MAESTROS ASCENDIDOS: MAHATMAS
VERSUS MAESTROS ASCENDIDOS
Pablo D. Sender
Mi agradecimiento a una compañera
de camino María Yolanda Quintana, que nos envió este texto y que no se ha publicado
en nuestros grupos hasta que no lo he leído. Me fío plenamente de esta
compañera pero al ser un tema con el que tengo gran cuidado, he preferido estar
segura.
Merece la pena que le prestemos
atención y que tengamos una idea clara de lo que verdaderamente es un Maestro.
(ACV)
H.P.Blavatsky fue la primera en
introducir en occidente el concepto de Mahatmas (también llamados adeptos o
Maestros). Al principio, hablaba de ellos en privado, pero después de unos
años, dos de dichos adeptos, conocidos por los pseudónimos de Kut-Humi (K.H.) y
Morya (M.), accedieron a mantener correspondencia con un par de teósofos
británicos, A.P. Sinnet y A.O. Hume. La correspondencia tuvo lugar entre 1880 y
1885 y durante esos años, los Mahatmas fueron cada vez más conocidos. Las
cartas originales están guardadas como valiosos documentos históricos en la
Biblioteca Británica en Londres.
Se han publicado con el título de
Las Cartas de los Mahatmas. Este libro es una fuente de información directa
sobre los Mahatmas y sus enseñanzas.
En 1930, cincuenta años después
de que empezara la correspondencia, un misterioso personaje sin cuerpo físico
contactó con Guy Ballard, antiguo estudiante de Teosofía, durante una excursión
que hizo por el monte Shasta en California.
Dicho personaje se identificó
como uno de los Mahatmas teosóficos, el ocultista del siglo XVIII conocido como
el Conde de Saint Germain. Encargó a Ballard que transmitiera las lecciones de
“La Gran Ley de la Vida” y así comenzó lo que fue el “movimiento YO SOY”. Ballard
y su mujer tuvieron pronto multitud de seguidores gracias a su versión de las
enseñanzas de Saint Germain y crearon la Fundación Saint Germain en 1932. El
movimiento YO SOY alcanzó su mayor actividad a finales de los años 30.
Pero ésta disminuyó debido a la
muerte de Guy Ballard en 1939, junto con otras complicaciones legales
posteriores, que incluían una denuncia por parte del gobierno federal por
fraude postal. Actualmente, la organización sigue existiendo, aunque
discretamente (Hanegraaff, 2:587).
El movimiento de Maestros Ascendidos empezó otra etapa en 1958, cuando Mark
Prophet, antiguo estudiante de la Fundación Saint Germain, manifestó que el
“Maestro Ascendido El Morya” le había elegido para transmitir las enseñanzas de
la Gran Fraternidad Blanca mediante una organización llamada the Summit
Lighthouse.
Después de su muerte en 1973, su
esposa Elizabeth Clare Prophet asumió el liderazgo de la organización y cambió
el nombre de ésta por el de Iglesia Universal y Triunfante. En 1999, Prophet se
retiró de sus actividades de la iglesia y murió en 2009 (Hanegraaff,
2:1093-96).
En la actualidad, en gran parte como consecuencia del movimiento YO SOY y de
las actividades de los Prophet, la de los Maestros Ascendidos es una idea común
en el movimiento New Age. Dado que los Ballard y los Prophet utilizaron los
nombres y los retratos de los Mahatmas Teosóficos para sus Maestros Ascendidos,
muchos asumen que son los mismos. Sin embargo, tal como vamos a ver en este
artículo, difieren en algunos aspectos muy importantes.
¿Ascendidos o Vivientes? Los
Maestros Ascendidos, tal como su nombre sugiere, son supuestamente Maestros que
han experimentado el milagro de la ascensión, igual que, según parece, hizo
Jesús. La enseñanza original, canalizada por Guy Ballard, era que un nuevo
Maestro Ascendido no moriría, sino que se llevaría con él su cuerpo. Esta
enseñanza de la ascensión es directamente contraria a las enseñanzas
teosóficas.
En una de sus cartas a Sinnet, el
Mahatma K.H. habla de esa idea de manera desdeñosa: “Sólo había una mujer
histérica que presuntamente habría presenciado la pretendida ascensión, y...
ese fenómeno nunca ha sido confirmado con otra repetición” (Barker and Chin,
5). También H.P.B. rechaza el hecho de la ascensión, y lo califica de “alegoría
tan vieja como el mundo” (Blavatsky, Collected Writings 8:389; ver también
4:359-60).
Se suponía que Ballard había
alcanzado el nivel de la ascensión y, después de que falleciera de una
esclerosis arterial cardíaca sin llevarse su cuerpo, su esposa Edna afirmó que
de hecho se podía ascender después que el cuerpo muriera. De esta manera, la
idea de la ascensión cambió con el tiempo, y hoy en día se considera que los
Maestros Ascendidos son espíritus desencarnados que han trascendido sus cuerpos
físicos.
Este concepto es también
contrario a las enseñanzas teosóficas sobre los Mahatmas. En los comienzos de
la S.T., antes de que nadie en occidente conociera nada acerca de los Maestros,
Henry Steel Olcott empezó a recibir cartas de algunos de ellos. En una primera
carta, el Maestro Serapis escribió: “Ha llegado la hora de que usted sepa quien
soy. No soy un espíritu desencarnado, hermano. Soy un hombre vivo”
(Jinarajadasa [2002], 2:23).
HPB verificó que eran personas
vivas porque vivió con algunos de ellos cerca del Tibet durante varios años,
mientras se sometía a entrenamiento oculto. Más tarde, Olcott y otros teósofos
también conocieron a algunos Mahatmas en su cuerpo físico, en diferentes
momentos y en distintas partes del mundo.
El hecho de que los Mahatmas
permanecen en sus cuerpos es de gran importancia. Son yogis iluminados,
parecidos en ciertos aspectos a los que tradicionalmente se conocen en oriente.
Pero hay una diferencia. Un iluminado, después de haber realizado la Verdad, ha
adquirido el poder de fundirse con el Todo en un estado de absoluto éxtasis
(llamado moksha o nirvana). Ello le impide estar en contacto con la humanidad,
puesto que debe abandonar los vehículos inferiores de conciencia.
Por el contrario, los Maestros
Teosóficos, por compasión, deciden renunciar al nirvana para poder seguir
ayudándonos en nuestra lucha por realizar la Verdad: El Maestro debe estar en
un cuerpo humano, debe estar encarnado. Muchos de los que alcanzan este nivel
dejan de soportar el peso de la carne, usan solamente el “cuerpo espiritual”
dejando así de estar en contacto con este mundo y habitan solamente los reinos
más elevados de existencia. (Besant, 49).
En este aspecto, los Mahatmas son lo que los budistas Mahayana llaman
bodhisattvas. Eligen mantener el cuerpo, no debido a ningún fallo en su
crecimiento, sino como acto de sacrificio. El poseer un cuerpo físico ata a los
adeptos a determinadas limitaciones inevitables. Como dijo Blavatsky, “son
hombres vivos, nacidos de la misma manera que nosotros, y condenados a morir
como cualquier mortal” (Blavatsky [1987], 288). Al ser yogis perfectos,
han aprendido a cuidar de su cuerpo para poder vivir mucho más que los seres
humanos normales. Aunque, con el tiempo, los cuerpos deben morir.
En las cartas de los Maestros hay varios comentarios sobre las limitaciones
intrínsecas que tiene el llevar una existencia física. Por ejemplo, el Mahatma
K.H. escribió: “estaba físicamente extenuado por un viaje de 48 horas seguidas”
(Barker and Chin, 398). También dijo que se veía limitado a sus sentidos
físicos y a las funciones de su cerebro “cuando estoy sentado a la mesa, o
cuando me estoy vistiendo, leyendo o bien ocupado con otras cosas” (Barker and
Chin, 257).
Sin embargo, es en el cuerpo físico de los Maestros donde su desarrollo
evolutivo es menos aparente. Se dice que si viéramos a un adepto en el plano
físico, puede ser que percibiéramos simplemente a un buen hombre sabio y que no
le reconoceriamos. No obstante, en los planos internos su naturaleza está mucho
más allá de aquellos que todavía están atrapados en la ilusión.
En sus cartas, los Mahatmas
distinguen entre el “hombre interno” (el Yo espiritual del adepto que es
relativamente omnisciente y que está más allá de cualquier limitación) y el
“hombre externo”, expresión muy limitada del Yo. Cuanto más espiritual es el
Adepto, menos interfiere en las cuestiones mundanas y burdas y más se recluye
para su trabajo espiritual ....... Por lo tanto, los Adeptos más elevados sí
ayudan a la humanidad, pero sólo espiritualmente: por constitución, no pueden
interferir en los asuntos mundanos. (Blavatsky, Collected Writings, 6:247).
Otra característica de las enseñanzas de los Maestros Ascendidos es que
principalmente se ocupan de la “forma y aspecto” de los Maestros (su
apariencia, sus nombres, su carácter, etc.). Cuando se entiende bien el punto
de vista teosófico, se ve que es muy diferente. Blavatsky escribió: “Por lo
tanto, el verdadero mahatma no es su cuerpo físico, sino su Manas superior [la
Mente espiritual] que está conectado inseparablemente al Atma [el Yo verdadero]
y a su vehículo [el Alma espiritual]”. Y añade que quienquiera que desee “ver”
a un Mahatma debe elevar su percepción hasta los planos espirituales, porque
“lo superior sólo puede percibirse con un sentido perteneciente a lo superior.”
Los planos espirituales, donde se desvanece la separación y prevalece la unidad
están muy por encima del plano psíquico, que es el que contactan los videntes
naturales. Aquellos que pueden alcanzar el elevado estado de conciencia que
trasciende todo sentido de separatividad “verán al mahatma dondequiera que
esté, pues al estar fundidos con el sexto y el séptimo principios, que son
ubícuos y omnipresentes, se puede afirmar que los mahatmas están en todas
partes” (Blavatsky, Collected Writings, 6:239).
Por consiguiente, el verdadero Mahatma se ve principalmente como un estado
espiritual que está funcionando a través de una personalidad psicológica. Por
esta razón K.H. escribió: “No somos Mahatmas infalibles ni predecimos a cada
momento del día” (Barker and Chin, 450). Tal como dijo, “Un adepto, del más
elevado al menos elevado, lo es únicamente mientras ejercita sus poderes ocultos”
(Barker and Chin, 257).
Así pues, esos adeptos no son como los Maestros Ascendidos del New Age, de los
que se dice que se han convertido a imagen de Dios, en seres todopoderosos más
allá de la naturaleza. En sus enseñanzas, los Mahatmas incluso negaron que
existieran seres así. K.H. escribió:
“Si tuviéramos los poderes del Dios Personal imaginario, y las leyes
universales e inmutables sólo fueran meros juguetes, por supuesto que habríamos
creado las condiciones para que este mundo se convirtiera en la Arcadia de las
almas nobles” (Barker and Chin, 474).
En sus cartas, los Mahatmas
hablan constantemente de las “leyes inmutables” del universo, y de que pueden
ayudar a la humanidad sólo dentro de los límites de dichas leyes. No pueden
producir por arte de magia una Nueva Era; eso, nos guste o no, nos corresponde
a nosotros.
Los partidarios de los Maestros Ascendidos intentan justificar esas
discrepancias alegando que cuando se fundó la ST la mayoría de los Mahatmas
Teosóficos aún eran “Maestros no ascendidos”. De esta manera se pueden separar
los Maestros Ascendidos de las limitaciones que se dice tienen todos los
Mahatmas, “los más elevados y los menos elevados”. Pero según las enseñanzas
teosóficas, cuanto más elevado es el adepto menos posibilidades hay de oír
hablar de él: espiritual de conciencia, y las formas que asume su aspecto
personal son simplemente sombras. Para estar seguros, se pueden encontrar
descripciones de la forma y aspecto de los Mahatmas en la literatura teosófica,
no porque este aspecto sea en sí importante, sino porque proporciona algo para
la comprensión de nuestras mentes limitadas. Este aspecto personal debe
trascenderse, y quienquiera que se conforme con ello está anclado en el mundo
de la ilusión.
El Trabajo de los Maestros por la Humanidad
Hoy en día hay miles de personas que aseguran estar canalizando a los Maestros
Ascendidos. Está claro que esos Maestros Ascendidos tienen enfocada su atención
en el plano físico, sin hacer mucho más que comunicar con nosotros por medio de
canales. Otra vez vemos que hay una diferencia básica con las enseñanzas
teosóficas. En Teosofía, al igual que en la mayoría de tradiciones espirituales
serias, este plano físico se considera una ilusión.
El Maha Chohan, uno de los
adeptos más elevados, dijo: “enseñad a la gente que la vida en la tierra,
incluso la más dichosa, no es más que una carga y una ilusión”(Jinaradasa
[1988], 1:6-7). Este concepto está relacionado con la enseñanza de Platón,
cuando dijo que este mundo no es sino una sombra de la Realidad. También se
relaciona con la primera Noble Verdad que Buddha enseñó después de su
iluminación: Todo es dukkha (sufrimiento) en este mundo.
Por consiguiente, tal como Annie Besant dijo acerca de los Maestros, “una
ínfima parte de su trabajo se hace aquí”, refiriéndose al plano físico (citado
en Codd[1988], 45). Esta es una de las razones por las que viven aislados, pues
la mayor parte de su actividad tiene lugar en los planos superiores.
De hecho, se basa en un profundo
conocimiento de la estructura del cosmos: Cualquiera que observe la naturaleza
de la dinámica oculta verá fácilmente que toda energía empleada en el plano
espiritual o en el astral produce mayores resultados que la misma energía
empleada en el plano físico objetivo de existencia.(Blavatsky, Collected
Writings, 5:338-39).
Y ¿cuál es el trabajo de los Maestros en esos planos superiores? Este es un
tema muy complejo que sobrepasa los límites de este artículo. Cuando le
preguntaban a Blavatsky sobre el tema, ella respondía: “No podría entenderlo, a
menos que usted mismo fuera un Adepto. Pero Ellos mantienen viva la vida
espiritual de la humanidad” (Blavatsky, Collected Writings, 8:401).
Por el contrario, las comunicaciones de los Maestros Ascendidos se ocupan
profusamente de las vidas físicas y de los deseos de sus seguidores. La
literatura de los Maestros Ascendidos está llena de promesas de milagros
mágicos sobre salud, riqueza infinita y felicidad perfecta y se dictan
“decretos” para que la gente pueda “manifestar” dichas cosas en sus vidas. Esta
actitud es totalmente opuesta a la teosófica.
La Teosofía afirma que el ego psicológico es falso, que la idea de que somos el
cuerpo, las emociones y la mente es un error de percepción y una fuente de
dolor. Afirma que la verdadera felicidad sólo aparece como efecto secundario no
buscado al reducir, en lugar de acrecentar, nuestro apego y nuestra
identificación con lo personal. Por esta razón Blavatsky dijo que “el
Ocultismo no es la búsqueda de la felicidad tal como el hombre la entiende;
pues el primer paso es el sacrificio y el segundo la renuncia” (Blavatsky,
Collected Writings, 8:14). K.H. estaba de acuerdo con eso cuando escribió:
“Nosotros, los Hermanos criticados y malinterpretados, intentamos que el hombre
sacrifique su personalidad, que es un destello transitorio, por el bien de la
humanidad entera” (Barker and Chin, 222).
Los Mahatmas Teosóficos nunca harían caso a los deseos personales. Durante los
primeros tiempos de la Sociedad Teosófica, algunos miembros que
malinterpretaron completamente la naturaleza de los Mahatmas hacían peticiones
personales a HPB para que se las transmitiera. Blavatsky explicó en una carta:
Ni por un momento los Maestros se rebajarían a prestar atención a cuestiones
individuales o privadas que tuvieran que ver con una ni con diez personas, con
su bienestar, sus congojas o sus dichas en este mundo de Maya [ilusión]; no la
prestarían a nada que no fueran cuestiones de importancia verdaderamente
universal. Son ustedes los teósofos los que han arrastrado hasta sus mentes los
ideales de nuestros Maestros; son ustedes los que inconscientemente y con la
mejor de las intenciones y total sinceridad en su buen propósito Les han
profanado al pensar por un sólo instante que Ellos iban a preocuparse por los
negocios que ustedes tienen, los hijos que van a tener, las hijas que van a
casar, las casas que ustedes van a construir, etc. etc. (Jinarajadasa [1923],
iv; el subrayado está en el original).
Y sin embargo, ésta es la clase de cosas de las que se ocupan los Maestros
Ascendidos. Incluso enseñan supuestas maneras de disolver karma desagradable,
cosa a la que los Mahatmas teosóficos se oponían rotundamente. K.H. escribió:
“Tengan en cuenta que la mínima causa producida, por inconsciente que sea, y
por el motivo que sea, no puede deshacerse, ni sus efectos pueden desaparecer
de su trayectoria, aunque se juntaran millones de dioses, demonios y hombres
para ello” (Barker and Chin, 77-78)
Los Maestros Ascendidos se presentan como padres cósmicos que cuidarán de los
problemas de sus seguidores. Por el contrario, el Mahatma M. Dijo: “Somos
líderes, y no niñeros” (Eek, 605). Los adeptos son fuerzas impersonales y
universales y responden sólo a aquellos que se desarrollan en dicha dirección:
Aunque toda la humanidad está presente en la visión mental de los mahatmas, no
se puede esperar que se fijen en cada uno de los seres humanos, a menos que
alguno de ellos, por sus actos especiales, atraiga su atención particular sobre
sí.
Su ocupación especial es el interés de la humanidad como un todo, pues están
identificados con el Alma Universal que está presente en la Humanidad y aquél
que llame su atención lo debe hacer a través de esa Alma que todo lo impregna.
(Blavatsky, Collected Writings, 6:240)
Los Mahatmas no comunican
indistintamente con la gente que no es capaz de darse cuenta de la ilusión del
yo personal, o con los que se dejan dominar por deseos, miedos y ambiciones:
Trabajan en este plano a través de dos clases de agentes: los directos y los
indirectos. Cualquier persona sincera y altruista que trabaje en la línea del
trabajo del Maestro puede recibir su inspiración aún sin saberlo. Sus agentes
directos son sus discípulos aceptados, que trabajan de manera consciente con
los Maestros. (Codd, [2000], 9)
Su influencia siempre está a la
disposición de aquellos que actúan con altruismo y compasión, incluso sin ser
conscientes de ello. Tal como K.H. le escribió a Annie Besant: “en ocasiones
favorables, lanzamos influencias elevadas que alcanzan a varias personas de
distintas maneras” (Jinarajadasa [1988], 1…123-24). Por lo tanto, cualquier
acto filantrópico que realicemos puede que forme parte del trabajo del Maestro.
Sin embargo, sólo los discípulos aceptados tienen una relación consciente y
personal con ellos. Las cualidades morales y espirituales necesarias para ser
un discípulo aceptado son muy profundas y muy exigentes, y muy pocos humanos
tienen el nivel de madurez espiritual para conseguirlo. (Para una descripción
de dichas cualidades, ver A los pies del Maestro y Luz en el Sendero).
¿Quiénes son los Maestros
Ascendidos?
Entonces, ¿quiénes son esos Maestros Ascendidos que comunican con miles de
canales en el mundo?. No podemos estar seguros. Pero para entenderlo es
necesario darse cuenta de que los planos internos están habitados por toda
clase de entidades (elementales, formas de pensamiento, personas fallecidas,
personas vivas cuyos cuerpos están dormidos, etc.). Muchas de esas entidades se
divierten haciéndose pasar por Maestros, santos u otras figuras históricas
importantes. (Para leer más sobre este tema, consultar El Plano Astral y el
panfleto titulado Dificultades de la clarividencia, ambos escritos por Charles
W. Leadbeater). Incluso a comienzos de la ST, médiums y gente receptiva
empezaron a canalizar mensajes de falsos Mahatmas. Por ejemplo, después que una
persona receptiva llamada Oxley declarara que K.H. le había “visitado dos veces
‘en forma astral’ y... que había tenido una conversación con el Sr. Oxley”, el
Mahatma tuvo que pedirle a su discípulo Djual Kool que escribiera al Sr.
Sinnett diciéndole lo siguiente: “A quien vio el Sr. Oxley, y con quien
conversó en el momento mencionado no era Koot Hoomi” (Barker and Chin, 253).
En otra ocasión, había un médium
que afirmaba estar en contacto con personajes como Jesús, Juan Bautista, Hermes
y Elías. En una carta que escribió al Sr. Sinnett hablando de esta clase de
comunicación psíquica, K.H. escribió: “Misterio, dirá usted, misterio.
Ignorancia es la respuesta; la creación de aquello en lo que creemos y queremos
ver” (Barker and Chin, 109).
Debemos tener en cuenta que ese “Mundo Psíquico de percepciones
suprasensoriales y de visiones engañosas, el mundo de Mediums ... es el mundo
de la Gran Ilusión” (Blavatsky, [1992], 75-76).
En ese reino, diferentes
entidades pueden asumir cualquier forma según lo que hallan en la mente del
vidente. Se necesitan profundos poderes de clarividencia, un entreno largo y
una madurez espiritual fuerte para que dichas entidades no nos engañen, porque
El más leve cumplimiento de un deseo ahí [en el plano psíquico] toma cuerpo y
forma. Esa forma de pensamiento puede ser animada por un espíritu de la
Naturaleza... y entonces aparecer como un ángel de luz que nos cuenta
exactamente lo que queremos oír. CWL [i.e., Leadbeater] siempre nos avisó para que
estuviéramos alerta de cualquier visión o de cualquier voz que pudieran
halagarnos. (Codd, [1988], 66).
Para corroborarlo, Blavatsky cuenta un sugerente hecho histórico. En 1889,
escribe: Hace catorce años, antes de que se fundara la Sociedad Teosófica,
todas las charlas [de médiums] trataban de “Espíritus” ... y a nadie se le
ocurrió ni por casualidad hablar de “Adeptos”, “Mahatmas” o “Maestros”
vivientes. ... actualmente, todo esto ha cambiado. Desafortunadamente, los
teósofos fuimos los primeros en hablar sobre estos temas..... y ahora el nombre
es de uso común ...No hay casi ningún médium que no haya afirmado haberlos
visto. Cualquier Sociedad embaucadora y falaz hoy en día asegura, con fines
comerciales, que está guiada y dirigida por “Maestros” que a menudo parecen
estar mucho más elevados que los nuestros! (Blavatsky [1987], 301-302).
A muchas personas con ideas espirituales les cuesta creer en la idea de los
Maestros Ascendidos, pues no ven en ellos más que un resurgimiento de los
dioses tribales de la antigüedad. Esperemos que este artículo sirva para
eliminar algunas falsas ideas. (Quest, verano 2011.)
Referencias:
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