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miércoles, 29 de noviembre de 2017

EL SOL EN SAGITARIO PLENILUNIO DE SAGITARIO 3 de diciembre 2017

EL SOL EN SAGITARIO
PLENILUNIO DE SAGITARIO 
3 de diciembre 2017



En Sagitario, el Sol encauza la energía de los ra­yos 4, 5, 6, el rayo 2 de su regente exotérico, Júpiter, el rayo 3 de su regente esotérico, la Tierra. Este regente Jerárquico es Marte, rayo 6. Todos los rayos se hallan en este signo, pues 1 y 7 que faltan, expresan su influencia a través de Marte.

El rayo 4 Armonía a través del Conflicto, se relacio­na con las artes, campo afectado en este perí­odo. El segundo campo es la ciencia. El tercero es la religión. Júpiter, inspira amor‑sabiduría. La Tierra acrecienta la "comunicación" entre estos 3 campos, y Marte apresura el fuego sagitariano en la religión.
En Sagi­tario, Hércules​ debe exterminar miles de pájaros crueles, que se ocultan en densas malezas y comen a quienes se les cruzan. Hércules vio que revoloteaban y cubrían al Sol. Con su garrote mató algunos e intentó con sus flechas, pero se escondieron. Batió enérgicamente enormes címbalos para amedrentarlos. El sonido fue tan fuerte y penetrante que se echaron a volar. Y Hércules, con su caballo alado se elevó y los mató con sus flechas. En Sagi­tario, debemos exterminar a los pá­jaros crueles: nuestras ilusiones y pensamientos dañinos, espejismos e inercia, prejuicios, supersticiones, emociones negativas e incontro­ladas, y nuestra depresión oculta bajo ex­cusas. Hércules no pudo matar a los pájaros con su garrote (personalidad) ni con sus flechas mientras estuvo en tierra (pensamientos con intereses de la personalidad).

Los dos címbalos son la personalidad y la Divinidad interior. Ambas se fusionan y el Sonido deja al descubierto los obstáculos que oscurecieron nuestro Sol interior.

El Fuego Eléctrico, el Sonido, se libera al fusionar los dos polos espíritu y forma y, en vez de flechas, emerge “la saeta de la Luz" (flechas desde el caballo elevado). El Sonido es la nota de la Chispa en nosotros y se libera cuando la personalidad tiene su propia nota y puede fusionarse con la nota de la Chispa. El caballo alado es Sagitario, vehículo intuitivo desde el cual Hércules dispara la "saeta de la Luz" de la visión de su gran futuro. La meta es alcanzar al Sol interior, destruyendo lo que lo oscurece. "Veo la meta. Alcanzo la meta y veo otra." El máximo problema para individuos y la humanidad es hallar una meta y luego una meta superior. ¿Para qué vivimos? ¿Cómo hallar nuestra meta? ¿Es física, emocional, mental, espiritual? ¿Es personal, nacional, mundial?
Una persona mira a la meta a través de la personalidad, sus tradiciones, sociedad, hábitos, religiones, filosofías, amigos, y debe elegir. Una meta es parte del plan del Alma, o la síntesis de las me­jores aspiraciones. El hombre promedio la encuentra de por vida, y está a la caza de otra en la próxima vida durante un bre­ve intervalo, y luego la pierde. Un aspirante la encuentra de por vida, y está a la caza de otra en la próxima vida. Un discípulo la encuentra y crece con ella. Un iniciado es una meta viva en expansión.
El símbolo de Sagitario cambió a través de los siglos. En la épo­ca atlante fue el centauro, mitad hombre y mi­tad caballo: la naturaleza animal del hombre controla.

En la civilización aria, el símbolo era un caballo blanco con un jinete. La naturaleza humana controla los instintos animales.

En la Era de Acuario, el símbolo es una flecha que vuela hacia el sol. Es la Chispa divina que regresa a su ori­gen. Esta es la meta suprema en la nueva era. La Chispa divina en movimiento se transforma en una flecha al Infinito o Yo verdadero.
Para hallar la meta purifiquemos nuestra triple naturaleza para recibir las impresiones del Guía interior. Las metas pueden ser físicas, emocionales, mentales o espirituales. Son porciones del plan de nuestra vida en el sendero. Al ver una parte del plan de nuestra vida, tenemos una meta mayor. Nuestras metas son como rayos de luz, proyectados desde el santuario interior. La primera iniciación se toma cuando un hombre percibe uno de estos rayos y derrama su luz.

Al purificar la personalidad, la meta brilla más y organizamos nuestra vida según la meta. El cuer­po físico se purifica a través de la conducta y acción correctas. El cuerpo emocional se purifica a través de la as­piración y adoración, desarrollarse y llegar a ser lo que buscamos. El cuerpo mental sigue adelante cuando pensamos en la luz de la verdad y la realidad. A veces la mente es tentada a escuchar engaños, mentiras e historias deformadas y repetirlas. Para purificar la mente debemos pensar a la luz de la verdad y la realidad, y así ver el plan de vida. Una me­ta es una estación en el sendero, y con­duce al Plan.
La purificación de los 3 cuerpos debe experimen­tarse simultáneamente, porque si la mente piensa con claridad, pero las emociones tienen espejismos, afectan a la mente.

La purificación de la personalidad hace que un hombre sea sensible a la dirección de su Guía interior. Cualquier con­tacto con el Guía interior revela una parte de la meta, el paso siguiente. ​​Establecido el contacto, el hombre nace con la conciencia de su meta que se manifiesta in­cluso en edad muy temprana. Muchos genios, talentos y dirigentes mundiales nacieron conociendo su meta y su misión. La persona que toma contacto con su meta, no tiene otra opción. Puede que le cause muchos sufrimientos, dolores y dificultades, pero sigue adelante.

Cada sufrimiento y cada victoria en su sendero revelan más claramente la meta, aumenta su poder de voluntad, su júbilo y, a su tiempo, encarna esa meta. Se convierte en un ideal. No trata de grabar en otros su imagen sino que les suscita empeño para sus propias metas. Los aspirantes se orientan instintivamente hacia su meta. Los discípulos conocen su meta y la realizan. Los iniciados se convierten en las metas.
Las metas de nuestra vida no es­tán en mutuo conflicto. Cada meta que se proyecta des­de el Guía interior hacia nuestro aparato mental es una pieza de un gran rompecabezas universal. Toda la imagen se completará si encontramos todas las piezas –metas— y las coloca­mos en el sitio correcto o representamos nuestro verdadero rol. Una vida adecuada a la meta completa el cuadro. Cada meta es una octava más alta que la anterior. No se contradicen, se complementan. Sagitario inspira idealismo, sentido de dirección, tendencia a ser uno con la meta. "Veo la meta. Alcanzo la meta y veo otra".

El idealismo es una decisiva dirección de la vida hacia una meta mayor. vivir según nuestro ideal. El idealismo puede hallarse en cualquiera de los 7 rayos. El sentido de dirección es orientar y polarizar lo que tenemos, somos y hacemos en pos de la meta. Lo simboliza la flecha, el hombre y el caballo. El caballo y el hombre deben seguir la dirección de la flecha, para alcanzar el bien: la personalidad –caballo y hombre, (discípulo empeñoso y flecha), la percepción intui­tiva, deben moverse sincronizadamente hacia la meta. El idealismo es contemplar la visión e ir hacia ella con determinación y júbilo. Sagitario suscita "el fuego del planeta que produce revelación al hombre purificado que está en la Luz". Esta energía produce un sen­tido de dirección para guiar al caballo y disparar la flecha. La meta podrá hallarse en este signo de unidireccionalidad, aspiración, consagración, determinación, actitud enfocada e intuitiva, y contemplación de la visión. Idealismo es mantener pura la visión y armonizar la vida. La flecha simboliza la Chispa, cargada con volun­tad

En Sagitario, podemos tomar contacto con Shamballa.
Los discípulos de Sagitario brillan como antorchas pa­ra llevar a la humanidad a su destino.
A Sagitario se lo llamó el signo del silencio. Hay 3 signos del silencio:
1. Eliminar murmuraciones para mantener la meta. Hablemos de algo bello. La meta se halla en el silencio.
2. Eliminar el hablar acerca de nosotros.
3. No arrojar nuestras perlas, sabiduría e ideas a quienes no están dispuestos.
Los sagitarianos deben enfatizar el silencio mental.
En Sagitario, ejercitemos una severa dis­ciplina de la palabra. Al guardar silencio y pronunciar las palabras correctas en el tiempo correcto y para la persona correcta, se desarrolla un sentido de dirección y se ve más claro qué hacemos y dónde vamos.

extractos de SINFONIA DEL ZODIACO, T. S.

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