solares como un acto de rebelión y consecuentemente una caída desde la gracia. (“Reinar es ambición digna, aun cuando sea sobre el infierno, porque más vale reinar aquí, que servir en el cielo.”). Este espíritu de rebelión y su consecuente dolor no se encuentran en Venus, nos dice el Tibetano. El espíritu de rebelión solo es contundente en la Tierra y el Tibetano sugiere que este espíritu de rebelión ha cualificado la actitud de nuestro Logos planetario mismo, el “Rebelde Divino”. El Tibetano cita el Antiguo Comentario:   

“Entró en la vida y supo lo que era la muerte.”
“Tomó una forma y se entristeció porque era oscura.”
“Se obligó a salir del lugar secreto y buscó el lugar de la luz, y la luz le reveló lo que menos buscaba.”
“Esperaba obtener permiso para regresar.”
“Buscó el Trono en lo alto y a Aquel sentado en él. Exclamó: ‘No buscaba esto. Buscaba la paz, la luz, la libertad de servir, de demostrar mi amor y revelar mi poder. Aquí no hay luz. Aquí no hay paz. Dejadme regresar.’
“Pero Aquel que estaba sentado en el Trono no volvió la cabeza. Parecía no escuchar ni oír.”
“Entonces desde la esfera inferior de las tinieblas y del dolor, surgió una voz que exclamó: ‘Aquí sufrimos. Buscamos la luz. Necesitamos la gloria de un Dios entrante.’[Sólo he hallado estas dos últimas palabras para poder expresar el antiguo símbolo que estoy traduciendo.]
‘Elévanos a los Cielos. Entra, Oh Señor, en la tumba. Resucítanos a la luz, haz el sacrificio.
Derriba los muros de la prisión y entra en el dolor.’
“El Señor de la Vida retornó; de allí el dolor.”
Psicología Esotérica T. II, p. 86 – 87.

El mal de la separatividad

El pecado y el mal no existen en la Tierra. Nos dice el Tibetano que el único mal es el pecado de la separatividad. En este sentido podemos obtener una comprensión del modo por el cual Lucifer ha llegado a ser identificado con el mal, como el despertar de la mente, que caracteriza al estado de la humanidad avanzada de hoy, y es, como todos lo sabemos muy bien, tanto nuestro modo de liberación como también crea más separatividad y aprisionamiento. La mente, activa y poderosa, pero desprovista de alma, puede ser el gran factor cristalizador que construye poderosas barreras de separación. “La mente es el matador de lo Real. Mata tú al matador”, se le instruye al discípulo. En este sentido, la mente, en su elemento analítico y concreto, se convierte en el refugio (y la prisión no reconocida) de la ideología y es verdaderamente capaz del pecado de la separatividad por medio del prejuicio, el odio y la aceptación de las distorsiones de semi-verdades.
Mayor clarificación sobre el papel que juegan los ángeles solares se encuentra en una consideración sobre el cuarto Rayo de Armonía a través del Conflicto y sobre el quinto Rayo de Conocimiento Concreto como también sobre Mercurio y Venus, por medio de los cuales, respectivamente, estos ángeles canalizan sus energías. Mercurio es el “Mensajero de los Dioses” y el cuarto rayo es el principio fluido que relaciona el Plan con el Propósito de la divinidad que se conoce en el nivel de budi o de la intuición, nivel regido por Mercurio, junto con la mente o manas, que es regida por Venus y el quinto rayo. “Venus ha sido el custodio de lo que llamamos el principio Mente y lo ha traído como un don puro a la humanidad en estado embrionario”, se nos dice en “ Los Rayos y las Iniciaciones”. Buda dijo que “El amor nace por medio de la mente”. El quinto rayo, canalizado por Venus y mental en expresión, “opera en conexión con la Ley de la Separatividad” y “es también responsable de la rápida formación de grandes y condicionantes ideologías” ( Ibid p.594). Con esto se nos recuerda que los ángeles solares que eligieron descender a la Tierra se sometieron a la Ley de la Dualidad de tal modo que la evolución del ser humano pudiera depender del desarrollo de la discriminación mental y del libre albedrío y de este modo de la capacidad de realizar elecciones y decidir por el camino superior. Siempre hay una elección entre dos senderos que es una elección, que para el ser humano, debe ser regida por el libre albedrío.

La sustancia del plano mental es el quinto rayo canalizado por Venus, y debido a que el reino de los ángeles trabaja con sustancia – con el aspecto forma – los ángeles solares han aportado la sustancia del mentalismo al hombre estableciendo así el vínculo, el cuerpo causal del alma, en el plano mental – un vínculo que se preserva hasta la cuarta iniciación que destruye la forma, ya no necesaria, del cuerpo causal. Algo sobre la magnitud de este acto de los ángeles solares se insinúa por medio de la comprensión de que el quinto rayo del Conocimiento “es la energía que admite a la humanidad (y particularmente al discípulo y al iniciado entrenados) en los misterios de la mente de Dios Mismo. Es la llave “sustancial” para acceder a la Mente Universal” ( Los Rayos y las Iniciaciones. p.485).

Más aún… se dice que la relación entre el quinto Rayo del Conocimiento y el Segundo Rayo de Amor-Sabiduría es muy estrecha porque el segundo rayo rige el presente sistema solar. En el sacrificio de los ángeles solares “Portadores de Luz”, en beneficio del hombre animal, el aspecto sabiduría del segundo rayo se ha despertado ya que “sabiduría es conocimiento adquirido por medio de la experiencia (el peregrinaje del Hijo Pródigo) e implementado por medio del amor”. De este modo el descenso de los ángeles solares a la sustancia ha dejado el legado de la experiencia en el desarrollo del Plan divino.

Retornando a la historia del Hijo Pródigo, y para entender con más profundidad lo que implica la experiencia del Hijo Pródigo, es importante notar que, en el retorno al hogar del Padre, el Padre es el que sale en gozosa recepción para abrazarlo, dejando al hijo mayor quien ha permanecido en el hogar celoso y no reconocido. Que tal peregrinaje a un “lejano país” es parte del Plan de Dios, parece ser corroborado por el siguiente pasaje del Tibetano:            

“El anhelo de sacrificarse, de abandonar esto por aquello, de elegir una forma o línea de conducta, de perder para eventualmente ganar, es la historia que subyace a la evolución y lo cual debe ser comprendido en forma psicológica. Es el principio que rige la vida misma y corre como canon dorado de belleza a través de los oscuros elementos con que se forja la historia humana. Cuando este impulso de sacrificio para conquistar, adquirir o salvar lo que se considera deseable sea comprendido, se revelará la clave del desarrollo del hombre. Esta tendencia o anhelo es algo distinto del deseo, tal como hoy se comprende y estudia académicamente, pues lo que en verdad significa es el surgimiento de lo más divino en el hombre. Constituye un aspecto del deseo; es la parte activa y dinámica, no la parte sentimental – sensual; es la característica predominante de la Deidad.”
Psicología Esotérica T II, p. 85 – 86.

Por medio de la energía del quinto rayo, que “esencialmente es un portador de luz”, la evolución de la humanidad es apresurada realizando el descenso del Reino de Dios a la Tierra como resultado del ascenso de los muchos que pasan por la iniciación en este tiempo. El hecho de que la Doctrina Secreta iguala a Venus con Gaia (la Tierra) y el hecho de que el despertar de la conciencia de la teoría de Gaia reconoce que la Tierra es un organismo vivo y unificado, sugiere que la humanidad puede ahora estar comenzando a despertar y cooperar de alguna manera con el objetivo para el cual los ángeles solares descendieron a la materia: para la salvación de la sustancia y para el despertar de la mente en la forma de tal modo que el Propósito de la Deidad pueda ser registrado y expresado en la sustancia. Estos ángeles solares “cayeron” como un acto de elección y de sacrificio supremo en beneficio de la humanidad. Esos “Señores del Conocimiento y de la Compasión y los de incesante y perseverante Devoción” somos nosotros mismos y, a nuestra vez, debemos elegir conscientemente y tomar el control de nuestra encarnación en la forma, buscando un Propósito y de este modo convertir la vida en la Tierra como un don de sacrificio a las vidas menores que dependen de nuestro cuidado.

Cristo ha dicho, “Yo soy la brillante estrella matutina”. Su promesa y el legado de la presencia en la Tierra de tales “portadores de luz” pueden ser sintetizados en las siguientes palabras de H.P.Blavatsky que ha escrito: “en todas las cosmogonías de la antigüedad la luz proviene de las tinieblas. Alice Bailey ha expresado un reconocimiento similar en las siguientes palabras: “El Maestro M…agrega oscuridad a la luz, a fin de que aparezcan las estrellas, pues en la luz no fulguran las estrellas, pero en la oscuridad no existe luz difusa sino puntos enfocados de radiación”. ( Los Rayos y las Iniciaciones, p. 148)



martes, 31 de marzo de 2015

EL PLAN DIVINO FRATERNIDAD ROSACRUZ MAX HEINDEL (MADRID) BOLETÍN INTERNO Nº 40 AÑO 2.001 - TERCER TRIMESTRE (Julio - Septiembre)

EL PLAN DIVINO
FRATERNIDAD ROSACRUZ MAX HEINDEL (MADRID) 
BOLETÍN INTERNO Nº 40 AÑO 2.001 - TERCER TRIMESTRE 
(Julio - Septiembre)



El Plan Divino es algo impresionantemente coherente y que se realiza, de modo inevitable, a pesar de nuestros tropiezos y dudas y equivocaciones constantes, consecuencia de nuestro libre albedrío y de nuestro imperfecto e inacabado desarrollo evolutivo. Y cada cosa aparece, en el momento oportuno, a cumplir el objetivo para el que fue concebida. Y cada cosa desaparece, en el momento conveniente, es decir, cuando ha cumplido su misión. Si nos acostumbramos a ver la historia como el desarrollo de ese Plan, nos resultará más comprensible que si sólo nos fijamos en los datos exclusivamente materiales, aparentemente casuales y aleatorios. Y lo mismo ocurre con nuestras propias vidas, la de cada uno de nosotros, que no son sino la realización del plan confeccionado por nuestros propios espíritus para lograr su máximo de manifestación en el plano físico. 

En la historia conocida por la ciencia, empezando por el hombre como ser nómada y regido por la ley de la venganza de la sangre, llegamos al hombre como agricultor y, consecuentemente, sedentario. Y, de ahí, a las ciudades, regidas ya por la Ley del Talión, que no fue sino una limitación a la barbarie anterior, que sólo producía matanzas innecesarias y permanentes. Ya en las ciudades, pronto surgieron los dirigentes: la realeza, la nobleza y el clero. Y se fundaron los primeros estados en base a monarquías absolutas, en las que el máximo poder lo ostentaba el monarca. Y, cuando la monarquía absoluta hubo alcanzado su cenit, surgió y empezó a cobrar importancia, la burguesía. Y, cuando ésta fue lo suficientemente fuerte, destronó a los reyes absolutos y surgieron las monarquías constitucionales y las repúblicas. Y de ellas, están naciendo organismos mayores, más igualitarios, más niveladores. Momento en el que nos hallamos actualmente. Eso en cuanto al proceso político se refiere. 

Desde el punto de vista económico, empezamos con el trueque de productos, seguimos inventando el dinero, continuamos con la letra de cambio, la banca y la bolsa. Y ahí nos encontramos. 

En lo militar, pasamos de la horda devastadora, al ejército basado en levas obligatorias o mercenarios, dirigidos por los nobles. Luego, por militares profesionales. Y apareció el servicio militar obligatorio que, recientemente, se ha abolido ya en muchos países, entre otros el nuestro. Y ahí estamos. 

En lo religioso, empezamos adorando a las fuerzas de la naturaleza. Luego, a unos dioses violentos, que exigían obediencia ciega. Y más tarde, a un Dios invisible, que nos recompensaría debidamente tras la muerte. Pero ese concepto de Dios y de la vida, rápidamente, están siendo sustituidos por un Ser, del que todos formamos parte, y que nos necesita como nosotros a Él, y por una vida que sabemos renace. Y prolifera la comprensión de que somos espíritus inmortales y de que la muerte no existe y sí existe, en cambio, la evolución, el adelanto, el perfeccionamiento, tras cada vida del hombre, tanto por dentro como por fuera. Y hasta ahí hemos llegado. 

En cuanto a los instrumentos, los inventos, los descubrimientos, han ido apareciendo oportunamente: el hacha fue sustituida por espada y la lanza; éstas, por la honda y el arco y la flecha, que dieron paso al arma de fuego: arcabuz, fusil, cañón, ametralladora, proyectil dirigido, bomba atómica…Y ése es nuestro tiempo. 

La medicina empezó siendo magia. Luego, se independizó de la religión. Desde entonces, ha descubierto los microbios como causantes de las enfermedades, las vacunas para prevenirlas, los antibióticos para combatirlos, los trasplantes de órganos,  la prolongación artificial de la vida, la clonación, el genoma… Y en eso nos encontramos. 

En cuanto a la vida de relación, empezando por la incomunicación total de los pueblos, pasamos por el comercio por tierra y por mar con medios rudimentarios, por los navíos a vela, luego a carbón, más tarde a gas oil y a energía atómica… Y al globo, al dirigible, al avión de hélice, al submarino, al reactor, al satélite artificial... Y, de la paloma mensajera al morse, al teléfono, a la prensa, a la radio, a la televisión, a internet. Y, de ir a pie, pasamos a la caballería, al carro, al tren, automóvil, al avión… 

Y, del carro de Tespis, al teatro, y de él al cine y a la televisión en directo, en tiempo real… 
Si bien se mira, cada uno de estos inventos ha venido a completar otro anterior o a sustituirlo. Porque eso precisamente es la evolución: avanzar, dar pasos incesantes hacia el “más perfecto y más bello y mejor”. Pero no hemos de engreírnos demasiado: 

Todo eso estaba incluido en el Plan divino. Todo eso lo previó Dios antes de la Creación y nosotros no hemos hecho sino recibir de los planos superiores las inspiraciones necesarias para realizar ese Plan, al tiempo que nos realizábamos nosotros mismos - como piezas de él que somos - y sin perder nuestra individualidad ni nuestra libertad.  

De todos estos temas, el más sugestivo en nuestro tiempo es el de los medios de comunicación - los media - que, como todo en ese Plan divino, tiene su papel, su misión ineludible que cumplir. 
¿Y cuál es la misión de los media? Nada menos que la de crear una conciencia colectiva que nos abarque a todos los hombres y mujeres del mundo. Más aún: a todos los seres vivos. Y, aún más: a la naturaleza toda que, en última instancia no es sino el cuerpo físico de Dios. 
¿Y cómo se lo arreglan los media, sin proponérselo, sin darse cuenta, pero inevitablemente, para crear esa conciencia colectiva? Haciéndonos vivir y presenciar una serie interminable de catástrofes, desgracias, sufrimientos, guerras, injusticias, crueldades, desigualdades, abusos, castigos, plagas, enfermedades… Es decir, haciéndonos vivir la vida de los demás como si fuese la propia. Porque, toda esa serie de sufrimientos la humanidad los ha experimentado siempre sin ser consciente de su magnitud, pero ahora llegan a nuestros hogares, traídos por los media, y ello hace que, sin excepción posible, nos duelan a todos en el fondo del alma. Porque todos tenemos el convencimiento interior de que podría ser mucho mejor, mucho más hermoso, mucho más justo, mucho más soportable. Y que sería deseable que todo eso no ocurriese. 
Pero, ¿por qué? ¿Qué es lo que nos hace sensibles a esas desgracias, casi siempre ajenas? Nuestra sensibilidad. Una sensibilidad que se nos está despertando. Una sensibilidad que no ha existido siempre. Hace muy poco, aún admitíamos y practicábamos la esclavitud. Y las levas forzosas para ir a la guerra. Y los impuestos arbitrarios. Y los castigos brutales y desproporcionados… 

¿Qué nos está ocurriendo, pues? ¿Qué nos ha ocurrido? Sencillamente, que está empezando a formar parte de la conciencia colectiva la idea de que todos los seres humanos o, mejor, todos los seres, tenemos derecho a la vida, que todos los hombres y mujeres deben tener las mismas oportunidades, que todos hemos de respetar los derechos de los demás, que todo derecho lleva implícita una obligación correlativa e inseparable de él, que es posible una sociedad mejor que la que tenemos. Y estamos empezando todos - no unos pocos, como había ocurrido hasta ahora - a encontrar normal el esforzarnos por lograrla. Y todo eso está calando muy hondo en nuestros corazones. Y, ¿a qué se debe? A tres causas muy concretas: 
Por un lado, al hecho de que todos los hombres constituimos un espíritu grupal, un todo. Y no podemos sentirnos bien - aunque queramos y hasta, incluso, aunque lo creamos - mientras uno de nosotros, una parte del todo, lo pasa mal. 
Por otro lado, a que, como células en el cuerpo de Dios que somos y, por tanto, instrumentos de manifestación Suyos, vemos reflejados en nosotros Sus esfuerzos por alcanzar un estado más perfecto que el actual, ya que es, como nosotros - aunque a escala inconcebible para nuestras mentes - un ser en evolución.
Y, por último, a que todos estamos recibiendo, consciente o inconscientemente, unas vibraciones de procedencia cósmica - las de Acuario - a través del planeta Urano, que están abriendo nuestro corazón a la nota clave de toda la creación: el Amor. 
¿Y qué debemos hacer para activar esas vibraciones, para absorberlas al máximo? Seguir viviendo del modo más honesto y responsable de que seamos capaces, y detener nuestra mente, abriendo las puertas a la intuición. Porque es la intuición, y no el razonamiento, la que nos está desarrollando a marchas forzadas. Y es ella la que ha hecho que, al margen de los gobiernos, hayan surgido y sigan surgiendo organismos no gubernamentales - ONGS - que, obedeciéndola, sin usar la mente para comprender el mandato ni para argumentarlo, se sientan impelidas a ayudar al prójimo, haciendo caso omiso de razas, religiones, colores o idearios. 
Abrámonos a esa manifestación de la fraternidad universal y de la solidaridad, a esa exacerbación de la intuición, que proviene del Mundo del Espíritu de Vida y, por ello, por tratarse de un mundo superior al mental, no pasa por él, sino que, utilizando la conexión oculta de aquél con el cuerpo vital, se aloja en el chakra del corazón y despierta al Amor, al Cristo Interno, allí dormido y esperando pacientemente ser despertado.
Ese despertar nos llevará a la identificación con el todo, que no supone el vaciar nuestra gota existencial en el océano de la creación sino, al contrario, un vaciamiento del océano entero en la gota de nuestra propia individualidad. 


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