Extraído de las enseñanzas del Maestro D.K.
“El Tibetano”
Un avance profundamente espiritual nos
va a llevar, entre otras cosas, al desarrollo de las facultades
psíquicas que no
necesariamente precisan de una mente
de alto relieve espiritual, investigadora y profundamente
organizada. Otras mentes mucho más corrientes y normales están dotadas de
grandes facultades psíquicas: clarividencia, clariaudiencia, mediumnidad, etc.
Este hecho, contradictorio para algunos, es totalmente lógico y racional, ya
que lo que más abunda son las facultades psíquicas procedentes del astral y por
lo tanto no se da en las personas más evolucionadas.
El verdadero ser espiritual, el
investigador avanzado, el discípulo y el iniciado, tienen un tipo de vibración
de más elevada frecuencia y se mueven en los niveles superiores del plano
mental y desde luego sus poderes psíquicos nada tienen que ver con los del
plano astral donde lo que se mueven son los deseos. En las facultades síquicas
superiores se aprecian unos poderes realmente portentosos y extraordinarios,
expresiones propias de la Deidad. Estos poderes están muy por encima de la
comprensión humana.
Mediante los poderes síquicos superiores
queda patente la omnipresencia y la omnipotencia divina, que se manifiesta en
todas las formas y cuyo poder también está latente hasta su oportuno desarrollo,
y llegados a la iluminación tendrá su oportunidad de manifestación.
Estamos hablando de la importancia que
tiene el trabajo para llegar a la iluminación que nos va a permitir conectar
con la mente universal y ejercitar sus poderes, implicando en ello:
La mente universal.
La mente individual iluminada por la
conciencia del alma. El cerebro, reaccionando a la mente individual.
El grupo de aquellos cuyas mentes y
cerebros están similarmente sintonizados y relacionados telepáticamente.
En relación a los discípulos y
aspirantes al discipulado se presume que sus mentes están, en cierta medida,
sintonizadas con el alma y también alineados en tal forma, que el alma, la
mente y el cerebro se han coordinado, comenzando ya a actuar como una unidad.
Tal es la responsabilidad del individuo.
¿Cómo podemos distinguir el psiquismo
inferior del superior? Podríamos aplicarnos el principio de “Hombre conócete a
ti mismo”, ese gran trabajo que corresponde a cada uno de nosotros y que nos
conducirá a la humildad. Cada cual debe conocer con honestidad en qué nivel de
conciencia se encuentra y es lo que nos
dará la clave para poder saber qué tipo de poderes podemos tener. Esto en lo que respecta a cada uno de nosotros
individualmente; y en lo que respecta a los
poderes de los otros, no tenemos más remedio que ceñirnos a las palabras
de Cristo: “Por sus obras los
conoceréis”. No se puede dar por válido todo ni cualquier cosa.
Las facultades síquicas están muy por
encima de la comprensión humana corriente. Son reflejos del Creador, de Su poder en los tres mundos de la
evolución humana. Pero no vamos a referirnos a este tipo de facultades tan
elevadas para nuestro entendimiento, sino que vamos a referirnos a los peligros
del siquismo inferior que la mayoría de nosotros podemos conocer y ojalá que no
estemos en peligro de vivir directamente ni como protagonistas ni como
testigos. Se ha podido comprobar con cierta frecuencia que personas altamente
psíquicas son en su mayoría físicamente enfermas, y que suelen valorar la vida
apoyándose en sus facultades síquicas, sin tener en cuenta la lógica ni la
razón. Generalmente suelen ser personas que escapan frecuentemente a la
realidad de la vida que les toca vivir. Las personas psíquicas, las que
producen fenómenos bajo el control de entidades encarnadas o desencarnadas, o
posiblemente de su propio subconsciente, pierden paulatinamente la salud,
porque inconscientemente han perdido el rastro de luz de sus propias Almas. El gran
problema de la comunicación mediúmnica y otros contactos de tipo astral, como
cualquier otra expresión síquica sin control interno, representa un mal para el
propio síquico, para su familia y para las personas que acuden a él, llegando a
ser un problema social que afecta a muchas personas.
Al aspirante espiritual y especialmente
al discípulo, su camino evolutivo lo guía hacia un siquismo de tipo superior,
estando caracterizado por el desarrollo de la actividad dentro de su vida personal
de ciertas facultades
del Alma. Esto
es consecuencia del
trabajo de alineamiento,
integración y purificación de la personalidad que llega a hacerlo un perfecto
vehículo del alma, implantándose en su vida la inofensividad y las correctas
relaciones humanas.
Al
contrario de lo
que sucede con
las facultades psíquicas
inferiores, desarrolladas y utilizadas sin el debido control
espiritual, las facultades superiores se expresan siempre por propia voluntad e
iniciativa, libres de cualquier ente exterior y con total autocontrol.
¿Cuál es la diferencia principal entre
siquismo superior y siquismo inferior? “El grado de la energía síquica lo
determina la calidad, no el poder”. La energía síquica inferior es instintiva,
de ahí que la tengan los animales, y también los médium sin excepción, ya que
no controlan los entes por los que son poseídos. La energía síquica superior
aporta Enseñanza y tiene capacidad de síntesis. Todo médium posee la calidad
más inferior de energía ya que está sujeto a las condiciones circundantes,
inclusive a las atmosféricas. En estas manifestaciones no hay síntesis de
espíritu; se ve y se oye sin participación en la Enseñanza. En la energía
síquica superior el ser es un mediador con participación y síntesis de
enseñanza, con control de los acontecimientos, lo cual protege contra
influencias tenebrosas. La inferior desarrolla instinto, mientras que la
superior desarrolla conciencia.
La energía síquica está en toda la
naturaleza. El pensamiento refina la energía y ese refinamiento se refleja por
la irradiación del aura. La energía síquica se manifiesta en toda actividad y
su cualidad superior será fruto de la iluminación que trascenderá a toda la
humanidad. El reconocimiento de que la energía síquica es sustancia tangible
producirá nuevos pensamientos durante toda la vida. “La energía sigue al
pensamiento”. La energía síquica está en toda la naturaleza; sólo es necesario
llegar a la iluminación para utilizar correctamente esta riqueza. El punto
justo de tensión producirá el efecto del poder y de la energía.
Independientemente de la curiosidad o
interés que puedan despertar este tipo de experiencias, ¿cuál debe ser el
verdadero campo de actividad de un discípulo en la Nueva Era? La primera
determinación de un discípulo es prescindir voluntariamente de ciertos poderes
o facultades. Estos supuestos poderes suelen representar trabas que provocan
ataduras a lo superficial y a la vida fenoménica, impidiendo el avance
espiritual.
La Era de Acuario en la que poco a poco
nos vamos introduciendo es esencialmente mental y la mente
humana debe ser
desarrollada para poder
contactar con fuentes
de energía espiritual que
seguramente no llegamos ni a sospechar.
Es muy frecuente en las personas que
practican el siquismo inferior, una autosuficiencia y orgullo que las
incapacita para salir del círculo en que se encuentran metidas. Suelen
considerarse superiores a los demás, sin ser capaces de considerar que nuestros
remotos antepasados (que no se distinguían precisamente por su evolución) ya tenían
estos poderes, al igual que los salvajes y ciertos animales domésticos.
La humildad para conocernos y
reconocernos a nosotros mismos, nos ayudará a protegernos de estos equívocos,
ya que estos poderes en su inferior cualidad astral, representan un fenómeno de
regresión desde el punto de vista esotérico. Desgraciadamente muchos de estos
médium pretenden estar guiados por grandes Maestros, con el peligro de que
muchos de sus seguidores se lo crean.
Dice VBA que para poder establecer
relación con un verdadero SER superior, se precisa una gran capacitación
mental, no tanto por los conocimientos sino por su educación interna, recto
propósito de vida y una gran capacidad de síntesis espiritual. El verdadero
“Hombre Espiritual” (Dios en nosotros) solo puede ser contactado a través de la
mente y no a través de las emociones y de los deseos. Por supuesto que existen
verdaderos médiums, pero no sin reunir esos determinados requisitos. No se
puede aparcar la “vida espiritual” para llevar una “vida síquica”. Sin un buen
vehículo no podemos caminar y mucho menos evolucionar.
En todo nuestro proceso evolutivo es
indispensable derribar las viejas estructuras para apoyarnos en las nuevas que
nos conducirán a la meta, y todo esto implica trabajo y esfuerzo. No podemos caminar
con las muletas de la época Atlante, pues serían como frenos para poder
vivir plenamente en
la Era de
Acuario. No podemos
acomodarnos y pasar por
ciertas prácticas aunque puedan probar determinadas cosas, pues nos
privan de la experiencia espiritual del hombre.
El verdadero aspirante o discípulo es,
ante todo, un investigador de los hechos y esto quiere decir que se mueve en el
nivel mental, siendo cada vez más consciente de las energías y fuerzas que
actúan sobre la vida.
Las facultades síquicas superiores son
de tipo mental-espiritual y se desarrollan mediante la discriminación, el
discernimiento, la meditación, el control de los deseos y el progresivo
desarrollo del “amor”. De estas facultades forman parte la intuición espiritual,
la telepatía, la clarividencia mental consciente, la facultad de ver a niveles muy elevados y el desarrollo
progresivo del sentimiento de Compasión, así como el elevado aspecto mental de
Síntesis; todo lo cual dará lugar a una gran belleza y sutilidad que permitirá
el contacto con los reinos sutiles de la Naturaleza que producirá aspectos de
luz, color y sonidos que ahora mismo nos resulta imposible de ver.
Todos podemos analizar hasta qué punto
muchos de nosotros seguimos jugando, con nuestra pasividad, colaborando de
alguna manera con la actividad síquica inferior que solamente consigue retrasar
nuestro proceso espiritual.
No debemos olvidar que todas nuestras
posesiones tienen un único fin: SERVIR. Las facultades síquicas representan un
haber que tenemos que utilizar mediante el servicio a la humanidad y nunca para
el yo separado, y nunca, para la
vanagloria personal. Si ese fin no se cumple, esas facultades deberíamos
desterrarlas de nuestra vida.
En esta era de Acuario las únicas
facultades psíquicas que deben merecer nuestra atención son las superiores
(mentales-espirituales) y siempre para servir a la humanidad. Las psíquicas
inferiores, hoy día, no representan ningún valor y sí una pérdida de tiempo
para el que las usa y para el que igualmente se deja enganchar por ellas.
Podemos hacernos algunas preguntas para
asegurarnos de si ciertos fenómenos corresponden a “poderes síquicos
superiores” o a “poderes síquicos inferiores”:
-
La supuesta información que se nos pasa ¿beneficia a alguien o
simplemente satisface nuestra curiosidad?
-
La supuesta información mediúmnica o de cualquier otro tipo, es para un
interés particular o general?
-
Esas supuestas informaciones representan un bien trascendente o
puramente humano? Pienso que estas simples preguntas nos pueden dar la clave de
la clase de poderes con que nos enfrentamos.
En cualquiera de los casos ninguno de
nosotros puede recibir poderes que no se correspondan con el vehículo de su
personalidad. Una personalidad redimida y purificada ha hecho méritos para
recibir determinados poderes superiores, mientras que una personalidad que se
mueve por el deseo y las emociones solo puede aspirar al psiquismo inferior que
para nada nos sirve.
El ser humano no evolucionado e
irreflexivo y las personas que no han desarrollado la mente, pueden ser
telepáticos y a menudo lo son, pero trabajan a través del plexo solar y solo
pueden comunicarse de plexo a plexo, funcionando a través de las emociones y
deseos, lo cual es propio de las personas emocionalmente polarizadas. Es todo
lo contrario de lo que ocurre en el ser humano evolucionado, que actúa de mente
a mente y de cerebro a cerebro, estando su nivel de conciencia suficientemente
acondicionado por la persona mentalmente integrada, de manera que es consciente
en sí misma. Estamos hablando de la más grande ciencia de comunicación, que se
inició por medio del sentido del tacto y se desarrolló por el sonido, los
símbolos, el arte, las palabras y frases, los idiomas y escritos, y, volviendo
nuevamente a la etapa de los símbolos superiores, por el contacto vibratorio,
la telepatía, la inspiración y la iluminación.
El trabajo de los comunicadores
telepáticos es uno de los más importantes en los nuevos tiempos.
Los poderes síquicos son una gran cualidad
para una correcta colaboración con la Jerarquía y vamos a terminar con una
invocación a través de este mantram:
Que el Poder de la Vida Una afluya
a través de todos los grupos de verdaderos servidores.
Que el Amor del Alma Una
caracterice la vida de todos los que tratan de ayudar a los Grandes Seres.
Que cumpla mi parte en el Trabajo
Uno, mediante el olvido de mi mismo, la inofensividad y la correcta
palabra.
A.C.V.