LOS GUIAS, POR EL MAESTRO TIBETANO
Del Tratado sobre los Siete
Rayos, Tomo II, Psicología Esotérica, de Alice A. Bailey, pág. 367-376
El problema de los Guías
por El Tibetano
El Problema de los Guías es peculiarmente difícil de resolver, porque está basado en el innato e instintivo reconocimiento de la realidad de la existencia de Dios y de Su Plan. La mayoría de los reformistas bien intencionados, explotan hoy esta inherente reacción espiritual e instintiva, pero no le han dedicado verdadera atención al sujeto o al fenómeno que responde externamente al impulso subjetivo.
La mayoría de las veces es el caso del ciego que guía
a otro ciego. Podríamos definir el problema que crean los guías, como el método
por el cual el hombre, por autosugestión, provoca en sí mismo un estado de
negatividad y (mientras se halla en ese estado) es consciente de sus
inclinaciones, de los impulsos, anhelos, voces, órdenes captadas con nitidez,
revelaciones sobre las normas de conducta que debe seguir y la carrera que debe
profesar, además de las indicaciones generales que "Dios" le propone
al atento, negativo y receptivo sujeto, respecto a sus actividades.
En este estado de casi sublimada percepción de la insistente
demanda, proveniente de los reinos subjetivos del ser o del pensamiento, el
hombre es impelido a seguir una corriente de actividad que puede llevarlo a una
permanente orientación de su vida (a veces inofensiva y otras muy deseable), o
ser sólo de efecto temporario, una vez que ese anhelo de responder se haya
agotado.
Pero en cualquier caso, la fuente de donde surge la
dirección y el origen de la guía es denominada vagamente "Dios",
se la considera divina y calificada como la voz del "Cristo interno"
o dirección espiritual. Por lo general se le aplican infinidad de términos
análogos, según la escuela de pensamiento a la que pertenece el individuo o la
que ha logrado atraer su atención.
Con el tiempo veremos que aumentará la tendencia a ser
guiados subjetivamente en una forma u otra, a medida que la humanidad se va
orientando hacia lo subjetivo, percibiendo en forma más definida los reinos del
ser interno y acrecentando su tendencia hacia el mundo de significados.
Por esta razón deseo hacer un análisis relativamente
cuidadoso de las posibles fuentes en donde se origina la orientación, para que
los entes se den cuenta, por lo menos, que el tema es mucho más vasto y
complicado de lo que creen, y que sería inteligente asegurarse el origen de la
guía otorgada a fin de saber con más exactitud hacia donde van. No deben
olvidar que la ciega e irrazonable sujeción a un guía (como sucede hoy)
convierte al hombre, oportunamente, en un autómata negativo e impresionable. Si
esto prevaleciera universalmente y los métodos actuales se convirtieran en
hábitos arraigados, la raza perdería todo derecho a su posesión más divina, el
libre albedrío.
No hay temor inmediato de que esto suceda si los
hombres y mujeres inteligentes reflexionan sobre el problema. Infinidad de egos
avanzados vienen a la encarnación a conjurar el peligro, y también innumerables
discípulos, cuyas voces se elevan claras y fuertes, abogan por el libre
albedrío y la comprensión inteligente del Plan de Dios.
Podría serles de valor si enumerara nuevamente las
escuelas de pensamiento cuya principal atracción consiste en ofrecer
"guías", o cuyos métodos y doctrinas tienden a desarrollar el oído
interno, pero no enseñan a discernir el origen de dichos guías ni a diferenciar
entre los distintos sonidos, voces y seudo instrucciones inspiradas, que el
oído interno puede registrar una vez entrenado.
Las personas emotivas que pertenecen a las iglesias de
cualquier denominación o creencia, tienden a buscar la forma de evadir las
dificultades y vicisitudes de la vida, viviendo siempre con la sensación de la
Presencia guiadora de Dios, conjuntamente con la ciega obediencia a lo que
genéricamente denominan "la voluntad de Dios". La práctica de la
Presencia de Dios es en verdad un paso necesario y deseable, pero la gente
debería comprender lo que ello significa y cambiar constantemente el sentido de
la dualidad por el de la identificación.
La voluntad de Dios podrá aparecer como la imposición
de las circunstancias y condiciones de la vida, de las cuales no hay escapatoria
posible; el individuo que sufre esta imposición la acepta y no trata de
aminorar, ni siquiera mejorar, y a veces tampoco evitar las
circunstancias. Interpreta de tal manera su situación y destino, que determina,
plácida y sumisamente, vivir dentro del círculo infranqueable y de las
limitaciones que le han sido impuestas. Desarrolla inevitablemente un espíritu
de sumisión y obediencia, soporta, convencido, de que su situación expresa la
voluntad de Dios.
En los más sublimes estados de obediencia, las personas
sensitivas hacen alarde de su sumisión, pero no se dan cuenta de que la voz que
han escuchado es la propia. Creen que es la de Dios.
La comprensión, el reconocimiento de la Ley de Causa y
Efecto (que actúa una vida tras otra) y la interpretación de que el problema es
una lección que debe aprender, significará la liberación de la negatividad y la
aceptación ciega e irreflexiva.
La vida no pide obediencia ni aceptación, exige
actividad. Pide que se separen los valores buenos y elevados de los
indeseables; que se cultive ese espíritu de lucha que traerá organización y
comprensión y permitirá entrar oportunamente en una etapa donde desempeñará una
actividad espiritual útil. Las personas que participan en la actividad de esas
escuelas de
pensamiento, con infinidad de nombres tales como: la Escuela de la Ciencia
Mental (Mental Science), grupos del Nuevo Pensamiento (New Thought), Ciencia
Cristiana (Christian Science) y muchos grupos similares, propenden a caer en un
estado de negatividad basado en la autosugestión.
La constante repetición del hecho (aún incomprendido)
de la realidad de la divinidad, evocará oportunamente la respuesta del aspecto
forma de la vida, lo cual -aunque no sea una guía verbal- constituye sin
embargo el reconocimiento de una especie de guía, que impide el libre albedrío,
y es una reacción en amplia escala de lo mencionado anteriormente. Así
como en el primer caso tenemos la ciega aceptación de un destino indeseable,
porque creen que tal es la voluntad de Dios y dicha Voluntad debe ser buena y
correcta, en el otro caso existe el propósito de conmover al hombre subjetivo
para que acepte una condición totalmente opuesta. Se le enseña que no existen
malas condiciones, excepto las que él mismo puede crear; que no existe dolor ni
nada que pueda considerarse indeseable; se le incita a reconocer que él es
divino y el heredero de las edades, y que las malas condiciones, las limitadas
circunstancias y los acontecimientos adversos, son producto de su propia
imaginación creadora, y se le explica que en realidad no existen.
En ambas escuelas de pensamiento se enseña y recalca la verdad sobre el
destino, a medida que se cumple bajo la ley de Causa y Efecto, y sobre la
divinidad innata en el hombre, pero en ambos casos el hombre es un sujeto
negativo y víctima de un destino cruel, o de su propia divinidad.
Premeditadamente empleo esta fraseología porque ansío
que los lectores comprendan que el destino nunca ha tenido por finalidad
convertir al hombre en víctima inerme de las circunstancias ni en instrumento
autohipnotizado de una aseverada y no desarrollada divinidad. El hombre está
destinado a ser árbitro inteligente de su propio destino y consciente exponente
de su innata divinidad, el Dios interno.
Nuevamente repito, las escuelas esotéricas, teosóficas
y rosacruces, tienen también (especialmente en sus aulas internas) sus propios
métodos ilusorios para servir de guías. Son distintos de los dos anteriores,
pero los resultados en gran parte similares, reducen al estudiante a la
condición de ser guiados, a menudo dirigidos por voces ilusorias. Con
frecuencia los dirigentes de dichas organizaciones pretenden estar en
comunicación directa con un Maestro, o con toda la Jerarquía de Maestros, de
Quienes reciben órdenes.
Estos dirigentes a su vez imparten dichas órdenes a
los miembros menores de la organización y esperan una rápida e indiscutida
obediencia. En el sistema de entrenamiento que se imparte con la denominación
de desarrollo esotérico, se ofrece como aliciente para el trabajo y la práctica
de la meditación, una relación similar con el Maestro o la Jerarquía,
haciéndole creer al aspirante que algún día escuchará la voz de su Maestro, que
lo guiará, le dirá lo que debe hacer y le explicará la participación que tendrá
en los diversos trabajos.
Gran parte de las dificultades psicológicas que
prevalecen en los grupos esotéricos puede atribuirse a esa actitud y a esa
esperanza ilusoria que se le ofrece al neófito. En vista de esto no puedo dejar
de repetir enfáticamente que:
1. El objetivo de la enseñanza impartida en las
verdaderas escuelas esotéricas consiste en poner al hombre en contacto
consciente con su alma y no con el Maestro.
2. El Maestro y la Jerarquía de Maestros trabajan
únicamente en el plano del alma, como alma y con almas.
3. La respuesta consciente a la impresión y al Plan
jerárquicos depende de la reacción sensible que pueda desarrollarse en forma
permanente entre el alma del hombre y su cerebro, por conducto de su mente.
4. Deben recordarse los puntos siguientes, que cuando:
a. El hombre llega conscientemente a darse cuenta de
que es un alma, entonces puede establecer contacto con otras almas.
b. Es un discípulo consciente, está en contacto con
otros discípulos y colabora inteligentemente con ellos.
c. Es un iniciado, otros iniciados son realidades en
su vida y en su conciencia.
d. Es un Maestro, la libertad que le otorga el Reino
de los Cielos es suya, y trabaja conscientemente como miembro avanzado de la
Jerarquía.
Pero -y esto es de primordial importancia- todas estas
diferenciaciones se refieren a las categorías del trabajo y no a las de las
personas; a las expansiones del alma y no a graduados contactos con
personalidades.
De acuerdo al desarrollo del alma, logrado en el plano
físico, así será la respuesta al mundo de las almas, del cual la Jerarquía
oculta constituye el corazón y la mente.
La guía a la cual frecuentemente responden la mayoría
de los miembros que pertenecen a las escuelas esotéricas, no es la guía de la
Jerarquía sino la de Su reflejo astral, por lo tanto, responden a una ilusoria
y desfigurada presentación, creada por el hombre, de una gran realidad
espiritual. Ellos podrían, si quisieran, responder a esa realidad.
Aparte de las escuelas comunes de ocultismo y de
esoterismo que existen actualmente en el mundo hay grupos y también individuos
aislados que practican diversas formas de meditación y de yoga. Esto es verdad
respecto a los aspirantes occidentales y orientales. Algunas de estas personas
trabajan con un verdadero conocimiento y, por lo tanto, lo hacen sin peligro;
otras no sólo ignoran totalmente las técnicas y los métodos sino que desconocen
los resultados que deben esperar de sus esfuerzos.
Inevitablemente, el principal resultado obtenido
consistirá en retrotraer internamente la conciencia, desarrollar el espíritu de
introspección y orientar al hombre o mujer, hacia los mundos subjetivos
internos y los planos sutiles del ser -generalmente hacia el mundo astral y
raras veces hacia el mundo verdaderamente espiritual de las almas.
Excepcionalmente se evoca la naturaleza mental, y los
procedimientos aplicados producen la negatividad y pasividad de las células
cerebrales, mientras la mente permanece inactiva y a menudo aletargada. Por lo
tanto, la única zona visible de la conciencia es la astral. Así quedan excluidos
los mundos de los valores físicos y tangibles y análogamente el mundo
mental.
Quisiera que reflexionen sobre este enunciado.
El Movimiento del Grupo Oxford también ha dado
demasiada importancia a la necesidad de ser guiado, sin embargo, parece ser que
no ha comprendido verdaderamente el tema, ni le ha dedicado mayor atención a la
investigación incluyente de las posibles alternativas de la voz de Dios.
Místicos de toda índole, que tienen una predisposición natural hacia la vida
negativa e introspectiva, oyen en la actualidad voces, reciben orientación y
obedecen a impulsos que ellos afirman provenir de Dios. En todas partes hay
grupos que están abocados a la tarea de orientar a la gente hacia la vida
espiritual, o ( de comprobar el Plan de Dios, o colaborar con él en una u otra
forma.)
Algunos de estos grupos trabajan con inteligencia y a
veces sus suposiciones y esfuerzos son correctos, pero la mayoría son
incorrectos y de naturaleza mayormente astral. Esto trae dos resultados. Uno,
fomenta una gran esperanza entre los trabajadores espirituales del mundo, a
medida que observan la rapidez con que la humanidad se dirige hacia el mundo
del correcto significado, de los verdaderos valores espirituales y de los
fenómenos esotéricos. Se dan cuenta que a pesar de los errores y equívocos, la
tendencia de la conciencia racial va dirigida "internamente hacia el
centro de vida y paz espirituales".
El otro, es el resultado o reconocimiento de los períodos
de verdadero peligro que transcurren durante este proceso de reajuste de los
valores más sutiles y a no ser que haya una comprensión inmediata de las
condiciones y posibilidades psicológicas y que la mentalidad de la raza llegue
a comprender y a tener el sentido común, tendremos que atravesar un ciclo de
profundos disturbios psicológicos y raciales antes de finalizar este siglo. En
la actualidad, por ejemplo, dos factores producen un profundo efecto
psicológico sobre la humanidad:
1. La incertidumbre, el temor y el recelo que
prevalece, en todos los países, afecta en forma adversa a las masas,
estimulándolas astralmente y, al mismo tiempo, disminuyendo su vitalidad
física.
2. El impacto producido por las fuerzas espirituales
superiores, sobre las personas orientadas inteligentemente y motivadas
místicamente, está produciendo serias y grandes dificultades, pues derriba las
barreras etéricas protectoras y abre de par en par las puertas del plano
astral.
Éstos son algunos de los peligros que implica el estímulo espiritual.
Por lo tanto, resultará de real valor estudiar las fuentes
de donde provienen la mayoría de las seudo "guías". Para mayor
claridad y eficacia me propongo enumerarlas muy brevemente, sin hacer extensos
comentarios. Ello permitirá hacer comprender al investigador inteligente y
ansioso, que el tema es mucho más vasto e importante de lo que supone, y puede
llevarlo a hacer un análisis cuidadoso de los "tipos de guía" y a
comprender cuáles son los posibles agentes rectores de que puede ser víctima el
pobre e ignorante neófito:
Diferentes tipos de guías:
1. La guía o instrucción proveniente de una persona en
el plano físico hacia la cual se dirige la persona guiada, la mayoría de las
veces inconscientemente en busca de ayuda. Esto constituye en gran parte una
relación cerebral, de naturaleza eléctrica, establecida mediante contactos
conscientes en el plano físico, y facilitada grandemente por el hecho de que el
neófito sabe perfectamente lo que su instructor diría en cualquier
circunstancia dada.
2. La actitud introvertida del neófito o del místico,
hace surgir a la superficie toda su subconsciente "vida de deseos",
lo cual, debido a su inclinación mística, y probablemente a que aspira a lograr
la beatitud y la vida del espíritu, adopta ciertas tendencias de adolescente
hacia la actividad religiosa y sus prácticas. Sin embargo, las interpreta como
una guía definitivamente externa, y se las explica a sí mismo en tal forma
que se convierten para él en la Voz de Dios.
3. La recuperación de antiguas aspiraciones y
tendencias espirituales que llegan de una vida o vidas anteriores, lo cual está
profundamente oculto en su propia naturaleza, pero se las puede hacer surgir a
la superficie mediante el estímulo grupal. Recuerda así, en esta vida, deseos y
aptitudes espirituales que hasta entonces no habían aparecido.
Cree que son totalmente nuevos y fenoménicos, y los
considera como mandatos divinos provenientes de Dios. Sin embargo, siempre han
existido (aunque latentes) en la propia naturaleza, y son resultado de una
antigua tendencia u orientación hacia la divinidad, inherente en todos los
miembros de la familia humana.
Es el hijo pródigo que, dialogando consigo mismo,
exclama: "me levantaré e iré" -pasaje que Cristo aclara plena y
bellamente en dicha parábola.
4. La guía registrada puede ser simplemente,
sensibilidad a las voces, mandatos y buenas intenciones de gente benévola que
está en camino de reencarnar. El actual dilema espiritual de la raza es causa
del rápido retorno a la vida del plano físico de muchas almas
evolucionadas.
Mientras se ciernen sobre la zona limítrofe de la vida externa, esperando el
momento de renacer, los seres humanos en encarnación frecuentemente establecen
inconsciente y subjetivamente contacto con ellas, especialmente durante la
noche cuando la conciencia está fuera del cuerpo físico. Lo que dicen y enseñan
(con frecuencia bueno, por lo general mediocre, y a veces bastante ignorante)
es recordado en los momentos que despierta la conciencia, y el neófito lo
interpreta como la voz de Dios que lo va guiando.
5. Las guías pueden ser también de naturaleza
emocional o astral, resultado de los contactos logrados en el plano astral por
el aspirante -firme en su aspiración, pero débil en su polarización mental.
Abarcan tantas expresiones que no puedo extenderme sobre ellas. Están
coloreadas por el espejismo; un sin número de líderes, conductores y
organizaciones bien intencionados extraen su inspiración de estas fuentes. No
contienen verdadera ni duradera guía divina. Podrán ser inofensivas, afables,
bondadosas y bien intencionadas; podrán nutrir la naturaleza emocional,
desarrollar la histeria o la aspiración; podrán despertar la ambición de la
víctima y conducirla por los desvíos de la ilusión, pero no constituyen la voz
de Dios ni la de miembro alguno de la Jerarquía, y son tan divinas como pudiera
serlo la voz de cualquier instructor común en el plano físico.
6. La guía que se ha captado puede ser también el
resultado de la sintonización telepática del sujeto, con la mente o mentes de
otras personas. Esto sucede frecuentemente cuando se trata de personas
inteligentes y de quienes están mentalmente enfocadas. Constituye una especie
de telepatía directa, pero inconsciente.
Por lo tanto; la guía proviene de otras mentes, o de
las mentes enfocadas de un grupo de trabajadores con los cuales el hombre puede
tener afinidad a sabiendas o no. Las guías que
así se imparten podrán tenerse en forma consciente o inconsciente, y ser de
calidad buena, mala o neutra.
7. Los mundos mental y astral están llenos de formas
mentales con las cuales es posible hacer contacto e interpretarlas como guías.
Los Guías de la raza pueden emplear dichas formas mentales para ayudar y guiar
a la humanidad. También pueden ser utilizadas por fuerzas y entidades
indeseables. Por lo tanto dichas formas mentales tienen su utilidad, pero cuando
un hombre las interpreta cono guías divinas, que constituyen una orientación
infalible (la cual evoca y exige una ciega e indiscutible aceptación), se
convierten en una amenaza para el libre albedrío del alma y no tienen valor
alguno.
8. En consecuencia, la guía es de muchos tipos y puede
provenir de personas encarnadas o no, y clasificarse desde lo excelente a lo
pésimo. Éstas incluyen la ayuda ofrecida por los verdaderos iniciados y
adeptos, a través de sus activos discípulos y aspirantes, y esas actividades
mentales y astrales que desarrollan las personas inteligentes comunes, incluso
las egoístas y emocionalmente orientadas. Debe recordarse que el verdadero
iniciado o discípulo, nunca trata de controlar a una persona ni le indicará,
como si impartiera órdenes, la acción que debería emprender. Innumerables
personas sintonizan la enseñanza que las mentes entrenadas trasmiten a los
discípulos, o captan telepáticamente las poderosas formas mentales creadas por
los pensadores del mundo, o los miembros de la Jerarquía.
De allí que haya tantas erróneas interpretaciones y
tantos seudo-guías. A veces los hombres se apropian de lo que está destinado a
un grupo, o de la sugerencia dada por un Maestro a Su discípulo.
9. También dichas guías provienen de la propia y poderosa
personalidad integrada del hombre, que a menudo no la reconoce por lo que es.
La ambición, el deseo o los propósitos vanidosos de la personalidad, podrán
descender del cuerpo mental y plasmarse en el cerebro y, sin embargo, el
hombre, en su conciencia cerebral, creerá que le llega desde una fuente externa
y foránea. Sin embargo, él ha respondido todo el tiempo a los mandatos e
impulsos de su propia personalidad.
Esto frecuentemente ocurre a tres tipos de personas:
a. Aquellos cuyo ego o personalidad pertenecen al
sexto rayo.
b. Los que están abiertos a los espejismos del plano
astral, debido a la sobreestimulación del plexo solar.
c. Los que son susceptibles, por una u otra razón, a
la menguante energía pisciana.
10. Como es sabido, la guía puede provenir de la
propia alma del individuo, cuando por la práctica de la meditación, la
disciplina y el servicio, ha establecido contacto con ella y existe, por
consiguiente, un canal directo de comunicación entre el alma y el cerebro, a
través de la mente. Cuando dicha comunicación es clara y directa, constituye la
verdadera guía divina proveniente de la divinidad interna. Sin embargo, si la
mente no se ha desarrollado, ni existe pureza de carácter y el hombre no está
totalmente libre del control de la personalidad, la comunicación podrá ser
distorsionada y mal interpretada. La mente debe aplicar debidamente la verdad o
la guía impartida.
Cuando se capta correcta y verdaderamente la divina
voz interna, sólo entonces la guía es infalible y la voz del Dios interno habla
con claridad a Su instrumento, el hombre, en el plano físico.
11. Cuando esta última forma de guía se haya
establecido, estabilizado, fomentado, desarrollado y comprendido, será posible
lograr otros tipos de guías espirituales. Para ello se debe pasar a través de,
o someterse a la norma de valores que constituyen el alma misma.
La percepción del alma es parte de la percepción
total. El reconocimiento de la percepción del alma acontece en forma gradual y
progresiva en lo que respecta al hombre en el plano físico. Las células
cerebrales deben ser despertadas paulatinamente y desarrollada la correcta
respuesta interpretativa. Por ejemplo, cuando el hombre es consciente del Plan
de Dios, creerá que un Maestro o un miembro de la Jerarquía le imparte informaciones
sobre dicho Plan, y podrá también pensar que el conocimiento le llega por medio
del contacto inmediato establecido con una forma mental del Plan.
El obtener e interpretar correctamente este
conocimiento, forzosa y sencillamente reconoce aquello que su alma
inevitablemente sabe, porque su alma es un aspecto del alma universal y parte
integrante de la Jerarquía planetaria.
Existen otras fuentes de donde provienen las guías,
las inspiraciones y las revelaciones, pero para los propósitos psicológicos de
nuestro estudio bastará lo antedicho.
Del Tratado sobre los Siete
Rayos, Tomo II, Psicología Esotérica, de Alice A. Bailey, pág. 367-376 * *
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Estos escritos sirven para
cuidarnos y para cuidar a quienes llegamos con nuestros mensajes. La buena voluntad
en los corazones nos guiará por el camino de la espiritualidad, en los tiempos
difíciles que nos ha tocado vivir.