ENFERMEDADES: AGNI,
SER HUMANO Y ENFERMEDAD
Por Francisco
Javier Ortiz López, con motivodel encuentro de Convivencia y Buena Voluntad
celebrado en Córdoba (España) los días 23, 24 y 25 deoctubre de 2015
1.- ACCIÓN DEL AGNI
Y LA ENERGÍA PSÍQUICA EN EL SER HUMANO
Para abordar la ponencia y llegar
a comprender que la enfermedad representa una oportunidad para evolucionar
interiormente, es necesario establecer una analogía entre el ser humano y su
Creador “DIOS”. Aceptar que hemos sido creados a “imagen y semejanza” de Dios
supone equiparar nuestro cuerpo físico al Universo, el cuerpo físico del
Creador. Este acto de Amor ha sido posible gracias a la acción del Agni ( la
Energía ardiente, el Fuego ardiente, el Fuego creador) que es eterno e
imperecedero y está presente en todo el Universo, penetra todos los cuerpos
celestes y todos los objetos, es decir, TODO LO MANIFESTADO contiene en su
interior AGNI.
Todo ser humano reencarna con una
provisión de Agni en su alma o espíritu, proporcional a su estado evolutivo,
precisamente la que invierte su mónada para alcanzar el propósito de dicha
encarnación. Por lo tanto, el Agni nutre al espíritu y como consecuencia de su
evolución o involución durante la reencarnación, puede aumentar o disminuir su
cantidad, a lo que se denomina llenar el cáliz o disipar su contenido. El
suspiro es un espasmo producido por la acumulación de energía ardiente, ocurre
en conexión con las emociones elevadas, motivo por el que es considerado una
respuesta a Dios. Los asesinos y los criminales más siniestros no suspiran. El
suspiro está muy cerca de la plegaria. Las reservas ardientes son convocadas
mediante el esfuerzo rítmico.
Como partes de la Unidad, el ser
humano interacciona con el Fuego Cósmico que impulsa la evolución del espíritu.
Para ello, previamente a la construcción de nuevas estructuras internas debe
quemar toda la escoria innecesaria, acción realizada por el Agni.
El Fuego Cósmico del espacio se
condensa en forma de Energía Psíquica, una especie de electricidad con la que
se puede conectar, si somos receptivos a ella. Esta receptividad depende
exclusivamente de nosotros, de nuestra evolución y estado anímico. A este
respecto debemos reflexionar sobre el daño que nos causa la irritabilidad.
Cuando estamos irritados o sufrimos explosiones de ira nuestro sistema nervioso
se recubre de una sustancia denominada imperil. Este hecho dificulta la
recepción de la energía psíquica por parte del sistema nervioso, ya que esta
es, entre otras, su misión.
La evolución espiritual impulsada
por la acción combinada del Fuego Cósmico y nuestro Fuego Ardiente favorece,
cuando llega su momento, la ascensión de la kundalini hasta convertir al ser
humano en un agni yogui, un ser que manifiesta y utiliza para el Bien Común el
Fuego del corazón (expresión suprema de la conciencia), un ser cuyos cuerpo y
corazón ardiente son receptivos a las convulsiones planetarias y terrestres
como, por ejemplo, terremotos, accidentes, acontecimientos de gravedad, etc.
El Agni y sus Energías Ardientes
impulsan la Evolución Cósmica y la de todos los seres que habitan los diversos
mundos del Universo. La no recepción de dichas energías provoca que su acción
sea encaminada hacia la creación de enfermedades ardientes y cataclismos
cósmicos, como el factor de equilibrio que posibilita la ejecución del Plan
Divino.
Comprender la acción del Agni en
el Universo hace posible profundizar en los Secretos del Cosmos, de su naturaleza ardiente
y, simultáneamente, permite que dejemos de pensar en el Mundo Ardiente como
algo abstracto, incomprensible e intangible, conceptos muy dañinos que
ralentizan nuestra evolución.
2.- CAUSAS DE LA
ENFERMEDAD
Establecida la analogía entre
universo y cuerpo físico humano podemos observar que ambos cuerpos físicos
desarrollan su existencia mediante la continua creación, regeneración,
modificación e incluso destrucción de sus células, órganos y sistemas,
mecanismos que responden a la Ley Cósmica denominada Evolución. Cuando los
procesos descritos provocan reacciones dolorosas, traumáticas y pérdida de la
buena salud les asignamos el nombre de Enfermedad. Llegado a este punto es
necesario reflexionar sobre el desenlace final que puede provocar una
enfermedad en el cuerpo físico del ser humano: “la muerte”, desenlace que
evidentemente no se produce en el cuerpo físico de Dios “el Universo” que es
inmortal.
Consecuencia de ello debemos
concluir que en el Universo como unidad física no existen enfermedades o, al
menos, enfermedades mortales. ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo? En el Universo
reina la ARMONÍA.
Esta reflexión nos permite dar
respuesta a la pregunta: ¿Cuál es la causa de la enfermedad? FALTA DE ARMONÍA,
conclusión a la que llegamos a través de la analogía que nos considera a los
seres humanos una creación realizada a imagen y semejanza de Dios.
2.1 - Causas internas de la
enfermedad
- Desarmonía de nuestros cuerpos
con la vibración del alma. Las causas de este desequilibrio o falta de armonía
son diversas. La principal de ellas radica en la constitución del ser humano en
su triada inferior, es decir los cuerpos físico, emocional y mental concreto,
que deben servir al propósito de su ser interno EL ALMA. Cuando estos cuerpos
no están en armonía con la vibración del alma se produce la enfermedad. En función
del cuerpo donde se produzca la desarmonía la enfermedad se manifestará en él,
pudiendo ocurrir que una enfermedad esté presente en un solo cuerpo o en varios
simultáneamente.
- Karma propio constituye otra
causa de enfermedad, ya que obedece al propósito del alma durante la
encarnación para equilibrar un error del pasado, pudiendo manifestarse desde el
nacimiento o en el transcurso de la vida o en vidas sucesivas si no se alcanza
el equilibrio.
- Karma ajeno es otra de las
causas. Se trata de aquellos seres que una vez finalizada su misión relacionada
con el Bien Común en el planeta, enferman con el propósito de eliminar parte
del karma negativo de la humanidad.
- Karma de la humanidad es el más
dañino de todos porque se crea por la suma de millones de karmas individuales y
da lugar a la aparición de las epidemias. Su origen no está en las acciones
sino en los pensamientos y los sentimientos, pudiendo sintetizarse como
pensamientos mezquinos (los opuestos al Bien Común) y tristeza (sentimiento
opuesto a la alegría del espíritu).
- Kundalini. Durante su ascenso
provoca quemazón y enfermedades ardientes.
2.2 - Causas externas de la
enfermedad
- Obsesión. Es la más dañina de
todas, ya que quien la padece es víctima de una entidad energética que anula o
dificulta el ejercicio de su voluntad y, como consecuencia, impide o ralentiza
la ejecución del propósito de su alma encarnada.
- Procesos cósmicos. Somos un
microuniverso que pertenece a la Tierra, al Sistema Solar, la Galaxia y al
Universo, es decir, somos una célula del Universo, una célula del Cuerpo Físico
de Dios. Por este motivo todo lo que ocurre en dicho Cuerpo nos afecta
(creación, decadencia y desintegración de los cuerpos celestes).
- Contacto con planos superiores
de energía. Puede provocar enfermedades, dolencias y afecciones en nuestros
órganos. Estas energías pueden provenir de planos espirituales o de nuestra
propia Alma, siendo la causa de nuestra reacción la contaminación e impureza de
nuestro cuerpo. Una de estas energías es nuestra propia kundalini.
- Conclusión: El hipocondríaco no
refleja la esencia ardiente.
3.- TIPOS DE
ENFERMEDADES
3.1 - Según el cuerpo de
manifestación
Pueden ser: físicas, emocionales
y mentales. Las físicas tienen origen psíquico, emocional o mental. Las
emocionales y mentales son originadas por nuestros pensamientos, palabras y
actos en contra de la belleza, la bondad y la verdad, aspectos sutiles que al
ser vilipendiados enferman nuestros cuerpos sutiles de la triada inferior.
3.2 - Según el origen
- Obsesión. Provoca enfermedades
mentales, cutáneas o picazón en la cara.
- Enfermedades ardientes.
Asociadas al karma de la humanidad, naciones y pueblos son aquellas que pueden
adquirir el carácter de epidemia y afectan, de modo general, a aquellas
personas cuyas reservas de energía psíquica es mínima o inexistente, motivo por
el cual no pueden contrarrestar la acción del Fuego que al no ser utilizado
para la construcción del Bien Común, revierte su acción en purificar todo
aquello que lo impide, agravando las enfermedades o dando lugar a enfermedades
nuevas. La mayoría de estas enfermedades afectan a la piel. A veces, el
desencadenante de la enfermedad es una cualquier conmoción que hace mella en un
organismo altamente desequilibrado (cáncer, tétano). Ejemplos de enfermedades
ardientes: plagas pulmonares, viruela, cáncer, plaga bubónica, tétano,
enfermedades cerebrales, (¿peste, lepra?), etc.
- Dolor de cabeza. Una de sus
causas es la no aceptación de envíos mentales
- Manifestaciones ardientes. No
son enfermedades propiamente dichas sino reacciones adaptativas de los órganos
a las energías ardientes.
- Hinchazón y sensibilidad en las
glándulas durante la infancia provocadas por las tensiones en el cerebro y el
corazón.
- Hinchazones, inflamaciones,
hemorragias, alteraciones en nuestros sentidos, quemaduras ardientes son
reacciones al contacto con las energías ardientes de alto voltaje que nuestro
cuerpo padece a consecuencia de la contaminación que acumula.
- Acción de la kundalini, ej:
inflamación de glándulas faríngeas.
- Enfermedades sagradas o dolores
sagrados. Asociadas al Discípulo. Causadas por la acción de la Kundalini y el
Agni sobre los centros provocando la dolorosa sensación de ser consumido por el
fuego interior, entre otras. La Fiebre oculta provoca fatiga y cambios en el
organismo.
4.- LA ENFERMEDAD COMO
OPORTUNIDAD DE CAMBIO INTERIOR
Una vez analizada la relación de
las enfermedades con las energías ardientes y la no adaptabilidad del ser
humano a las mismas, podemos concluir que el proceso enfermizo desencadenado
tiene un objetivo purificador para restablecer el equilibrio entre los cuerpos
físico, emocional y mental del enfermo y su alma. Debemos considerar que la
enfermedad incrementa el trabajo del espíritu. Este trabajo afecta a toda la
sociedad en su conjunto. Los enfermos tienen la oportunidad de recuperar el
equilibrio perdido y modificar creencias, hábitos y comportamientos. Los
familiares de los enfermos y las personas que los atienden pueden dar lo mejor
de sí mismos, exteriorizando el amor que sienten en su interior. Médicos y
científicos pueden ser más heterodoxos y humildes, aceptando que existen otras
realidades por descubrir y de las que aprender. Los estamentos políticos,
sociales e industriales tienen el deber social y moral de articular la atención
sanitaria con una finalidad humanitaria y no exclusivamente económica. Por este
motivo, la sanación debe realizarse apoyándose en tres pilares: investigación
científica, terapia y profilaxis.
4.1 - Investigación científica
Debe investigarse con un pensamiento
libre que abrirá las puertas al verdadero conocimiento, sin prejuicios, siendo
conscientes de lo absurdo de lo abstracto, intentando clarificar los hechos
aunque la explicación no sea ortodoxa, aceptando la posibilidad de la
existencia de distintas realidades, distintos mundos, distintos seres. Dar este
paso posibilita recibir la ayuda de la Jerarquía, aunque no se perciba de modo
consciente, y de Su Mano el descubrimiento de la Realidad. Para ello pueden
apoyarse en los textos espirituales de la antigüedad, como lo hicieron Tesla o
Einstein entre otros, tratando de encontrar un nexo de unión entre ellos, deben
alcanzar la Síntesis. Son necesarios investigar la verdadera naturaleza y
constitución del ser humano, el poder del pensamiento, los sueños, los envíos
de energía a distancia y sobre todo el Agni, su origen, naturaleza y
propiedades.
Mientras la conciencia de médicos
y científicos sea de carácter corpórea los métodos convencionales
experimentales de la medicina difícilmente pueden ser alterados. Trabajar con
plantas vivas y aplicar la energía psíquica abrirán nuevos canales de
pensamiento, que harán posible erradicar métodos experimentales tan crueles e
insensatos como la vivisección.
La crueldad podrá ser erradicada
de los métodos de investigación y tratamiento, poniendo fin a la vivisección,
la experimentación de medicamentos con seres vivos y la negación de auxilio
para mitigar el dolor en los procesos cercanos a la muerte. Situaciones como la
vivida recientemente por los padres de Andrea no se deben producir jamás. El
personal sanitario, principalmente los médicos, deben reflexionar sobre los
conceptos éticos, morales y religiosos aplicados a su labor terapéutica y,
sobre todo, respecto al cumplimiento del Juramento Hipocrático: “Aplicaré mis
tratamientos para beneficio de los enfermos, según mi capacidad y buen juicio,
y me abstendré de hacerles daño o injusticia”. La reflexión debe ser mucho más
intensa y sincera si han realizado el Juramento hipocrático del Dr. Louis
Lasagna (1964), el más utilizado a nivel mundial, que compromete a: “ buscar el
equilibrio entre las trampas del sobretratamiento y del nihilismo terapéutico”
… “Recordar que la medicina no sólo es ciencia, sino también arte, y que la
calidez humana, la compasión y la comprensión pueden ser más valiosas que el
bisturí del cirujano o el medicamento del químico” … “Por encima de todo, no
debo jugar a ser Dios”.
4.2 - Terapia
En la sociedad actual se enfoca
la terapia combatiendo los síntomas de la enfermedad, para ello se utilizan
narcóticos y medicamentos que suelen provocar efectos secundarios. Centrar la
atención en los síntomas y no en el origen de la enfermedad es un error y mucho
mayor aún es el tratamiento exclusivo a base de narcóticos. Vemos que gran
parte de la sociedad está seducida o idiotizada por este enfoque terapéutico
que no contempla el aspecto espiritual de la enfermedad y su sanación, por lo
que se puede afirmar que la situación actual está alimentada por aquellos seres
que solo están interesados por el materialismo y que utilizan todos sus
recursos para mantener este status, opuesto frontalmente a la espiritualidad y
al descubrimiento de la Verdad.
No se debería pensar que es
posible tener un remedio universal para las enfermedades ya que sus orígenes
son enteramente diferentes. Podrían instituirse secciones terapéuticas
especiales que correspondan parcialmente a un número considerable de causas de
enfermedades. Únicamente un atento escrutinio de la condición espiritual del
individuo en cuestión dará la guía correcta para las indicaciones que lo
ayudarán. Por este motivo se puede concluir que cualquier enfermedad se cura
más rápido cuando no es producida por una causa psíquica.
Las imposiciones de manos y los
envíos de energía a distancia pueden aliviar al enfermo e incluso producir una
sanación temporal, pero si las personas que lo realizan desconocen el origen de
la enfermedad (facultad reservada a los iniciados) posiblemente no se producirá
la sanación completa, e incluso puede repercutir negativamente en su salud y
circunstancias por interferir en el karma ajeno.
La medicina tradicional china
contempla la estructura energética del ser humano, por lo que su terapia de
acupuntura actúa sobre los centros, al igual que hacían en el antiguo Egipto
mediante presión sobre ellos. No produce una cura permanente pero si un alivio
temporal. Sus métodos tienen como objetivo
equilibrar energéticamente al paciente y activar la acción de la energía
psíquica, al igual que elevar su vitalidad y favorecer el encendido de los
fuegos internos mediante la ingestión de plantas y esencias (gingsen, almizcle,
valeriana) .
La homeopatía es uno de los
medios de sanación más equilibrados, puesto que “lo similar cura a lo similar”.
El ser humano como microcosmos necesita de todos elementos y compuestos
orgánicos e inorgánicos pero en su justa proporción, por ello un desequilibrio
por exceso en algunos de ellos se contrarresta con su esencia, constituyendo el
principio básico de la homeopatía.
La Astrología también debe
tenerse en cuenta durante la terapia. Una carta astrológica científicamente
creada ayudará a diagnosticar enfermedades y determinar las circunstancias que
contribuyeron a ella.
El Pensamiento tiene mucho poder
sanador, utilizado tanto por el paciente como por el terapeuta. El pensamiento
es creador y generador de fuego, por ello debemos elaborar pensamientos
ardientes y positivos para evitar que la enfermedad se nutra de los
pensamientos.
- Pensamiento del enfermo. Debe
ser positivo, evitando alimentar la enfermedad y visualizar su victoria, debe
rechazarla con todas sus fuerzas.
- Pensamiento de terapeutas,
familiares y amistades del enfermo. No considerar al paciente como enfermo ni
hablar del desenlace final de la enfermedad.
La Sugestión es considerada un
esfuerzo ardiente, porque utiliza el pensamiento para canalizar la energía
psíquica del alma hacia la armonización y sanación de los órganos dañados.
- Autosugestión. El paciente
confía en su energía psíquica, en su Ángel solar y desarrolla pensamientos
saludables y actúa con fe. Estas acciones transmutan las propiedades de las
medicinas y las sustancias por la acción del Fuego activado mediante su
voluntad (efecto placebo).
- Sugestión inducida. Es
preferible que el terapeuta que la aplica conozca el origen de la enfermedad
para poder sanarla y no solo eliminar los dolores, evitando así efectos dañinos
como si se tratase de narcóticos. Debe realizarse mentalmente proyectando la
voluntad de corazón a corazón y posteriormente dirigir esta voluntad en la
dirección necesitada. Mediante las órdenes mentales los organismos debilitados
pueden ser restaurados guiándolos y coordinándolos con el fuego del corazón
(¿parecido a la Kiniesología?).
4.3 - Profilaxis
El secreto de la salud es
alinearse con la frecuencia del Alma. Esto se consigue mediante la prevención o
profilaxis tanto de carácter externo como ardiente.
4.3.1 - Profilaxis externa
Conjunto de acciones que tienen
como objetivo mantener la salud del cuerpo físico. Uno debería tener un respeto
total por el organismo humano y entender que cualquier sacudida daña
primeramente el cuerpo astral y lesiona el aura.
Dieta. Seguir dietas de cereales
y vegetales en función de las necesidades del organismo. Ingerir productos
crudos, tienen más vitaminas. No ingerir sangre, en casos extremos usar carne ahumada o seca. No ingerir
alimentos fermentados, contaminados o descompuestos ni bebidas descompuestas,
atraen a entidades no deseables. No tomar alcohol.
Alimentación. Evitar los excesos.
No comer después de la puesta del sol ni antes de amanecer. Realizar ayunos.
Comer según nuestra necesidad oyendo a nuestro cuerpo, a veces el contacto con
energías cósmicas puede eliminar la necesidad de llenar el estómago. Los
alimentos terrenales pueden reducirse a pequeñas porciones; el cuerpo no
requerirá más cuando el Agni está encendido.
Sueño. Período de descanso del
cuerpo físico en el que se establecen contactos con el mundo astral y el Sutil.
Deben evitarse al dormir: malas digestiones, irritación o influencias
negativas. Debemos cuidar nuestros últimos pensamientos y anhelos antes de
dormir.
Hábitos saludables. Todo aquello
que contribuya a mantener sano nuestro cuerpo: correcta alimentación, actividad
y descanso, evitando los perjuicios del: alcohol, drogas, fumar, deportes
agresivos …
4.3.2 - Profilaxis ardiente
Conjunto de acciones naturales
(no inducidas o provocadas) tanto externas como internas encaminadas a la
adquisición del Fuego en nuestro corazón, ya que el Agni y su ardiente
auto-desinfección es la mejor profilaxis y alimenta el tesoro de la conciencia.
El Fuego protege contra la obsesión, es la panacea para el cáncer, la
tuberculosis y todas las demás enfermedades.
Ingestión de vegetales y
minerales. Sus vitaminas y compuestos aumentan su fuerza al contacto con la
energía ardiente del ser humano.
Aromas. Preferiblemente el de las
rosas porque contiene una gran cantidad de energía ardiente.
Aire de montaña. El aire puro
proporciona mucha más nutrición esencial que el aire de la ciudad, debido a la
saturación de energía ardiente, a la concentración de prana (energía solar),
que hace posible que el ser humano necesite menos alimentos pesados y horas de
sueño.
Valeriana. Enciende los fuegos,
aconsejable entre las profilaxis en contra del cáncer y otras enfermedades,
pero toda profilaxis debe ser sistemática, cada noche sin fallar, como el curso
diario del sol.
Reconocer el Agni en nuestro
interior. Para adquirir Agni el primer paso será reconocer que lo tenemos en
nosotros, en nuestra asencia.
Vigilar los impulsos interiores.
Pensamiento. El pensamiento es
salud, renovación, intercambio de substancia. El pensamiento y el Agni del
corazón conectan a la humanidad con los mundos superiores, por lo que se debe
aplicar la higiene del pensamiento evitando pensamientos mezquinos. Pueden mejorar
positivamente nuestros pensamientos por la acción del fósforo, el almizcle y la
evaporación de eucalipto.
Palabra. Es deplorable que la
gente haya perdido el sentido de responsabilidad hasta el punto de olvidar la
importancia de las palabras. Ante las Puertas Ardientes no se pensará en
términos blasfemos. La blasfemia es una expresión o palabra injuriosa contra
Dios, todo lo sagrado, las personas o las
cosas. Por lo tanto, la blasfemia rechaza la Luz y provoca un desgarro en la
red protectora del blasfemo, por ello puede ser portadora de una infección. El
corazón ardiente no se atragantará hablando mal. Se deberían prohibir las
expresiones blasfemas, incluso en la niñez. La pérdida de la palabra armonía
degrada al ser humano.
Sentimientos. Estados de ánimo
generados por las emociones. Debemos esforzarnos por sentir alegría en lugar de
tristeza e irritación, amistad y paz en lugar de hostilidad.
Acciones. Actuar en beneficio del
Bien Común y el autoperfeccionamiento.
Magnanimidad. Grandeza y
elevación de ánimo que permite a la persona dar más allá de lo que se considera
normal. Un ánimo grande se caracteriza por la búsqueda de su perfección como
ser humano y la entrega total de su persona para servir a los demás
desinteresadamente. La magnanimidad protegerá de la irritación.
Autoperfeccionamiento. Es el
logro más difícil, nos permite desarrollar las virtudes espirituales, la pureza
y la inofensividad. No se consigue mediante la mejora mecánica de los detalles
de la vida diaria, sino purificando nuestros pensamientos, palabras, reacciones
emotivas, sentimientos y acciones, dirigiéndolos hacia la belleza, la bondad y
la verdad, es decir, esforzándonos hacia el refinamiento de la conciencia,
puesto que la conciencia es la encargada de conducirnos al Mundo Ardiente.
El secreto de la buena salud está
en la alineación de nuestros cuerpos con la frecuencia del Alma. Ella nos
impulsa hacia la Perfección y la búsqueda de la Verdad. Este esfuerzo hará
posible contactar en el Mundo Sutil con La Jerarquía de La Luz, de la que
recibiremos instrucciones, amor, pensamientos puros y energías sanadoras. Este
es el Mensaje transmitido por el Maestro Moria:
Amaos los unos a los otros. Os
enviaré pensamientos puros. Fortaleceré vuestro deseo de perfección. Mediante
el amor he de sanar Yo a los equivocados.
El Instructor embellecerá
vuestros días con laurel y os refrescará con Sus aromas sanadores.
Las Flores de M. no nacen en
muchos jardines, mas pueden florecer aun sobre el hielo.
Como plantas medicinales, Mis
hojas cerrarán todas las heridas.
Francisco Javier Ortiz López
Córdoba, 25 de octubre de 2015
Bibliografía: Curso de Sanación
Espiritual. Torkom Saraydarian.- Mundo Ardiente, H.Roerich.