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sábado, 4 de junio de 2016

PRUEBAS Y CRISIS EN LA INICIACIÓN (D.K.)

PRUEBAS Y CRISIS EN LA INICIACIÓN  (D.K.)



La transferencia de polarización del emocional al mental, de éste al causal y, más tarde, al triple Espíritu, necesariamente implica un período de gran dificultad, de violento conflicto, tanto interno como con el medio ambiente, de sufrimiento intenso y de aparente oscuridad y desintegración; todo esto caracteriza la vida del aspirante o del discípulo. ¿Cuál es la causa y por qué es así? Las siguientes razones ponen de manifiesto por qué el sendero es tan difícil de hallar y el proceso de ascender, la escalera se hace (a medida que se alcanzan los escalones más altos) más complicado y difícil. Se debe:

l. Disciplinar a cada cuerpo por separado, a fin de ser purificados.
2. Reajustar y alinear.
3. Repolarizar. 
4. Reconstruir prácticamente.
5. Minar cada subplano, del cuarto en adelante, pues en el cuarto se inicia la vida del aspirante.
6. Despertar gradual, cuidadosa y científicamente cada centro; intensificar la rotación y electrificar la radiación (si se me permite utilizar este término y aplicarlo a los centros), y manifestar su fuerza a través de la dimensión superior.
7. Vincular magnéticamente cada centro etérico plenamente alineado con los centros correspondientes de los cuerpos mental y emocional, de modo que no se entorpezca la afluencia de fuerza.
8. Despertar nuevamente cada centro mediante el Fuego Sagrado, hasta que las radiaciones, la velocidad y los colores, se hayan armonizado con la nota egoica. Esto es parte del trabajo de Iniciación.

Debido a que todo cambio se hace gradualmente, responde a la misma ley que rige el crecimiento cíclico del macrocosmos:

1. Primeramente se produce el choque entre el ritmo viejo y el nuevo.
 2. A esto le sigue un período en que gradualmente domina el nuevo, eliminando al viejo y estabilizando la nueva vibración.
 3. Finalmente se produce la desaparición, y luego la repetición del proceso.

Esta tarea se realiza en los cuerpos y en los centros por la meditación y el empleo de la Palabra Sagrada, lo que contribuye a reajustar la materia, a vitalizarla por el fuego, permitiendo al aspirante trabajar de acuerdo a la ley. Este desarrollo de los centros es un proceso gradual, paralelo... al lento desenvolvimiento de la conciencia causal.

(Cartas sobre Meditación Ocultista, págs. 82-83, ed. inglesa)

Hay una prueba del proceso iniciático, hasta ahora totalmente inesperada. Las pruebas que se esperan y para las cuales se realiza una preparación, no son las verdaderas, en el sentido real de la palabra, esotéricamente entendido. Es una prueba -impuesta con creciente rigidez a medida que se recibe una iniciación tras otra- para ver simplemente hasta qué punto el iniciado es capaz de retener o conservar en su conciencia cerebral los hechos registrados de distintos mundos o planos de conciencia; es decir, los tres mundos del esfuerzo humano y el mundo de la conciencia egoica, o ambos y el mundo del ashrama; o también éstos y la actividad de la Jerarquía, considerándolos como un todo completo; o sino todos ellos y el mundo de la experiencia triádica, hasta llegar a la etapa donde se puede registrar y mantener una ininterrumpida continuidad de conciencia, directamente desde la Cámara del Concilio del Señor del Mundo hasta los Maestros que actúan en un cuerpo físico y, por lo tanto, emplean un cerebro físico. En cada caso la prueba (a fin de ser pasada correctamente) debe involucrar a la conciencia cerebral; los hechos registrados en los planos más sutiles, deben ser correctamente registrados, reconocidos e interpretados simultáneamente en el plano físico.

(Rayos V, pág. 433, ed. inglesa)

Generalmente se considera esencial que los discípulos que van a recibir la segunda o la tercera iniciación, las registren en su conciencia cerebral. Como he dicho a menudo, la conciencia iniciática no es un factor que requiera ser registrado como tal, porque raras veces sucede. Se lo reconoce cuando un candidato participa de la "incorporación esotérica" de otro candidato en las filas de la Gran Logia Blanca. El discípulo que está pasando la iniciación (he elegido deliberadamente la palabra "pasando") debe registrar y oportunamente registra las crisis que lo capacitaron para recibir la iniciación... Las crisis, correctamente encaradas y superadas, lo convertirán en un iniciado... Muchas veces he reiterado que el hombre es un iniciado antes de pasar por la ceremonia iniciática. La ceremonia concierne al reconocimiento jerárquico del discípulo y nada tiene que ver con su capacidad. He creído necesario reiterar este hecho.

(El Discipulado en la Nueva Era II, pág. 70, ed. inglesa)

Los discípulos avanzados pasan por un proceso forzado, que les permitirá recibir con mayor rapidez la iniciación que tienen inmediatamente por delante. Lógicamente, traerán mayor
tensión y riesgos y, a veces, hasta la muerte; también mayor luz y vida espirituales...Su
desesperación espiritual es necesaria para proporcionar el "punto de tensión" requerido, y desde allí construir el antakarana.

(El Discipulado en la N. E. II, pág. 64, inglés)

jueves, 2 de junio de 2016

LA APLICACIÓN DE LA CIENCIA DE LA RESPIRACIÓN Textos del Maestro D.K. “El Tibetano”

LA APLICACIÓN DE LA CIENCIA DE LA RESPIRACIÓN
Textos del Maestro D.K. “El Tibetano”



Se han dicho y enseñado muchas cosas sin sentido acerca de la ciencia de la respiración. Muchos grupos imparten instruccio­nes peligrosas sobre la respiración ‑peligrosas porque están ba­sadas en el conocimiento teórico y sus exponentes nunca las han practicado mayormente, y también peligrosas porque algunos gru­pos simplemente explotan, con fines lucrativos, a aquéllos que no están preparados para ello. Afortunadamente para la mayoría de los aspirantes, la información e instrucción es inconsistente, inexac­ta y con frecuencia inocua, aunque en muchos casos produce reac­ciones significativamente malas. El propósito del aspirante común es tan débil que no puede cumplir oportunamente con los innume­rables requisitos diariamente y en forma persistente, ni dedicar la atención que sería la garantía para un éxito dudoso, no exis­tiendo peligro en tales casos. Muchos grupos ocultistas explotan el tema a fin de erigir un misterio y presentar una atracción al in­cauto, de modo que sus adherentes tengan algo en qué ocuparse y así adquirir fama como ocultistas eruditos y bien entrenados. Cualquiera puede enseñar ejercicios de respiración. Más bien con­sisten en inhalaciones y exhalaciones periódicas, medidas y espa­ciadas, de acuerdo al deseo del instructor. Donde se realice un esfuerzo persistente se obtendrán resultados, y serán general­mente indeseables, pues el instructor común pone el énfasis sobre la técnica de la respiración y no sobre las ideas que ‑ por la ener­gía que esta respiración engendra ‑ deberían tomar forma en la vida del discípulo.

Toda la ciencia de la respiración está erigida alrededor del em­pleo de la Palabra Sagrada OM. El uso de dicha Palabra debiera estar limitado únicamente a los aspirantes que se han comprome­tido seriamente a hollar el Camino, pero su empleo ha sido difun­dido y prescrito por muchos instructores inescrupulosos, especial­mente los swamis llegados de la India, que se hacen pasar por san­tos, obteniendo que las incautas mujeres de Occidente caigan en sus redes. La Palabra es empleada sin ninguna intención espiri­tual sino simplemente como un sonido que, llevado sobre el alien­to, produce resultados síquicos que indican a los crédulos su pro­funda espiritualidad. La dificultad reside en que la respiración está inevitablemente relacionada con el OM, pero los efectos dependen del motivo y de la intención interna establecida. El oriental, a menos que haya alcanzado la cuarta o quinta inicia­ción, no tiene una verdadera comprensión del occidental, de su mecanismo ni de su equipo que, como resultado de una civilización y de un modo de vida particular, difieren ampliamente de los del oriental. En Oriente, el problema del instructor o Gurú consiste en tomar personas negativamente polarizadas y hacerlas positivas. En Occidente, las razas son por lo general de actitud positiva y no necesitan un entrenamiento como el que se le da al oriental. ¿Qué quiero significar exactamente al hacer esta afirmación? Quiero decir que en Oriente, el factor voluntad (la cualidad del primer aspecto) se halla ausente. El oriental, particularmente el habitante de la India, no posee voluntad, el incentivo dinámico ni la capacidad para ejercer esa presión interna sobre sí mismo que traerá resultados definidos. Por esta razón, esa civilización parti­cular es tan inadaptable a la civilización moderna; el pueblo de la India hace pocos progresos en lo que respecta a la ordenada vida municipal y nacional, estando muy atrasado en lo que res­pecta a la vida civilizada moderna. Generalizando, el occidental es positivo, y necesita la fuerza rectora del alma, pudiendo obtenerla con muy poca enseñanza. La raza Aria está obteniendo hoy una fusión entre el aspecto voluntad, la mente y el cerebro. No pasa lo mismo en Oriente. Allí sucederá más adelante.

No tengo la intención de dar algún ejercicio de respiración que los discípulos o aspirantes pudieran emplear, o probablemente abusar de ellos. La primera responsabilidad consiste en ser cons­cientes de los impulsos dentro de sí mismos, los cuales podrían im­peler a los centros a la actividad y producir así condiciones y acontecimientos en el plano físico. Cuando estos impulsos están clara y firmemente establecidos en la conciencia mental del discípulo, nada evitará que emerjan, a su debido tiempo, a la luz del día. Pero han de seguir un proceso ordenado de gestación y aparecer cuando corresponde.

Cuando hay verdadero idealismo, recto pensar, más una com­prensión del vehículo de expresión y del mundo de las fuerzas en que la idea ha de ser lanzada, entonces el estudiante puede seguir sin peligro ciertos ejercicios de respiración programados, y la se­gunda fase o el resultado de una respiración rítmica establecida aparecerá. Esto esinspiración.

Los ejercicios de respiración tienen un efecto puramente fisio­lógico cuando no están impulsados o motivados por el pensa­miento dirigido y no son el resultado del aferramiento y logro de un punto de tensión por parte del aspirante. Mientras se lleva a cabo el proceso de aspiración y exhalación, debe mantenerse una clara línea de pensamiento activo, para que el aliento (al ser expelido) sea cualificado y condicionado por alguna idea. Es aquí donde fracasa tan a menudo el aspirante común. Por lo general se halla tan intensamente ocupado con el proceso de dirigir la respi­ración y la expectativa de algunos resultados fenoménicos, que ol­vida el propósito vital de la respiración: energetizar y agregar cua­lidad a la vida de los centros por medio de algún pensamiento proyectado y presentado, expresando cierta y determinada idea emitida. Allí donde falta esta estructura de pensamiento idealista, los resultados de la respiración serán prácticamente nulos o –- don­de hay resultados de cualquier tipo en estas circunstancias— no estarán relacionados de ninguna manera con el pensamiento, sino que serán de naturaleza síquica. Entonces, pueden producir un desarreglo síquico duradero, porque la fuente emanante de la actividad es astral y la energía proyectada va a centros que se hallan situados debajo del diafragma, nutriendo así la naturaleza inferior, enriqueciendo y fortaleciendo su contenido astral y, por ello, aumentando y profundizando el espejismo. Les resultados pueden ser también fisiológicos, estimulando al cuerpo etérico, lo que conduce al fortalecimiento de la naturaleza física, produciendo a menudo serios resultados, pues el aliento es llevado a centros que deberían estar en "proceso de elevación", tal como se lo denomina esotéricamente; esto aumenta su potencia física, nutre los apetitos físicos y hace la tarea del aspirante muy difícil cuando trata de su­blimar la naturaleza inferior y arraigar o enfocar arriba del diafragma o en la cabeza, la vida de los centros.

Entonces, se acrecienta el espejismo y maya y, durante la vida en que estos ejercicios son mal aplicados, el aspirante permanece en una condición estática y sin beneficio. Cuando aspira o inhala, extrae el aliento de su propia aura, su "círculo infranqueable" áuri­co nutre a la naturaleza inferior y establece un círculo vicioso den­tro de sí mismo, que se fortalece diariamente, hasta que está com­pletamente envuelto por el espejismo y maya, que constantemente establece y restablece. Los centros inferiores se vitalizan continua­mente, llegando a ser extremadamente activos, y el punto de tensión desde el cual el aspirante trabaja se encuentra enfocado en la perso­nalidad y no en el alma; el estar consciente de lo excepcional de la respiración especial y la expectativa por los resultados fenoménicos, impiden la entrada a todo pensamiento, excepto las reacciones infe­riores de naturaleza kama‑manásica, la cual fomenta la emoción y aumenta enormemente el poder del cuerpo astral, y con frecuen­cia los resultados fisiológicos son también poderosos y notables, como ser un gran desarrollo del tórax y la fortificación de los músculos del diafragma. Algo de esto puede verse en el caso de los cantantes de ópera. El canto tal como ahora se enseña es  la manifestación de algún aspecto inferior de la respiración y en el caso de los citados cantantes produce un gran desarrollo del tórax, intensifica la emotividad, trae inestabilidad en la manifes­tación de la vida, que a menudo denominan temperamento, y el canto queda totalmente sometido a la naturaleza astral.

Existe un método superior y más eficaz de canto, por el cual se obtiene un punto de tensión diferente e involucra un proceso de respiración que extrae la energía necesaria de fuentes superio­res y más amplias que las comúnmente empleadas, lo cual traerá la inspiración que implicará completamente al hombre y no despertará simplemente su reacción emocional hacia el tema de su canción y su auditorio. Esto dará lugar a un nuevo método de canto y de respiración basado en una forma de respiración mental, que llevará la energía y la inspiración consiguiente, pro­veniente de fuentes que se hallan fuera del aura de la perso­nalidad. Aún no ha llegado el momento para esto. Mis palabras serán poco comprendidas hoy, pero en el próximo siglo los can­tantes sabrán extraer las reservas de la inspiración por medio de una nueva técnica y un nuevo método de respiración. Tales téc­nicas y ejercicios se enseñarán prudentemente en las nuevas y futuras escuelas esotéricas.

La inspiración es el proceso de cualificar, vitalizar y estimu­lar la reacción de la personalidad ‑vía los centros‑ hacia ese punto de tensión donde el control del alma se hace presente y evidente. Es el modo por el cual la energía del alma puede inun­dar la vida de la personalidad, irrumpir a través de los centros, expulsando todo lo que obstaculiza, liberando al aspirante de todos los espejismos y maya que aún quedan, perfeccionando un instrumento mediante el cual pueda escucharse la música del alma, y más adelante la cualidad musical de la Jerarquía. No ol­viden que el sonido compenetra todas las formas; el planeta mis­mo tiene su propia nota o sonido; cada diminuto átomo tiene su sonido; cada forma puede ser evocada en la música y cada ser humano tiene su cuerda particular, y todas las cuerdas contribu­yen a la gran sinfonía que la Jerarquía y la Humanidad están ejecutando y ejecutan ahora. Cada grupo espiritual tiene su pro­pio tono, si puedo emplear una palabra tan inadecuada, y los gru­pos que colaboran con la Jerarquía producen incesantemente música. Este ritmo de sonidos y esta miríada de acordes y notas se fusionan con la música de la Jerarquía, y tal sinfonía se enri­quece continuamente; en el transcurso de los siglos, estos sonidos se unirán lentamente y fusionarán entre sí hasta que algún día la sinfonía planetaria que SanatKumara está componiendo, habrá terminado y nuestra Tierra hará una notable contribución a los grandes acordes del sistema solar, lo cual constituye una parte intrínseca y real de la música de las esferas. Entonces, como dice La Biblia, los Hijos de Dios, los Logos planetarios, cantarán al unísono. Tal será el resultado de la correcta respiración, del ritmo controlado y organizado, del verdadero y puro pensar y de la ar­moniosa relación de todas las partes del coro.

Reflexionen sobre este tema, considerándolo como ejercicio de meditación, y así adquirirán inspiración.





lunes, 30 de mayo de 2016

domingo, 29 de mayo de 2016

CENTROS DE FUERZA (DK. “El Tibetano”)

CENTROS DE FUERZA  (DK. “El Tibetano”)


1. El cuerpo etérico está compuesto totalmente de líneas de fuerza y de puntos donde esas líneas se cruzan, formando al cruzarse centros de energía. Donde tales líneas de fuerza se entrecruzan, tenemos un mayor centro de energía, y donde grandes corrientes de energía se encuentran y cruzan como lo hacen en la cabeza y a lo largo de la columna vertebral, tenemos siete centros principales. Hay siete como éstos, además de veintiún centros menores y cuarenta y nueve centros más pequeños, conocidos por los esoteristas.
 2. El tema sobre los centros es peligroso si no es bien comprendido; los centros constituyen una amenaza cuando se los despierta prematuramente o se los energetiza indebidamente, y puede resultar muy peligroso para el hombre impulsado por la curiosidad y para el experimentador ignorante. El tiempo no está aún maduro para presentar este tema en forma plenamente coordinada; se previene a los estudiantes que no deben publicar una tesis clara y correlacionada sobre el tema, como resultado de sus investigaciones en mis libros. No obstante, debe dársele al verdadero aspirante la información necesaria.
 3. Se ha escrito y discutido mucho acerca de los centros; existe un gran misterio que ha despertado la curiosidad del ignorante y ha tentado a muchos a inmiscuirse en lo que no les concierne.
De ningún modo intento encararlo con el fin de impartir realas o informaciones que permitan vivificar los centros o activarlos. Ante todo formularé una solemne advertencia. El hombre ha de llevar una vida de elevado altruismo, debe sujetarse a una disciplina que someta y refine sus vehículos inferiores y esforzarse por purificar y controlar sus envolturas. Cuando haya hecho esto y elevado y estabilizado su vibración, se hallará que el desarrollo y la consecuente actividad de los centros se han efectuado paralelamente y la tarea ha continuado (fuera de su participación activa) en la dirección deseada. Gran peligro y deplorables calamidades amenazan al hombre que despierta dichos centros empleando métodos ilegítimos y experimentando con los fuegos de su cuerpo sin poseer el necesario conocimiento técnico. Mediante el esfuerzo podrá despertar los fuegos e intensificar la actividad de los centros, pero sufrirá el castigo de su ignorancia destruyendo la materia, quemando los tejidos del cuerpo el cerebro, ocasionando la demencia y abriendo la puerta a corrientes indeseables y destructoras. No es cobardía ser precavido y cuidadoso respecto a las cuestiones que conciernen a la vida subjetiva. Por consiguiente, el aspirante debe realizar tres cosas:
1. Purificar, disciplinar y trasmutar su triple naturaleza inferior.
 2. Cultivar el conocimiento de sí mismo y equipar el cuerpo mental mediante buenos pensamientos y acciones.
 3.Servir a su raza con absoluta abnegación.
Al proceder así cumple con la ley, se condiciona para obtener entrenamiento, y se capacita para recibir la culminante aplicación del Cetro de Iniciación; de este modo aminorará el peligro que significa despertar el fuego.
 4. Los centros del ser humano se relacionan fundamentalmente con el aspecto FUEGO del hombre y con su Espíritu divino. Se relacionan definidamente con la Mónada, el aspecto voluntad, la inmortalidad, la existencia, la voluntad de vivir y con los poderes que son inherentes al Espíritu.
 5. Los centros están formados en su totalidad por corrientes de fuerza que descienden del Ego, que las transmite desde la Mónada. En esto reside el secreto de la aceleración gradual de las vibraciones de los centros cuando el Ego, por primera vez, empieza a controlar o a actuar; luego (después de la Iniciación) la Mónada hace lo mismo, originando cambios y acrecentando la vitalidad dentro de estas esferas de fuego o de fuerza vital pura.
Cuando los centros funcionan correctamente, forman el "cuerpo de fuego" que, con el tiempo, es todo lo que le queda, en primer lugar, al hombre en los tres mundos, y después a la Mónada.
Una vez que se destruye la forma sólo queda este cuerpo intangible espiritual de fuego, una llama pura, caracterizada por siete centros brillantes que arden con más intensidad.
Debemos desechar de nuestra mente la idea de que tales centros son cosas físicas. Constituyen remolinos de fuerza que hacen girar la materia etérica, astral y mental para que desarrollen cualquier clase de actividad.
6. La evolución de los centros es un proceso gradual y lento que avanza en ciclos ordenados, los cuales varían según el rayo de la Mónada del hombre.
 7. Los centros de materia física tienen un uso definido y son simples puntos focales de energía ubicados en el cuerpo etérico. Son utilizados como transmisores de ciertas energías, conscientemente dirigidas por el Ego o Yo, con el fin de inducir al cuerpo físico (que no es un principio) a cumplir con el propósito egoico.
 8. Sólo uno de cada mil aspirantes está en la etapa en que debería empezar a trabajar con la energía de sus centros, y quizás aun estimo que es demasiado optimista. Es mucho mejor que el aspirante sirva, ame, trabaje y se discipline a sí mismo, dejando a sus centros desarrollarse y desenvolverse con más lentitud y por lo tanto con menos peligro. Se desarrollarán inevitablemente, y el método más lento y seguro es (en la mayoría de los casos) el más rápido. Desarrollo prematuro implica mucha pérdida de tiempo y trae, con frecuencia, la simiente de prolongados trastornos.
 9. No enseño la manera de despertar los centros, porque el correcto impulso, la firme reacción a los impulsos superiores y el reconocimiento práctico de las fuentes de inspiración, impulsarán a los centros, automáticamente y sin peligro, a la actividad necesaria y apropiada. Este es un sensato método de desarrollo y, aunque lento, no conduce a un desarrollo prematuro y produce un desenvolvimiento íntegro; permite al aspirante convertirse verdaderamente en el Observador, y saber con seguridad lo que está haciendo; conduce a cada centro a un punto de respuesta espiritual y luego establece el ritmo ordenado y cíclico de una naturaleza inferior controlada.
10. Si el aspirante sólo desea lograr el desarrollo espiritual, sinceridad de propósito y compasivo altruismo, y si con serena dedicación se aboca a subyugar el cuerpo emocional y a ampliar el mental, y cultiva el hábito de pensar en forma abstracta, por lógica, se producirá el desarrollo deseado de los centros, evitándose todo peligro.
11. Se habrán dado cuenta que cuanto más se estudia el tema, más abstruso se hace.
 12. También quisiera pedirles que traten de comprender cinco cosas:
1.Que las personas poco desarrolladas son energetizadas e impulsadas a la actividad externa mediante los tres centros que están debajo del diafragma.
2.Que el hombre común comienza a funcionar principalmente por medio del centro plexo solar y a utilizarlo como centro de fuerza para transferir energías que deben ser llevadas de abajo a arriba del diafragma.
3.Que los aspirantes del mundo son energetizados y controlados lentamente por las fuerzas que se están transfiriendo de los centros situados debajo del diafragma al centro laríngeo y desde el alma al centro laríngeo, lo cual conduce a un actividad creadora determinada.
4.Que los discípulos del mundo comienzan a ser regidos y controlados por los centros laríngeo y cardíaco y también empiezan a transferir las fuerzas que han sido elevadas a los centros cardíaco y laríngeo, y de éste al centro ajna, ubicado entre las cejas, en el medio de la frente. Realizado esto, el hombre se convierte entonces en una personalidad integrada. El alma también estimula al centro ajna.
5.Que los discípulos más avanzados y los iniciados del mundo son energetizados desde dos fuentes: las energías que ascienden y se elevan hasta la cabeza desde los centros del cuerpo, y las que afluyen a la estructura humana desde el alma, por conducto del centro más elevado ubicado en la cima de la cabeza.
Todo el procedimiento, como podrá verse, consiste en desarrollar, utilizar y transferir, como sucede en todo el desarrollo evolutivo.
13. Debemos tener en cuenta que en las envolturas astral y mental tenemos la contraparte de los centros ubicados en el cuerpo físico.
14. Los tres centros mayores en el cuerpo del Logos planetario son:
El centro coronario   Shamballa   ler. Rayo de la Voluntad
El centro cardíaco   La Jerarquía   2do. Rayo de Amor Sabiduría
El centro laríngeo   La Humanidad   3er. Rayo de Inteligencia Activa.
El impacto sobre la Humanidad, de las nuevas energías entrantes, será el resultado de la redirección planificada. Esto traerá una era de actividad creadora grandemente acentuada; será una actividad de tal naturaleza como no se ha visto antes, y se expresará en cada sector del vivir humano.




Nota: Se hace notar que el “Ego” al que se hace referencia en el texto, es el alma o Yo Superior.

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